OO3 ▬ first kiss


🧬 LIVE OR DIE !
three; primer beso

Suspiré, echando la cabeza hacia atrás por el cansancio. Odio las clases, era lo único que no extrañaba antes de que el mundo se fuera por un acantilado.

Lo único bueno de estas clases es que mi asiento está a lado del de Ron así que hace que sea menos aburrido, además de que la mayoría del tiempo solo dibujamos. Este día era la excepción pues Bárbara nos había puesto unos ejercicios de matemáticas en lo que ella salía para ir a ver unos asuntos con Deanna.

Golpeaba mi cabeza con mi lápiz mientras mi mirada se centraba en la ventana donde podía ver como las hojas de los árboles se movían por el viento.

—¿Tienes la respuesta de la cinco? —preguntó Ron en un susurro sacándome de mis pensamientos.

—¿Qué? Ah, no. No la tengo, perdón, estoy muy distraído —susurré apenado, desviando mi mirada de la de Ron.

Él no dijo nada, solamente sentía su mirada fija en mí y así fue por unos intensos segundos. —Sabes que cualquier cosa puedes decirme —me sorprendí cuando sentí su mano en mi rodilla dejando un leve apretón.

Asentí con rapidez sin nisiquiera mirarlo, no quería que viera mis mejillas rojas y apunto de explotar.

Ninguno de los dos dijo nada en las siguientes dos horas restantes, sin embargo, podía sentir su mirada sobre mí y yo haciéndome el bobo para que no notara mis nervios.

La noche había caído y yo me quedé solo en casa, Aaron y Eric salieron a una expedición dejándome la casa sola por un par de días en lo que regresaban. Confían en mí, saben que no haré ningún desastre, lo único que hago es encerrarme en mi habitación a jugar videojuegos y solo bajo a la cocina para comer algo, casi siempre es un sándwich de mermelada con crema de maní y claramente mi cena de hoy no iba a ser la excepción.

Subí a mi habitación, dejando el plato con mi sándwich en el escritorio para sentarme en el piso con las piernas cruzadas y agarrar el control para comenzar a jugar Street Fighter. Me volví adicto a ese juego, no juzguen, de pequeño mis padres no me dejaban jugar videojuegos, pensándolo bien, ni siquiera podía jugar por todos los problemas que había en casa y los problemas que hubieron después de la detención de mis padres.

Meneé levemente mi cabeza para sacar esos pensamientos, no me gustaba pensar en eso. Eran malos recuerdos que quería borrar de mi cabeza.

Sonreí victorioso cuando volví a ganar la pelea. Me había vuelto adicto a Street Fighter y todo gracias Ron. De verdad que es el mejor juego del mundo.

No sé cuanto tiempo me la pasé sentado pegado a la televisión que mis ojos comenzaban a cansarse y el sueño se hacía presente. Me puse de pie y apagué la televisión para después lanzarme hacia mi cama y poco a poco iba quedándome dormido, o así hubiera sido sino se hubieran escuchado pisadas en las escaleras. No le tomé importancia, estaba seguro de que era Alden pues en la tarde había dicho que iba a pasar por un material que necesitaba y que Aaron tenía guardado.

Literal pegué un salto cuando la puerta de mi habitación fue abierta, el susto se esfumó cuando vi a Ron parado en mi puerta con una sonrisa burlona en sus labios. Él se acercó a mí, sentándose a un lado, yo aún me encontraba acostado boca abajo en la cama, sus dedos se posaron en mi cabello y repartían suaves caricias en todas mis hebras castañas. Cerré los ojos, disfrutando de su contacto.

—¿Estás bien, Vik? —la voz cálida de Ron hizo que me estremeciera.

Giré mi cabeza, tomando el atrevimiento de mirarlo a los ojos. Mala idea. Mis mejillas enrojecieron al instante al ver sus ojos azules fijos en mí y su pequeña sonrisa en sus labios. De inmediato aparté la vista más nervioso de lo que ya me encontraba y solamente pude asentir ante su pregunta. Sabía que él no estaba conforme con mi respuesta pero no insistió más. A ambos nos envolvió un silencio un poco incómodo, o tal vez yo lo sentía así por mi estúpido nerviosismo y el tacto de sus dedos aún en mi cabello.

Adoraba que hiciera ese gesto. Jamás me demostraron cariño, mucho menos un amor que fuese más que palabras vacías y promesas que nunca se cumplieron. En casa no era normal ver a mis padres, casi nunca estaban y la mayor parte del tiempo agradecía eso, sin embargo, una parte de mí siempre quiso que al menos un día estuvieran allí. Mamá preparando algo de comer mientras papá se encontraba afuera arreglando el jardín y yo era feliz con algo tan sencillo, tan tradicional que cualquier familia haría en un día normal... Claro que eso nunca ocurrió, para mi mala suerte yo no tuve los mejores padres, mucho menos los más cariñosos o los más protectores. Odiaba eso. Odiaba no poder odiarlos después de todo lo que pasó.

Dejé de pensar en eso cuando sentí que el peso extra de la cama había desaparecido y la puerta había sido cerrada, al instante me puse de pie y me apresuré a alcanzar a Ron quién estaba decidido en irse. No quería que se fuera, no quería que me dejara solo. Él iba a bajar los primeros escalones pero mi mano aferrándose a su muñeca se lo impidió, me miró con confusión.

—No te vayas —murmuré entre dientes, sintiendo mi corazón latir con una rapidez que nunca antes había sentido. Ron no se movió, solo me miraba atento, esperando a que dijera algo más —. Por favor no te vayas... No quiero estar solo.

Mis palabras lo tomaron por sorpresa pero no dijo nada, solo quitó mi agarre de su muñeca y entrelazó nuestras manos. Su acción hizo que mi corazón latiera con más fuerza, sentir su tacto sobre mi piel me erizaba, bajé la mirada apenado pero eso no tardó mucho para que la volviera a alzar cuando Ron nos dirigía a mi habitación. Al entrar cerré la puerta detrás de mí, él soltó su agarre de mi mano y maldecí internamente al ya no sentir su piel junto a la mía. Me acerqué más a él en busca de su calor, Ron se quedó estático en su lugar pero sabía lo que yo estaba haciendo y no se movió, eso me dio luz verde para acercarme más a él a tal punto en el que nuestras respiraciones se mezclaban y podía observar cada centímetro de su rostro.

Sonreí, sin quitar la mirada de él. Ron estaba nervioso, lo noté desde que no ha podido alzar la mirada y solamente juega con las mangas de su suéter. No lo iba a negar, estaba nervioso, muy nervioso, las manos me sudaban y las restregaba en mi pantalón para secarlas. Noté la sonrisa de Ron ante mi acción, él también sabía que estaba nervioso con la cercanía que teníamos.

¿Cómo no ponerme nervioso cuando estoy a dos centímetros de poder besarlo?

Un suspiro salió de sus labios cuando tomé el valor de agarrar su mano. Su piel estaba cálida, me encantaba la sensación de calidez que me brindaba, acariciaba su mano con las yemas de mis dedos para después entrelazarlas. Ambos teníamos la mirada en nuestras manos pero hubo un momento donde ambos alzamos el rostro mirándonos fijamente.

Sus ojos azules chocaron con los míos, podía ver sus mejillas levemente sonrojadas y sus labios húmedos. Ron se veía más lindo de lo normal y podría jurar que en algún momento podría darme un ataque cardíaco por la manera en la que mi corazón latía.

La sorpresa me llegó cuando sentí los labios de Ron sobre los míos, me sorprendí al principio pero solo fue cuestión de segundos para cerrar mis ojos y comenzar a mover mis labios sobre los suyos. Él se aferró a mi camisa mientras mis manos temblorosas bajaron a su cadera para atraerlo más hacia mí. Nuestros labios se movían en sincronía, sentí como las manos de Ron apretaron mi playera con fuerza para después separarse tomando aire.

Me separé un poco para ver su rostro con las mejillas todas rojas, sus labios entreabiertos con la respiración agitada.
Sus ojos por fin chocaron con los míos y sonreí cuando vi ese brillo en sus orbes.
—Vik, yo...

No lo dejé hablar, mis manos se colocaron en sus mejillas y volví a besar sus labios. Él correspondió el beso de inmediato y un escalofrío me recorrió cuando sentí sus manos en mi espalda. Una de mis manos fue hacia su nuca y la otra se aferró a su cabello, despeinándolo un poco.

Nos separamos y él apoyó su frente en mi hombro mientras soltaba un suspiro. Lo abracé y después de estar un rato así, nos sentamos en mi cama. Ninguno de los dos decía nada, solamente se escuchaban nuestras respiraciones en la habitación y la cabeza de Ron estaba recostada sobre mi hombro. Me fue imposible sonreír ante su gesto pero de verdad que él me trae cabeza.

—Vik...

Volví a interrumpirlo sabiendo que quería hablar de lo que acaba de pasar. —Por favor no digas nada, Ron. Al menos no por ahora —supliqué.

Él suspiró y asintió levemente. —Está bien. No hablaremos por ahora.

Mi sonrisa se agrandó y me acerqué para volver a besarlo. Sus labios son mi nueva adicción, superando a Street Fighter y eso es mucho que decir.






















────── ( 🎮 ) AUTOR'S NOTE

vivan los noviooos


diivolved

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