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010. ┊໒ ⸼۰CHAPTER TEN
❛La primera prueba❜
Roy miró a los estudiantes de Hufflepuff con irritación, normalmente él se llevaba bien con todos los estudiantes, pero desde que Harry salió como un cuarto campeón estos no han dejado de molestar e insultar a su hermano.
—¡Roy!
El chico ignoró el llamado.
—¡Espera Roy!
Sintió como le tomaban el brazo y lo detenían, se giró a mirar a Cedric quien parecía un poco agitado por correr.
—Amigo, yo-
—Escucha, Cedric, no creo que sea buen momento.
—No, no, déjame decirte-
—¡Vámonos Cedric!
—¡Sí, no te juntes con el hermano de Potter!
Roy rodó los ojos al escuchar a los amigos de Cedric y los supuestos "Hufflepuff".
—Hazles caso —Roy iba a retomar su camino pero Cedric lo impidió.
— Escúchame, lamento mucho lo que le están diciendo a Harry, les pedí que no las usarán, pero-
—Como sea —le resto importancia.
—No, eres mi amigo Roy, y necesito que sepas que pase lo que pase seremos amigos —Roy frunció el ceño, y asintió de mala gana.
—Me molesta que la gente le diga cosas a Harry, él ni siquiera puso su nombre y solo tiene catorce años —se mostró frustrado.
Cedric asintió poniendo su mano sobre el hombro de Roy dándole un apretón.
—Estoy seguro de que Harry logrará salir a salvo de todo, además, tiene a su hermano inteligente con él —tanto Roy como Cedric se rieron por eso y el castaño asintió.
—Gracias, tengo que ir a buscarlo, cuídate amigo —Cedric asintió y dejo que esté de fuera de una buena vez por todas.
Cedric lo miro irse y suspiró con resignación, meneo la cabeza y comenzó a alejarse también.
( . . . )
—¡Apuestas! ¡Hagan sus apuestas!
—¡Anímense amigos!
—¿Qué nos dices Roy?
—Sí, ¿Quieres apostar? —Fred y George habían llegado al lado de Roy.
El chico frunció el ceño y les dio un manotazo.
—No apostaré por nadie —les hizo saber. Estaba demasiado nervioso para pensar en las apuestas.
—Yo lo haré, cincuenta galeones a Harry —Jack les tendió una bolsa a los gemelos, quienes sonrieron con emoción.
—Apuesto otros cincuenta —Lydia les tenido otra bolsa.
—¡Estupendo!
—¡Increíble diría yo!
Una vez que los gemelos Weasley se fueron, Roy le prestó atención a su alrededor, sus padres, su tío Sirius y Remus estaban en unas gradas más arriba. Todos igual de nerviosos que él. Sin embargo, su atención se dispersó a la chica castaña que se acercaba con una cara de preocupación.
—Hermione —Roy le trato de dar una sonrisa.
La chica al verlo suspiro y se aferró a su brazo con nervios.
—No puedo ver, estoy demasiada nerviosa y si a Harry le pasa-
—No, no le va a pasar nada —la detuvo antes de que dijera algo más.
La chica asintió con remordimiento por pensar en lo que estaba pensando de su amigo Harry.
—¿Eileen? ¿Todo bien? —Jack llamó la atención de todos para ver a la chica quien se comía las uñas con nerviosismo.
—¿Qué? —miro a los presentes mientras soltaba sus uñas y se paraba de manera correcta—. De maravilla, solo estoy deseando estar en mi cuarto y no aquí perdiendo el tiempo —bufo mientras miraba hacia otro lado.
—¡Roy! —el chico se giró para ver a Kendall, parecía apresurada. Una vez que llegó con él lo saludo con dos besos.
—Kendall —le sonrió con las mejillas rojas.
Hermione bufó de inmediato y soltó con fuerza el brazo de Roy, quien la miro enseguida mientras se iba.
—Espera, Hermione, que-
—¡Es momento de comenzar!
Eso llamó aún más su atención y se centró en el hecho de que la primera prueba iba a comenzar.
Roy dejó de lado su confusión al ver a Hermione alejarse. Ahora no era el momento de preocuparse por sus cambios de humor. Su atención se centró en el anuncio de la primera prueba. La multitud comenzó a agitarse, y el rugido de los dragones resonó en el aire, haciendo que la tensión aumentara en el ambiente.
Roy, Jack, Lydia y Kendall se acercaron a las barandillas para tener una mejor vista de la arena. Roy buscó a Harry con la mirada, pero aún no lo veía. Las manos le sudaban mientras se frotaba las palmas contra su túnica.
—Él puede con esto —murmuró Jack a su lado, aunque sus propios nudillos estaban blancos de tanto apretar la barandilla.
Lydia, con el ceño fruncido, se inclinó ligeramente hacia adelante. —¿Creen que le toque el Colacuerno?
—Espero que no —respondió Roy con un gruñido. Sabía lo peligrosos que podían ser esos dragones, y aunque confiaba en Harry, no podía evitar sentirse protector.
De repente, una voz mágica amplificada anunció:
—¡Damas y caballeros, la primera prueba está a punto de comenzar! El primer campeón que enfrentará a su dragón será... ¡Cedric Diggory!
El rugido de la multitud llenó el estadio, y Roy sintió una pequeña punzada de alivio. Aún quedaba algo de tiempo antes de que Harry saliera. Sus ojos buscaron entre la multitud hasta encontrar a Hermione, quien estaba sentada unas filas más abajo, mirando fijamente la arena con el ceño fruncido. La vio girar la cabeza cuando Kendall, la chica de Beauxbatons, se inclinó hacia Roy, con las mejillas sonrojadas.
—¿Estás negvioso por tu hermano? —preguntó Kendall con su dulce acento francés.
Roy le dedicó una sonrisa tensa. —Un poco.
Hermione, al escuchar la voz de Kendall, tensó la mandíbula y cruzó los brazos. Se inclinó ligeramente hacia adelante, como si tratara de concentrarse en la arena, pero Roy no podía dejar de notar cómo giraba los ojos al ver a Kendall hablando con él.
—Estoy segura de que Harry lo hará increíble —añadió Kendall con una voz suave, haciendo lo posible para calmar los nervios de Roy.
—Gracias —respondió Roy distraídamente, luego pareció recordar algo—. ¿Cómo estás tú? Olvide que Fleur está compitiendo.
—Estoy bien —le restó importancia—. Fleug lo hará ingreible —trató de no mostrar tanto su preocupación por su amiga.
Roy la abrazo de costado para mostrarle su apoyo, Kendall sonrió con la cara roja al mismo tono de su cabello. Hermione bufó suavemente desde su lugar y de repente se levantó, alejándose de las gradas con pasos decididos. Roy notó su partida y abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por el rugido ensordecedor del dragón.
—¡Y ahora, el siguiente campeón en enfrentarse al desafío es... Harry Potter! —anunció la voz mágica. Que rápido habían pasado los demás, ya era el turno de su hermanito.
El estadio enmudeció por un segundo antes de estallar en un frenesí de vítores y murmullos. Roy sintió que su corazón se detenía por un instante. Todos los nervios que había intentado controlar explotaron al mismo tiempo.
—¡Maldición, el Colacuerno! —exclamó Jack, reflejando los pensamientos de todos al ver qué dragón le había tocado a Harry.
Lydia, con el rostro pálido, murmuró: —Esto es una locura.
Roy no dijo nada. Se inclinó hacia adelante, con los ojos clavados en la arena. Y entonces lo vio. Harry apareció, luciendo más pequeño que nunca junto al imponente dragón que lo esperaba.
Hermione reapareció en las gradas, claramente preocupada, pero permaneció en silencio. Roy, ignorando la presencia de Kendall a su lado, murmuró:
—Vamos, Harry... tú puedes hacerlo.
La primera llama salió disparada, y Harry comenzó a moverse.
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