°15°
Nota mental: Nunca confíar en Maduro.
Fin del comunicado.
°15: Con ropa.
Narrador: Rusia
Fin de año...
¿Quien lo diría?
Otro año más de vida, ya que no sabemos cuando vamos a morir... Pero ese no es el caso. A lo que vengo es que tengo otro año de noviazgo con mi querido Venezuela.
Llevo cinco años con el a mi lado, los cinco mejores años de mi vida. Y eso pasara a ser los mejores años con mi futuro esposo...
Así es, le propondré matrimonio. Hoy, a las doce de la noche, tomaré su mano, me arrodillare ante el, y seré lo más sincero posible... Espero que si me acepte.
Al caso. Hoy tenemos que ir a la fiesta que siempre hace la ONU al finalizar el año, para celebrar que estamos otro año Unidos y "en paz"... Yo no diría muy en paz pero a el se le ve muy animado cuando todos nos reunimos, además que le se ve muy alegre en esos momentos.
Salí al corredor, sumido en mis pensamientos no en doy cuenta que mi hermoso chico camina de un lado para el otro y en sus antebrazos cargaba el traje para la noche.
-Cariño...- no contesta.-Oye, precioso?- nada aún, ¿me estaba ignorando?. Una sonora carcajada sale de su boca, trata de taparse pero su risa se vuelve más grande.
¿Acaso se está riendo solo?. Se volvió loco y no aviso.
-¡AY, COÑO DE LA MADRE!- Se volteo a verme, en su cara una gran sonrisa y de sus ojos salían lágrimas de risa. Esto hizo que yo también riera pero no tan escandaloso. Pude ver que en una de sus manos estaba su teléfono.
Sigue riéndose por un buen rato, tanto que tuvo que sentarse en el piso mientras agarraba levemente su estómago. Yo lo veía sonriendo como nunca... Es una suerte que su dictadura ya haya pasado.
Se ve tan vivo, tan alegre. Emana un tierno brillo que me hace enamorarme cada día más.
-Ay no... Me duele la barriga, maldita sea- ya estable se pudo parar, le ofrecí mi mano y no dudó en recibirla.
-Bien, ¿ya me dirás que te mató de la risa?- lo acorraló sin malas intenciones a la baranda de las escaleras.
-Nada- Dijo sin alguna importancia. Con que con esa estamos...
-Así que nada, eh?- ahora nuestras caras estaban más cercas.-Te preguntare otra vez pequeño niño. ¿De que te reías?- no estaba nervioso, ni sudando...
-Te lo repito... Na-da.- Se acaba de ganar un pasaje a la sala de castigo. Verá quien manda aquí.
Me miraba con ojos llenos de adrenalina, sabía muy bien que pasaría... Sin previó aviso me acercó a su cuello y muerdo su piel.
-¡Mgh!~... ¡Rusia!~...- pequeños gimoteos recibo cerca de mi oído, haciendo estremecerme y suspirar.-¡N-no, ten-tengo que ir a alistar...¡Ahh!~.- Nada de alistarse, quien lo manda a retarme.
Sus jadeos cada vez se convertían en gemidos largos y placenteros. Mis manos se adueñaron de su cintura, subían tocando y excitando a mi chico.
Relamo mis labios y me separó un momento del cuello de Venezuela, miro su rostro avergonzado.
-Te lo dije... Ahora sabrás que debes hacerme caso-
-No te creas que me voy a dejar ganar tan fácil- ¿Pero de que esta hablando?.
Veo que se acerca y besa con lujuria mis labios. Sus manos se apoyan en mis hombros con dirección a mi nuca. A pesar de el ser mucho más bajo que yo, logra que de pasos hacia atrás , que ahora es me acorralaba contra la pared.
En un gesto rápido una de sus manos se pone encima de mi pene... Hace unos momentos creí que yo era el que controlaba las cosas, pero no... Me tomó por sorpresa sus movimientos.
Astuto venezolano.
Su mano va adentro de mi pantalón y ropa interior sin pena alguna, frotando la piel de la palma de su mano contra mi miembro.
-¡Ahg!~ ¡Venecia!~.- Ahora era yo el que sacaba gemidos algo sonoros. Siento como su mano agarra mi pene con algo de fuerza, sin ser brusco. Empieza a masturbarme de una manera tan... Exquisita.-¡Ve-Venezuela!~.- no podía evitar soltar palabras sin sentido.
Sigue así por un largo rato, siento que me iba a venir... De no ser porque el para con su vaivén. Le miro y una sonrisa pícara se le hace presente en sus labios.
-¿Que haces niño?- No responde, este se separa de mí y se dirije al baño.-¿Me dejaras de esta forma? Venezuela... Realmente quieres recibir un castigo?- El voltea su rostro aún de espaldas, ríe y sigue su camino.
Me es inevitable ver sus caderas moviéndose de un lado al otro, viendo esa figura tan delicada y esbelta que tenían ante mis ojos. Sin duda, Venezuela es un caso de otro mundo, un chico que no tiene comparación.
-¿Enserio creíste que ibas a preñar jevita hoy?. Que iluso amor- Termina de hablar para cerrar la puerta del baño.
Debo admitir que si pensé que se iba a dejar...
[...]
Venezuela cantaba en la ducha. Siempre lo hacía, cosa que me encanta que lo haga.
El no sabe que yo me pego a la puerta y me siento en el piso a escucharlo. Casi siempre cantaba algo en español, alguna gaita o música Llanera.
Pero hoy soltaba gemidos.
Dulces y excitantes gemidos, escuchaba atento como gimoteaba tratando de no ser escandaloso, pero es que le era inevitable soltar esos sonidos tan lascivos.
Y yo tenía que ocuparme también de mis asuntos. No tuve de otra y empece a masturbarme sentado en aquel piso frío. Embriagado por aquellos sonidos, mi cabeza va hacia atrás, a la misma vez suelto un suspiro lleno de placer.
-"¡Ahg!... ¡Ru-Rusia!..."- Venezuela... Me vas a volver loco.-"¡Mgh!~ ¡Mhmm!~."- Me lo imaginaba debajo del agua con vapor caliente, como las gotas caían sobre su cuerpo, gracias a la excitación sus piernas temblaban, mientras que podía ver su hermoso pecho subiendo y bajando lleno de marcas de chupones.
-Ve-Venezuela~.- Jadee su nombre con suplica. Como me encantaría tenerlo ahora mismo saltando sobre mí, gimiendo mi nombre.
El vaivén que cree con mi mano se hacía más rápido, al parecer Venezuela también estaba por llegar ya que sus gemidos se volvían más sonoros.
La increíble sensación de llegar al clímax recorre mis venas, amaba esa sensación tan placentera que llenaba todo mi ser... Pero por alguna razón todavía tenía una erección, además este se hacía más grande y palpitante, necesitaba ahora mismo más placer.
Escucho que Venezuela suelta un gran gemido, casi gritando. Se me hace una gran idea.
Me levanto, acomodo mi pantalón y toco la puerta.
-¿¡Cariño?! ¿Estas bien?- En mi voz fingía no saber nada y estar preocupado. Escucho como se levanta asustado y nervioso.
-S-Si amor, n-no te preocupes-
-¿No necesitas mi ayuda?~.- Digo con algo de inocencia y lujuria.
-Coño e' la madre, que si marico, estoy burda e' lo fino- Pauso un momento.-Lo que pasa es que me caí, pero no me paso más nada-
-Si tu lo dices... Aunque se escucho como un gemido- Vene se queda totalmente en silencio. Esperaba su respuesta, pero solo obtuve el sonido de la llave cerrándose.
Pasan los minutos y yo aún seguía tras la puerta, acomode mi ushanka ya que se había levantado un poco por el movimiento.
-¿Rusia?, Chamo sigues ahí?- En efecto, sigo aquí. Creo que porque me preocupa...o porque estoy aún con una erección y quiero saciarla.
-Vene, obviamente sigo aquí. Me preocupas- Algo difícil de tomar enserio ya que sonaba muy necesitado.
De nuevo, todo queda en silencio.
Derrepente la puerta se abre dejando ver a Vene con una expresión relajada y serena. Admire por un momento su figura de piel delicada.
Las gotas calientes caían sobre todo este, sus labios levemente mojados y rojos daban un toque especial a la vista, su delgada y bien formada figura hacían que me quedará con una cara de idiota.
-Epa... Chamo!...¡Epa! ¡Ciudadano!- Venezuela chasqueaba sus dedos en toda mi cara, me muevo un poco, pero aún así no podía dejar de ver aquella pequeña anatomía.-Marico, ¿pero que coño te pasa a tí? 'Tas más necesitao', naguara- No le preste mucha atención a lo que decía, estaba totalmente como un estúpido viéndolo.
Me iba a lanzar a besarlo, pero Venezuela se me adelanta dándome un pequeño pico. Luego de eso se va como si nada. Visualice su espalda, no era ancha ni mucho menos larga, era tierno verlo... Siendo tan pequeño y manejable, ya no estaban esas grietas tan horribles que dejaron marcas en su cuerpo. Pero aún con todo eso, lo amaba. Amaba con mi alma a ese pequeño venezolano.
Tomó su traje que antes estaba en la baranda y se encierra en el cuarto.
-Corazón, ¿acaso no te vas a vestir?- Mierda. Es verdad. En unas horas tenemos que irnos.
-Estaba esperando a que terminarás- Ríe y al fin cierra la puerta.
[...]
No se que mierda me esta pasando hoy.
Solo no dejo de pensar en el cuerpo de Venezuela.
Incluso no puedo evitar oler su ropa, que emana un exquisito aroma a chocolate con un toque de arepas.
Todo me recuerda, incluso salí un momento al jardín a tomar aire libre y las estatuas hechas de porcelana me recuerdan a su piel. El cantar melodioso de las aves a su voz tan encantadora y la suave brisa a su sonrisa.
Es un secreto que yo aveces fumo para liberarme... Pero hasta eso me hizo recordarlo.
En aquel humo toxico de color grisaseo, esta el. Seduciendome, llevándome al "paraíso". Tomaba mi mentón con sus finas manos, embelesado, quedo a su merced. Rezaba por que pudiera ver como de su pecho bajaban las gotas de sudor.
Recuerdo que sacudí varias veces mi cabeza para que saliera ese pensamiento tan impuro, pero el seguía ahí, dedicándome toda su atención...Se sentía tan malditamente bien. Sin dudar quería tocar su cuerpo, pero como espere, ese sentimiento era falso.
No lo entiendo... Si llevo cinco años junto a el, ¿Por que ahora quiero saciar mi sed de lujuria? Como si esperaba con ansias nuestra primera vez.
Bote aquel cigarrillo y entro a la casa de nuevo.
Al menos eso es lo que recuerdo que paso en la tarde, aun esa pregunta merodeaba por mi cabeza, al mismo tiempo que recordaba aquella seductora imagen de Venezuela.
-Vene. Te espero en el auto cariño-Vi a Venezuela poniéndose sus zapatos color negro. De nuevo me quedo encantado con su cuerpo. Se veía demasiado bien con ese traje de negro, lo hacia lucir tan tierno, el llamaría la atención de seguro. Una sonrisa boba sale de mis labios, ya ni sabia si el me hacia bien o mal...
-Claro, solo déjame terminar de ponerme los zapatos y bajo- Me dedica una sonrisa tierna, el se para y se ve en el espejo.-¿Que tal me veo?- Demasiado perfecto para mi. Mi mirada subía y bajaba por todo su cuerpo.
Ojala y me perdone por lo que voy a hacer.
Con mis manos en los bolsillos del pantalón elegante me dirijo hacia el. Lo abrace por detrás con amor, bese su mejilla con ternura. Ninguno de mis besos tenían malas intenciones, hasta que se me ocurre poner una mano en sus glúteos. Masajeo sin problemas, lindas y redondas. Un buen culo venezolano.
El no se queja ni se opone a las caricias que le proporcionaba. Ahora mis besos iban a su cuello, en mi nariz se hizo presente su aroma a perfuma de buena calidad. Tuve la oportunidad de volver a escuchar sus jadeos, volviéndose mi droga de nuevo.
Una de mis manos va hacia la cremallera de su pantalón. Sera algo rápido... ¿no?
-Eh, ¿q-que haces marico?, tenemos que irnos ya...Nos están espera¡Ngh!~.- Escuche como Venezuela balbuceaba palabras, fue mi culpa. Había metido mi mano adentro de su ropa interior.
Vene tenia una de sus manos en mi hombro y la otra tratando de llegar a mi nuca, se sostenía de mi y yo obviamente lo tenia tomado con seguridad.
-Sera rápido, no te voy a quitar la ropa- lo volteo y tomo su mentón para besarle con pasión.-Lo prometo-
-Coño e la madre, ahora por tu culpa voy a tener que hacerlo-Claro...si ya sentía su erección con ganas de salir.
Divertido vuelvo a besarlo con mas intensidad, caminamos juntos hacia atrás, buscando donde podíamos sentarnos. Siento como una silla estaba libre, sin dudar me siento con cuidado. Venezuela iba a quitarse la ropa pero no se lo permití.
-Dijiste que seria rápido y sera rápido- El mandaba y yo seguía sus ordenes. El sonrió con una mirada lasciva. La hebilla de mi pantalón fue quitada al igual que el botón, bajo la cremallera y con cuidado su mano toco mi miembro erecto.
Un gemido ronco escapa de mi boca, había lamido mi pene por encima de la ropa, sin previo aviso bajo este y paso toda su lengua por mi extensión.
-¡Ve-Venezuela~...Lo haces tan bien...- Miraba su cara, vi que le encantaba escuchar mis gemidos.
-Ahora, ¿quien es el que gime?- ¿Qué? ¿Acaso quiere retarme?.
-Que cosas dice Venezuela, si ya te escucharé diciendo que quieres que te folle más rápido- en sus ojos podía reflejarse la falta de atención sexual, necesitaba que alguien satisfacer su sed de pasión.
El siguió chupando mi pene, haciendo que sienta varios cortes eléctricos pasar por mis venas. Su cabeza creaba un excitante vaivén, la lujuria me traía mal de la cabeza... Es que simplemente, con solo verle de esta manera, hacía que en mi mente no haya ni un pensamiento que no sea impuro.
Después de un rato siento que voy a venirme, así que paro con aquellos movimientos y beso a Venezuela. Un dulce pero apasionado, jugueteaba con su lengua, dejaba escapar jadeos entre el beso. Estaba caliente, por eso debía encargarme de bajar su temperatura.
Sin avisarle lo tome y lo acosté en la cama, debajo mio se veía espectacular. Sus mejillas sonrojadas hacían que me enamorara mas de el. Con cuidado retiro sus pantalones, solo los baje, ya que estos se quedaron en los tobillos de mi Venezuela.
-Sabes que... Solo deseo amarte para toda la vida Venezuela- Esas palabras salieron de mi como si nada, es un sentimiento que no puedo evitar, quizás me es imposible no platicarle sobre cuan perfecto es su alma.
-Ahora lo se, sin ti, no soy nadie- Vi que algunas lagrimas salieron de sus ojos, no dude en retirarlas con mis besos, se me hizo demasiado tierno como sonreía. Esta se a vuelto mi escena favorita.
Después de que lo besara, me arrime un poco hacia el para estar mas cómodo.
-Realajate, ¿si?- el asintió esperando a que entrara en el. Con seguridad meto mi pene en su entrada, pequeños gimoteos salen de el, yo tampoco puedo evitar que salieran algunos gemidos.
Espero un momento para que pudiera acostumbrarse. Después de unos minutos al fin mueve sus caderas avisándome que podía seguir. No tardo mucho y empiezo a embestirlo, podía escuchar esos dulces gemidos, como los que escuche en la tarde.
-¡M-Más!~ ¡Más rápido!~.- Venezuela me pedía más acción y yo con gusto se la daba.
Cada vez mis estocadas eran de mayor velocidad, sentía que toda la sangre iba hacía un solo lugar. Era un gusto que yo solo tenía la oportunidad de verle de esta manera.
Mis embestidas se hacían regulares al pasar de los minutos, sus gemidos entrecortados lograban excítarme, a este punto era difícil que parara. Ví como su boca estaba totalmente abierta, de esta gemidos y jadeos se dejaban salir, sus ojos entreabietos me dejaban ver cuan embriagado por la lujuria estaba. Los sonidos lascivos que creaba con mi estocadas eran perfectos. No pude evitar besar sus labios, explore de nuevo con mi lengua su boca, un hermoso beso francés intensificaba el momento.
Seguí así hasta el punto de llegar al orgasmo, dejando que mi semen este dentro de el, el se corre conmigo. Agitado caigo sobre su pecho, sin aplastarlo. Escuchaba su corazón, igualmente agitado, dejamos que nuestro pulso se relajara.
-Feliz año querido- levanto mi cara, sorprendido veo el reloj de la mesita de noche. Efectivamente, eran las doce.
-Feliz año mi Venezuela- Me acercó a su cara y lo beso con dulzura.-A la mierda la reunión...¿Que dices?, ¿seguimos?- El me sonríe pícaro y sin previó aviso vuelve a besarme con intensidad.
-Vamos a disfrutar el nuevo año, juntos-
Tendré que proponerle matrimonio mañana.
[...]
-¿Crees que algún día lleguen?- habló el colombiano, dirigiéndose al chileno.
-De seguro, Rusia se la esta metiendo al pobre de Venezuela-
🌺🌺🌺
Ay banda.
Espero que me disculpen por prometerles vainas y no cumplirlas.
Por cierto, aprecion de Childish Gambino.
Es un Dios, necesita más atención;(
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