xxi





𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟐𝟏

"𝘜𝘯 𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘋𝘪𝘰𝘴"



ALYSSA

Todos nos habíamos quedado en silencio después de la pequeña pelea de Mi-Jin y Dae-Su y de que Esko amenazara con tirarlos del balcón si no cerraban la boca. Nadie se atrevía a decir nada sobre el sacrificio de Joon-Yeong y del señor Nam, pero algo teníamos claro.

Ellos eran héroes.

— ¿En qué piensas? —La voz de Cheong-San hizo que lo mirara para luego suspirar.

—Esto me parece una mierda —Murmuré tomando su mano—. Cada vez que estamos cerca de ser libres, algo terrible tiende a pasar. Y tengo miedo de que alguien más quiera sacrificarse, no soportaría perder a nadie más.

Cheong-San acarició el dorso de mi mano, para luego llevarla a sus labios y dejar un pequeño beso en esta.

— No tenemos que preocuparnos, pero si esto es el final, al menos estoy junto a ti. —Me dio una pequeña sonrisa—. Aunque yo tengo que pensar en cómo le diré a tu tío que estamos juntos.

Reí ante la mención de mi tío: — Creo que primero querrá ahorcarte, pero entre Esko, August y yo te pondremos a salvo. Lo hablaremos en la mañana, ¿está bien?

El chico asintió rodeando mi cuerpo con su brazo para acercarme más a él, mientras nuestras manos seguían unidas.  Ha-Ri y Mi-Jin habían vuelto de buscar una salida, pero fue un caso totalmente inútil.

— Abajo está repleto de zombies, moriremos si intentamos cruzar por ahí —Habló la de cabello corto.

— Hay una puerta que da a la montaña —Nos recordó la arquera.

— Pero allí está lleno de zombies.

El silencio se hizo presente, hasta que escuchamos a Esko.

— ¿Y si usamos eso para poder llegar a la azotea? —Señaló unas pequeñas escaleras—. Si alguien logra ir a la azotea y grita, hará que los zombies lo sigan y así el primer piso podrá quedar vacío y los demás tendrán la oportunidad de escapar.

— Creo que funcionará —Habló Su-Hyeok.

— No —Respondimos On-Jo y yo mirando a mi hermano.

— Podría ser la única forma.... —Dijo Cheong-San.

— Ya dije que no —Me mantuve firme—. Juntos empezamos esto, y juntos lo terminaremos.

— No quiero que nadie más se sacrifique —Respondió On-Jo mirando con seriedad a mi hermano.

— Yo opino lo mismo que ellas —Dae-Su levantó su mano, dándonos la razón.

Inmediatamente, Woo-Jin y Hyo-Rung apoyaron nuestra petición.

— Entonces, nos toca esperar —Mi-Jin se volvió a sentar, soltando un suspiro.

— ¿Acaso tienes un plan?

— Tal vez si vuelve a llover, no nos podrán escuchar —Respondió la asiática.

— Ella tiene razón, mis rodillas me duelen, eso es señal de que pronto lloverá —Todos miramos al cielo, el cual estaba totalmente despejado—, o tal vez no tan pronto.

— ¿Escuchan eso? —Susurró Nam-Ra, haciendo que todos volteáramos hacia ella.  

— ¿Qué cosa? — Preguntó Su-Hyeok.

— Están diciendo que nos cubramos —Hizo una pequeña pausa—. Habrá explosiones. Tendremos que refugiarnos —Dice alarmada.

— ¿Explosiones? ¡¿Dijiste explosiones?! 

— Con un demonio, lo que me faltaba — Escuché gruñir a Esko.

 — Nam-Ra, ¿puedes volver a escuchar? — Pregunté mirando a la chica.

— Serán en la intersección Hyosan, la Universidad Futuro.... y nuestra escuela. Bombardearán nuestra escuela.

— ¿Esos hijos de puta intentarán matarnos? —Escupió Esko con enojo—. ¡Que se joda el patriarcado!

— ¿Cuándo lo harán? 

— Sólo dicen que debemos evacuar. —Respondió la surcoreana—. Tenemos que ir a un lugar subterráneo o a un baño.

Todos comenzaron a murmurar sobre alguna idea para poder escapar sin que los zombies nos intentaran atacar, hasta que un grito nos heló la piel a todos.

— ¡Cheong-San! —Aquel grito fue de una furia total.

— Es Gwi-Nam —Murmuré mirando como Cheong-San tomaba el bate de Esko para luego pararse lentamente.

— Ese maldito nunca se muere

— Cheong-San, no lo hagas —Lo tomé del brazo en busca de detenerlo.

— No, quédate detrás de Ha-Ri, ¿está bien? —Cheong-San se safo con cuidado de mi agarre y camino hasta ponerse delante, junto con Su-Hyeok y mi hermano.

— Quizá escuchamos mal, ahora todo está tranquilo.

El plástico fue retirado de la ventana, mostrando el aterrador rostro de Gwi-Nam, junto con una macabra sonrisa asomándose por este. 

— Aquí estás —Dijo con cierto toque de diversión, salto hacia el—. Y veo que cuidaste a mi futura esposa.....

Al decir aquello, Cheong-San se lanzó a golpearlo, pero Gwi-Nam logró esquivarlo y tomó al pelinegro del hombro para que se golpeara contra la pared, haciendo que cayera al suelo.

Gwi-Nam saltó hasta quedar frente a todos nosotros, y mientras sonreía macabramente, colocó uno de sus pies sobre el pecho de Cheong-San, haciendo que este comenzara a quejarse de dolor. Su-Hyeok se le fue encima a Gwi-Nam pero el bullie reaccionó más rápido y golpeó a Su-Hyeok tirándolo de la estructura  y haciendo que quedara colgado.

— Dos pájaros de un tiro —Exclamó Gwi-Nam mirando como Su-Hyeok intentaba sostenerse del borde.

Mi-Jin y Esko fueron los primeros en ir a ayudar a Su-Hyeok, mientras que Gwi-Nam levantaba a Cheong-San del cuello, me miro macabramente, amenaáandome con arrogar al chico por el borde. Me estaba muriendo del miedo, de terror. Y más, al ver como Gwi-Nam torcía el brazo de Cheong-San acercando su boca a este.

Y fue cuando recordé lo que Esko me había dado antes de salir del gimnasio.

— ¡Gwi-Nam! —Le grité al chico, logrando que se detuviera—. ¡Suéltalo, por favor!.

Gwi-Nam río amargamente, acercando más a Cheong-San al borde: — ¿Por qué debería hacerlo, mi dulce Alyssa?

— Si lo sueltas y lo dejas libre al igual que mis amigos...... te prometo irme contigo.

Las negaciones de los chicos no se hicieron esperar en cuanto termine de decir aquello, Cheong-San me miró negando, pero tenía que hacerlo. 

— ¿En verdad estarías dispuesta a todo con tal de salvar a estos mierdecitos? —Preguntó apretando el brazo de mi novio.

— Estás demente si crees que dejaré que lo haga... —Murmuró Cheong-San.

Haré lo que sea necesario para que mi familia este a salvo.

Quizás los demás pensarán que estoy mal, pero no me pueden culpar, el amor me enloqueció.

Gwi-Nam sonrió y me extendió su mano libre.

— Primero déjalo ir —Ordené mirando a Cheong-San con lágrimas en los ojos.

— ¿Cómo sé que no romperás tu promesa?

— Yo siempre cumplo mis promesas. 

Mentira, no había podido cumplir mi promesa con Na-Yeon y quizá, no podría cumplir mi promesa con Cheong-San.

Gwi-Nam lo pensó pero finalmente arrogó a Cheong-San lejos del borde, donde Woo-Jin y Dae-Su lo ayudaron a levantarse. Miré a Esko con tristeza, pero el asintió, sabiendo que no haría que cambiará de opinión.

Volteé a mirar al bullie, quien aún extendía su mano hasta mí, me acerqué con paso lento hasta él, tomando su mano. Gwi-Nam me acercó hasta su cuerpo, pasando rostro por mi cuello.

— Esto es lo que siempre debió ser —Murmuró dejando un beso en la piel de mi cuello— Tú y yo juntos, al fin.

O tú pudriéndote en el infierno, en donde siempre debiste estar —Susurré para enterrar la navaja de Esko en el estómago del chico.

Gwi-Nam soltó un gemido de dolor, alejándose de mí y mirando la navaja enterrada en su piel.

— ¡Maldita perra! —Antes de que alguno pudiera reaccionar, Gwi-Nam me tomó del cuello, apretándol con fuerza.

— ¡Alyssa! —Cheong-San y Esko intentaron acercarse y Gwi-Nam acercó mi cuerpo hasta el borde.

— ¡Si dan un paso más, ella se muere! —Amenazó, logrando que los chicos detuvieran su andar—. Pudimos ser felices juntos mi bella americana, pudimos haber formado una bonita relación, pude haber sido como Cheong-San.

— ¡Tú nunca..... serás como Cheong-San! —Dije con dificultad pero sin dejar de mirarlo con odio.

— Es una lástima.

Dicho aquello, me soltó del cuello, empujándome por el borde de la azotea.

— ¡NO!

Una mano me tomó antes de que cayera completamente al vacío, Cheong-San sostenía mi mano con fuerza, intentando subirme junto con él.

No te dejaré caer, Gwen Stacy —Dijo dándome la otra mano.

Gwi-Nam apareció detrás de Cheong-San, y antes de que le advirtiera, el quejido de dolor saliendo de los labios del chico marcaron lo inevitable.

Gwi-Nam había mordido a Cheong-San.

— Vamos Cheong-San, déjala ir.

Un fuerte zumbido hizo que Gwi-Nam se alejara de Cheong-San, para segundos despúes caer al vacío.

Otro par de manos ayudaron a Cheong-San a subirme, Su-Hyeok me tomó del brazo, jalando hacia arriba mientras que Cheong-San se alejaba de nosotros mirando su herida.

— ¡Lyssa! —Esko me envolvió entre sus brazos, apretándome con fuerza, mientras que yo hacía lo mismo.

— ¿Lyssa? —La voz de Cheong-San hizo separarme de mi hermano.

— Estás bien —Murmure acercándome a él, pero se alejó—. No es lo que tú crees, estarás bien —Intenté tomar su mano, pero la quitó rápidamente—. Cheong-San....

— Lyssa —Cheong-San murmuró mirándome con tristeza—. Él día de hoy.... nadie morirá.

Negué levemente a la par que varias lágrimas se escapaban por mi rostro, escuchando los sollozos de los demás.

Por favor, no me dejes —Pedí con la voz quebrada.

No tenemos opción, nubecita —Respondió acariciando mi mejilla con la yema de sus dedos.

Cheong-San arrancó su etiqueta y se acercó más a mi, extendiéndome la pequeña tela roja.

— Conserva esto, por favor —Surruró el chico, tomé con sumo cuidado aquella etiqueta.

— Y tú conserva esto —Lleve mis manos hasta aquel collar, para quitármelo y ponerlo en la mano del chico— Sólo promete, que algún día volveremos a vernos y colocarás ese collar en mi cuello, como la primera vez.

— Lo prometo —Sonrió debilmente, sosteniendo el collar en su mano.

Cheong-San se acercó hasta mí, para que nuestros labios se juntaran en un aparente último pero necesitado beso, un beso lleno de tristeza, furia, lágrimas, pero también de amor.

Un hermoso y mágico amor, que a la vez, se convertía en un triste, hermoso y trágico amor.

Cheong-San se separó de mí, dedicándome una última sonrisa. Caminó hasta la ventana, pero se detuvo, volteándose hasta mí.

Y me sostuvo entre sus brazos, envolviéndome en un delicado abrazo.

Tú salvaste mi vida, Alyssa —Murmuró en mi oído.

Y tú también salvaste la mía —Susurré de vuelta.

Cheong-San se separó del abrazó, y junto nuestras frentes y narices con delicadeza. Sonreí tristemente, intetando grabar su rostro en mi mente, sus facciones, sus bellos ojos color obscuro, la dulzura de su sonrisa, el sonido de su risa. 

Recuerda que te amo, Gwen Stacy. 

Te amo, Peter Parker

El pelinegro sonrío débilmente para luego empujarme hacía tras, siendo sostenida por las manos de Su-Hyeok.

— Su-Heyok, vayan al primer piso —Pidió Cheong-San—.  Por favor, cuídala. Sé que tú la mantendrás a salvo.

— ¡Cheong-San! —Intente ir detrás suyo al verlo cruzar la ventana, pero los brazos de Su-Hyeok me detuvieron.

Los gritós de Cheong-San se oían claramente, rompiéndome el corazón en cada palabra, pero lo que me destruyó completamente, fueron aquellas últimas palabras.

El día de hoy... yo soy.... el chico más feliz!

— Ha-Ri —La llamó Mi-Jin—. Es hora.

— Lyssa —La voz de Esko se escuchaba lejana—. Vamos, hermanita, pase lo que pase, no te detengas.

Esko y On-Jo me tomaron del brazo para que pudiera caminar y así cruzar la ventana junto a los demás.  Todos comenzamos a correr por las escaleras hasta la salida de la construcción.

— ¡Rápido!

Para nuestra suerte, ningún zombie se mostró en nuestro camino, ni siquiera el cuerpo de Gwi-Nam se veía a los alrededores. 

Todos corrimos hasta llegar a una de las colinas a las afueras de la escuela, Ha-Ri y Mi-Jin iban hasta delante, mientras que mi hermano y On-Jo seguían a mi lado.

Pero mi cabeza seguía repitiendo lo que había ocurrido.

Lo había perdido a él también. Perdí a la persona que me enseñó lo que era amar otra vez, perdí al chico con el que  escuchaba música sin importar que, con quien podía reír, con quien me había sentido yo misma por primera vez.

Había perdido a mi ancla.

El ruido de una explosión nos puso alerta, haciendonos detener nuestro paso. A lo lejos, se podía ver una gran nube de fuego que poco a poco se acercaba a nosotros, y lo único que logramos hacer fue tirarnos al suelo, dandonos cuenta como todo lo que habíamos conocido era consumido por el fuego en cuestión de segundos.

Esko se colocó encima de On-Jo y de mi, en un intento de protección, mientras cubría nuestras cabezas con sus brazos.

Y de pronto, todo se volvío obscuro.





(......)


Los rayos del sol se hicieron presentes al día siguiente, todos seguíamos sin decir nada sobre lo que haríamos a partir de ahora.

Los quejidos de Dae-Su era lo único  que se escuchaba, mientras que Esko intentaba curar aquella herida.

— Dae-Su, necesito que te quedes quieto —Dijo mi hermano.

— Pero me duele papá Esko —Se quejó el asiatico.

— Necesitamos irnos de aquí. Su herida puede infectarse y comenzará a dolerle más, quizás no pueda seguir caminando.

Yo me levante quedando en frente al camino por donde habíamos llegado, necesitaba volver.

— Es hora de irnos —Su-Hyeok se paró a mi lado, poniendo una mano en mi hombro—.  Vamos Lyssa.

— No puedo irme así —Le respondí para voltearlo a ver—. Lo lamento, ¿podrían esperar un poco?

— Alyssa —Esko se acercó hasta nosotros.

— Por favor, sólo necesito un momento

Me alejé de ellos para comenzar a caminar rumbo a la escuela, Nam-Ra, Su-Hyeok, Esko y On-Jo se unieron en mi camino, y juntos ingresamos a lo que quedaba de aquella construcción. El seintimiendo del vació se hizo presente al ver como todo estaba destruido, las cenizas y el escombro se hicieron presentes en todo el piso.

Pero aún tenía la esperanza de que él sugiera con vida.

— ¡Cheong-San! — Grité con fuerza, esperando tener una respuesta, y las lágrimas no se hicieron esperar cuando no obtuve respuesta alguna—. ¡Cheong-San eres un idiota!

Caí de rodillas, dejando que mis lágrimas corrieran a traves de mi rostro. No podía soportarlo, una vez había escuchado que lo que bien empieza, bien terminaba.

Pero yo ahora me encontraba dentro de un nuevo infierno.

— Alyssa — Nam-Ra se agacho para quedar a mi altura—, ya no huelo nada aquí, ya no hay nadie. Tenemos que despedirnos de Cheong-San.....

— Él no puede morir — Susurré sacando su etiqueta del bolsillo de mi chaqueta—, él lo prometió. Lo prometió.

—  Lyssa —Esko me envolvió entre sus brazos—. Cariño, ya no está —Murmuró con tristeza.

Fue en ese instante en donde me derrumbe sin miedo de que los demás me vieran.

Quería gritar, quería romper todo a mi alrededor. Sentía furia, impotencia, dolor, pánico.

No puedo dejarlo ir, no quiero dejarlo ir —Esondí mi rostro en el pecho de Esko, sintiendo como mis lágimas empapaban su camisa.

 Solamente quería hacer un trato con Dios, lo haría cambiar nuestros lugares, y así, Cheong-San podría seguir con vida.






Ya no hay buena vida Bart, sólo vida.

¿Estoy destrozada? Si

¿Me dolió escribir esto? Si

¿Estoy llorando en este momento? Definitivamente.

Debo admitir que no quería llegar a este capítulo porque sabía que me iba a destrozar escribirlo, y no ayudo el escribirlo mientras escuchaba Folklore :c

¿Qué les pareció el capítulo?

¿También están rotas? Levanten la mano quien si lo este.

Es que bro, las refecencias escondidas me dolieron el doble </3

Sólo nos quedan 3 capítulos y el epílogo, I'm not ready señor Barriga 

En fin, me despido deseándoles una bonita mañaña, tarde o noche♥

Y pido perdón por las lágrimas derramadas durante este capítulo.

Lxs amo ♥♥♥♥


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