Llegaron a la fiesta. La casa era grande y era de uno de los amigos de Taehyung del equipo de americano. El alfa abandonó el juego cuando sus calificaciones no resultaron ser buenas, tomo la decisión del estudio al cien por ciento.

—Una linda pelirroja te mira —Jimin le dijo al oído, la música estaba alta.

El omega le dio unas palmadas en señal de ánimo antes de alejarse. Lo vio dirigirse con Jungkook su amigo más fiel. Sospechaba que esos dos se traían algo, pero no lo había averiguado aún. Restándole importancia dejo en segundo plano a su amigo y fue por la linda beta de pecas y cabello rojizo.

Jimin saludo a Jungkook animado. El beta le sonrió coqueto.

—Jimin, Jimin. Mi queridísimos omega favorito —unas cuantas copas más y se embragaría por completo.

Se acercaron lo suficientemente para hablarse, pero sin llegar a tocarse.

—Hoy follas Jungkook ¿feliz? — Jimin le guiño un ojo.

—Mucho —río satisfecho.

Jungkook era un amigo con derechos desde hacía un par de años. Aplicaba específicamente solo cuando ambos estaban solteros e irónico o no ninguno de los dos parecía tener suerte en encontrar la pareja correcta.

—Tu amigo me ganó a Sowon —señalo con la cabeza a la sala.

Taehyung llevaba menos de cinco minutos y ya tenía a la chica encima de él besándolo gustosa. Jimin miro la escena sin expresión alguna. Era una escena de lo más común para sus ojos nada santos, incluso una vez lo vio follarse a una chica en una fiesta por accidente. Taehyung era un caso perdido.

—Debiste ser más rápido —regresó la vista al beta.

—Tal vez —murmuró pensativo —pero aún te tengo a ti —la mano de Jungkook fue a dar a la cintura de Jimin.

Jimin río de lado apartando la mano. Tenían reglas y una de ellas era nada de toqueteos públicos. Eran amigos antes que compañeros sexuales, debían ser discretos así cuando tuvieran una pareja oficial no les impidieran seguir siendo amigos. Funcionaba hasta ahora y Jimin lo sabía ya que Taehyung aún no lo descubría.

—Necesito embriagarme ya que hay mucho alcohol gratis y luego subiremos —le guiño un ojo de manera coqueta.

Mezclándose entre la gente comenzaron a beber y bailar sin percatarse de los demás. Ante todos seguían siendo un par de simples amigos. Para Taehyung había algo sospechoso en la manera que Jungkook y Jimin compartían miradas cómplices.

A las 2 de la mañana Jimin ya no se podía sostener, iba colgado del cuello de Jungkook. Veía borroso, sus pies se enredaban, sin embargo, aquello no era lo anormal, lo extraño era la bola de fuego que le recorría el cuerpo.

—Ahora vuelvo —aviso Jungkook después de acomodarlo en la cama.

Habían subido las escaleras y entrado a una de las habitaciones disponibles. Ahora Jungkook estaba en el baño.

Un dolor punzante le hizo llevarse las manos al estómago.

—Maldición, no —se quejó Jimin.

Maldición, sí. Su celo llego de la nada. Una regla propia era no pasar el celo con nadie, era su época fértil y no quería arruinarse la vida, siempre se dijo que no tendría hijos.

Tiritando busco el celular en el bolsillo. Busco entre los contactos el de su salvación.

No era tan grave si aún se sentía con ánimos de mandar emojis. Taehyung debía llegar al rescate a tiempo antes de que no pudiera mover ni un dedo.
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Las palomitas verdes aparecieron y suspiro aliviado.

Por azares del destino Jungkook salió del baño con la cara pálida y sobándose el estómago. Se detuvo en la puerta.

—Estoy hecho una mierda. Tendrá que ser otro día bonito —camino con pesadez hasta él, al verlo en posición fetal se preocupó —¿sucede algo?

—Mi celo llegó —dijo con dolor.

La boca de Jungkook se abrió en forma de "o" él era un beta, no percibía el aroma de las feromonas por lo que estaba a salvo de un ataque repentino, pero si podía dejarlo embarazado. Se alivió de la poca tolerancia del chico.

—Buscaré a Taehyung — Jungkook se sobo la cabeza mareado.

Ambos sabían lo confiable que era el alfa. No era la primera vez que lo rescataba ni probablemente fuera la última. Taehyung no se alteraba con sus feromonas, a él solo le atraían las feromonas de las omegas. Los olores entre omegas hembras y machos eran distintos, los de las mujeres eran más cálidos y suaves mientras que los de los hombres eran más pegajosos y fuertes, no a todos los alfas les gustaban los omegas machos por el aroma. Incluso algunos sienten repulsión.

Antes de llegar a la puerta esta se abrió de golpe, Jungkook se tambaleó del susto.

—Aquí estas —Taehyung suspiro aliviado. Lucia como si hubiera corrido.

—Te lo dije —el omega logro decir en tono lastimero.

El beta cerro los ojos recuperándose del susto.

—Me voy. Cuídalo —paso por un lado del alfa palmeándole la espalda. El estorbaba, no era capaz de sostenerse el mismo en pie.

Taehyung se acercó y lo tomó entre sus brazos, Jimin se acurruco con las manos aun en el estómago, mientras más tiempo pasaba más le dolía. Los síntomas estallarían en cualquier momento y para ese entonces debía de estar en casa, llorando y suplicando por atención en su cama y no en los brazos de Taehyung.

La primera vez que su celo lo atacó de sorpresa en la pijamada con Taehyung a los 17 años, se restregó contra el alfa como un loco desesperado. Fue humillante y Taehyung no lo olvido por un mes haciendo bromas constantes. Al año volvió a pasar y ya no quería que se repitiera esta vez.

Él no era Taehyung, las feromonas de cualquier alfa podían atraerlo. Al momento del celo no piensa y solo quiere algo golpeando dentro de él. A pesar de aquello el aroma de Taehyung era más peligroso en esas épocas. Resultó ser el típico amigo perdedor (según él) que se enamora del mejor amigo que no le hará caso nunca. El aroma de albahaca y menta ya era embriagador en sus cinco sentidos, sin ellos era una droga potente y adictiva.

Fue depositado en el auto en el asiento trasero. No confiaba en Taehyung al volante más no tenía de otra. Esperaba que el alcohol no afectará tanto a la poca habilidad que tenía el alfa para manejar o morirían.

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