Mar Lockley

Cómo de repente mi vida llegó a un estado de calma una vez que por fin estaba con Lisandro Martínez. El argentino me transmite sus energías para que yo no me sintiera tan cansada luego de mi jornada laboral.

Era mi motivación para seguir en esta vida.

Ahora mismo estaba en mi oficina intentando trabajar pues una visita inesperada me estaba ofreciendo un poco de entretenimiento cuando oigo que tocan la puerta.

Lisandro me cubre de la parte de arriba que traía desnuda -quién es?- cuestiono un tan asustada.

-Mar! Déjame entrar ahora- pide mi hermanita Lizzy.

Trago saliva -mierda, es Liz!- se oía preocupada.

El argentino me lanza su camisa -ponte esto. Yo me encargo de tu ropa- apenas nos estábamos saboreando de la parte de arriba.

Le hago caso caminando a la entrada vistiendo su camisa -Liz...!- ni tiempo me da de saludar pues entra fugazmente.

-Mar, Mar, Mar!!! Por qué diablos cerraste la puerta... Marcus me venía...- corta cuando ve a Licha sin camisa y con mi ropa en sus manos -oh... los interrumpí.

El defensa sonríe -un poco, sí. Descuida, qué necesitas?- pregunta.

Lizzy suspira -si no te importa, quiero hablar con Mar a solas- pide respetuosa.

-Oh! No hay problema- se encamina a la puerta.

-Luego te devuelvo a tu novia- avisa Lizbeth pícara.

Ahora yo me interpongo -ehh... Liz... Lisandro aún no me pide...

-Descuida- me interrumpe -te lo iba a preguntar esta noche en la cena pero gracias Liz por spoilear la sorpresa- agrega divertido.

Lo observo con ojos de amor -luego nos vemos- me despido y ahora si estoy con mi hermana a solas -por qué ahora evitas a Marcus?

Mi hermana busca qué responderme -hermanita, todo este tiempo que he pasado con Marcus, me ha hecho extrañar a Rodri.

-Pero te a pedido que seas su novia o...?

-Está a nada- interviene -pero no encuentro la manera de rechazarlo.

Aclaro mo garganta -y Rodrigo? Has hablado con él?

-Me ha pedido que lo fuera a buscar una vez que se me pasara el enojo con él.

-Lizzy, yo creo que tienes que ser directa con Marcus. Entenderá todo- insisto.

Liz traga saliva -no quiero lastimarlo o romperle su corazón...

Abrazo a mi hermana mayor -pero tú tampoco puedes estar inconforme con algo que no te gusta solo para satisfacer a esa persona- explico basándome en mi más recién experiencia -primero tienes que ver por ti propio bien. Amas a Rodrigo, no a Marcus. Recuerda que no solo tus sentimientos están en juego, sino que también involucras a terceras personas.

Mi hermana analiza lo que le digo -no tomar una decisión es también tomar una decisión- cita -hablaré con ambos, Mar- me abraza demostrando que está por fin segura de sí misma.

-Ve por ellos, hermana- aliento.

Camina a la salida -me alegra por fin verte más liberada- resalta -Lisandro te hacía falta y él a ti. Se complementan tan bien- explica.

Se me escapa una sonrisa -lo se- acierto -al fin estoy con alguien maduro que me ha hecho una persona más responsable- describo.

Lisandro Martínez

Mar llega a mi casa unos minutos después de la hora que indiqué. Portaba una chaqueta y falda blanca, un top al rojo vivo junto con botas largas que le llegaban hasta las rodillas. Estaba peinada con una cola de caballo alta. Simplemente hermosa para mis ojos.

-Eres radiante...- se me escapa decir sorprendido.

Ella me sonríe -recuerdas este outfit?- pregunta pícara.

-Si no me falla la memoria, con ese mismo conjunto atrapaste mi atención en mi reunión de bienvenida- cómo olvidar aquel día que le había puesto el ojo.

Mi chica ríe -efectivamente. Te era imposible despejar la mirada de mi- su cuerpo choca con el mío logrando que huela su seductor perfume.

La tomo de la cintura con dos de mis dedos rozando su trasero -no se como le haces pero cada que te veo me impresionas más- jugueteo con ella.

Se pasa su lengua por su labio superior -eres único en el mundo, Lisandro- confiesa.

-Solo por ti, preciosa- beso sus pequeños pero gruesos labios que siempre me incitan a hacerles algo más. Mar me responde subiendo la intensidad al jugar con mi lengua.

Deseaba hacerla mía en estos momentos pero la cena se enfriaría si comienzo con el postre -tenemos que comer.

-Oh pero yo ya lo estoy haciendo- su boquita baja a mi cuello adueñándose de este.

Escapo una risita -esto es una cena para hacer lo nuestro oficial- explico.

La británica se separa de mi -solo basta con una pregunta- desvela.

Sonrío al ver sus ojos que reflejaban deseo y lujuria -Marlene Lockley, te gustaría ser mi novia?- pregunto por fin.

-No deseo otra cosa en este mundo más que estar junto a ti el resto de mi vida- rodea con sus brazos mi cuerpo hundiendo su rostro en mi pecho transmitiendo su cariño y afecto.

Puede que yo soy el primer chico del que Mar se haya enamorado haciéndome especial en su vida pero ella me ha salvado de la mía. El amor que nos tenemos era mutuo y correspondido desde la primera vez que nos vimos, nos conocimos resultando en un giro de 180 grados en nuestro entorno.

-Bueno, ahora si vamos a cenar- respondo alegre.

-Me puedes adelantar lo que vamos a comer?- desea saber.

La tomo de la mano para dirigirnos al comedor -te gustará, es un platillo típico de Argentina.

-Mmhh! No puedo esperar- se emociona -y de postre?

Me atrevo a lanzarle una mirada pícara -creo que te encantará aún más.