━━ 𝟒𝟕


【𝙲𝙰𝙿Í𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟺𝟽】


𝐬á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝟑 𝐝𝐞 𝐟𝐞𝐛𝐫𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟒 


𝓓afne

𝐌𝐄 𝐒𝐎𝐑𝐏𝐑𝐄𝐍𝐃𝐈Ó 𝐆𝐑𝐀𝐓𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐋𝐎 𝐂Ó𝐌𝐎𝐃𝐀 𝐐𝐔𝐄 𝐌𝐄 𝐒𝐄𝐍𝐓Í𝐀. Los pantalones marrones, largos y acampanados, con sus delicadas decoraciones, me conferían un aire de elegancia relajada, como si estuviera lista para conquistar el mundo. El top que acompañaba los pantalones agregaba un toque femenino y chic a mi atuendo, completando la imagen con gracia y sofisticación. Aunque mis sandalias apenas se vislumbraban bajo los pantalones, su comodidad era innegable, permitiéndome desplazarme con soltura y confianza.

El maquillaje, meticulosamente aplicado por Belén, realzaba mis rasgos de manera sutil y armoniosa, sin enmascarar mi esencia. Sentí que mis pecas, resaltadas en lugar de ocultadas, añadían un encanto especial a mi rostro, otorgándole autenticidad y naturalidad. Mientras tanto, Cecilia había logrado un peinado magnífico, con rizos suaves y naturales que enmarcaban mi rostro de manera elegante y seductora. 

En conjunto, me sentía como si estuviera lista para deslumbrar en la pasarela. 

Me encontraba en la parte trasera del lugar donde se llevaría a cabo el desfile, rodeada por mis amigas y mis compañeros de clase, mientras el bullicio lejano de la audiencia se filtraba por las paredes, anunciando el inminente espectáculo que estaba por comenzar.

Los pensamientos sobre lo que Isadora había hecho seguían revoloteando en mi mente, sumándose al torbellino de emociones que me abrumaba. El recuerdo del beso de Isadora con Matías, algo que había tratado de dejar atrás y superar, ahora se entrelazaba con los mensajes en Twitter. 

¿Qué tipo de persona se atreve a esparcir rumores sobre alguien que alguna vez fue su amiga en una red social?

Era una pregunta que me carcomía por dentro, pues intentaba comprender las motivaciones detrás de las acciones de Isadora. 

¿Qué la llevaba a comportarse de esa manera conmigo? ¿Por qué buscaba sembrar dudas y confusiones justo en un momento tan importante como este? ¿Qué ganaba con eso? ¿Acaso buscaba desestabilizarme o ponerme en una posición incómoda? 

La respuesta a todas esas preguntas se me escapaba, sumergiéndome en un mar de incertidumbre y frustración. 

Con el corazón latiendo un poco más rápido de lo normal, decidí despejar mi mente, observando detenidamente a mis amigas, buscando calma en su presencia reconfortante.

Melanie desprendía un encanto juvenil con su atuendo, un vestido azul corto que destilaba frescura y vitalidad. Las botas altas, audaces y seguras, añadían un toque de osadía a su apariencia. Su cabello rizado caía con gracia sobre sus hombros, mientras que el maquillaje, aunque era sutil, realzaba su belleza natural con delicadeza y elegancia. 

En contraste, Emilia emanaba una estética más urbana, vistiendo un conjunto de pantalón negro y camisa a cuadros, mostrando una personalidad versátil. Las botas del mismo tono oscuro complementaban su estilo con un toque de sofisticación. Sus trenzas recogidas, rebosantes de vitalidad, añadían un aire juguetón a su imagen. El maquillaje, más marcado, resaltaba con determinación sus rasgos, proyectando una confianza innegable y un estilo único. 

En medio de la tensión y la incertidumbre que flotaban en el aire, una figura imponente irrumpió en la habitación, captando la atención de todos los presentes. 

Roxana, como siempre, irradiaba una elegancia impecable que imponía respeto. Vestía un traje negro perfectamente ajustado, resaltando su figura esbelta y proyectando autoridad. Sus accesorios, aunque mínimos, añadían un toque de distinción a su apariencia, reflejando su sofisticación innata.

Cada gesto estaba meticulosamente calculado, desde el elegante moño que llevaba recogiendo su cabello hasta la postura segura y confiada con la que se movía. Con paso decidido, Roxana se abrió paso hacia el centro de la sala, atrayendo todas las miradas con su presencia. Su aura de confianza y serenidad llenó el espacio, infundiendo calma y determinación en cada uno de nosotros. 

─ ¡Hola! ─comenzó Roxana, su voz resonando con un tono de energía y entusiasmo contagioso. Sus ojos recorrieron a cada uno de nosotros con un brillo de orgullo y satisfacción─. Hoy es un día re especial para todos ustedes. Después de laburar un montón y de no aflojarle al esfuerzo, por fin están acá ─continuó, sus palabras cargadas de emoción─. Quiero que paren un toque y piensen en el viaje que hicieron para llegar hasta acá. Cada uno de ustedes lleva un compromiso y una pasión por la moda y el diseño que son re copados. Pasaron por momentos difíciles, se enfrentaron a obstáculos, y lo más importante, crecieron tanto profesional como personalmente.

Sus palabras resonaron en la sala, llenándola de energía y motivación. Cada una de sus frases penetraba en mi ser, avivando la llama de la determinación y el orgullo por todo lo que habíamos logrado hasta el momento. 

─ Están acá porque se la re bancaron. Hoy es su momento para que brillen con luz propia, para que le muestren al mundo entero el talento y la garra que los caracteriza ─animó Roxana─. Confíen banda en ustedes mismos, en todo lo que hicieron para llegar hasta acá, porque cada paso que dieron los acercó un toque más a este momento tan esperado.

El ambiente se llenó de aplausos y vítores. Era como si toda la emoción acumulada estallara en ese momento, infundiendo a cada uno de nosotros una determinación renovada y un entusiasmo palpable. Conscientes de que era nuestro momento para brillar, nos preparamos para enfrentar el desfile con todo lo que teníamos.

Después de unos minutos, vi cómo uno de los organizadores llamaba a Roxana, quién se dirigió con gracia hacia la pasarela bajo una lluvia de aplausos. Observé con admiración cómo se movía con elegancia hacia el espacio designado, donde un micrófono la aguardaba para dirigirse a la audiencia.

Desde mi posición, me permití asomar la cabeza un poco, sintiendo un cosquilleo de nervios en el estómago al darme cuenta de la inmensidad del público reunido en el lugar. Una multitud de rostros expectantes y emocionados, quizás unas 2.000 personas, todos ansiosos por presenciar el espectáculo que estaba a punto de comenzar.

Con una sonrisa cálida y un brillo de emoción en los ojos, Roxana tomó el micrófono y dirigió su mirada al público reunido. Su voz, clara y firme, resonó por toda la sala, captando la atención de cada persona presente.

─ ¡Hola a todos, buenas tardes! ─exclamó con entusiasmo, su voz llevando consigo un toque de emoción contagiosa─. Es un verdadero gusto recibirlos en un evento tan espectacular, un momento para festejar la creatividad, la pasión y el talento en su máxima expresión. Quiero agradecerles de corazón a cada uno de ustedes por acompañarnos hoy, por ser parte de este momento tan especial y por brindar su apoyo incondicional a todos los profesionales que hacen posible este evento. ¡Gracias de todo corazón!

La multitud estalló en una ovación aún más fuerte, demostrando su entusiasmo y aprecio por el evento que estaba a punto de comenzar. 

─ Antes de arrancar, déjenme explicarles cómo va a funcionar este evento ─continuó, tomándose un momento para captar la atención de la audiencia─. En la primera etapa, vamos a tener a algunos de nuestros estudiantes más talentosos del Grado en Diseño y Creación de Moda mostrándonos unas creaciones impresionantes. Voy a tener el honor de presentar cada conjunto. Después de mi introducción, los y las modelos van a desfilar y estoy segura de que va a ser una experiencia que los va a dejar a todos boquiabiertos. 

La emoción en el aire era casi palpable, como una corriente eléctrica que recorría el ambiente mientras la audiencia esperaba ansiosamente el comienzo del desfile.

─ Pero eso no es todo ─continuó Roxana con entusiasmo─. En la segunda parte del evento, vamos a cambiar completamente la dinámica. Invitaremos a actores y actrices reconocidos a subirse a la pasarela, donde tendrán la oportunidad de responder preguntas improvisadas sobre sus películas y proyectos más recientes. Va a ser una experiencia única y emocionante para todos nosotros, así que espero que estén listos para disfrutar al máximo. 

Con estas palabras, Roxana provocó una oleada de aplausos entre la multitud. El ambiente estaba cargado de anticipación, con la expectativa creciendo a cada segundo mientras todos aguardaban el inicio del evento con gran entusiasmo.

 ─ ¡Arranquemos con el desfile! ─exclamó Roxana con energía, captando la atención de todos los presentes─. El primer diseño nos lo trae Pablo Ramírez y será lucido por la talentosa Dafne Hildebrandt.

Al escuchar mi nombre resonar por los altavoces, una oleada de emociones recorrió todo mi ser. Había esperado tanto este momento que ahora que estaba aquí, frente a la audiencia, la realidad comenzaba a asentarse.

─ Hildebrandt brilla con unos pantalones anchos en un color marrón intenso, decorados con detalles delicados que le dan un toque elegante y único ─explicó Roxana con meticulosidad─. El top, del mismo color, se combina perfectamente con el conjunto, creando una imagen visualmente cautivadora que destaca el talento y el estilo característico de Ramírez. 

Mientras esperaba en los bastidores, sentía cómo la adrenalina comenzaba a inundar mi cuerpo. Observé atentamente a uno de los organizadores, quién me hizo una señal, indicándome que era el momento de hacer mi entrada triunfal en la pasarela. 

Observé las expresiones de Melanie y Emilia, quienes me dedicaron sonrisas y gestos de apoyo, haciendo que mi corazón latiera con más fuerza. Un cúmulo de emoción se formó en mi estómago mientras me preparaba mentalmente para salir.

Cuando mis pies hicieron contacto con la pasarela y los focos se dirigieron hacia mí, una mezcla abrumadora de nerviosismo y emoción me invadió por completo. Cada paso que daba resonaba en el suelo bajo mis pies, mientras sentía las miradas penetrantes de la audiencia clavadas en mí, como si fuera el centro del universo en ese momento. 

Traté de mantener la calma, recordando cada momento de arduo trabajo y dedicación que me habían llevado hasta ese preciso momento. Era como si el peso de todas mis expectativas se hubiera materializado en ese breve y significativo trayecto por la pasarela.

A pesar de la intensidad de los flashes que parpadeaban frenéticamente y del estruendo de los aplausos que llenaban la sala, me enfoqué en proyectar mi confianza y gracia con cada movimiento. Cada paso que daba era como una afirmación de mi pasión, como si cada pisada marcara el camino hacia mis sueños. 

A medida que avanzaba, sentía cómo la seguridad se apoderaba de mí. Dejé que mi energía positiva y mi amor por lo que hacía brillaran a través de cada gesto y cada mirada. Cada movimiento estaba impregnado de dedicación y compromiso, reflejando la preparación que había invertido para este momento tan importante. 

Al alcanzar el final de la pasarela, mis ojos se encontraron con los de Matías, quién irradiaba una belleza cautivadora. Un guiño cómplice y una sonrisa pícara fueron suficiente para hacer que un rubor cálido se extendiera por mis mejillas, sumando un brillo especial a mi rostro. 

Al desviar la mirada hacia los lados, noté la presencia reconfortante de los chicos de su grupo. Todos estaban allí, ofreciéndome su apoyo desde la distancia, con expresiones de apoyo y orgullo en sus rostros. Sentí un profundo agradecimiento por tenerlos a mi lado en ese momento tan importante.

Al darme la vuelta para regresar por la pasarela, una sensación peculiar capturó mi atención: una mirada persistente, llena de cariño y orgullo, se posaba sobre mí. 

Al principio, no pude identificar quién era el dueño de esa mirada tan familiar, pero enseguida reconocí a mi madre entre la multitud.

Allí estaba ella, entre el público, con una sonrisa radiante en su rostro y los ojos brillantes por la emoción. Una oleada de felicidad y sorpresa me invadió al verla allí, en ese momento tan especial para mí. 

Había pensado que no podría asistir al desfile porque estaba de viaje, pero verla entre el público, apoyándome con todo su corazón, me llenó de una alegría indescriptible y un profundo sentido de gratitud. 

En ese instante, comprendí el inmenso sacrificio y el amor incondicional que mi madre siempre había demostrado. Su presencia era un recordatorio de que, sin importar las circunstancias, ella siempre estaría ahí para apoyarme, para celebrar mis triunfos y para consolarme en los momentos difíciles. 

Comprendí en ese momento que, pasara lo que pasara, mamá siempre estaría a mi lado. Ella siempre estaría ahí para mí. 






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(espacio habilitado para llorar porque lsdln no ganó ningún oscar)

yo hice un meme:

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