⚔𝒪𝓃ℯ ⚔
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Mis manos están cubiertas de sangre, mi camisón blanco ahora es rojo producto del liquido carmesí. Mi mente esta llena de dudas sin saber el por que estoy aquí. Me encuentro al medio de cuerpos sin vida, brazos y cabezas están esparcidos en el césped, un lago de sangre se formaba alrededor de ellos.
— ¿P-pero que? — Me pregunto con confusión, sin tener la menor idea de lo que estaba pasando al respecto. Una fuerte electricidad recorre mi columna al ver como estaban los cuerpos sin su viseras en su interior .
<<Debió ser un maldito enfermo mental, el que haya hecho esta atrocidad.>>
Pensé al ver los cuerpos descompuesto.
Seguí mi camino intentando alejarme de la horrorizad que estaba en mis alrededores, pero a pesar que avanzaba solo conseguía encontrarme cadáveres y mas cadáveres. Mire mis manos, intentando de procesar todo lo que estaba pasando, me llegue a preguntar: ¿Por que me encontraba en este estado?, no tenía respuesta. El terror de no saber lo que estaba pasando me invadía más, la ansiedad de no saber provocaba que estuviera alterada.
El ambiente se percibía el sufrimiento de aquellas vidas que fueron arrebatadas, dándome una profunda nostalgia de verlos de esa manera. Un fuerte olor de pudrición irrumpió en mis fosas nasales, a lo que hago una mueca de asco.
— ¡Joder solo quiero salir de aquí!— Exclamo afligida, abrazándome a mi misma.
Miro hacia al frente, topando me con unos ojos azabaches que me miraban sin ninguna expresión alguna. Trago en seco al observar que llevaba una gran espada en su hombro. Estaba alterada, por mi suerte estaba diez metros de mi.
— Mierda...¿Que hago? — Susurre, observándolo de arriba y abajo. Su traje blanco estaba ensangrentado, su gran espada estaba bañada en sangre. Por el modo que la tomaba, se veía que para el era ligera.
<<Por lo que veo, es uno de los participantes de este acto de inhumanidad. ¿Será el que haya matado a todas estas personas?...no lo creo, nadie sería capaz de matar está cantidad ¿O si?.>>
Analiza con mi vista fija en el. Su cabello rubio se movían por el ligero viento que pasaba entre ellos, el solo sonreía de costado. Sin saber que hacer, lo mire con recelo. Su mirada escalofriante, provocó que un miedo recorriera en mi piel. Miedo a imaginar que quizás el me haga lo mismo que a todas sus pobres víctimas, que me deje destrozada al igual que a ellos.
Tenia dos opciones: Correr o quedarme como estúpida mirándolo, pero como siempre mi cuerpo me hizo una mala jugada, no me movía en lo absoluto. El se gira para comenzar alejarse de mi a lo que yo me quedo plasmada. Involuntariamente mi cuerpo se empezó a moverse por si solo, intente alcanzarlo pero es inevitable mis pasos se empezaron a volver lentos y pesados. Mis piernas no resistieron más, hasta que caí de rodillas.
Una necesidad de alcanzarlo apareció en mi mente, no sabía el por qué pero tenía que llegar hasta el, lo necesitaba ,dentro de mi me lo pedía a gritos. Pero como si todo tuviera en mi contra, era incapaz de alcanzarlo.
Una fuerte desesperación se hizo presente...
— ¡¡Detente!! — grite como pude, para que el me escuchará. Al parecer me escucho y se detuvo, pero en ningún momento se giro al verme.
Quería hablarle, pero un nudo se formó en mi garganta siendo incompetente de decir alguna palabra. El solo volvió a caminar, a lo que yo me levante para volver a correr hacia donde el. Sentía que cada segundo se alejaba más, y más de mí. Mis labios se volvieron por si solo, gritando un nombre que desconocía...
— ¡¡M-Meliodas!!...¡¡¡¡¡Meliodas, Meliodas!!!!!.
Me senté de golpe, respirando agitada mente. Mi cuerpo estaba cubierto de sudor, sintiendo que mi camisón esta apegado a mi cuerpo. Me toque la frente intentando procesar lo que había pasado.
— Fue una pesadilla... — Digo en un susurro, sintiendo mi corazón palpitar rápidamente. — Maldición, y yo que pensaba que ya se habían acabado. — Bufe cansada. Mire la ventana, mostrando que ya había amanecido. — Mierda debe ser tarde, Mamá me va a matar.— Exclamó frustrada.
Me levanté rápidamente para poder bañarme, y empezar con mi rutina de cada mañana. Tome el cepillo de pelo para intentar de arreglar todo mi cabello desordenado. Me mire al espejo recordando de a poco lo que había pasado en aquella pesadilla.
"Meliodas"
Su nombre resonó en mi mente. Pestañeo varias veces, buscando respuestas. Era un nombre bastante característico, no había duda que nunca lo había escuchando en mi vida, quizás si, pero no lo recordaba.
— Quizás ese nombre lo habré leído en algún libro, sin evitarlo quedó grabado en mi mente ¿O no? — Digo, para intentar saciar mis preguntas. — Aún así eso no explica este sentimiento tan irreconocible que siento.
Vague en mis pensamientos mientras miraba el color del cepillo.
— ¡Carajo T/n! — La puerta se abre bruscamente, mostrando la cara de nervios de Adelin — ¡Mamá estuvo media hora gritando para que bajarás!, ¡¡No sabes lo enojada que está!! — Grito, causando que dejara de estar desorientada.
— ¿¡Que!?. — exclamó asustada.
— ¡Lo que escuchaste! Si no bajas enseguida seguramente Mamá te castigara y tendrás que hacer todos los deberes de la casa.— Me mira con una sonrisa malévola.
—A mi se me hace que estas exagerando, para que me asuste nuevamente. Pues mira que no voy a caer en tus juegos, idiota — La saco la lengua, para seguir peinándome el cabello.
— Bueno~ Cree lo que quieras Hermanita, después no me digas que no te lo dije. — Dice juguetón .— Hablando de todo esto, ¿por que te despertaste tan tarde? no eres de esa persona que se levante tarde sin ninguna razón especifica. — Ladea la cabeza, mirándome.
— La verdad fue porque...Comenzaron nuevamente mis pesadillas.— Solté el cepillo del pelo, dejándolo en mi tocador.— Esta pesadillas fue mas peculiar que las otras.
— Así que volvieron tus sueños... — Su dedos se posaron en mentón, analizando lo que le había dicho.
— Si, y lo mas extraño es que lo recuerdo...
— Sera por un momento de seguro después se te va a olvidar, como siempre lo haces— Levanto los hombros, desinteresado.
— Pero es que no fue cualquiera pesadilla. ¡Se sintió tan real!...Tenia una mezcla de sentimientos que son difíciles de describir— Murmuré confunda. Mi mano estaba en mi pecho, por el momento de discordia que había realizado.
— Tranquila de seguro que fue una pesadillas sin importancia ademas...¿Un sueño que sea importante? —Me mira incrédulo. —Tonta te recuerdo que los sueños son solo ilusiones que crea tu cabeza.
— Incorrecto, dicen que los sueños pueden tener un significado importante —Le hablo, con la información que había leído de los libro que mi Papá me hacia leer.
— Son solo teorías baratas de libros, que lo escriben los viejos de poca cordura.
— Ojalá Padre no te escuche decir eso, sabes perfectamente que su tema favorito son los significado de los sueños.
— Son solo tonterías, ademas veo que Padre no es el único que cree en esas teorías. —Levanta su ceja.—
— Tiene información bastante interesante.
— Cada vez sigues el mismo camino de nuestro Padre.
— Y tu cada vez mas te interesa menos la lectura.
— Si me interesa pero sabes que no creo mucho en esas teorías.—Levanta los hombros.
Solo lo observe. Al parecer ser un caballero sacro lo estaba llevando a sus propias ideas. Suspire, para decirle lo que pensaba al respecto, pero recordé el dicho nombre que me saturada la cabeza.
— Aja...Antes que se me olvide, tu sabes quien es Me...
— ¡¡¡¡¡T/N!!!!!!!.
Solo sude frió y mire con horror a mi hermano, el solo me indico que bajara al primer piso antes que nuestra Mamá se descontrolara. Así que baje rápidamente antes que me mate.
— ¡¡Aquí estoy!!, perdón, perdón!. Me quede dormida, Ten piedad de mi gran y poderosa madre— Digo con los brazos levantado.
— Ella solo me mira incrédula para luego reír, mientras ordenaba los platos. —Exagerada, no es como si fuera tan cruel.
— lo siento.— Digo entre risas— Solo tomo medidas de precaución— Comienzo ayudarle con el orden de los platos.
— Son las 9:30 es raro que despiertes a estas horas, tu siempre madrugas primero que nosotros.— Me miro preocupada.
— Ah eso, solo es que mi sueño duro mas de lo previsto.— Le respondo, siguiendo con mi labor.
— Mmm creí que ya se habían acabado, hace años que no soñabas de ese modo.— Me dijo, para empezar a lavar los platos sucios.
— Eso es verdad...Estado analizando...No logro obtener ninguna explicación.—Mi mirada estaba perdida en el plato.
— Olvídate de tu pesadilla. — Me levanta el mentón, para mostrarme una sonrisa tranquilizadora. —De seguro tienes miles de preguntas en tu cabeza.— Sus dedos acarician mi frente.— Como siempre digo, es mejor olvidar antes que te atormente preguntas que son difíciles de contestar. Deja que todo fluya.— Me besa la frente.— Antes de todo no le digas a tu Papá sobre tu pesadilla de seguro estará mas paranoico que tu, buscando su significado.—Ríe, para después soltarme.—ahora sírvete desayuno que no quiero que mi pequeña este desnutrida.
Suelto una pequeña risa, para luego comenzar a servirme mi desayuno.
Empiezo a servirme la comida que estaba en la mesa, mientras que trataba de disipar los pensamiento que estaban surgidos por aquel sueño. Era razonable lo que había dicho mi madre, para que abrumarme con preguntas que no tiene respuestas, al fin al cabo son sueño que transcurre por mi imaginación, ¿Para que perder la cabeza, por una simple pesadilla?. Si lo pensaba de esta manera era difícil de distinguir el significado de la pesadilla, era remotamente difícil de llegar a una explicación.
Observe los movimientos de mi Madre, llevándome un pedazo de pan a la boca. Inconscientemente admire la belleza que ella poseía; Tez blanca, unos grandes ojos azules y figura voluptuosa. Su cabello rubio lo traía en un tomate con algunas mechas rubias que salían de su orden, unas pequeñas arrugas de bajo de sus ojos hacían notar su poca vejez. Mi hermano había tenido la dicha de parecerse a ella, su pelo rojo era lo único que lo diferenciaba, heredado de mi padre.
Por mi parte llegue con la desventaja de no parecerme a ninguno de ellos, Adelin era el único que había sacado la gran parte de las característica física de mis Padres.
— Sigo pensando que soy adoptada.—Murmuró abrumada, lo suficiente inaudible para que Mi Mamá no escuchara.
— ¿T/n Terminaste?, porque necesito que me ayudes con tu abuelo. Tengo muchas cosas por hacer...
—Si, ya termine.— Levanto mis platos, con una sonrisa amplia para después entregárselo.
—Me encantaría que tu Hermano tuviera tu misma emoción en ayudarme con los deberes.— Suspiro frustrada, para preparar la cena de mi abuelo.
— Mamá, Adelin es un flojo de alta categoría. Jamas se emociona en hacer deberás, si no entrenar. — Reí, mientras recibía la comida que tenia que llevarla a donde mi abuelo.
Al frente mio se encontraba una puerta color rojiza. Sujete la comida en mi mano izquierda para poder tocar con facilidad la puerta, golpeo dos veces, me detengo esperando la voz ronca que me responda con un: "Pase". Después de unos breves minutos logro escucharla, entro enseguida.
— ¡Hola abuelito!, ¿como amaneció? — Exclamé contenta, a verlo que estaba mejor que el día pasado.
— Muy bien mi niña. Usted con su bella sonrisa me alegra todas las mañana —Me responde con misma sonrisa, mientras intentaba sentarse.
— Abuelo no, no puedes hacer mucho esfuerzo. — Deje la comida en una mesa de mi lado izquierdo, para poder ayudarlo. Sabia perfectamente que no le gustaba pedir ayuda. Siempre fue una persona que le gustaba resolver por si sola, en lo general.
— Oh no mi niña, no estoy tan viejo para que ayudes.
— Lo se, pero recuerde que mi padre dijo que su salud estaba mas delicada de lo normal. — Lo miraba preocupada. En los últimos meses su salud estaba empezando a empeorar debido que sus defensas estaba mas bajas de lo normal, todo era provocado por la enfermedad que lo estaba consumiendo de a poco.
— Xandru es un exagerado, yo ya les dije que estoy perfectamente bien. No tienen que preocuparse por este viejo, que a sobrevivido a miles de batallas para que una simple enfermedad lo mate. — Suspiro desganado, por la poca fe que le teníamos.
— Bufé— Una enfermedad es muy distinta a una batalla, y usted lo sabe.— Me senté a su lado, agarrando la comida. Lo mire levemente, para extender la cuchara a su boca .— Una enfermedad lo puede matar lentamente si no se controla, a diferencia de una batalla que el enemigo te mata al instante. Es una gran diferencia.
— Pero las dos tienen en común, que si eres fuerte puedes sobrevivir. —Me miraba con una sonrisa desdeñosa. Sus ojos reflejaban el sentimiento de cariño, su voluntad de vivir siempre la conservaba a pesar de los respectivo ataques de su corazón.
— Eres el claro reflejo de tu mamá. Igual de testaruda. — Exclamo riendo, asignado me una sonrisa.
Termine de darle el último cucharón de comida, lo mire con sigilo. Analizando si estaba mejor que las otras semanas anterior. Era sorprende que a pesar de constante paros cardíacos que le deban, el seguía manteniendo su sonrisa. Su voluntad era intermitente.
— De eso no tengo duda, mi Mamá me a demostrado tanto su testarudez que fue inevitable no tenerla. —Comente, sobando mi nuca. — Pero cambiando el tema, ¿Por que mejor no me narra sus ultimas batallas?.
Al instante el me miro, tratando de recordar. Yo solo esperaba ansiosamente para escuchar una de sus narraciones.
— En los mediados de marzo, estaba combatiendo mi última batalla como caballero de Danafor. Sería mi última batalla, y mi última vez en ese Danafor. —Su voz había cambiado radicalmente a una serena, cada palabra que narraba era deleita por la tranquilidad que te causaba al escuchar una pertinente neutralidad.— En las afueras de Danafor, me encontraba en una dura batalla con unos oponentes mas digno que e conocido en mi vida. La mayoría de mis hombre se encontraba masacrado por intentar de hacerle rival. Yo era el único que estaba de pie, estaba firme con mi espada intentado de ignorar todos los daños que el contrincante me realizaba. Recuerdo que estaba aceptando mi muerte, no tenia forma de ganarle el seguía al frente sin ningún daño de por medio...
Lo escuchaba atentamente, sin hacer el mínimo ruido. Mi Abuelo pauso por unos breves minutos para suspirar con delicadeza. Su narración me había transmitido la fuerte necesidad de imaginar cada momento que pasaba en sus acciones pasado que el había realizado.
— Elevo su espada activado su poder, una gran ráfaga de viento se avecinaba hacia a mi dispuesta a quitarme la vida. Cerré mis ojos para prepararme el dolor que me causaría, sin embargo el dolor nunca llego. Al frente de mi se encontraba mi Comandante, con una espada en su mano derecha. El daño que estaba esperando recibir, lo recibió mi enemigo. Se encontraba medio muerto en el suelo, cubierto de grandes heridas alrededor de todo su cuerpo .—Me sonríe nuevamente, para después continuar. — Jamás en toda mi vida, estuve tan agradecido con mi Comodante. Era un hombre de admirar, a pesar de tener la apariencia de un niño fue el mas fuerte que todos los caballeros sacros.
— Vaya, se ve que le tenias una gran respeto a tu comandante. ¿El como era?—Pregunte curiosa por saber, de la persona que tanto veneraba Mi Abuelo.
— Por lo que recuerdo, en apariencia: Rubio de baja estatura, tenia unos grandes ojos color esmeralda. Fue una persona bastante serena y carismática, cuando establecían una conversación con el era simplemente agradable al escuchar sus anécdotas graciosas, siempre estaba acompañado por su amante Liz, una mujer hermosa con una gran personalidad fuerte. Los dos era una pareja muy contradictoria.
— ¿Y que les paso?.—Cuestione, al escuchar repetida veces la palabra "Eran". Asimile que estaban muertos, pero quería saber la causa de sus muertes.
— Después que me salvo me fui de Danafor, dispuesto a recorrer el mundo. No me quedaría toda una vida en el mismo lugar de siempre, esperando una muerte segura. A pasar de los meses, se empezó a rumorear entre las pueblos de la desgracia que había ocurrido en Danafor, Danafor quedo devastado sin ningún sobreviviente de la ciudad. Se dice que una fuerza maligna había explotado el pueblo con su fuerte oscuridad...
Con un mal sabor en la boca al escuchar el trágico final que obtuvo el pueblo. Estaba algo incrédula, ¿Una fuerza maligna puede destruir todo un pueblo? era algo ilógico. Los único que alcanzaría a ese oscuridad fenomenal seria los demonios, pero estos había desaparecidos hace milenios de años era algo irreflexivo.
— Esto es impresionante de escuchar, ¿pero como estas tan seguro que esos rumores estaban en lo cierto?.
— Porque mis ojos me lo confirmaron. Al escuchar los rumores fui en menos que canta un gallo a mi aldea. Todos los rumores estaban en lo cierto, Danafor ya no existía. —Musitó, con un semblante nostálgico.
— Lo lamento... —Sentencia, con solo razonar todas las personas que perdió en esa catástrofe.
— No te preocupes mi niña, esto paso hace muchos años atrás. Solo son heridas del pasado a las cuales ya supere. — Me revolvió delicadamente mi cabello, para regalarme una hermosa sonrisa serena.
— ¿T/n terminaste con tus deberes?—Me llamo una voz que perfectamente conocía.
-Si Idiota ya termine, ¿tanto quieres que apresure tu derrota?- Me gire, dedicándole una sonrisa triunfadora.
— Mira debo aclarar que la otra vez te deje ganar, Mocosa introvertida. —Exclamo, con una sonrisa egocentrica digna de el.
— ¡Oee que te pasa! ¡Te e dicho que jode que me digas así!. —Refunfuñe con un moflete en mis mejillas. No tenia la culpa que no me dejaran hacer vida social en la ciudad.
— Justamente es por eso que lo digo. Mira si me ganas en esta batalla, te dejo de decir así y hago todo los deberes de las casa ¿Si?.
— ¡Ja! Aceptaste tu sentencia de muerte.
— Eso lo veremos. Ahora cállate, antes que me empiece a reír tu confianza. Mocosa introvertida —Me tiro del brazo, para llevarme casi arrastre al bosque.
— Eres el peor pendejo que e conocido en mi vida. —Bufé, dejándome llevar. Lado positivo no tendría que caminar.
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✨✨✨✨✨✨✨
¿¿Como estuvo este capitulo??, espero que lo hayan disfrutado y si le gusto déjeme una estrellita. Un beso y un abrazo psicológico a todos!!.
Cómo dije, cada capítulo tendrá más de 1.000 palabras. Lo se, muy largo ksksks.
~Goodbye~ ❤❤ —
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