Lisandro Martínez

Venía saliendo de mi carro para dirigirme a prepararme al entrenamiento cuando alcanzo a ver que del auto de Marcus sale el mismo ingles acompañado de Lockley. Me pareció extraño verlos llegar juntos pues si mal no recordaba, Mar ya no vivía con Rashford.

Algo le habrá pasado a su auto? Y si es así, por qué no me pidió ayuda?

-Todo bien?- me pregunta Antony llegando a mis espaldas.

Agito la cabeza -si, no es nada- abro la puerta del auto para bajar mi mochila.

El brasileño pone su mirada a los amigos ingleses -ay, Licha...- suspira Antony -termina con Kaya y dile a Mar lo que sientes de una vez.

Reacciono de manera negativa ante su comentario -parece ser que tu estás más interesado en Mar, por qué no vas a preguntarle que salga contigo?

Antony me sonríe -no, hermano- niega de inmediato -no te podría hacer eso. La británica es linda, no lo niego. Pero es tu chica.

-No, Lockley no es más que una amiga- dejo en claro y caminamos a la entrada alcanzando a los amigos ingleses.

Es Rashford quien saluda primero -mis latinos favoritos!- expresa.

-Que no te oiga Casemiro- bromea el brasileño.

-Meh, me lo debe por lo que me hico hace unos días- rueda los ojos.

Mar ríe -eres un chillón.

Rashford frunce el ceño -tu también eres muy quejosa- rescata para defenderse.

-Oye! Eso no es verdad!- lo golpea en el brazo.

-Ves!!- razona Marcus.

-Idiota- desvía la mirada.

Noto que los gestos de Antony indican que trama algo -oye, Rashi, acompáñame a buscar mis tenis que creo que los dejé aquí.

El número 10 lo mira extraño -que no te puede ayudar Licha?

-Nah, tiene asuntos pendientes con Mar- lo fulmino con los ojos -me lo agradecerás más tarde- me guiña el ojo y los chicos nos dejan solo.

La morena me sonríe -qué es tan importante que necesitaste la ayuda de tu amigo?- pregunta curiosa.

Busco qué responderle -conoces a Antony, para nada discreto- me rasco la nuca -quería comentarte si había pasado algo raro con tu auto o apartamento porque te vi que llegaste con Marcus.

-Oh..! No es nada preocupante. Mi hermana tuvo problemas en cuanto a su auto, por lo que me pidió si le prestara el mio, es todo.

-Ah! Ya veo... desconocía que tenías una hermana.

-Si, su nombre es Lizbeth. Puedes conocerla cuando quieras- responde -me tengo que apurar a terminar mi trabajo, luego nos vemos.

-Si, si. También me tengo que apresurar- los dos íbamos a la dirección contraria, por lo que no mido mi fuerza a tal punto de que la empujo un poco fuerte haciéndola perder el equilibro. Consigo tomarla de su pequeña mano para jalarla hacia mi y evitar que se caiga.

Nuestras narices se tocan la punta de la otra, siento su otra mano colocarse en mi pecho buscando soporte, yo por inercia rodeo su cintura con mi brazo libre para que se sienta segura. Su mirada indicaba que estaba sorprendida por cómo nos encontramos mientras que yo me muestro sólido ante ella.

Finalmente se despega un poco -fíjate por donde caminas- pide burlona cortando nuestra tensión y se separa totalmente de mi.

La veo caminar de espaldas -hey, Mar!- le hablo por última vez -ya sabes que me tienes para lo que sea, lo digo enserio- respondo.

La británica me sonríe -lo sé- contesta y ahora si dejo que se vaya.

Mar Lockley

Siendo honesta, me gustaba trabajar más cómodo con la presión de terminar las cosas rápido que tomarme mi tiempo causando que me estresara en exceso. Estaba a punto de terminar cuando una llamada me interrumpe.

Me fijo en quién es y contesto la llamada -Rúben! Interrumpes mi motivación de trabajar- respondo.

Escucho que el portugués reír -solo te hablaba para saber si podías ir a lo de esta noche- pregunta.

-Planeaba sorprenderte llegando a tu casa- revelo -pero arruinaste la sorpresa.

-Ay no! Olvida que te llame- me sigue el juego -de todas formas planeábamos pasar por su hogar a verlas- desvela.

Aquello me hace interrumpir mi trabajo -"planeábamos"? Acaso Rodri también viene a ver a Liz?- cuestiono.

Rúben se toma su tiempo -Mar, no me mates. Es mi mejor amigo, quiere hablar con tu hermana.

Suelto un suspiro -bueno, yo fui quien le dio la idea de que actuara por su cuenta. En fin, que Liz me va a matar si le digo.

-Y si no le dices?

-De todas maneras sufro el mismo destino- contesto provocando que el defensa central se ría. Escucho que tocan mi puerta -Rúben, me tengo que ir, nos vemos esta noche- me despido.

-Ya no puedo esperar más- y finaliza la llamada.

Indico que pueden entrar dejando ver a Marcus -hey, estaba pensando en después de ir a trabajar, Liz, tu y yo podemos ir a cenar. Qué les parece?

-Ay, que lindo de tu parte, Rashi. Lamentablemente tenemos planes- rechazo con amabilidad.

El futbolista toma asiento -oh si? Qué van a hacer?

Dudaba en si revelarle toda la verdad -fuimos invitadas a una reunión de una fundación. No nos quedó de otra más que aceptar- respondo discretamente.

-Ah ya veo, bueno, pues si buscan distraerse, las puedo acompañar- insiste.

Su respuesta me toma por sorpresa -descuida, Marcus. Podremos con esto.

Eventualmente Marcus se levanta algo desanimado -bueno, esperaba convivir con ustedes. Por cuánto tiempo estará Liz?

Con eso, empezaba a especular el repentino interés -quieres a Liz, cierto?

Noto que el británico se sonroja -le tengo cariño por ser una amiga cercana cuando éramos pequeños, es todo. Tiene mucho que no hablo con ella.

De nuevo me veo en la necesidad de detener mi trabajo -mira, Rashi, hoy no está disponible, pero cualquier otro día si lo está. Sólo disimula, quieres?- le doy unas cuantas palmadas en su hombro.