Así se pasaron los últimos días. Taehyung lo perseguía y asechaba en todas partes menos en su casa, era el único lugar seguro. Hoy era el último día de clases, ya no hacían nada, libero las materias a tiempo para irse de viaje sin problemas.

Estaba en una de sus clases libre de Taehyung, era una suerte no compartir tantas clases juntos. Lo malo venía después, al salir del aula.

—Hola amigo mío —saludo Taehyung animado —gracias por la ayuda.

El alfa lo esperaba afuera de sus clases y conversaba animosamente como cualquier día antes del incidente. Jimin se puso los audífonos subiendo el volumen al máximo. El último proyecto lo terminó solo y entregó el trabajo con los nombres de ambos, sería su última ayuda.

Taehyung perdió los ánimos de seguir conversando, nunca le costó tanto ser perdonado. Una vez pidió disculpas por una semana porque le había mordido la pierna sin querer mientras nadaban y el omega casi se ahoga, pero lo hizo reír durante esos días, Jimin fingía estar enojado a diferencia de ahora que si estaba molesto.

Caminando sumergido en la música no era consciente de lo que pasaba a su alrededor mientras caminaba. Jungkook llego a su lado tocándole el hombro, pero la mano apenas le rozo. Taehyung sujetó la muñeca del beta.

—Déjalo, no ves que está hablando conmigo—habló grosero.

Jungkook miro a Jimin con los audífonos puestos, antes de que dijera algo Taehyung le torció la mano, hizo una mueca de dolor. El beta tomo fuerza y se soltó del agarre.

—¿Qué te pasa idiota? — Jungkook no espero respuesta, camino rápido alcanzado a Jimin.

Otra vez fue detenido pero esta vez fue arrojado al suelo. Las personas comenzaron a acercarse alrededor de ellos con curiosidad. Taehyung se puso encima del beta apretando sus puños en la camisa de este.

—Aléjate de Jimin —dijo entre dientes.

—¿Por qué lo haría? —apretó las muñecas del alfa para alejarlo.

—Porqué yo lo digo —Taehyung soltó el primer golpe.

Jimin al fin noto lo que pasaba a su alrededor, Taehyung ya no lo seguía, se detuvo a quitarse los audífonos volviendo a escuchar las voces de la gente. Una en especial lo hizo voltear atrás.

—¡Tú no eres nadie! —grito Jungkook estampando el puño en la mejilla del alfa.

Habían rodado y ahora el alfa estaba abajo.

—Te voy a matar —Taehyung volvió a posicionarse arriba. Le dio un par de golpes más.

Jimin se hizo espacio entre el montón de personas encontrando la escena del escándalo. Se asustó al ver a Taehyung golpeando a su amigo Jungkook. Fue el único que se metió a separarlos.

—Suéltalo —Jimin tomo por el cuello a Taehyung casi ahorcándolo, era una de las maneras en que lograba debilitarlo y calmarlo.

Arrastró al alfa en el piso, alejándolo apenas un metro lejos del beta.

—Te lo advierto —el alfa le gritó al beta, señalándolo con el dedo.

—Te vuelvo a repetir que no eres nadie —dijo Jungkook calmado. Ya había logrado ponerse de pie.

Ambos tenían heridas en el rostro y sangraban. Jimin soltó el cuello del alfa tomándolo de los hombros. Enojado levantó al alfa encaminándolo a cualquier parte menos seguir ahí.

—¡Jimin! —gritó Jungkook.

Se giró a verlo.

—Te llamo luego —aseguro el omega.

No vio al beta la última semana ya que este estaba salvando materias, olvido la cita que tenían de verse por última vez antes de irse de viaje.

Le dio la vuelta al edificio llegando a un lugar vacío, era el escondiste que tenían cuando querían estar solos y tontear.

Sabía lo que debía hacer, primero debía ayudar a calmarlo. Sentó a Taehyung en una pequeña bardilla que sobresalía del edificio. El alfa mantenía los puños apretados.

—Respira conmigo —le dio el ejemplo inhalando y exhalando.

Taehyung lo hizo, comenzó con dificultad hasta lograrlo. Estuvieron alrededor de 10 minutos de aquella manera, tenían que asegurarse de que estuviera estabilizado.
El alfa tras la última exhalación hundió el rostro entre sus manos.

—No sé qué me paso. Lo siento —dijo lo mismo de siempre.

—¿Qué hizo o que dijo Jungkook?

El alfa lo meditó y luego respondió.

—Quería acercarse a ti —apartó las manos manteniendo la mirada al suelo.

—Bien —dijo Jimin calmado. A veces hasta las menores situación lo alteraban —si es por la marca — se detuvo al ver que el alfa no lo miraba — Taehyung mírame —el alfa obedeció, los ojos fríos del omega le entristecieron —no soy de tu propiedad ¿estamos claros? Tal vez tu lobo reaccionó por instinto como siempre lo hace, pero no soy tuyo, la marca se irá. Tienes que ganarle a tu lobo al menos por esta vez, por mí.

Efectivamente era su lobo, había gruñido enojado ante las palabras del omega. Retiro hondo y hablo.

—¿Puedes no apartarme? no lo soportaría —apenas y le salían las palabras —si no me vas a mandar a la cárcel puedo ser tu alfa, así seguiríamos juntos ¿porque no me dejas serlo? —se atrevió a levantar la vista.

El pecho de Jimin se oprimió al ver las lágrimas. Ambos eran importantes el uno para el otro, tenían sus diferencias, sin embargo, se complementaban demasiado bien. "Tal vez" pensó Jimin. No, no debía pensar en eso. Las palabras de Taehyung estaban erróneas, él no quería estar con el de esa manera.

—Mis padres me contaron lo que dijiste, sería un error. Seríamos infelices —el omega se pellizco la palma de la mano para no llorar.

—Nos llevamos bien —Taehyung se levantó y lo tomo de los brazos, dejo de llorar para sonreír un poco —podemos vivir juntos como planeamos de pequeños, comeríamos pizza todas las noches, jugaríamos video juegos hasta la madrugada.

—Como amigos —lo cortó Jimin. Taehyung parpadeo confundido y asintió —es lo que no entiendes. El lazo significa que ya no podrás estar con nadie más, nuestros lobos sentirán el rechazo, la infidelidad sería mortal. Seré tu pareja y tú la mía y ambos sabemos que si me marcaste es porque mi aroma cambio y ahora huelo a una omega —le subió un nudo a la garganta.

—Podemos... —inició nervioso.

—Basta —apartó los brazos del alfa —mientras sigas a mi alrededor la marca no se irá y será un problema. Creo que esta es la prueba de que debimos de dejar de ser amigos hace mucho tiempo.

—No digas eso —le sujeto las manos, pero Jimin las apartó.

—Enserio ya déjame o te pondré una orden de restricción —estaba siendo duro, debía serlo —me haces daño Taehyung, no te imaginas cuánto.

Se apresuró a caminar rápido para huir del lugar. Las lágrimas lo traicionaron. Atreves del lazo sintió como la tristeza se duplicaba. Ambos sufrían, era lo correcto, debían enfrentar el dolor para ser felices separados, juntos ya no podían.

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