○•○•○ Treinta y ocho ○•○•○

Esta vez permitió que sus padres fueran a despedirlo al aeropuerto junto con Taehyung. El viaje había sido pagado por Dafne quien le envió un boleto de avión de ida mas no de regreso y eso le dio a entender a Jimin que ella esperaba que se quedara todo el tiempo posible, bueno eso interpreto.

La despedida fue corta pero sentimental. Sus padres lo abrazaron por largo tiempo y le dijeron cuanto lo amaban, que todo estaría bien. Las palabras con más peso fueron "te estaremos esperando" por supuesto que regresaría, no los dejaría.

—Puedes aprovechar y visitar las universidades en Madrid. Podrías ingresar a una escuela para aprender español.

Jimin olvido el tema por lo que su padre alfa le tomo por sorpresa. Observo como el rostro del su novio cambio.

—Quieres terminar la carrera en el extranjero —no era una pregunta si no una afirmación.

—Era el plan antes de que nos diéramos una oportunidad. Lo considere cuanto regresaste a Seúl —comento con tranquilidad.

—Debo trabajar más si quiero seguirte —Taehyung sonrió ampliamente. No impediría que Jimin cumpliera sus metas y sueños —te puedo esperar —aseguro. Lo decía de corazón.

El corazón de Jimin se calentó. Como no iba a estar enamorado de ese hombre.

—Lo hablaremos cuando regrese.

Por último, le dio un fuerte abrazo y un beso corto al alfa. Tenía que irse. Entrego su boleto y entro a la sala de espera. Estaba a horas de conocer a su familia y estar solo le asustaba, pero debía enfrentarlo solo.













Dafne lo recogió en el aeropuerto y no iba sola. Con ella estaba un hombre no muy mayor que ella, su rostro serio no le asusto. No había dureza en su mirada, lo veía con una mirada que no supo que significaba.

No hablaron mucho. Sabía que había la pareja tenía tres hijos, una niña la mayor, una alfa de quince años y dos niños uno omega trece años y un alfa siendo este el menos con diez años. Su tía se casó con veinticinco años, la mujer era joven apenas entrando en los cuarenta años y su esposo Robert tenía la misma edad. Por como se llevaban se veía que eran felices, no podía decir aun si había amor entre la pareja, sin embargo, lo que si aseguraba era que se respetaban entre sí. Su esposo la trataba como una igual. La mayoría del tiempo se la pasaron hablando de negocios de la empresa, el alfa le consultaba sobre sus movimientos y pedía su opinión.

—Puedo preguntar porque la tumba de mi madre está en Madrid y no en corea, me dijo que sus padres viven en corea aun —las preguntas comenzaron a llenar la cabeza de Jimin.

—¿Crees que mis padres se quisieron encargar del funeral de mi hermana? —sonrió son gracia negando con la cabeza — tenía mis ahorros y lo único que pude hacer por mi hermana fue cremarla, la guarde en secreto de mis padres, ellos pensaban que el cuerpo de Ji-Ah se fue a la fosa común, cuando me case Rober y me mude a Madrid el me ayudo —la mujer le sonrió a su marido con agradecimiento y él se limitó a sonreír —ahora saben que está aquí y sé que la han visitado en secreto, la culpa los ha de carcomer.

Jimin proceso la información, su familia biológica estaba jodida o bueno una parte de ella. Llegaron a la residencia de la pareja, tenía un pequeño y bello jardín lleno de rosas y una bella casa con muchos ventanales. No le presto mucha atención a la casa, siendo arquitecto le gustaba admirar la estructura, pero hubo algo que le pareció aún mejor. Los padres fueron recibidos por sus hijos quienes estaban felices. Era una foto digna de postal, una familia feliz, una familia que no estaba jodida como el resto de ella.

—Jimin ellos son Mara, la mayor. Ben el menor y Harry el del medio —los tres tenían nombres extranjeros. Jimin les sonrió saludándolos con la mano a los niños que lo miraban con cautela —niños él es su... primo, el hijo de su tía Ji-Ah, salúdenlo.

—Lo encontraste —comento Mara. Su rostro reflejaba la sorpresa que la situación ameritaba.

—Si. Lo encontré —la mujer miro a su esposo quien la miraba preocupado al recibir una llamada.

—Es tu padre, iré al despacho —se despidió dejándolos en el jardín.

Un hombre había tomado la maleta y mochila de Jimin llevándola al interior de la casa, supuso que era un trabajador. Dafne los guio a una mesa en el jardín. Los niños la siguieron de cerca sentándose con ellos.

—Les conté sobre ti hace unos años. También te querían conocer.

—Tienes los ojos de mi madre ¿Mi tía tenia los mismos ojos, mami? —Ben lo miraba fijamente poniéndolo nervioso. No quería decir o hacer nada equivocado en casa ajena.

—Así es mi amor —la mujer beso la mejilla de su hijo y sonriendo miro a Jimin —eres idéntico a ella y ella y yo nos parecíamos mucho.

—Entiendo.

—Tengo un álbum de fotos en el ático, lo buscare para que puedas verlo.

—Gracias.

No sabía que hacer. Una mujer de mediana edad salió de la casa con una bandeja con comida y te. Les sirvió a todos y se marchó en silencio.

—El cementerio esta a media hora, puedes darte un baño, descansar y mañana iremos a visitar la tumba de Ji-Ah.













Era de noche en Madrid. Acepto.

Se le indico la habitación al terminar la comida, ya no quería cenar, pero no quería ser descortés con la familia. Luego del baño bajo al comedor, buscando el baño paso frente al que después supo era el despacho de Robert. Sin querer alcanzo a escuchar a la pareja hablar, la puerta no estaba bien cerrada.

—Tienes que decirles —la voz de Robert sonaba irritada —no puedes ocultarlo para siempre, no ahora que lo has traído a la casa a convivir con los niños. Sabes que se encariñan fácilmente y el chico es agradable. Ya hasta quieren que se quede a vivir con nosotros.

—¿Eso dijeron?

—Mara creyó que sería buena idea si Jimin no tenía a donde ir, pero le explique que fue adoptado.

—Pero ellos no quieren saber de él. Sabes de lo que son capaces. No debí buscarlo —Dafne sonaba culpable.

—Lo hecho, hecho esta. Si ellos saben quizás quieran verlo sabes que han visitado a tu hermana.

—No sé si mientras la visitan la maldicen ¿Te imaginas? —sonó horrorizada.

—No creo que sea así. Debes explicarle lo que hiciste.

—No me juzgues, es lo que Ji-Ah quería al final. Jimin es su bebe adorado y no puedo abandonarlo.

—Se que también es tu bebe adorado. No finjas conmigo Dafne, se lo mucho que has sufrido por no poder salvar a ninguno.

Lo siguiente que escucho fue llanto. Jimin suspiro pesadamente. Sus abuelos eran monstros destrozando tres inocentes vidas, de no ser por sus padres adoptivos quien sabe que sería de él. Si Dafne lo hubiera recuperado quizás y hubieran tenido una vida donde tendrían que huir.

—Ellos están aquí, vendrán mañana.






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