○•○•○ Treinta y nueve ○•○•○

Jimin siguió buscando el baño antes de escuchar más y terminar siendo descubierto. Si algo sabia era que sus abuelos no lo querían ver y el tampoco quería. La cena fue amena, los niños eran muy conversadores. Jimin no quería encariñarse con ellos porque a Robert no le parecería, pero era difícil no hacerlo con esos bellos niños.

—Mi tía era muy hermosa cuando era joven —comento la joven alfa. Para ser una alfa esperaba que fuera más reservada y que se creyera superior que los omegas, dada la historia que le conto Dafne sobre sus familias, esperaba otro tipo de familia. En cambio, Mara era cariñosa y cercana con su madre y a Jimin lo trataba con respeto al ser su mayor.

Dafne junto a sus hijos le mostraron un álbum repleto de fotos de Ji—Ah, su madre. La chica de veintidós años había crecido sonriendo en la mayoría de las fotos a pesar de que no era feliz.

—Ji-Ah amaba las cámaras, su sueño era ser actriz —comento Dafne —por supuesto que no la dejarían y lo sabía por eso jamás se los comento a nuestros padres —Jimin veía lo abatida y triste que la omega se veía conforme pasaban las páginas del álbum, sus ojos brillaban como si fuera a llorar en cualquier momento.

—Seguro que hubiera destacado —Jimin sintió algo de cariño por la mujer que veía en las fotos. Desde que supo de ella tenía curiosidad sobre la vida de la mujer que lo trajo al mundo, sin embargo, no sabía que sentimientos tenía específicamente sobre ella. Por años pensó que otra persona fue la que lo trajo al mundo, amaba a su papá.

—Era buena actriz, nos salvamos de muchos regaños gracias a ella. Ella decía que no le diría a nadie que quería ser actriz porque luego dudarían cuando mintiera.

—Oh, mi tía era buena esquiando —señalo Mara una foto con dos chicas en esquí.

—¿Alguna vez has esquiado? —Dafne le pregunto a Jimin.

—No.

—Hay que llevarlo en las próximas vacaciones —sugirió emocionado el pequeño Ben.

Harry quien era el más callado sonrió y agito la cabeza en señal de que le emocionaba la idea.

—¿Quieres que nos acompañe? —Dafne sonrió hacia su hijo.

—Jimin me cae bien —el omega de trece años era tímido por lo que apenas se le escuchaba su voz.

—También me agradas Harry —Jimin le agito los rebeldes cabellos, sonriendo y Harry le sonrió más.

—Es hora de dormir —Robert apareció en el marco de la puerta de la sala. No se veía molesto solo serio.

Los niños hicieron sonidos tristes mas no se negaron, se despidieron de todos para ir a prepararse y dormir. Dafne se levantó y camino hacia su esposo. Se veían como una familia feliz pero tradicional en donde lo que el alfa mayor decía se respetaba y acataba la orden.

—Descansa Jimin. Mañana nos iremos temprano.

Dicho aquello esperaron que Jimin caminara hacia la habitación que se le asigno. Jimin contesto un par de mensajes para luego irse a dormir.













A la mañana siguiente despertó temprano ya que no podía dormir más. El reloj marcaba las siete con ocho minutos. Al tener ocho horas de diferencia horaria con corea, tanto sus padres como Taehyung se encontraban despiertos ya que eran las tres de la tarde. Los saludo y se metió a bañar para arreglarse y desayunar. Esperaba que alguien estuviera despierto para las ocho de la mañana.

Con horario justo, a las ocho en punto Dafne toco a su puerta, la dejo pasar.

—Es bueno que estes despierto. Debemos irnos, desayunaremos en el camino —comento la mujer tranquilamente.

Jimin sin embrago, pudo notar el nerviosismo de esta. Ya estaba cansado de los secretos por lo que dijo lo que sabia aun si delataba que escucho a escondidas.

—Lamento escuchar a escondidas, pero no pude no escuchar cuando iba pasando —se disculpó avergonzado.

—Está bien. No es como si no lo hubiera hecho nunca —parecía más relajada ahora que no tenía que guardar el secreto.

—Ellos no me quieren ver...

—En realidad es mejor que no te vean, no sé si hayan cambiado respecto a ti, pero no quiero arriesgarte. Suelen ser groseros —la omega bufo molesta —no tienen remedio.

—Entiendo. Vayámonos.

Dafne se calmó sonriendo o al menos lo intento.

En el camino compraron flores, camelias, las favoritas de Ji-Ah. Les llevo media hora llegar al cementerio. Era un lugar bien cuidado, grande y silencioso. Bajaron del auto caminando a donde se encontraban los nichos. Se detuvieron en uno de los primeros nichos, pudo ver cual era de su madre, atreves del cristal pudo observar que en la urna estaba escrito el nombre y fecha de nacimiento y muerte. Él tenía veinte años y su madre veintidós cuando murió, era joven. Las lágrimas rodaron por sus mejillas. No merecía la vida que tuvo, mucho menos ese final lejos de su hijo al que amaba.

—Es la misma foto —Jimin acaricio el cristal donde se encontraba una foto idéntica a la que Dafne le mostro el día que se conocieron.

—Es la única que tenemos de los tres.

—Aquí estoy —susurro. Le era difícil dejar de llorar. Hubiera sido lindo conocerla.

—Lo siento tanto —la omega acaricio la mejilla de Jimin. La miro y se dio cuenta de que la mujer lloraba al igual que el —debí protegerte. No debí dejar de buscarte, debí insistir.

—No podías hacer nada —le dio consuelo.

Dafne se acercó para abrazarlo. Le pidió perdón muchas veces. No les echaba la culpa a ellas, eran inocentes en esta historia.

Hubo muchas lágrimas y pocas palabras. No había tanto que decir.

—Hay que irnos —dijo la omega más calmada.

Jimin la siguió a la salida. Lo que encontraron afuera no lo esperaban. Dafne los conocía, eran sus padres. Se adelanto tratando de que Jimin no se acercara a ellos.

—¿Qué hacen aquí? —pregunto nerviosa y asustada.

—Sabes que venimos a visitarla —respondió su padre molesto.

Su relación nunca fue buena y no mejoro después lo que paso hace veinte años. Antes de que siquiera pudiera reaccionar Jimin ya estaba a su lado, con la frente en alto y la mirada fría. No lo había visto así, en eso se parecía en ella, pero no tenían el mismo valor ella no podría ver así a sus padres.

—Sabes que no debiste haber nacido —el hombre no tenía pelos en la lengua eso le molesto a Jimin, ahora sabía lo que su madre y tía tuvieron que vivir.

—Hay personas que en definitiva no debieron nacer ¿No es así? —Jimin le sonrió con burla.

—Jimin —Su tía parecía asustada. No le gustaba.

—Creí que tus padres te habían dado una buena educación.

—Usted no es nadie para hablar de ellos —Jimin se puso a la defensiva —no los conoce.

Dafne lo tomo de los hombros para detenerlo de cualquier loco impulso. Jimin no se relajó pero le ayudo a controlarse.

—Te equivocas, los conozco. Enserio creías que no sabíamos donde estabas.

—¿Qué? —Dafne se veía sorprendida —ustedes sabían donde estaba.

—Por supuesto —contesto la mujer que hasta ahora permaneció callada —teníamos que asegurarnos de que no lo encontraras. Cuando te casaste y le pediste ayuda a Robert nos encargamos de borrar cada pista, no contábamos con que serias lista.

Esos padres enserio no sentían nada de amor por sus hijas, solo las veían como un medio para un fin. La manera tan fría con la que decían las cosas era como si lo disfrutaran. Dafne se quedó sin palabras, por más que lo odiaba comenzo a llorar de rabia e impotencia.

—¿Porque me hicieron esto? Ji-Ah murió por su culpa, la mataron al seguirla y eso causo una persecución haciendo que el auto donde iba chocara. La mataron y me separaron de... Jimin—el nerviosismo volvio a la omega.

—De Jimin, tu sobrino —el hombre la miro con burla —si te separamos, pero no matamos a tu hermana ella se lo busco.

—¿Como pueden decir eso? —grito Jimin.

—No decimos mentiras, nosotros no —el hombre parecía tener rostro de piedra.

—Vámonos Jimin —Dafne le sujeto la mano y se lo llevo.

—No le mientas, dile quien eres en realidad.

Jimin se detuvo forzando a Dafne a detenerse.

—A qué se refiere —pregunto.

Dafne cerro los ojos, respiro profundamente. Ya no tenía salida, no podía seguir mintiendo. Al abrirlos encontró el rostro de un niño confundido.

—Yo no podía ser tu madre Jimin, no puedo serlo ni ahora ni nunca. Ella sí, ella es tu madre.

Jimin sentía que la cabeza le daba vueltas, no estaba entendiendo. De la boca de Dafne salían palabras que no alcanzaba a comprender.

Ni Jimin ni Dafne querían hablar frente a aquellas dos personas. Cuando la omega le pido a Jimin hablar en otro lugar acepto, quería respuestas como siempre y no iba a huir. Se subieron al auto y terminaron de nuevo en la casa. Los niños ya estaban en la escuela y Robert en el trabajo. Estaban solos, sentados en la sala de la casa, frente a frente.

—Puedes por favor decirme la verdad, sin rodeos, lo necesito —pidió Jimin ya cansado de descubrir más secretos.

—Cuando me enteré que estaba embarazada de un alfa al que solo vi una vez y conociendo lo que me esperaba decidí buscar ayuda. Por supuesto fuera del colegio, quería abortar —explico. Jimin guardo silencio, quiera escuchar hasta el final —Ji-Ah me descubrió ya que no era buena para escapar sin ser vista, me siguió y me detuvo. Tenía un mes de embarazo y diecinueve años. Mis padres me matarían ella lo sabía. Me pidió que no lo hiciera que ella se haría cargo del bebe, que sería como si fuera su hijo. Al principio era una idea loca, ahora sé que siempre lo fue, pero con el pasar del tiempo la idea de abortar desapareció. Mi hermana tenía un plan, escaparíamos lejos y me dejaría hacer mi vida mientras ella te criaba como suyo. Acepte —suspiro con pesar, rio amargamente —fuimos demasiado ilusas, nos descubrieron antes de poder escapar, nos sacaron del colegio nos ocultaron ambas ya que el límite de aborto había pasado. Aun así, Ji-Ah seguía con la idea de huir y luego paso lo que te conté.

<<Cuando naciste mi hermana fue inmensamente feliz, se presentó como tu madre, yo te conocí, pero no sentí el amor que una madre debería sentir, ella era tu madre las dos lo sabíamos. Te arrancaron de los brazos de mi hermana un día después, cuando ella murió intentando recuperarte me sentí tan culpable. Así que fui a buscarte, llegué y creí que había compensado a Ji-Ah pero no fue así, tú ya no estabas. Quizás no debí dejar mi número, no tendrías que sufrir descubriendo que tipo de persona es tu madre.

Jimin estaba sin palabras. No era quien para culparla de lo que las circunstancias de la vida la llevaron a hacer, ella no lo deseaba y no estaba obligada a tenerlo, pero sentía agradecimiento por haber nacido.

—Tal vez no debí nacer, pero lo hice y la vida me dio tres seres maravillosos como padres, una madre que me quiso aun cuando no había nacido y me espero durante nueve meses dando su vida por mí al final y dos padres que me dieron todo el amor que no pudieron darle a un hijo propio.

—Lo siento Jimin —la omega seguía llorando no podía parar se sentía tan culpable —creí que al verte algo en mi cambiaria pero no lo hace. Amo a mis tres hijos, los espere tanto. Lamento ser tan pésima madre.

—Está bien. Yo tampoco te veo como una madre y no creo que lo haga —confeso. Ambos estaban mejor de la manera en que estaban —si lo que sientes es culpa por tu hermana y por mí no lo hagas, yo no tengo nada que perdonarte, mi vida ha sido mejor de lo que pude haber pedido. Se que Ji-Ah te comprende.

—Sentí la necesidad de buscarte no solo por culpa, quería conocerte. Sigues siendo mi sangre y aunque no siento un amor de madre, te quiero. Te tuve en mi vientre por nueve meses, fuimos tres por ese tiempo y fui feliz. Imaginaba mi vida con ustedes dos en ella, te quería. Solo que no era la madre debías tener.

—Podemos mantenernos en contacto.

—A los chicos les encantaría que estuvieras en su vida —se limpió las lágrimas.

Jimin se limitó a asentir. Para cada quien era diferente la reacción que tenían ante una situación como esta. Jimin no era una persona de guardar rencor, ni odiar. Estaba sorprendido por lo que descubrió en los últimos meses, pero tuvo el suficiente tiempo para ver las cosas más allá de lo que parecían ser. No reprocharía a la mujer que le dio la vida, conocía su historia y aunque no la justificaba la entendía. Ya era momento de irse, quería regresar a casa y descansar de todo.







(2/2)

Hasta aquí el agradecimiento. Volveré pronto con otro capítulo 🙌🏻❤

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