【 𝟏: 𝐓𝐨𝐦𝐚𝐧𝐝𝐨𝐬𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐨 】


Viernes, 20:00 pm, algún lugar de Funky City.

Era una fría tarde de noviembre. Llevaba nevando un par de horas, como no era habitual allí, y toda la ciudad estaba cubierta por una gruesa capa de nieve.

A pesar de ser el día perfecto para quedarse en casa, con un café y una buena manta, Boyfriend se encontraba caminando con dificultad por el centro de la ciudad.

¿Por qué? Bueno, era viernes y, como siempre, debía acudir a una de sus batallas de rap. Y el mal tiempo no era una excusa para faltar a ellas, incluso si eso suponía caminar durante un buen rato con medio metro de nieve frenándole el paso.

—Por Dios, a este paso no llegaré nunca... ¿Que hora es?— Boyfriend sacó el celular de su bolsillo y le echó un vistazo, llevándose una mano a la cabeza— ¿¡Las ocho!?

El peliazul cayó de rodillas sobre el suelo nevado, emitiendo un "beep" triste.

—Voy a llegar tarde de nuevo— se lamentó el chico, hundiéndose un poco en la nieve—Sigue nevando y ni siquiera estoy cerca del sitio a donde debo llegar...

Viendo que se hundía, Boyfriend intentó levantarse del suelo, pero solo se quedó ahí. Teniendo en cuenta que estaba arrodillado, y que ya de por sí era bajo, la nieve le llegaba hasta la cintura.

—¿En serio?— el chico intentó moverse, pero no hubo cambio— Agh, lo que me faltaba. ¡La BEEP madre! 

El peliazul siguió intentando salir de ahí, pero sus piernas estaban inmóviles, y sus brazos no eran lo suficientemente fuertes para ayudarlo a salir. Así que solo se quedó golpeando la nieve como podía.

Mientras hacía eso, escuchó unos pasos lentos a su espalda.

—«Oh, genial, lo que faltaba. Alguien que viene a reírse de mi»— pensó el chico, de mal humor por la situación 

Dejó de patalear, y la persona a su espalda habló.

—¿Hol-? 

—¿Que quieres?— preguntó Boyfriend de forma desagradable, girándose hacia ella— Si has venido a reírte, mejor vete, gracias 

Después de decir eso, echó un vistazo a quien había tratado de saludarlo.

Se trataba de una mujer alta y delgada, de unos 20 años, con los ojos grandes y una mata de cabello rosa hasta la cintura. También tenía la piel de tres tonos de rosa, por lo que se asemejaba a un helado napolitano, a ojos del chico.

Vestía además una gabardina, un gorro de lana y una bufanda, que se ajustó mientras miraba a Boyfriend con curiosidad.

—Me llamo Sarvente— le dijo la chica, ignorando el comentario borde del chico, lo que lo sorprendió— ¿Necesitas ayuda?

—No...— dijo el peliazul, pero luego corrigió— Bueno, a lo mejor

Sarv no respondió, pero le sonrió con dulzura. Después, sin decir nada, lo tomó de ambas manos y lo elevó hacia arriba, liberándolo de la nieve y dejándolo de pie frente a ella.

—Oh, eso fue rápido— comentó Boyfriend— Graci-

—¡Por el amor de Dios, tus manos están heladas!— exclamó la chica, interrumpiéndolo— Debías de llevar un buen rato ahí... ¿Estás bien?, ¿no te habrás resfriado?

Fue al decir eso cuando Boyfriend se dio cuenta de que ambos estaban aún tomados de las manos. Eso hacia la situación algo extraña, pero a la vez agradable, de algún modo.

—Si, tranquila, no pasa nada— el peliazul rió un poco, desviando la vista— Además, las tuyas están... cálidas

La chica se tranquilizó al oír eso, y sonrió también. Envolvió las manos de Boyfriend con las suyas, y las tomo más fuertemente, intentando calentarlas.

—¿Mejor?— preguntó ella, volviendo a sonreírle al chico— Así no deberías tomar frío

—S-Si, gracias, ya estoy mejor

—¡Perfecto!

Y era cierto, Boyfriend no mentía. 

Su frío no solo se había esfumado, sino que sentía que estaba a punto de derretirse, al ver a aquella chica hablarle dulcemente, mientras seguían tomándose de las manos.

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