𝕀𝕀
(Recomiendo volver a leer la Parte Uno ya que agregue algunos datos ;), dicho esto disfruten la Parte Dos)
—Ji min deja de llorar por favor, llevas así una semana entera.
—Él no me contesta, cambio su —hipo— número de teléfono. —hipo— Escucha Tete.
"El número de teléfono que marcó se encuentra fuera de servicio"
Tae suspiró pesadamente restregándose los ojos. Ya había pasado un año desde que Ji min se había casado, ajá Ji min se llegó a casar con Tae min, y Jung kook lo había presenciado todo mientras grababa con su cámara, se notó clarito en el video cuando Jung kook se quedó pasmado al ver que Ji min le daba el sí y el detonante fue el beso que vino después, grabó un segundo y después se corta. Unos pocos presentes se dieron cuenta que el camarógrafo abandonó la iglesia y los otros estaban felices, aplaudiendo y festejando que el lindo novio Ji min y el apuesto Tae min se habían casado.
Ji min había cumplido su palabra... si le llego a decir que no, pero tenía a su padre a su costado, ni bien la iglesia se quedó en silencio después que el padre dijera:— ¿Acepta usted Park Ji min a Lee Tae min como su marido?—, su papá ya le estaba piñizcando y gruñendo:— No. —salió como un hilo de voz muy agudo que casi nadie fue capaz de escucharlo, en ese momento estaba orgulloso, solo tenía que decirlo más alto para que todos lo escucharan.
—No jodas todo justo ahora y acepta rápido.— le dijo su padre entre dientes y una sonrisa fingida tratando de disimular su enojo— Recuerda que te puedo hacer la vida imposible, incluyendo a tu mamá.
Trago saliva y se quedó callado por un buen rato que el padre tuvo que volver a repetir la pregunta y lo único que atinó a hacer fue asentir. Tenía un nudo en la garganta, no quería ver la cara de Jung kook. Cuando fue el momento del beso ni bien se separó vio como este se iba del lugar, otra vez había dejado escapar a su primer amor.
—Si quieres puedo llamar a Jin Jin —Ji min asintió con el rostro lleno de lágrimas. Tae río al verlo, pero por dentro se sentía mal porque su mejor amigo estaba sufriendo.
—¿De verdad creen que les voy a dejar ubicar a mi Kookie después de todo lo que le hicieron?
—Si. —respondió Tae y yo le di un pequeño codazo.
—Es verdad. —rio en la línea— Pero primero, Ji min, quiero que me expliques qué pasó. Jung kook estuvo feliz por seis meses, como si nada hubiera pasado, pero después todo empezó a ir en picada.
—Yo... —Ji min tosió aclarando su garganta— Yo le prometí que le diría que no a Tae min en el altar, pero... —empezó a derramar las lágrimas— mi padre me amenazo y... en fin, después hable con Jung kook y le prometí que cuando la empresa de mi padre se estabilizara yo me iría con él, nos mantuvimos en comunicación por seis meses y... mi papá nos descubrió —se le quebró la voz.
—Oh mi Ji minie...
Seok Jin había sido un gran amigo de la secundaria, él era integrante de la banda, por Jin fue que se metió como vocalista y también sabía que animó a Jung kook a entrar como guitarrista, lamentablemente la banda se empezó a separar cuando él se fue de la escuela. Jin nos unía a todos.
—Por los siguientes seis meses no pude contactarme con él, mi papá me aisló de todos y me exigió trabajar 13 horas diarias en la empresa disque para "acostumbrarme a mi futuro cargo" —soltó una risa irónica— Tete solo podía verme en las horas del almuerzo y solo si estábamos supervisados, viví un verdadero martirio todo este tiempo Jinjin —se quebró por segunda vez y ahora tae le estaba dando un abrazo consolándolo.
—Siento mucho escuchar todo lo que te hizo pasar tu padre Ji minie. Definitivamente lo creo capaz de haberte hecho todas esas cosas, es un hombre realmente horroroso que solo quiere controlar la vida de su hijo y esposa.— suspiró— Bueno, te diré dónde está.
Tocó la puerta a pesar de tener timbre, según Jin ese era la única manera para que Jung kook le habrá la puerta. Su corazón latía muy rápido y no era por todas las escaleras que tuvo que subir por ser un condominio sin ascensor, si no por el hecho que iba volver a verlo y no sabía cómo iba a reaccionar.
—Jin ya te dije que no quiero que me traigas más comi— se escuchó dentro del departamento la voz de Jung kook y ni bien abrió la puerta se congelo— Ji min...
El escuchar su nombre salir de sus labios y con su neutra voz, hacía que todos sus sentidos se debilitaran y más si suspiraba mientras lo nombraba.
—Jung kook... —trato de sonreírle— ¿Puedo pasar? —Jung kook se hizo para un lado dándole espacio para que pasara a su departamento.
Jung kook entendía que Ji min se tenía casar por la empresa, según Ji min en máximo un año se estabilizaría y a su padre le dejaría de importar su vida, esperó pacientemente por él, pero cuando Ji min dejo de comunicarse se volvió loco, lo busco por todas partes, y el que busca encuentra; había visto a Ji min junto a Tae min... su esposo, agarrados de la mano, felices. Desde ese día su nueva casa era el bar y las discotecas, tanto que lo llegaron a drogar, le robaron todo y lo dejaron tirado en una esquina, una señora lo encontró y el número de emergencia en el hospital era el de Jin, él al saber todo lo que le había pasado lo ayudo a salir de ese hoyo en el que él mismo había cavado y entrado.
Ji min paso a la sala y vio las pesas y los útiles de ejercicio, con razón estaba todo sudado y transpirando.
—¿A qué has venido Ji min?
—Jung kook yo... Lo siento, yo... —se formó un nudo en su garganta, hasta que vio como Jung kook lo ignoraba e iba a la refri en la cocina y sacaba una botella de agua para tomársela en unos minutos— Jung kook escúchame... te estoy pidiendo perdón. —se trató de acercar, pero Jung kook alzó su mano en señal de que se detuviera— Lo siento.
—¿Lo sientes? —bufó— No Ji min, no lo sientes. ¿te das cuenta que lo único que hiciste fue ilusionarme? Te amé por mucho tiempo, fuiste mi primer amor y el día de tu boda tuvimos sexo, hicimos el amor y yo... yo lo sentí real —su mirada se suavizo— pensé que para ti también lo era. Tú me prometiste que le ibas a decir que no y que... que te irías conmigo... tú me mentiste —frunció el ceño y se agravo su voz—, y aun así volví a creerte cuando me dijiste que te separaras de él, pero eso también fue una mentira, así que no vengas ahora a pedir disculpas porque no las aceptaré.
—Déjame explicarte...
—No. Ahora te pido que te retires. —abrió la puerta a su costado.
Le dolía, a Jung kook le dolía tanto tener a Ji min enfrente y no poder abrazarlo, no poder tocarlo..., le había extrañado tanto... pero él le hizo daño.
—Jung kook —se acercó a él y trató de tocar su mejilla, pero él agarró su muñeca impidiéndoselo.
—Vete antes que haga algo de lo que me pueda arrepentir Ji min. —lo miro con rabia.
—Me arriesgaré. —lo reto con la mirada acercándose lo más que pudo— Sé que tú nunca me harías daño.
Jung kook cerró la puerta detrás de Ji min y lo acorralo dando un golpe a la puerta con la mano que no agarraba su muñeca, Ji min no despego la mirada del castaño ya que parecía que tenía llamas en los ojos del enojo que tenía por dentro, después de un rato de retarse con la mirada Jung kook soltó a Ji min y volvió a dar un golpe a la puerta estampando sus nudillos ni bien vio el lagrimeo del contrario.
—Tienes tres minutos. —se separó y fue a la sala a seguir con su entrenamiento mientras él hablaba, de vez en cuando Jung kook se detenía y miraba indignado a Ji min al escuchar los maltratos de su padre.
Soltó todo el aire que tenía retenido y llevó su larga melena para atrás, todo este tiempo se había dejado el cabello largo porque sabía que a Ji min le gustaba, inconscientemente lo hacía y le encantó la mirada de Ji min al verlo después de mucho tiempo.
Ji min trataba de no llorar, pero le era inevitable. Todas las atrocidades que ese señor le había hecho pasar a Ji min le rompía el corazón, alguien tan pequeño y tierno como Ji min no pudo haber pasado todo eso.
Se paró y fue al alcance de Ji min que estaba sentado en su sofá tapándose la cara llorosa con sus manos temblantes, se arrodilló delante de él y bastaron segundos para que el rubio estuviera en sus brazos aun llorando. Después de un rato Ji min dejó de llorar y le agradeció a Jung kook por el consuelo.
Jung kook miró a Ji min, los dos estaban arrodillados en la alfombra de la sala y aun así Ji min era mucho más pequeño, suspiro y sonrió inconscientemente acariciando la mejilla del rubio, quería seguir molesto, pero Ji min ya había pasado por mucho y no podía esconde su corazón, lo había extrañado demasiado.
—Nunca te volverán a hacer daño, no mientras yo esté a tu lado.
Tae min sintió el sabor salado de las lágrimas de Ji min mientras le daba el beso que los hacía esposos frente a la iglesia y todos los presentes.
—Todo va estar bien Ji min. —dijo ni bien se separó del casto beso— Te prometo nunca dejarte solo. —acarició su mejilla para después agarrarse de la mano y empezar a caminar a la puerta de la iglesia.
Su esposo había cumplido su palabra, nunca lo dejó solo, siempre que tenía un problema con su padre él estaba ahí para defenderlo, cuando estuvo enfermo Tae min cuido de él, cuando tenía frío él siempre se encargaba de abrazarlo y abrigarlo con su calor, él es una persona en la que podía confiar ciegamente, por esas razones Ji min llego a sentir algo por Tae min, pero no se comparaba con los sentimientos que le tenía a Jung kook.
Tae min es su esposo, pero más que eso... él era su persona...
—¡Minie! —sonrío al abrir la puerta, rápidamente los dos se abrazaron y Jung kook alzó al más pequeño dando vueltas— No me hagas extrañarte de esa manera otra vez por favor.
Jeon hizo que Ji min enredara sus pies a su cintura, puso su rostro en el cuello de Ji min y pudo oler el rico perfume de canela. Cerro la puerta a su atrás y fue a sentarse al sofá aun con Minie en brazos.
—Lo siento kook, esta semana tuvimos mucho trabajo en la empresa, mi padre a las justas nos deja almorzar.
Ya había pasado un mes del reencuentro emotivo que habían tenido, ese día Jung kook lo había perdonado y estuvo con él hasta que se quedó dormido, cuando despertó se pusieron al día en algunas cositas y se coquetearon como si no hubiera un mañana. Ji min lo visitaba siempre que podía, pero esta última semana había tenido mucho trabajo y Jung kook lo extraño mucho.
—¿Minie? —estaban los dos echados en el sofá, estando Ji min en los brazos de Jung kook.— ¿Minie?
+18
El nombrado estaba durmiendo profundamente, aun así, Jeon no se resistió a acariciar el abdomen del contrario, su excusa era que la polera que llevaba ya estaba un poco subida mostrando su piel. Ji min suspiró revolviéndose en sus brazos, lo que ocasionó que Jung kook quisiera seguir con su objetivo. Poco a poco fue subiendo las yemas de sus dedos por su cálido torso y como si fuera una búsqueda del tesoro y hubiera ganado la lotería se encontró con el pequeño pezón de Ji min, lo acaricio.
—¿Jeon~? —revolvió sus piernas tratando de calmar el palpitar que había entre sus piernas— ¿Acaso es otro sueño?
Jeon soltó una carcajada y se levantó para poner sus rodillas a los costados de la pelvis del rubio y así poder tener más facilidad de usar las dos manos. Ji min suspiraba y se revolvía debajo del más grande.
—Así que tienes sueños húmedos conmigo minie... —se recostó apoyando su codo al costado del rostro de Ji min y su otra mano seguía en la labor de acariciarlo— Me complace decir que este no es un sueño. —susurró a su oído obteniendo un jadeo como respuesta, lo que aceleró más el corazón de Jeon— Maldición.
Jung kook se levantó alejándose de Ji min, ya tenía una erección notable. No quería que Ji min se sienta presionado, pero no se aguantó las ganas de manosearlo un poco..., es que es Ji min.
¿Quién se resiste a Ji min?
Nadie.
—¿Kook? —se sentó y miro a Jeon sin entender que era lo que pasaba— ¿Pasa algo?
—Estás casado Ji min. —se sentó a unos metros de él en el mismo sofá y agarró una almohada tapándose— No es correcto hacer esto. Lo siento.
—Pero... me voy a divorciar. —este lo miro sorprendido— Te quiero a ti Kookie.
Ji min se levantó y quito la almohada del regazo de Jeon, sin que se lo esperara Ji min se sentó en el gran bulto haciendo que el azabache tirara su cabeza para atrás gruñendo, este en respuesta agarro sus caderas.
Ji min tomó delicadamente el rostro de Jung kook y se acercó lentamente para unir sus labios en un beso tierno y deseoso, se habían extrañado mutuamente, se necesitaban. Al separarse Jung kook apoyó su frente contra la de él y cerró sus ojos, estaba en su lugar seguro y no se iría jamás.
—Yo también te quiero Minie. —el nombrado río— ¿Qué pasa? ¿Por qué te ríes?
—Lo dijiste con doble sentido Jeon. Eres un pervertido.
—Yo no soy el que tiene sueños húmedos. —lo reto. Ji min se indignó y sus cachetes se tiñeron de un color carmín— Ahora será real.
Jung kook acercó sus labios a su cuello y empezó a besarlo, lamerlo, morderlo, a darle placer al otro en todos los sentidos posibles. Ji min no se quería quedar atrás así que empezó a menear sus caderas haciendo que Jeon gruñera en su cuello, al parecer al azabache le gustó el movimiento ya que empezó a zarandear sus caderas.
—No soporto tenerte tan cubierto. —Jeon le saco la polera a Ji min para después tumbarlo en el sofá y poder sacarle el pantalón que traía, mientras acariciaba su torso suave con su lengua y dejaba leves chupetones en su camino— Para que él vaya haciéndose la idea.
Jeon bajo con sus dientes la ropa interior de su Minie. Le costó un rato pensar en lo que le había dicho hace unos momentos. Mientras Ji min suspiraba y jadeaba Jeon se detuvo otra vez de la nada, sorprendiendo a Ji min.
—Él... ¿Él te tocó? —Ji min lo miro con confusión.
—Jung kook... —Era su esposo, dormía con él todas las noches... obviamente había pasado algo entre ellos.
—Te enseñaré que él no puede darte el placer que yo te puedo dar.
Así Jeon siguió con su labor de darle placer a Ji min y de tanto en tanto el rubio también contribuía, y cuando llegó el momento de poder meter su miembro en su entrada lo hizo despacio matando a Ji min de la necesidad, cuando se acostumbró empezaron las embestidas fuertes y los gemidos que llenaban a Jung kook.
—Minie~ —soltó cuando terminó y se sentó a un lado de un Ji min exhausto.
—Ahora es mi turno. —Jung kook se sorprendió y vio como Ji min se sentaba a horcadas de él y sin pensarlo dos veces se penetro a sí mismo sentándose encima de él.
Ji min empezó a saltar encima agarrándose de los hombros de Jeon, este tenía su miembro tan erecto y lubricado de su propio fluido que le era fácil entrar y salir de él.
Jeon quería besarlo todo el tiempo, pero él mismo se abstenía para escuchar a Ji min gemir pidiéndole más.
—Jung kook~ —jadeaba aun saltando llenándose de placer.
Al sentir el clímax del otro, los dos se recostaron exhaustos y Jeon atrajo el cuerpo de Ji min para sentir su calor y taparse con una manta que tenían cerca.
—Te extrañé Minie.
—Yo también Kookie.
Escuché como abrían la puerta de la casa y me inmuté, solo podía ser una persona.
—Hola Minmin —se acercó y dejó un dulce beso en mi mejilla.
—Hola Minmin —repetí aun escribiendo en mi computadora—¿Qué tal el trabajo? ¿Todo bien por la empresa?
Tae min colgó el saco que traía puesto y se sentó a mi lado: —No —volteé a verlo preocupado— Sin ti todo es aburrido. —hizo puchero. Agarro la silla donde estaba sentado y me volteo con ella haciendo que lo mirara de frente.
—Taem sabes que allí no me sentía seguro, trabajando en casa estoy mejor.
—Lo sé, pero igual te extraño... —paso sus manos por mi cintura para después abrazarme, yo pase mis brazos por su cuello correspondiéndole— Igual que la noche que te fuiste a dormir a casa de Tae... esa noche me hiciste mucha falta.
Si. Es lo que piensan. No lo negaré. Ese día estuve con Jung kook.
Taem agarro mis muslos y me cargo haciéndome soltar una risita mientras rodeaba mis piernas a su cintura.
—Así que hoy eres todo mío Minmin. —susurró en mi oído haciendo que me estremeciera mientras me llevaba a nuestro cuarto.
Ya había pasado un buen tiempo desde que Jung kook y yo nos veíamos, tiempo en el que traté de distanciarme de Tae min, pero había fracasado. Bastaba que Tae min sonriera para que se le bajara el calzón.
Es broma. Pero saben a lo que me refiero.
Tae min era su esposo, llevaban más de un año juntos y... por una parte amaba a Jeon, él es su primer amor, el chico que siempre amo, pero Tae min logró entrar a su corazón y eran esposos, no quería tirar todo a la basura, aunque sea no de una forma brusca.
Pero eso ya no podía continuar así, tenía que dejar de engañar a Tae min, después de esa hermosa noche... claro está.
—Ji min ya pasaron más de tres meses, ¿Cuánto tiempo más necesitas para que te divorcies de él? —tomo un sorbo de su taza de café— No me imagino a él tocándote o simplemente dándote un beso —Ji min rio y siguió comiendo su torta de fresa— Ey hablo enserio, si la empresa de tu padre ya se estabilizó y ya no le importa lo que hagas con tu vida, ¿Por qué simplemente no lo dejas?
—Tranquilo Kook. —dijo después de suspirar—Ten paciencia, no puedo terminar con Tae min como si fuera un simple novio de secundaria.
—Lo sé, pero yo quiero ser el hombre con el que duermas todas las noches.
—Pero que celoso eres ¿siempre fuiste así? ¿Acaso no te acuerdas que tuve muchos novios en la secundaria? —reí al ver como bufo y miró para la ventana de la cafetería evitando mirarme.
—Así que mi esposo tuvo muchos novios en la secundaria. —escuché como mi corazón se detenía en ese preciso momento— Amor. —voltee a mirarlo con la cara más hipócrita que podía poner y él de inmediato agarro mi nuca y me atrajo a él dándome un beso corto pero intenso— Pensé que estabas en casa de Tae.
Hablo mirando a Jung kook de reojo. Tae min lo conocía, él sabía que había estado enamorado del chico nerd de la escuela por muchos años y el peculiar beso que le dio de saludo había sido claro como remarco su territorio. Jung kook era igual, pero le había advertido que si dejaba más marcas en su piel ya no dejaría que lo tocara. No quería que su esposo se enterara de la peor forma que le ponía los cachos.
Y ahora se encontraba ahí sentado en una cafetería, teniendo al frente al amor de su vida mirando con cara de culo a mi esposo que estaba a mi costado.
—Ehh si, estuvimos con Tae, pero se tuvo que ir... —miro a Jung kook y le rogó con sus tiernos ojos que por favor se comportara— Por cierto él es Jung kook... un amigo.
—Lee Tae min, un gusto, soy el esposo de Lee Ji min. —le brindó la mano a lo que Jung kook respondió e hizo una mueca intentando sonreír.— Bueno Minmin, me tengo que ir, solo pasaba por aquí con los chicos de la oficina, tuvimos que ir a inspeccionar un local y se me antojo un Frappuccino, Te amo. —se despidió dándome uno de esos besos cortos, pero muy sentimentales y... deliciosos— Te espero en la casa. —me sonrió— Un gusto Jung kook.
Y se fue. Solté el aire que tenía retenido en los pulmones y dejé que mi cabeza cayera sobre la mesa.
—¿"Minmin"? pero que ridículo —bufo.
—Ji min y Tae min terminan en min, es muy original la verdad.
—Ji min no prefieres explicarme ¿Cómo fue su primer beso? —dijo notablemente molesto, quise decir algo, pero él ya se estaba parando— Tienes que terminar con ese asunto ya, se me está acabando la paciencia.
Ni siquiera intente detenerlo porque sabía que no lo lograría, así que volví a apoyar mi cabeza en la mesa.
Era verdad. Tenía que terminar con eso, pero ya.
Después de unos días de no hablar con Kook el que me busco fue él, yo esperé pacientemente a que se le pasara el enojo y ahí ya me tenían otra vez al frente de su puerta, me había pedido que venga, ni bien pase me abrazo y sin soltarme me expreso cuanto me había extrañado.
—¿Hablaste del tema con el señor Lee? —rodó los ojos y yo reí. Kook estaba cocinando para mí.
—Quisiera —dije y lo abracé por atrás apoyando mi mejilla en sus anchos hombros—, pero está muy ocupado en el trabajo y no tiene tiempo de nada.
—Suenas triste, ¿Eso debería preocuparme? —se volteó a verme— ¿Acaso todas las noches lo esperas acostado en su cama matrimonial? —me cargo en un movimiento rápido— ¿eh?
—Kook eres muy celoso. —reí tirando mi cabeza para atrás.
—No me lo has negado minie, eso merece un castigo.
—P-pero ¿y mi comida? —dije triste.
—La comida te la tienes que ganar Minie.
—Pensé que haríamos otra cosa. —hizo puchero y miro para la ventana como le había indicado Jung kook.
—Pero que malagradecido eres Minie, a otras personas les cobro para —click— hacerle una sesión privada de fotos, para ti es completamente gratis. —click— aunque pensándolo bien... podrías pagarme de otra forma. —click. El menor río al capturar la expresión del mayor— Terminamos, puedes cambiarte.
Jung kook rio por lo último que había dicho, era una costumbre que tenía al terminar una sesión, pero al frente de él estaba el amor de su vida con ropa de él que le quedaba grande, aun así, le quedaba muy bien y seguía siendo su modelo más guapo.
—Retiró lo dicho. —se acercó al rubio— Vamos a la ducha. —lo volvió a cargar para cumplir uno de sus más grandes expresiones de amor y confianza: Bañarse con el amor de su vida.
—Quédateee
—No puedo Kookie, Tae min va a sospechar si me sigo "quedando en casa de Tae" —dije haciendo las comillas con mis deditos.
Ya me había cambiado, pero mi cabello seguía mojado. Kook estaba solo con una toalla en la cadera seduciéndome para que me quedara.
—Ya, pero despídete bien. —trato de agarrar mi cintura, pero me zafé— Minie...
—Conozco ese truco Jung kook, después que me agarres de la cintura se lo que se vendrá. —le saque los cabellos mojados de la cara, me encantaba como le quedaba el cabello largo— Tengo que irme.
Me acerqué y le di un casto beso en los labios, me volví a despedir con la mano y él se metió para el cuarto aún triste y refunfuñando.
Abrí la puerta y entonces lo vi, ahí parado con los ojos cristalizados y el labio inferior temblando.
—Ji min dejaste tu celula-ar... —Jung kook salió del pasadizo aún con una sola toalla y el cabello mojado goteando, le estaba tendiendo el celular a Ji min que se había quedado pasmado al ver a su esposo.
La expresión de Tae min cambio de tristeza, decepción y dolo a asco, propugnación y enojo ni bien vio a Jung kook. No tenía que ser un experto para saber qué era lo que pasaba, lo tenía en frente de sus ojos y el presentimiento de su corazón rompiéndose hizo que lo asimilara más rápido.
—Tae min... no es lo que parece... —Tae min se dio la vuelta y empezó a bajar las escaleras— ¡Tae min!
Quiso seguirlo enseguida, pero Jung kook lo agarro de la muñeca deteniéndolo, ni bien Ji min volteó su fino rostro, Jeon pudo divisar las lágrimas que se le escapaban y el miedo que albergaba. Lo único que el rubio hizo fue agarrar su celular y salir corriendo atrás de él, atrás de su esposo.
POR FIIIN
POR FIN PUDE SUBIRLO.
Sé que me deben estar odiando por dejar en suspenso la parte dos... y es que no pensaba hacerlo así, pero mis ideas se salieron de control y el "extra" se hizo muy largo, por eso decidí hacer una parte tres.
HAGANME SABER QUE LES GUSTÓ Y QUE QUIEREN UNA CONTINUACIÓN MUY PRONTO VOTANDO, se los agradecería mucho, los quiero <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top