【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟻𝟿】

𝟐𝟐 𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟖

𝐋𝐎𝐒 𝐑𝐀𝐘𝐎𝐒 𝐃𝐎𝐑𝐀𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐒𝐎𝐋, como pinceladas de luz celestial, se filtraban entre las hojas de los árboles, pintando el paisaje con calidez.

En el frente, un majestuoso arco de flores destacaba como un símbolo de amor y unión. Sus pétalos delicados y llenos de vida formaban un marco encantador para el espectáculo que estaba a punto de desplegarse.

El aire fresco y embriagador, impregnado con el dulce aroma de las flores primaverales, abrazaba a los invitados con su suave caricia, mientras se acomodaban en las diez filas de sillas de madera dispuestas con una meticulosa elegancia. 

Cada fila, adornada con exquisitas flores blancas que parecían flotar en la brisa, envolvían el entorno en una suave manta de amor y armonía, contrastando elegantemente con el verde exuberante del entorno. 

En la primera fila, dos sillas vacías reposaban con solemnidad, cada una adornada con una fotografía: una del padre de Dafne y otra del padre de Matías, honrando su memoria en este día tan significativo. 

Melanie llegó radiante, enfundada en un elegante vestido de seda de color turquesa que caía con gracia hasta sus tobillos, realzando su figura esbelta. A su lado, Enzo lucía impecable en un traje a medida, su porte distinguido complementando la elegancia de su compañera. Habían oficializado su relación hacía dos años, y el amor que compartían se reflejaba en cada gesto y mirada que intercambiaban. Los ojos de ambos brillaban con orgullo y felicidad mientras saludaban a sus conocidos y amigos. 

Emilia, por su parte, deslumbraba con un vestido de encaje negro que resaltaba su piel y su melena. El diseño acentuaba sus curvas con sutileza, mientras que el escote pronunciado añadía un toque de sensualidad a su look. Agus la acompañaba con un traje a juego y con una sonrisa que reflejaba la complicidad entre ambos. 

De hecho, el elenco completo de La Sociedad de la Nieve, junto con el director y otros profesionales también hicieron acto de presencia. Se podía sentir la emoción en el aire, mezclada con risas y murmullos de conversaciones animadas. 

Otros compañeros de Matías, con los que había compartido proyectos en el pasado, también se unieron a la celebración. 

Además, en la multitud se destacaban figuras reconocidas como Pablo Ramírez y Ricardo Díaz, los talentosos diseñadores que habían colaborado con Dafne. Su presencia añadía un toque de sofisticación al evento. 

En el altar junto al arco de flores, Matías aguardaba con los nervios a flor de piel, sus ojos centelleaban entre la emoción y la anticipación. Sentía cómo su corazón martilleaba con fuerza contra su pecho, cada latido resonando como un eco de la ansiedad que lo embargaba. Sabía que en breves instantes vería a Dafne acercarse hacia él, lista para dar un paso trascendental en sus vidas, y esa certeza lo llenaba de una mezcla abrumadora de temor y emoción. 

Y entonces, entre murmullos de admiración y suspiros de emoción, Dafne hizo su entrada triunfal, deslumbrando a todos con su presencia radiante, como un ángel descendiendo del cielo.

Acompañada por su madre, Florencia, caminaba con gracia por el pasillo, su vestido envolviéndola en un aura de elegancia. El vestido caía en suaves pliegues hasta el suelo, ondeando con cada paso como una suave brisa. Los detalles de encaje y pedrería resplandecían bajo la luz del sol, añadiendo destellos de luz a su figura, mientras que su velo estaba sutilmente sujeto a su peinado trenzado. 

Matías, al verla, no pudo contener las lágrimas, sus ojos se llenaron de emoción y admiración al contemplarla. 

Dafne sintió una oleada de emoción y gratitud recorrer todo su ser. Su corazón latía con fuerza, abrumado por la ternura y el amor que veía reflejados en esos ojos que la miraban con admiración. Una sonrisa temblorosa se formó en sus labios mientras avanzaba hacia él, sintiéndose emocionada y profundamente conmovida por el gesto de su amado.

Con orgullo y ternura, Florencia acompañó a su hija hacia el altar, y la envolvió en un abrazo amoroso antes de entregarla a su futuro esposo.

El cura, con su voz serena y reconfortante, marcó el inicio de la ceremonia. Sus palabras resonaron en el lugar mientras hablaba del amor y el compromiso que representaba la unión de Dafne y Matías. 

Cuando la ceremonia estaba a punto de terminar, el cura se dirigió a Matías, su voz resonando en el tranquilo entorno. 

─ Matías Recalt, ¿estás dispuesto a estar junto a Dafne en la enfermedad y en la salud, en la prosperidad y en la adversidad, amándola y respetándola todos los días de tu vida?

─ Sí, quiero ─respondió Matías con determinación en su voz. 

Luego, el cura giró su mirada hacia Dafne. 

─ Dafne Ximena Hildebrandt de Arcas, ¿estás dispuesta a estar junto a Matías en la enfermedad y en la salud, en la prosperidad y en la adversidad, amándola y respetándola todos los días de tu vida?

─ Sí, quiero ─respondió Dafne con una mezcla de emoción y seguridad. 

Después, en un instante impregnado de emociones, los recién casados se contemplaron mutuamente con un amor profundo y sincero, antes de sellar su compromiso con un tierno beso. 

Los aplausos estallaron, llenando el aire con su eco de felicidad y alegría, mientras las lágrimas de emoción y felicidad fluían libremente por las mejillas de los presentes. 

Y así fue como Matías y Dafne iniciaron su viaje como marido y mujer. Unidos por un lazo indisoluble de amor y complicidad, preparados para enfrentar juntos los desafíos que el futuro les deparara, confiando en que su amor sería su mayor fortaleza en cada paso del camino.