𝐯𝐢𝐢𝐢. 𝗍𝗁𝖾 𝖿𝗈𝗎𝗋 𝖼𝗁𝖺𝗆𝗉𝗂𝗈𝗇𝗌

008. ┊໒ ⸼۰CHAPTER EIGHT
Los cuatro campeones



Era sábado por la mañana cuando Roy bajo a desayunar, era normal que el bajara temprano, pero no le sorprendió ver a todos los estudiantes de Hogwarts despiertos. No cuando habían invitados y estaban en medio de un concurso.

Llegó a su mesa para poder comer algo antes de ir a la biblioteca para regresar su libro. Pudo observar el cáliz de fuego y sonrió, había recibido una carta de su padre donde este le decía que se inscribiera, también recibió una de su madre donde le decía que no le hiciera caso a su padre. De todos modos, Roy no tenia la edad para hacerlo. Ni las ganas.

—¡Hola! —Roy levanto la vista para encontrarse a la rubia de anoche y una vez más, la pelirroja estaba a su lado.

—Hola, buenos días —les sonrió, Roy—. ¿Puedo ayudarlas?

—«Clago» nos preguntamos si podemos hacerte «compagnia» —la rubia señalo los asientos junto a él.

Roy frunció el ceño pero nunca borro su sonrisa, se hizo a un lado y amabas chicas se sentaron.

—Soy «Fleug» Delacour —se presentó la rubia sonriedo, le tendió su mano y Roy la tomo dándole una beso—. Y ella es mi amiga —empujo a la pelirroja quien levantó la mirada con timidez.

—S-soy Kendall Rain —murmuro en voz baja, Roy le sonrió por igual y tomo su mano para dejar un beso justo como lo hizo con Fleur.

Sin embargo, está vez era Hermione quién entraba al comedor quien vio el intercambio.

—¡No puede ser! —exclamo Harry—. ¡Roy encontró a su pelirroja! ¡Tengo que contárselo a papá!

—¿Qué? —Hermione miro a Harry en busca de respuesta.

—¡Su pelirroja! —señalo a la chica—. ¡Papá dice que todos los Potter están destinados a una pelirroja!

Hermione quiso morir.

—Entonces, ¿cómo las está tratando Hogwarts? —el castaño dirigió su mirada a amabas Francesas.

—Me gusta mucho el lugar, aunque en Francia «tenegmos» una «egtuctuga» maravillosa —Fleur era la extrovertida y Kendall la introvertida.

—Me imagino que si —asintió el mirando a ambas—. ¿Y a ti que te parece?

—Es hermoso . . . —le dijo mirándolo—. Aunque a-aun no se dónde está . . . —se calló un momento y Roy vio sus mejillas sonrojarse—. . . la bibliotec-ca.

—¡Ah! —el chico se acomodó con atención—. Yo iré después de desayunar, puedo llevarte —le ofreció.

—¡Estupendo! —Fleur aplaudió—. Ahora a desayunar —les ordenó a ambos y Roy sonrió.

No tenía ni idea de porque se habían sentado con el pero no eran unas malas personas, y si bien Fleur le gustaba comparar Hogwarts y su escuela, no lo hacía de mala manera, le había caído muy bien la chica. Por otro lado, Kendall empezó a tomar confianza y entendió porque se llevaba bien con la rubia.

En ningún momento Roy noto la mirada matadora de Hermione a lo lejos, cuando terminaron de desayunar, Fleur les dijo que los vería después y Kendall y Roy comenzaron a caminar a fuera del comedor.

—Te ayudaré con tus cosas —se ofreció el chico tomando el bolso de Kendall quien sonrió tímidamente—. Te gustará la biblioteca, es enorme y tiene libros de todo el mundo, en todos los idiomas e incluso, muggles —le dijo lo último con un tono misterioso.

Kendall río, pero se mostró emocionada. Cuando iban pasando por la mitad de la mesa de Gryffindor el castaño escucho su nombre.

—¡Roy!

—Es mi hermano y sus amigos, te presentare —ambos caminaron hacia ellos.

—H-hola —Ron suspiró viendo a la chica quien se escondió un poco detrás de Roy.

—¡Hola, chicos! —los saludó—. Ella es Kendall, viene de Beauxbatons y es-

—Una veela —se escuchó el murmuró de alguien.

—Mi amiga —termino Roy sonriéndole a la chica quien le sonrió.

Hermione vio el intercambio y noto el bolso de Roy cargaba.

—Lindo bolso —no pudo evitar comentar.

Roy la miro enseguida y luego al bolso.

—¡Gracias! —se lo tomo como si fuera una broma, obviamente sin notar el tono y la mala cara de Hermione—. Es de Kendall.

Hermione bufó y rodó los ojos.

—Bueno, iremos a la biblioteca, nos veremos después —Harry le levanto los pulgares a su hermano quien negó y siguió su caminó, miro a Hermione pero esta evito su mirada.

Una vez más, no entendía a la chica.


( . . . )



—Bien, el cáliz está casi preparado para tomar una decisión —anunció Dumbledore—. Según me parece, falta tan sólo un minuto.

Roy sonrió emocionado, Kendall y Fleur en la mesa de Ravenclaw, la rubia lo había arrastrado a su mesa para poder esperar el momento donde anunciarán los campeones. Hermione por su parte, miraba la mesa azul con molestía.

El profesor Dumbledore sacó la varita y ejecutó con ella un amplio movimiento en el aire. De inmediato se apagaron todas las velas salvo las que estaban dentro de las calabazas con forma de cara, y la estancia quedó casi a oscuras. No había nada en el Gran Comedor que brillara tanto como el cáliz de fuego, y el fulgor de las chispas y la blancura azulada.

De pronto, las llamas del cáliz se volvieron rojas, y empezaron a salir chispas. A continuación, brotó en el aire una lengua de fuego y arrojó un trozo carbonizado de pergamino. La sala entera ahogó un grito.

Dumbledore cogió el trozo de pergamino y lo alejó tanto como le daba el brazo para poder leerlo a la luz de las llamas, que habían vuelto a adquirir un color blanco azulado.

—El campeón de Durmstrang —leyó con voz alta y clara— será Viktor Krum.

—¡Era de imaginar! —gritó alguien, al tiempo que una tormenta de aplausos y vítores inundaba el Gran Comedor.

—¡Bravo, Viktor! —bramó Karkarov, tan fuerte que todo el mundo lo oyó incluso por encima de los aplausos—. ¡Sabía que serías tú!

Se apagaron los aplausos y los comentarios. La atención de todo el mundo volvía a recaer sobre el cáliz, cuyo fuego tardó unos pocos segundos en volverse nuevamente rojo. Las llamas arrojaron un segundo trozo de pergamino.

—La campeona de Beauxbatons —dijo Dumbledore— es ¡Fleur Delacour!

Tanto Kendall como Roy aplaudieron con emoción y la chica abrazo a ambos para después sacudir la cabeza para retirarse y caminó por entre las mesas de Hufflepuff y Ravenclaw.

Cuando Fleur había desaparecido también por la puerta, volvió a hacerse el silencio, pero esta vez era un silencio tan tenso y lleno de emoción, que casi se palpaba. El siguiente sería el campeón de Hogwarts… Y el cáliz de fuego volvió a tornarse rojo; saltaron chispas, la lengua de fuego se alzó, y de su punta Dumbledore retiró un nuevo pedazo de pergamino.

—El campeón de Hogwarts —anunció— es ¡Cedric Diggory!

Roy se puso de pie mientras gritaba, su amigo iba a ser campeón, cuando Cedric paso junto a Roy estos se dieron un abrazo mientras se sonreían.

Naturalmente, los aplausos dedicados a Cedric se prolongaron tanto que Dumbledore tuvo que esperar un buen rato para poder volver a dirigirse a la concurrencia.

—¡Estupendo! —dijo Dumbledore en voz alta y muy contento cuando se apagaron los últimos aplausos—. Bueno, ya tenemos a nuestros tres campeones. Estoy seguro de que puedo confiar en que todos ustedes, incluyendo a los alumnos de Durmstrang y Beauxbatons, darán a sus respectivos campeones todo el apoyo que puedan. Al animarlos, todos ustedes contribuyen de forma muy significativa a…

Pero Dumbledore se calló de repente, y fue evidente para todo el mundo por qué se había interrumpido. El fuego del cáliz había vuelto a ponerse de color rojo. Otra vez lanzaba chispas. Una larga lengua de fuego se elevó de repente en el aire y arrojó otro trozo de pergamino.

Dumbledore alargó la mano y lo tomo. Lo extendió y miró el nombre que había escrito en él. Hubo una larga pausa, durante la cual Dumbledore contempló el trozo de pergamino que tenía en las manos, mientras el resto de la sala lo observaba.

Para este punto Roy estaba sin habla, que estaba pasando. Finalmente, Dumbledore se aclaró la garganta y leyó en voz alta:

—Harry Potter.

Entonces el mundo de Roy se cayó en pedazos.

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