cinco.




LA OTRA MUJER !
( capitulo cinco )

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                SYDNEY APENAS DURMIÓ DOS HORAS anoche. Sólo podía pensar en Ethan casi besándola. Y cuando lo hacía, una sensación cálida y confusa se agolpaba en su estómago.

Su mente se dejaba llevar por la idea de lo que habría pasado si sus padres hubieran llegado a casa dos minutos más tarde. Pero lo que más confundía a Sydney eran sus sentimientos. Había jurado que odiaba a Ethan, más aún después de lo que le dijo en aquel armario.

      —Sydney, escucha a tu padre—.Exigió su madre, limpiándose un lado de la boca con la servilleta.

Sydney levantó la vista, sacada de sus pensamientos y casi toda su atención puesta en su padre.—¿Hmm?—

       —Vamos a tener una reunión de negocios durante la cena aquí con el equipo de campaña el viernes por la noche, y estoy seguro de que les encantaría verte.—Sonrió, apretando la mano de su esposa sobre la mesa.

Sydney siempre había odiado que la obligaran a asistir a las reuniones de negocios de su padre. Francamente, eran aburridas y normalmente inútiles. Dejó el tenedor junto a su plato y esbozó una sonrisa tensa.—De acuerdo—.

La pareja compartió una mirada de incredulidad.—¿En serio? ¿Eso es todo? ¿No hay pelea?—

Sydney no iba a obedecer tan fácilmente; tenía otros planes en mente.—¿Puede venir Ethan?—

La pregunta no sólo sorprendió a los padres de Sydney, sino a ella misma. La que más. Sin embargo, se le ocurrió un plan y había sabido exactamente cómo hacer enojar a su padre. Trayendo al chico que más odia a su cena más querida.

       —¿Sigues viendo a ese chico? Pensé que te habíamos dicho que te alejaras de él. Él... arruinará tu futuro—.

La chica puso los ojos en blanco.—Mi futuro va a Columbia con Ben porque fuiste ahí—.

        —Exacto—,asintió, metiéndose trozos de panqueque en la boca.—Ves, Ben es una buena influencia. ¿Por qué no le invitas?—.

La madre de Sydney tarareó encantada.—¡Mm, sí! Hace tiempo que no lo vemos—.

         —Yo no voy a invitar a Ben a cenar—.

El señor Gilmore apoyó el codo en la mesa y levantó una mano.—Creo que sólo lo queremos en la cena—.

Sydney suspiró, tomando su mochila del suelo y levantándose de la silla.—De acuerdo. Hasta luego—.























                ETHAN NO LLEGÓ A PRIMERA HORA. Así que se quedó recopilando información para el proyecto que tenía que entregar mañana. Y por mucho que Sydney no quisiera, estaba deseando ver a Ethan. Aunque hubiera sido la interacción más incómoda que habían tenido hasta entonces.

       —¿Por qué estás tan triste?—La voz del señor Shapiro la sobresaltó. Ella parpadeó y él estaba apoyado en su escritorio.—¿Es porque tu compañero te obliga a hacer todo el trabajo?—.

Sydney se rió.—Sí. Qué imbécil—.

Levantó un dedo.—Ah, no diré esa palabra pero sí—.

Sydney sonrió, sorprendentemente agradecida por el intento del profesor de aligerar el ambiente.

       —Puedo darte un día de prórroga. No tendrás que presentarte hasta el viernes—.

       —Gracias, señor Shapiro—.

Sonrió con un movimiento de cabeza, haciendo un gesto silencioso de 'de nada.'

Sydney siguió hojeando sus apuntes y el señor Shapiro volvió al frente del aula.

        —Hola, Sydney—,llamó Devi desde delante de ella. Sydney suspiró, temiendo ya la futura conversación que tendrían las dos.—¿Sabes dónde está Ethan?—.

Los ojos de Sydney se abrieron de par en par. Mierda.—¿Por qué iba a saber dónde está Ethan?—.

Se encogió de hombros.—Dijo que estuvo en tu casa anoche—.

Ahora Sydney estaba confusa.—¿Qué? ¿Por qué te dijo eso?—

        —Ustedes dos son compañeros en este proyecto, ¿verdad?—

Correcto. Sí. Eso es lo que pasó anoche. Estudiando. Sydney asintió, el alivio llenando su cuerpo.—Cierto, pero no sé dónde está—.

          —Por cierto, señor Shapiro, ha sido una verdadera lástima que no me dejara ser compañera de mi novio—.

Novio. Sydney casi besó al novio de alguien. Como si no fuera lo suficientemente desordenado, ahora ella había sido la otra mujer.

         —Sé que casi se besan, zorra —

A Sydney se le secó la garganta y sintió que se le aflojaba la mandíbula.—¿Qué?—

         —Oh, no dije nada.—

Quizá realmente estaba privada de sueño si se había imaginado que Devi la llamaba zorra. Sydney dejó escapar otro suspiro mientras tomaba su bolso y caminaba hacia la puerta.—Problemas de mujeres—.

Por suerte, el pasillo estaba vacío. Se giró hacia la izquierda de la clase y apoyó la cabeza en las manos.

Sydney no entendía cómo se había metido en una situación en la que era ella la que hacía trampas. Técnicamente, no lo había hecho. Pero también sabía que Ethan y Devi terminarían juntos.

Se pasó una mano por el pelo y giró sobre sus talones, sin desear otra cosa que salpicarse la cara con agua fría. Estaba agotada y necesitaba algo que la despertara.

Sin embargo, al final del pasillo estaba Ethan. De todas las personas, Ethan estaba ahí de pie, observando su colapso interno.

          —Señorita Gilmore, ¿qué está haciendo aquí?—le preguntó la señora Thompson desde su puerta.

Sydney tragó saliva.—Estaba volviendo a clase—.

         —No tan rápido, tenemos que hablar de la Universidad. Pasa—.



©FAISTSLUVRR

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