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Era un lunes cerca del atardecer, la gente caminaba por las calles como solían hacer todos los días, esta calle era famosa por lo diversa que era, fácilmente podrías encontrarte cualquier tipo de tienda, prácticamente era un lugar que favorecía a los vendedores y dueños de los locales por la gran presencia de clientes.

Por allí era famoso una tienda donde su especialidad eran los dulces, por allí ofrecían una gran variedad de dulces a su publico aunque la mayoría solo eran ofrecidos a menores, pero, también preferida por los adultos, fanáticos del azúcar.

Los dulces son atrayentes y más por los niños, su delicioso sabor a azúcar hace que tus papilas gustativas se derritan, de tan solo pensar en la gran variedad que existen.

Bueno, no nos despistemos del tema.

Por aquel local atendían algunos de los pocos empleados, uno mayor de edad y un joven acerca de los 22 años, este chico llamado Kevin era quién se encargaba de atender la tienda los lunes y viernes, raras veces lo respaldaba su otro compañero de trabajo, Rick.

Podríamos deducir que a este joven nunca le fascino la idea de trabajar y más cuando se trata de, niños, son irritables, molestos y en algunas ocasiones siempre tiene que lidiar con otro problema pendiente pero no puede hacer nada al respecto, necesita un sustento para satisfacer sus necesidades, básicas y el trabajo es lo único que ayuda en estos momentos.

En uno de estos días Kevin se encontraba barriendo y limpiando la tienda, lo casual, cuando sonó la campana de la puerta ya se entendía que un nuevo cliente llego, rápidamente, empezó a guardar las cosas para atender al, ¿grupo de personas?, no eran muchos pero bueno..

—Buenos días, ¿en que le puedo ayudar?— pregunto a su contrario quién era un chico de su misma estatura —. Buenos días venimos a por unos dulces, como esos de allí — señalo un frasco de dulces sabor a naranja —. Oh enseguida! —

Saco una bolsa de papel y empezó a colocar los dulces mientras el otro chico miraba a su alrededor, volvió a pedir otros.

—Quisiera también dos barras de chocolate, eso seria todo— comento para luego esperar su orden

Kevin prosiguió a sacar los chocolates pero mientras el hacia eso se sentía vigilado por una extraña razón, no le tomo mucha importancia y siguió con el pedido, 

—Muy bien seria 12.50 por favor — rápidamente el chico saco el dinero y pago el precio correspondido recibiendo los dulces que pidió —. Muchas graci ... — no pudo terminar ya que un chico de pequeña estatura lo interrumpió

Aquel era de la misma edad de Kevin pues solo se diferenciaba por su estatura y físico.

—Hey! Ethan este lugar es muy lindo tal ves deberíamos ir constantemente, se ve que tienen un buen gusto por los dulces! — dijo con una sonrisa dichosa —. Bien pero no interrumpas una conversación, esta bien? — respondió un poco molesto

Mientras ambos amigos hablaban, kevin solo miraba no le importaba mucho, estuvo por sacar su celular cuando uno de ellos le dirijo la palabra.

—Bueno perdón por eso, de todos modos gracias ya me tengo que ir — se notaba la incomodidad que tenía aquel chico —. no importa.

Luego aquel grupo salio del local, solo que uno de ellos caminaba lento y con la mirada clavada en alguien, tal vez le causo mucho intriga saber sobre ese trabajador pero no podía iniciar una conversación así por así, y más si se trataba de un completo desconocido.

—Hey streber, no vas a venir? — pregunto su contrario —. Oh! si claro ...—

»solo espero volver a verte otra vez«

Aquel joven tenía la mirada perdida en ese chico quién atraía toda su atención ... solo esperaba poder a volverse a encontrar una vez, más.

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escribo pura mamada de niño de kinder

pero, neh, me gusta escribir :D

díganme si hay faltas de ortografía para corregirlas.

pero bueno, espero que les haya gustado,  yo me despido chauU! 

jaja, jotos.

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