🪻┆¿Quien es el dueño?
Luego de que Jungkook diera esa respuesta, Jihoon apretó los labios con actitud rencorosa. Girando en rabia, se alejó de nosotros, entrando al ascensor, para perderse de nuestra vista.
— En raras ocasiones aparece en la empresa, cuando hay una junta siempre es el última en hacer presencia, pero hoy llegó como nunca temprano —comenté sin quitar la mirada del ascensor.
— Lo importante es que aceptaron tu propuesta —añadió tomando mis manos—. Ahora dime ¿Cómo te fue con el médico?
— Regular —respondí apartándome, estirando mi cuello de un lado a otro, pasé mis dedos sobre la superficie de mi piel. El nudo es doloroso
— ¿A qué te refieres con regular? ¿Estás enfermo?
— No —calmé su duda—. Simplemente es producto del estrés, me recomendó unas pastillas y unas vitaminas que me reconfortarán. Es solo que he tenido mucho trabajo fuera de aquí.
— No entiendo ¿De qué trabajo hablas?
Había olvidado por completo que él aún no lo sabía.
— Eh… No, no es nada.
— No, ya abriste la boca. Así que, habla.
— Ay Dios…Supongo que entre tú capricho y el mío, tú me superas en algunas ocasiones.
— No intentes desviar el tema, dime.
— Ash… —relajé mi voz—.Se trata de la fábrica de mi padre.
— ¿Qué ocurre con ello?
— La adquirí.
— ¿Cómo? ¿Y eso cuando fue?
— Sucedió antes del viaje que hicimos a España ¿Recuerdas que me descubriste en casa de mi madre? Bueno, fui a pedirle los papeles.
Él parpadeó con sorpresa — ¿Y te los dio sin pedirte nada a cambio?
— No fue tan fácil, estuviste allí cuando él esposo de mi madre quiso golpearme. Por lo que nos reunimos después en el café que está cerca de aquí. La fábrica está llena de deudas y ellos no pueden costearla.
— Aún así, es extraño que tu madre te lo haya dado sin hacerte tantos problemas.
— Eso creí, así que los mandé a analizar con un abogado, y él confirmó la autenticidad del documento.
Jungkook se llevó una mano a la barbilla, no confiaba en que todo hubiera salido tan rápido. Él era muy buen negociante y sabía que esas cosas tenían su tiempo.
— No lo sé, Jimin. Aquí algo no anda bien, y es evidente que tu madre está planeando o está fugando de algo.
— ¿Pero por qué haría eso? No tiene herramientas para hacerlo. El dinero que les pasaba mensualmente se los he cortado.
— Pues con mayor razón. Tú madre es una mujer ambiciosa, si una vez prácticamente te vendió, no dudará en hacer cosas peores.
— ¿Qué puede ser peor que eso?
— No tengo la menor idea, pero por favor —colocó sus manos en mis hombros—. Cuidate, por donde vayas fijate que nadie te siga. O en todo caso quédate cerca de mí.
— Entiendo que mi madre pueda ser una persona que está obsesionada con él poder y las riquezas, pero de ahí a hacerme daño, hay una gran diferencia. De cualquier modo ¿Qué conseguiría? No es como si hubiera un papel donde le dejo mi dinero a ella.
— Cuál sea el caso, no confío en ella.
— Me duele aceptarlo, pero tampoco confío en mi propia madre, tendré en consideración tus palabras. Gracias por tu consejo Jungkook —dije con sinceridad.
— No hay nada que agradecer. Tú y Jennie son ahora mi prioridad. Las únicas personas por las que puedo dar todo.
Rozando mis mejillas con sus largos dedos, miró mis labios, entreabriendo los suyos. Sintiendo su cercanía, percibí su aroma masculino que nublaba mi vista y dejaba en blanco a mi mente.
— Eh… Ya debo irme —alejé mi rostro—. Estoy esperando a que el abogado vuelva a comunicarse conmigo.
Él retrocedió con algo de decepción, afirmando con su cabeza.
— Pero si necesitas ayuda con eso, puedo darte mi apoyo. Sé que el abogado que leyó el testamento dijo que tenemos que cumplir el año de convivir juntos para que recibamos la mitad de la herencia, pero tengo mi propio dinero de todo lo que he trabajado fuera del país.
— Gracias, pero no. Quiero hacer esto solo. La fábrica de mi padre significa mucho para mí, y más allá del dinero es ese valor sentimental. Así que…
— Comprendo, igualmente te recalcó que puedes pedirme lo que quieras, solo búscame o llámame y estaré disponible para ti.
Asentí sonriendo a su ofrecimiento. Me parece increíble pensar que este hombre sea el mismo que regresó en la lectura del testamento.
— Nos vemos en la noche —me despedí.
——————
(Pov Jackson)
— No deberías estar aquí, sabes que si alguien nos ve, todo se irá al infierno —dije, mientras guardaba los papeles en mi portafolio.
— Tú y yo buscamos lo mismo —respondió acomodando su cabellera rubia—. Eso lo supe desde que Jungkook y yo regresamos de Inglaterra.
— Pero tú no vas a poder seguir con tu parte del trato.
— ¿Quién dice que no? —dijo con enojo.
— Por lo que sé e imagino, él ya se metió a la cama con su esposo, y bueno no lo culpo. Jimin es toda una belleza provocativa.
— ¡¿Quiéres pensar con la cabeza de arriba y no con la de abajo?! —gritó, pegando un golpe en la mesa del bar.
— Uy, que mal humor ¿Tanto te duele que él te haya dejado por el, Jihoon?
— No digas mi nombre, reverendo estúpido. Alguien podría escucharte.
— Ja, ja, ja De todos modos ya no me eres de utilidad. Jungkook ya ni voltea a mirarte y peor después de descubrir que tenías tus aventuras fuera del nido.
— ¡Imbécil!
— Supongo que esta es la última vez que nos vemos, seguiré con mi plan solo —me erguí de la silla luego de beber de mi vaso, para retirarme —. No fue un gusto trabajar contigo.
— Espera —me sujetó de la mano—. Haré lo que quieras, lo que sea —dijo pasando sus dedos en una caricia a mi brazo, a lo que yo solté una media sonrisa.
— Lo siento, no eres mi tipo —lo rechacé quitando mi brazo—. El único que llama mi atención es Jimin, si fueras e, tal vez hasta consideraría dejar de lado mi plan.
— ¡Tú plan! ¿Cuál es tu estúpido plan?
— ¿De verdad crees que te lo voy a decir, cuando no me sirves? Mejor no vuelvas a llamarme, piensa en otra forma de recuperar a tu querido Jungkook, que por como van las cosas, en cualquier momento embaraza a su esposo.
Al verlo lleno de rabia, me divirtió, sin embargo el tomó su copa y la aventó directo a mí, claro que fue fácil evitar el golpe. El que se enoja pierde.
Saliendo a buscar un taxi que me llevara a casa, recibí una llamada de Jennie, la pobre estaba tan enamorada de mí, que hasta casi sentía lástima por lo que estoy haciendo.
Ella es linda, jovial, hermosa, no lo dudo, pero le faltaba algo. Algo que solo al mirar a Jimin me despertaba.
— Mi reina —respondí.
— Jackson, cariño ¿Vendrás está noche a cenar?
— He terminado con unos asuntos pendientes, así que estaré allí querida.
— ¡Oh, qué alegría! Extrañaba tu presencia, han sido muchos días que has trabajado duro y nuestra bebé también extraña oír la voz de su padre.
— Pues dale una caricia de mi parte, que hoy estaré con ustedes, y mañana saldremos a comprar las cosas para decorar la habitación del bebé.
— ¡De verdad! —gritó emocionada—. L-lo siento, me entusiasmé. Solo faltan unas cosas, pero estoy tan feliz de que te preocupes por nuestra princesa.
— Te dejo un beso, nos vemos en la noche, mi vida.
— Yo también te dejo uno.
Luego de colgar, pensé en lo que más adelante ocurriría. Cada vez las cosas estaban más cerca de concretarse.
— Lo lamento, Jennie, pero ya no puedo dar marcha atrás, ni por ti, ni por el bebé.
—————–
— Mucho mejor… —suspiré luego de haber tomado la pastilla que me recomendó el médico, por un instante hasta había pensado que se trataba de un embarazo, pero resultaba ser producto de todos los problemas con la fábrica.
— Necesito relajarme —me dije, pero el celular que últimamente se había convertido en mi tortura, recibió una llamada—. A este paso voy a enloquecer. Diga —contesté.
— Señor Jeon, soy su abogado.
— Oh, justo estaba pensando en eso.
— Señor lamento tener que molestarle a cada momento, pero necesito con urgencia reunirme con usted.
— ¿Pasa algo?
— No le mentiré, estuve revisando en los registros de propiedad y lo que he descubierto la va a dejar con una gran sorpresa.
— No entiendo ¿Es algo malo?
— Preferiría decírselo personalmente, además así le muestro los papeles así me creerá.
— De acuerdo, pero tendrá que ser esta noche, luego de que salga del trabajo. Hay un café cerca y allí podríamos reunirnos.
— No tengo problema en ello, señor.
— Gracias por el trabajo.
¿Qué había más allá de los papeles de propiedad? Es legítimo y aquel que lo tenga es el dueño ¿Acaso esconde algo?
…
Esa noche, salí tan pronto como acabé con los papeles. Tomé mi bolso y fui a reunirme con mi abogado. Este ya me esperaba en la mesa con su portafolio en sus rodillas.
— Buenas noches, Jimin —me saludó la señora Choi.
— Oh, buenas noches, me alegra verla.
— ¿Lo mismo de siempre, querido?
— Sí, estaré en la mesa de allá —señalé al hombre de traje.
— De acuerdo, querida. En unos minutos te llevo tu café y tiramisú.
Asentí sin perder la sonrisa, y tomé mi lugar frente al abogado.
— Bien, estoy aquí ¿Qué era eso tan importante?
— Primero necesito que vea esto, mientras le hago unas preguntas.
— Claro —acepté los papeles.
— Verá, cuando su difunto padre fundó la fábrica que usted reclama como suya, él dejó un documento donde constataba quien o quienes se harían cargo de esta propiedad en caso algo le ocurriera. Esto es al margen de los papeles de propiedad, ya que para que estos pasen a ser legalmente suyos tiene que estar con la firma de ambos poseedores.
— Pero tengo la firma de mi madre —le respondí.
— Señor Jeon, temo que su madre no es la otra dueña.
— ¿Cómo? —sentí que mi sangre se congeló.
— La propiedad está registrada a nombre de dos personas. Una es usted y la otra está en anonimato, pero se descarta que sea su madre, ya que la firma fue rechazada.
— ¿Y quién es el otro?
— Eso es algo que aún debo buscar. Por el momento, usted debe preguntar a su madre. Ella debe tener la respuesta, en caso contrario, usted perderá la fábrica sin siquiera tener la oportunidad de defenderla.
…
No podía creer que eso fuera verdad ¿Quién era el otro que se quedaba a cargo en la fábrica? Solo tengo la mitad y no puedo reclamarla en su totalidad a menos que tenga el nombre del otro u otra.
— Padre ¿Qué hiciste? —me pregunté.
Supongo que con esto Jungkook se refería a que mi madre planeaba algo. No me iba a quedar con la duda.
Luego de salir del café, entré a mi auto manejando con dirección a la casa de mi madre. Ella tenía que explicarme, decirme qué diablos estaba detrás de todo esta telaraña de confusiones.
— ¿Señor Jimin? —me recibió la empleada.
— ¿Está mi madre? —pregunté desde la puerta—. Me urge hablar con ella.
— ¿De modo que aún sigo siendo tu madre? —ella salió detrás de la empleada.
— Tenemos que hablar sobre los papeles de propiedad de la fábrica.
— Creí que ese asunto ya estaba cerrado, tú eres la dueña.
— No, sabes que no es así, y vas a decírmelo ahora.
— Vete a la cocina —le ordenó a la empleada.
— Dimelo ahora.
— ¿Decirte qué? Tu no tienes derecho a venirme a exigir cosas.
— ¿Vas a negarme que no sabes quien es el otro propietario de la fábrica?
Mi madre enmudeció, miró de un lado a otro como si intentará esconderse.
— No sé de qué me hablas.
— Descubrí que mi padre dejó a alguien más en la fábrica, y sólo tú puedes saberlo.
— ¿Yo? ¿Por qué debería saber de las idioteces de tu padre? ¡Él nunca consultaba conmigo! Los únicos que le importaban eras tú y…
— ¿Y quien?
— Vete Jimin ¡Vete ahora!
— Si no me dices ahora de quién se trata, te juro que voy a congelar la pensión que te dejó el difunto señor Jeon.
— No serías capaz.
— Ya te he demostrado que no estoy bajo tu poder.
— ¡Pues bien! ¿Quieres saberlo? ¡Busca! Pero de mi boca no tendrás nada. Además tú no puedes cancelar esa pensión, porque no eres su familiar directo.
— Te aseguro que voy a averiguar, y cuando lo sepa, tú tendrás que hablar hasta de lo que no quieres.
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