°14°
PoRqUe uSteDeS Lo piDieRoN.... AsiES
UN VENEZUELA ACTIVOOOOOO, y como a ustedes le gustaría leer a Rusia gimiendo como perra en celo... Se los traigo con todo el gusto uwu.
apreciación d mi esposo arriba muak. Créanme que es la mejor canción para CoJeR
JAAJAHSHAJ(pongan la canción cuando lo diga perrisB)))).
°14: Cambio de papeles.
Narrador omnisciente.
Venezuela...el país más visitado, una gran potencia del mundo, el favorito de la ONU, amado por muchos y odiado por pocos. Con sus grandes reservas de petróleo y minerales era imparable... Algo que le llamaba la atención a países pequeños como Rusia.
El país euroasiático tenía problemas en este momento, sus habitantes lo abandonaban en grandes cantidades, la taza de mortalidad aumentaba cada vez, llevándose desde niños hasta la tercera edad y un bruto al mandato no era lo mejor.
Necesitaba ayuda.
El veneco era conocido por ser malo en cuanto al tema de las parejas. No tenia tiempo para estupideces de adolescentes, algo que muchos admiraban.
Básicamente Venezuela era como el rey del mundo, todos temían ante aquel hombre de cara larga. Nadie sabia la razón correcta del porque era tan serio, siendo que su población es alegre y divertida. Se decía que su actitud era gracias a que su antigua pareja lo había engañado de la peor manera que se podrían imaginar, otros decían que fue que su padre había abusado sexualmente de el, lo cual se cree imposible ya que La Gran Colombia amaba con su alma a sus hijos, que el favorito era Venezuela gracias a su comportamiento tan inocente que desapareció con el tiempo dejándolo en el olvido...
Se volvió en un chico malo.
Rusia tampoco se podía salvar de ser un chico malo. En las calles se escucha como el eslavo le encantaba acostarse con su padre el soviético, que muchas veces se vio coquetear con el nazi, molestaba a la novias de sus amigos y las madres de estos estaban hartas de su presencia tan grosera. También se le vio muchas veces con hombres muy mayores, adentrándose a establecimientos para adultos.
Este mundo se había vuelto en solo pecadores.
Rosas y espinas.
En Reinas y perras.
La clase social que tenias era muy importante.
¿Un mundo de mierda... verdad?. Todos estaban condenados.
-Venezuela!- llamaba el argentino a su mejor amigo. Ambos vestidos de un traje de negro muy elegante e irresistible.-Hoy quiero llevarte a un lugar muy especial- pauso para seguir hablando.-Solo sera un rato... Créeme que te divertirás- Este sonrió con picarda y malicia.
-No. Tengo bastante trabajo por hacer. Las potencias jamas dejamos de trabajar- La voz del tricolor era firme, daba hasta miedo enfrentarle. Sabia que el argento no se iba a rendir hasta obtener lo que quería, algo que lo representaba muy bien.
Los dos países salían de la reunión ya terminada de la ONU, otra estúpida donde se hablaba que USA quería ser potencia, pero por octava vez había sido negado.
-Vamos... Te prometo que si te aburres yo mismo te llevare a tu casa- Ambos veían como países pequeños salían hablando decepcionados o con una expresión de tristeza en sus caras. A estos no se les permitía hablar al menos que alguna potencia del diera el permiso, algo injusto pero así había dicho México para controlar el ruido y para que todos sepan quienes mandan.
-Bueno...Pero ya lo sabes- Exclamo algo gracioso pero aun serio el de las ocho estrellas.-¿A donde me llevaras?- al fin llegaron al estacionamiento debajo del gran edificio.
-Oh, es una sorpresa querido viejo garca- Argentina se jugaba así con el, no era nada raro que se mandaran algunos insultos de vez en cuando.-Te pasare buscando como a las dos y treinta de la noche- Venezuela lo miro alzando una ceja.
-¿Por que tan tarde?- No podía estar tan despierto tan tarde, mañana en la mañana debía ir a Emiratos árabes.
-Porque a esa hora la cosa se pone buena- Termino de hablar su amigo para montarse en su mercedes benz.-Ya sabes... ¡¡Y NI SE TE OCURRA DORMIRTE!!- El bicolor arranco con fuerza y se marcho del lugar, dejando a un Venezuela pensativo.
Tal vez una pequeña distracción no haría nada mal. Pensaba que irían a por unas cervezas y Argentina buscaría a un cualquiera para un polvo y ya.
Siente la presencia de países bajos viéndolo algo sorprendido y asustados.
Venezuela solo los ignora y se monta en su Toyota ultimo modelo. Arranco con la misma fuerza que arranco su amigo y se largo de ese lugar tan monótono y aburrido.
Casi lo olvido... Ya nadie lo llama Pequeña Venecia.
Decía que ese nombre era débil y mierdero. Odiaba que lo llamaran de esa manera, incluso su hermano Colombia dejó de hablarle por unos meses porque lo llamó de esta manera en una de las fiestas de fin de año de la Organización.
En fin... No le gustaban recordar aquella estupidez que hizo.
Lo había pensado bien. Iba a acompañar a su mejor amigo a aquel lugar misterioso.
[Con Rusia]
-Ya no se que hacer... Cada vez estoy peor- Comentó triste el de ushanka, hablaba con el de las cincuenta estrellas.
-Oye bro, todo estará bien, vamos a demostrarles a esas potencias que nosotros podemos- Exclamó el norteamericano tratando de levantarle el ánimo a su amigo. Lo cual no funcionó ya que este se deprimió el doble.-Que tal si hablamos de otra cosa... Ah, si!, se me olvido comentar te sobre algo- término de tomar su jugó de naranja y se levantó para ponerlo en el lavaplatos.
La casa del gringo era acogedora. No tan grande como las de las potencias pero, algo es algo.
-¿Que pasa? Ahora en que lío te metiste América- dijo divertido el ruso, le entregó el vaso vacío a su mejor amigo.
-No es nada malo si lo piensas bien- vió que Rusia volteo los ojos.-No se si haz visto como últimamente que mi económia a mejorado bastante- esto ya olía a que había alguna trampa.
-Emm si. ¿Por que lo dices?- Rusia se acomoda en su puesto y pone sus brazos encima de la mesa.
-Oh... Pues digamos que, tengo ayuda de alguien grande- El ruso ya dudaba en las palabras de su amigo... USA era de esos chicos que le gustaba meterse en problemas, bueno, le gustaba que lo llamaran "bad guy".
-Ame, ya me estas asustando- El ruso volvió a acomodarse en su puesto.
-Okey, okey, te diré la verdad- el de cincuenta estrellas se acercó al oido, susurrando algunas palabras.
-¿¡QUÉ?! ¿¡ESTAS LOCO?!- El americano reía ante la reacción del eslavo.-Dios mío... ¿Estas hablando enserio?-
-Creeme que funciona... China hizo lo mismo, y miralo!... Su vida va a toda velocidad- Rusia trago saliva, ya sabía sobre la vida del asiático. Todo el mundo hablaba sobre esto.-¿Sabes?... Acompañame hoy, estoy seguro que te gustara- Insistía con una gran sonrisa.
-Pero...-
-Ahg, Rusia... Se que es una mala idea, también pensé eso la primera vez, pero ¡mira! Mi economía a mejorado bastante- pauso y se acercó un poco a la cara del tricolor.-¿Tu no harías lo que sea por tu gente? Solo para verlos sonreír, como los niños se divierten tranquilos- Tomo las manos de su amigo.-¿qué dices my friend?-
Era algo muy loco... Rusia no sabía que hacer. Era cierto que cualquier country haría lo que fuera para que su gente estuviera bién.
Que debía hacer...
-Esta bien- suspiro el eslavo, una buena idea no? Una buena decisión...
-Okey, ve a alistarte, nos vemos en la noche querido- USA obligó a al euroasiático a levantarse e irse. Prácticamente lo estaba corriendo.-A las ocho ya debes estar listo. Mucho trabajo nos espera- Habló pícaro Estados Unidos.
Se despidieron y quedaron en que el americano iba a ir a buscarlo.
Una buena idea...
[...]
Ya se había hecho de noche. Venezuela ya estaba preparado, no se cambió ni nada, no tuvo tiempo para ponerse algo más cómodo.
Este escribía rápido en su teclado, veía como cada letra se añadia a aquel texto, tenía levemente su ceño fruncido.
-"Señor Bolivariano?"- Una voz femenina se escucho en el intercomunicador.
-Aquí estoy- exclamó firme el veneco.
-"El señor Argentina lo llama"- No contestó y atendió la llamada.
-"Che, voy por ti en cinco"-
-Esta bien, no tardes mucho- colgó y se levantó. Ordenó un poco su escritorio, agarro su teléfono y se largo al fin de aquel cubículo tan grande.
-Buenas noches señor- Hablo la secretaria del venezolano, muchas veces ella había intentado acercarse a su jefe pero todos sus intentos han sido envanos.
-Buenas noches... Eh...-
-Karla señor, me llamó Karla- si no fuera porque estaba perdidamente enamorada del veneco ya lo hubiera mandado a la mierda.
-Eh si, cuando termines cierra todo- Venezuela se dirije hacia el ascensor, toca el botón de la planta baja y deja a aquella chica con una expresión de tristeza.
Venezuela estaba sumido en sus pensamientos, curioso a donde lo llevaría su amigo, confía en el... Pero muchas veces tenía que salvarlo de situaciones.
Alzó su visita cuando al fin llegó al piso.
-Buenas noches Señor Bolivariano- un señor de como treinta años se acercó hacía su jefe.
-Quiero que lleves mi carro a la casa, y si encuentro algún rasguño... Lo pagarás muy caro- le entregó las llaves y se retiró del lugar.
Minutos después una camioneta de color negra se paro en frente de Venezuela.
-Verga, hasta que al fin te dignas en llegar mamaguevo- Argentina mira mal al de ocho estrellas.
-Pelotudo, había una cola en el centro- Ambos ríen. Muy pocas veces se les ve riendo.
-Aja, ¿pa' donde coño vamos?- Venezuela no está tan acostumbrado a decir tantas groserías en frente de todos, solo con las personas de confíanza.
-Te podes esperar? No hemos ni arrancado y ya estas diciendo pelotudeces-
-Pero te tengo que preguntar porque no se si vas a venderme por el mercado negro-
-Boludo... Tranquilo- Argentina tocó el hombro del venezolano. Después de mucho al fin arrancaron.
P
asaron el rato hablando de cualquier tema, nada interesantes. Venezuela miraba a todos lados, aún dudaba si debía ir.
Un rato después al fin llegan a un tipo de estacionamiento, el lugar estaba algo alejado de la gran ciudad, el veneno se quito su corbata para no parecer tan elegante, desabotono uno de los botones de la camisa.
-Tu seguime y no la cagues- El bicolor se baja rápido, Venezuela trata de seguirle el paso.-Algunas reglas antes de empezar... Uno: no se habla de política, dos: no ofendas ni insultos al dueño, y tres: haz lo que quieras obedeciendo lo anterior- término de hablar para voltear su cara y sonreírle a su amigo.
Llegaron a la entrada de un callejón vacío, se acercaron al final de este. Argentina sin miedo toca una puerta algo oculta, la ventanilla de esta se abre de golpe dejando ver unos ojos, esta se cierra y se escucha como la cerradura se abre.
Alguien se asoma un poco dejando ver la mitad de la cara.
-¿Quién es el?- Una voz ronca se deja escuchar, el tipo después de hablar soltó un gran humo por la boca haciendo que llegará a las caras de ambos países.
-Es un amigo, creeme, es re piola- El Argento trata de convencer al hombre tras la puerta.
Todo queda en silencio unos cuantos minutos, Venezuela aún estaba firme con su típica expresión seria.
-Bien, ya sabes que pasara si se pasa de listo- al fin abrió la puerta dejándolos pasar.
Entraron y la primera vista que se podía encontrar era un corredor algo largo, al final de este tenía una luz led, era una palabra pero no se entendía muy bien.
Argentina avanzó de primero y lo siguió el venezolano.
La palabra ya se hacía entendible para la vista, eran unas letras de color rosadas con negro, este decía "CountryClub".
-Te vas a divertir- y así el del sol dejó pasar de primero a su amigo hacía adentro del establecimiento.
Venezuela cegado por la luz se tapó un poco para no dañar su vista.
En sus ojos la presencia de varios países que conoce. ¿Que era todo esto? Preguntaba en su mente el tricolor.
-Bienvenido al paraíso de las potencias- el Argento alzo ambos brazos dando una señal de bienvenida y mostrando lo que se le ofrece.
-No puede ser...- países pequeños bailando en un tubo, varias potencias lanzando billetes, a todos los reconocía... ¿Y como no? Si aquí era el gran secreto de el porque todos se iban rápido de la Sala de reuniones.
-¡Pero si es el mismísimo Venezuela! ¡La hiper mega potencia mundial!- Un México se acercó hacía ambos chicos, alagando al de ocho estrellas.
-¿Estados Unidos Mexicanos?-
-México pa' los compas-
-Che, este pelotudito tiene a las mejores perras esperando- Señalo al de el águila en el centro.
-¿Como que "Perras"?- Venezuela hizo comillas con sus dedos. No entendía nada de lo que estaba pasando.
-¿Sabes quien es Estados Unidos y Canadá? Seguro que sí, los hermanos gringos- Sabía quienes eran, muchas veces tuvo conflictos con el norteamericano. El canadiense era más pacífico.
-Claro que se quienes son- Los antes nombrados aparecieron, ambos con una clase de correa en sus cuellos. Estaban desnudos, obviamente tenían la parte de abajo cubierta pero en sus pechos habían marcas de mordidas, chupones de un fuerte color morado oscuro.
-Venezuela, te presentó a mis bebés azucarados- tomó la correa de ambos y los llevó hacía adelante para que los viera.
Estados Unidos estaba apenado ante tal burla y Canadá secretamente estaba enamorado del Venezolano, así que se imaginaran la vergüenza que los dos cargan.
Argentina vió que el ambiente estaba algo tenso así que decidió intervenir.
-Bueno! México! Tienes que atender tus necesidades, veo que necesitas ayuda-
-Es verdad... Mis niños, es hora que le ayuden a su papi- y así se los llevó jalando un poco de la correa.-ah, y Venezuela... Te recomiendo a unos chicos nuevos, prueba con Rusia- Finalizó de hablar y se retiró.
-Te voy a guiar, lo demás te dejaré a cargo ya que yo también tengo que encargarme de algunos asuntos- lo llevó hasta una clase de tarima, no tan grande pero tampoco tan pequeña.
-¡Bienvenidos de nuevo potencias! Sientanse cómodo, nosotros nos encargamos de que usted disfrute!, ¿quiere bebidas? ¡No hay problema! Nuestros empleados iran hacía usted y lo trataran como un rey o reina!- el presentador hablaba muy animado. Argentina sentó al veneco en una de las sillas.
-Nos re vimos, llamame si pasa algo-
-¿Qué? Argen...- no le dio tiempo de más reclamos, el ya se había ido. Vio como este se acercó al... ¿¡Reino Unido!?... Quien lo diría...
Venezuela no tuvo de otra, se quedó solo como siempre. Pidió unas cuantas cervezas para el.
Esta noche olvidará todo.
[...]
-Señorito! Quiero más alcohol-
[...]
Venezuela tiraba dinero, derrochando como loco.
Había un país bajo moviéndose en aquel tubo, realmente no sabía ni quien era... Los efectos de la cerveza ya hacían sus efectos.
[...]
-Ahora les presentamos a un chico nuevo!- ya eran como las tres de la mañana... Tal vez cuatro. Ya ni sabía con exactitud.-Rusia! Ven aquí querido!-
El ruso se acercó a donde se ubicaba el presentador, caminaba con timidez.
Venezuela dejó de lado la cerveza y puso toda la atención en este. Recordó como Rusia lo miraba muy a menudo, también recordo como este se ponía nervioso cuando su presencia estaba cerca.
Estaba totalmente desnudo, su ropa interior era lo único que llevaba puesto. También tenía una correa igual a la de su mejor amigo, esta era de un bonito color rosado pastel.
Iba a hacerlo de su propiedad.
-Muy bien Rusia! Muestranos que puedes hacer- Una música empezó a sonar haciendo llamar la atención de muchos. [Nota: si quieren pueden poner la canción uwu].
La introducción de la canción empezó a sonar, se acercaba a paso lento al tubo en el centro del escenario. Tomó de este y empezó a montarse en aquel tubo de oro falso.
Todas las personas lanzaban billetes como locos, Rusia tenía un buen cuerpo... Delgado, suave, nuevo... Eran cualidades que todo el mundo buscaba.
el eslavo tenía un color rojo muy intenso en sus labios y mejillas. Miraba a su alrededor, bastantes personas con una excitación que se notaba a distancia, hubo una que le llamó la atención... El tricolor de las ocho estrellas. Oh no.
Visualizó como aquel hombre firme tenía una sonrisa ladina en su rostro, mostrando sus dientes afilados. Determinado, su baile empezó a mejorar, siendo más atrevido en aquellos pasos.
Montones de billetes caían al piso del escenario, todo combinaba tan bien. Las luces de colores oscuros, el olor a alcohol y algo de droga, aquellos papeles de valor callendo. Hizo subir más el ego y orgullo del ruso.
Bajo de la tarima y se paseo por todos los puestos de los clientes... Lo amaban. Hacía movimientos muy subidos de tono, se sentaba encima de la parte íntima de los hombres y se meneaba con experiencia.
Así continuo hasta llegar al Venezolano, gustoso este abre sus brazos dando a entender que el también quería sentir la fricción. Lo que no sabía es que Rusia preparó algo para el.
El menor se acercó al oído del veneco y susurro.
-"Te haré sentir como una maldita estrella de rock"- Se separó de este gustoso, veía como sus pupilas habían aumentado gracias a la situación.
Venezuela saco unos cigarrillos, mucho más largos que lo normales. Dijo que una estrella de rock ¿no? Bueno... Debía entrar en el papel. Prendió uno de estos e inhalo aquel cigarrillo, exhalo aquel aire por la nariz. Rusia amaba lo que hacía.
No espero más y se sentó encima de este, hacía una fricción falsa por encima de la ropa, para Rusia era algo complicado ya que solo tenía su ropa interior y digamos que su "amiguito" ya estaba bastante parado.
El mayor disfrutaba como la hacía, apoyaba sus antebrazos en sus hombros, Venezuela tiraba su cabeza hacía atrás en señal de que le gustaba y volvía loco.
El eslavo se levanta y se voltea dándole la espalda al de traje de negro, se flexiona un poco, su espalda se arquea hacía adelante, su parte trasera se levanta con malas intenciones, ganándose una gran vista.
Las nalgas del ruso rebotaban al ritmo de la música, Venezuela saca su billetera y lanza billetes de un gran valor encima del euroasiático. Ambos se necesitaban, debían hacerlo. Un polvo no haría nada malo ¿verdad?. Igualmente el veneco no se rendiría hasta hacerlo suyo.
-¡Señor presentador! Ofrezco cien mil bolívares(El Bolívar si vale en este historia:'c)para pasar una noche con este hermoso chico- La voz del chocolatero hizo llamar la atención de casi todas las personas. El presentador se le hizo presente una gran sonrisa en su rostro, era la mejor cantidad de dinero que le habían dado.
-¡Vendido a el señor Bolivariano!- Muchos clientes se quejaban y murmuraban.
Venezuela agarro con fuerzas de la correa del ruso.
-Te follare y vas a gemir en mi oído diciéndome que quieres más- Hablo el mayor muy cerca de la cara del eslavo, este solo trago en seco.
En dueño del lugar les entregó unas llaves, uno de los mejores cuartos y el más caro del establecimiento.
Rusia se sentía nervioso, sudaba por la excitación, soltaba algunos suspiros dando a entender que necesitaba atención ahora mismo, sus piernas temblaban y sus labios igual.
El menor estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando fue que llegaron.
El primero en entrar fue el eslavo, veía desde la gran cama hasta productos en la mesita de noche, productos que eran usados para mejorar a la hora de tener sexo.
Avanzó con lentitud, iba a sentarse pero escucho como la puerta se cerraba y ponía el pestillo.
-Bien pequeña perra...-Venezuela se sentó en la gran cama abriendo sus piernas Enseñame lo que puedes hacer- desabrocho un poco su cinturón, Rusia lo veía con los ojos llenos de lujuria.
Sin más Rusia se monto encima del mayor y beso con desespero los labios del veneco. Venezuela llevó sus manos hacia la cintura del ya nombrado, tomó algo de fuerza y lo obligó a que hiciera otra vez esa fricción tan adictivo.
Venezuela se separó del beso, dejando caer un travieso hilo de saliva que los conectaba, admiraba los labios rojos del menor gracias al calor, veía el pecho de este, ni una herida ni nada, debía marcarlo aunque sólo fuera un polvo tenía la necesidad de hacerlo.
No espero mucho y fue directo a su cuello, jadeos y suspiros se dejaron escuchar en la habitación.
-¡Mhg!~ ¡Ve-Venezuela!~...- y como había dicho, gemia en su oído, como toda una perra.
-Vamos, gime para papi~.- mordió el hombro del pequeño.-Se que quieres que papi te folle como nadie lo a hecho- hacía un viaje de besos desde el hombro derecho hasta cerca del oído.
Cada palabra hacía estremecer al ruso, debía hacerlo ya, desde hace rato tenía muchas ganas y no dejaría pasar esta oportunidad.
-Quiero hacerlo ya... p-por favor Venezuela~.- giomoteaba el menor, su cara llena de suplica y sumisión excito demasiado al veneco.
-Como digas bebe- relame sus labios gustoso. Se paro y buscó un recipiente encima de la mesa, uno le llamó la atención en especial. Olor a vino de mora. Venezuela amaba el vino de mora.
Quito sus pantalones, seguido retira sus zapatos y su camisa blanca. Se acercó algo peligroso al menor, puso su cara cerca de la parte íntima del ya nombrado, con sensualidad y lentitud retiro la ropa interior. El miembro del eslavo estaba bastante parado, este no pudo evitar soltar un suspiro largo y sonoro, al fin liberándose de aquella tela tan molesta. Venezuela abrió las piernas del chico, beso los muslos, acariciaba cada parte haciendo ponerle los pelos de punta al menor. Sin previó aviso el mayor dio una lamida a la longitud del más pequeño, este arquea su espalda excitado, un gemido ahogado salió de su boca y sus ojos se abrieron como dos ventanas.
-Ve-Venezuela... Si-sigues así me voy a correr~.- El veneco hizo caso omiso y siguió lamiendo el pene del eslavo.
¿Su objetivo? Quería ver que tan débil es después de una buena masturbación.
Su cabeza subía y bajaba, creando un vaivén realmente adictivo.
-¡Ahg!~... ¡Venezziola!~.- Rusia no aguanto mucho y justo como dijo, se corrio en la boca del mayor. Este se limpia con uno de sus dedos aún viendo las mejillas del chico con un color carmín muy tierno.
-Sigo yo- El tricolor unto en sus manos aquel líquido, los llevó hasta su ya miembro bastante erecto. Las piernas de más pequeño se pusieron en los hombros del veneco haciendo que la vista sea más placentera.
Introdujo su pene en el orificio del pequeño, sin problemas pudo meter todo el pene dentro del chico.
-Mgh~...Pequeño niño, estas muy apretado~.-
-¡Ahg!~... Venezuela, ma-mas despacio!~.- el tricolor gemia levemente, sus cuerpos estaban brillando del sudor, Venezuela paro por un segundo, las respiraciones de ambos se escuchaban claramente.
El veneco no se contuvo y beso dulcemente al menor, Rusia encantado le sigue el beso. Es algo que había soñado, besar los labios de su crush, besarlo como si o existiera nadie más y solo importaran ellos dos. El disfrutaría el momento.
Sin más Rusia movió sus caderas dando la señal de que ya podía moverse.
Y así empezaron, Venezuela se movía con experiencia y Rusia gemia como una perra, no podía evitarlo, si el lo hacía tan exquisito, si solo el le estaba haciendo sentir en el maldito infierno, si solo el se dedicaba a hacerlo de la mejor manera.
Gemidos, jadeos, suspiros, gimoteos, el ambiente con mucho calor, todo era perfecto. Venezuela tomó de la correa del menor obligándolo a que lo mirarlo, Rusia sonreía mostrando sus dientes, de estos cayendo saliva, en sus ojos se notaba el nivel de excitación que tenía por dentro. Venezuela también estaba bastante excitado por cada embestida que daba.
El sonido de las pieles chocando se hacían más largos y algo irregulares, los gemidos más sonoros, ambos estaban tocando el cielo en el infierno.
-AHH!~ ¡TE AMO VENEZUELA!~.- Grito el ruso maravillado por ver las estrellas, este se corrio en su vientre.
-¡Ahg!... Rusia!~...- Unas cuantas estocadas más fuertes hizo el veneco para así llegar al esperado orgasmo.
-También te amo...- esas palabras hicieron enrojecer bastante al menor, nunca se hubiera imaginado que tales palabras lo hicieran bastante feliz...
🌺🌺🌺
AJA, MAMAGUEVXS, LOS ESTOY VIENDO NO?
MATÁNDOSE A PAJASOS, VAYAN A LA IGLESIAAAAA.
JAJAJJAJA ahRe.
Man... 4000 palabras, se me va a deformar el cerebro xdd
Será que Paula tendrá el valor de publicarlo? 🤔
Le gustaría que lo hiciera?
Si es así, les gustaría que haya Lemmon? O smut?
Sin más pendejadas que decir me despido. Muak los amo❤
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