🪻┆La promesa

Con lentos movimientos a mi cabellera, fui despertando en un agradable abrazo, acompañada de esos latidos cerca a mi oído.

Sí, había ocurrido una vez más. Jungkook y yo habíamos tenido sexo más de una vez esa noche. No sé cómo rayos caí dormido, todo lo que recuerdo son sus besos y nuestras voces haciendo eco en la habitación.

Levanté la mirada a ver su rostro, por fortuna aún estaba dormido, entonces quise pararme para meterme a la ducha, antes de que él despertara, mas cuando iba a retirar mi brazo de su pecho, Jungkook me sorprendió sujetando mi mano.

— Ni lo pienses —murmuró con los ojos aún cerrados.

— ¿Eh?

— Pretendes dejarme como aquella vez. No creas que voy a permitir que vuelvas a escapar.

— No iba a escapar —me excusé—. Solo quiero ducharme.

— Perfecto, yo también.

— ¡¿Qué?! —pregunté incrédulo, consiguiendo sentarme con la sábana cubriendome —. Para nada.

— ¿No saldrás con eso de que aún tienes pudor o sí?

— Sí, pero también son espacios. Tú tienes el tuyo y yo el mío, ninguno debe invadir más de lo permitido.

Él por fin abrió los ojos, soltando una media sonrisa.

— Mi preciosa flor exótica, anoche te invadí de muchas maneras y no parecías para nada molesto.

Su comentario provocó que mis mejillas ardieran en vergüenza, llevándome a que levatara las sábanas hasta cubrir mi cara.

— ¡Ya fue suficiente! —tomé una almohada, tirándole sobre su cara, aprovechando el momento para irme a la ducha.

Sin duda, Jungkook decía cada tontería cuando se le daba la oportunidad de hacerlo.

Más tarde, ese mismo día, mientras estábamos comiendo en el restaurante del hotel, hablamos de que nuestro viaje de retorno, y de lo que se aproximaba en la empresa. Jungkook parecía sorprendido, ante cada palabra que salía de mis labios. Era como si esperara que yo hablara sobre lo que una vez más había ocurrido entre nosotros, pero la verdad es que no creía necesario ponernos a discutir de eso. Ambos la pasamos bien, solo eso. Hicimos lo que nuestros cuerpos pedían desesperadamente del otro. No tengo intenciones de llenarme de esperanzas, porque soy consciente de que aunque sea el esposo, él aún mantiene esa relación con Jihoon.

— Jimin —me llamó tomando un bocado de su comida—. Cambiando de tema. Lo de anoche…

— ¿Crees que Jennie esté bien? —lo interrumpí.

— Eh… supongo que sí —parecía decepcionado.

— Mañana cuando regresemos, pasaré por el abogado, tengo algo muy importante que conversar con él.

— ¿El abogado? —se mostró sorprendido.

— Es algo que no puedo contarte. No, hasta que termine de resolverlo.

En el asunto de la fábrica de mi padre, quería ser yo el que solucione ese problema. No necesitaba la intervención de nadie más, para que cuando al fin todo acabara, poder decir que lo conseguí con mi esfuerzo.

— Está bien para mí —contestó tras terminar su último bocado, levantándose de la mesa y excusarse en ir a hacer una llamada—. Arreglaré todo para que nuestro vuelo salga antes de lo premeditado.

Yo asentí en muestra de estar conforme con su acción.

Pero cuando él se fue, sentí algo muy grande que quedaba vacío en mi pecho. El sexo no amarra a nadie, no había motivos para sentirme así. Ya no soy un adolescente que tiene la mentalidad en flores y un mundo rosado. Hay cosas en esta vida que debo priorizar antes que las emociones.

Al día siguiente, estando de regreso en el avión. Mi mente estaba ocupada con lo que leía en la portada de la revista.

No puedo creer hasta donde ha llegado mi tontería. Era vergonzoso al solo darle una ojeada.

— ¿Qué pasa? —preguntó Jungkook mirando a mis rodillas donde tenía la revista—. Oh, mejor no pregunto —comentó, soltando una sutil sonrisa.

— No es gracioso ¿Sabes? —lo miré con el ceño fruncido—. Si esto sale aquí, no quiero imaginar lo que deben estar pensando en nuestra empresa.

— Que solo dijiste la verdad.

— ¿Qué?

— Bueno, comprobaste la realidad de tus palabras. El hotel no quedó muy bien después de esa noche.

— ¿Cómo podría quedar bien, si no hiciste otra cosa que…? —me. di cuenta que estábamos hablando de sexo como si de cualquier tema se tratara—. No sé qué rayos me pasa contigo, por qué una conversación normal termina convirtiéndose en eso.

— Ja, ja, ja —soltó a carcajadas—. Tal vez estés ansioso por repetirlo —bromeó.

— No —negué rotundamente—. Si estás ansioso, ahí tienes a tu mano —dejándolo atónito, me desabroché el cinturón, dirigiéndome al baño.

Mas al llegar al baño, tuve que tapar mis labios, para no soltar una risa sonora, por la cara que había puesto Jungkook ante mi último comentario.

Me daba cuenta que lo quisiera o no, su compañía poco a poco dejaba de ser molesta. Sin darme cuenta, ya no están riendo, mis labios ahora sonreían.

Siendo las 5:00 am, nuestro vuelo aterrizó, devolviendo nuestros pies a nuestro país natal. El hecho de haber dormido en el asiento; había dejado a mis hombros algo adoloridos, y eso lo notó él cuando moví de un lado a otro mi cuello, que aún ardía y dolía por la herida en el. Comprendía que Jungkook es un hombre apasionado en la cama, pero con la marca que me dejó me estaba más que comprobada mi teoría de su lado salvaje.

— ¡Ah…! —solté un gemido poco audible, al sentir que mis músculos eran masajeados con habilidad.

— ¿Mejor? —preguntó.

— Oh, mucho mejo… ¡Ah! —me espanté— ¿Qué haces? —le pregunté dándome la vuelta.

— Es solo un masaje.

— Ya sé que es un masaje ¿Pero por qué me tocas sin decirlo?

— Tranquilo, no voy a desnudarte aquí.

Le di la espalda, apretando mis labios —. Como si yo fuera permitirlo.

— No es correcto exhibirnos en las calles, para eso tenemos nuestras habitaciones en casa.

— Dices tantos disparates, qué no sé cómo diablos llegaste tan lejos en la vida.

Él acercó su cuerpo hasta rozar el mío, si yo era sarcástico, Jungkook lo era mucho más.

— Habilidad, mi querido esposo, simplemente es habilidad.

Teniendo sus labios cerca, creí que iba a besarme, su aliento pegaba en mi nariz y sus ojos casi podían quemarme con solo una mirada.

¡Dios! Cuanto más podré resistirme a él. Lo hicimos hace solo un día repitiéndolo una y otra vez, hasta quebrar esa maldita cama, entonces ¿Por qué sigo sintiendo este calor en mi parte baja?

¿Sería verdad? Podría estar pasando lo. que quería evitar ¡Me estaba convirtiendo en un pervertido!

¡Me rindo! Estando cerca de estirar mis brazos a su cuello en medio del aeropuerto, para sentir esa calidez en mi boca, él recibió una llamada.

Inconscientemente ambos lo deseábamos, y al ser interrumpidos soltamos pequeñas risas.

— Dame un momento —me dijo, procediendo a contestar.

Su rostro con algo de emoción iba cambiando conforme los segundos pasaban.

— ¡¿Qué?! Bien, iré de inmediato, solo manda al chófer para que recoja nuestras cosas —colgó, guardando el celular en su bolsillo.

— Tú expresión me dice que algo grave pasó, es en casa ¿Verdad?

— Es mi hermana —respondió, mientras miraba de un lado a otro buscando la salida para encontrar un taxi.

— ¡Dios! —me asusté, cubriendo mi rostro con mis manos.

Él respiró profundo, girándose a mi para tomarme de los hombros.

— Escucha, el chófer de la casa vendrá en unos minutos. Te recogerá y…

— ¡Ni siquiera lo digas! —me adelanté a lo que él me diría—. Si crees que voy estar tranquilo yendo a casa, mientras algo le pasa a Jennie, estás equivocado. Así que aunque te vayas solo, tomaré otro auto e iré detrás de ti.

Jungkook permaneció en silencio unos segundos, para luego asentir. Sabía lo insistente y lo mucho que me importaba Jennie.

— De acuerdo, vamos.

Tomamos un taxi que nos llevó al hospital, donde Jennie había sido conducida de emergencia.

A cada minuto que transcurría, le pedía al conductor que si podría tomar otra ruta para llegar pronto, para nuestra desgracia, el otro camino estaba en reparación. Sin mayor alternativa más que esperar, desvíe la mirada a Jungkook, estaba ensimismado, como perdido dentro de su cabeza. Sus piernas temblaban y sus manos estaban inquietas, era la primera vez que lo veía así.

Sentía que decir algo en estos momentos, no serviría de nada. Esa angustia de querer saber sobre la persona que más te importa en este mundo era una tortura. Lo sé muy bien.

De modo que, coloqué mi palma en su rodilla, recibiendo su mirada llena de angustia que cubrió mi mano con la suya, para llevarla a su labios y darle un beso.

— Gracias por estar aquí —murmuró—. Tal vez ahora entraría en pánico, sin tu presencia. Jimin, si algo le sucede a mi hermana yo… —él apretó los ojos para luego mostrarme algo que nunca pensé ver en él. Miedo.

Entonces, veo que a pesar de ser un hombre duro y bastante arrogante en ciertos momentos, es igual que cualquier otra persona. Con alegrías y temores.

— Y aquí estoy para ayudarte, has repetido hasta el cansancio que soy tu esposo ¿verdad? Pues puedes contar con mi apoyo.

Llegamos al hospital tras largos veinte minutos, al entrar solo nos encontramos a la señora Hyejin quien era la que había llamado a Jungkook y a Bamban que se veía sumamente preocupado. Era extraño verlo así. La única faceta que yo conocía de él; era sólo su frialdad y mirada de desprecio, incluso más grande que la que Jungkook solía mostrarme.

— ¿Cómo está mi hermana? —entró preguntando con prisa.

— Aún no tenemos noticias —respondió Hyejin — Cuando lo llamé estábamos en camino —contestó con igual temor que nosotros.

— ¿Pero qué pasó? ¿Es algo sobre su embarazo? —quise saber.

— No estamos seguros, pero la señora hace unos días tuvo un disgusto fuerte, desde ese día ha tenido fuertes dolores de cabeza y hoy al llevarle sus vitaminas en la mañana la encontré desmayada en su habitación. Por fortuna el señor Bamban estaba con nosostros y ayudó a traer a la señora.

— ¡¿Y quién fue el causante de ese disgusto?! ¡¿Fue Jackson?!

— No señor, fue… Creo que en todo caso, sería mejor que su propia hermana se lo diga.

— No me importa quien haya sido, le voltearé la cara de un golpe, si esto le trae graves consecuencias a mi hermana —apretando sus puños dio un golpe a la columna del hospital, y a pesar de que sus nudillos enrojecieron, no mostró ninguna expresión de afectarle.

— Te traeré un poco de agua ¿Sí? Debes guardar la calma —al tomar su brazo sentí sus músculos tensos. No estaba nada bien—. Ven, vamos a tomar asiento y esperemos a que el médico salga a decirnos lo que tiene Jennie.

Él dejó que lo llevará a la sala de espera, donde soltando un largo aliento enterró su rostro entre sus manos.

— Soy un inepto, un completo desastre —musitó.

— ¿Por qué dices eso? No lo eres.

— Se lo prometí… confesó con la voz quebrada—. Se lo dije a mi madre antes que muriera ante mis ojos.

Eso fue una gran revelación a mis oídos. Tenía entendido que la madre de ellos había muerto cuando eran apenas unos pequeños, pero desconocía esa parte.

— El día del accidente, yo salía del internado para hacer una visita a casa como era costumbre en cada semana. Sin embargo, minutos antes de salir, el chófer de la familia me esperaba en la oficina del director. Yo… era solo un pequeño Jimin, adoraba a mi madre… la adoraba más que a nada en el mundo.

Sus palabras me dolían, pues era el dolor que yo también sentí cuando mi padre murió.

— Me dijo que madre había tenido un accidente junto a mi hermana. Ellas estaban de camino a casa, porque sabían que yo volvería… —hizo una pausa aclarando su garganta—. La verdad es que para ese momento, yo desconocía que mis padres habían tenido una discusión y ellas se habían ido de la casa. El caso es que… en ese camino de regreso, mamá se cruzó con otro auto y perdió el control del auto… Jennie quedó atrapada entre los fierros, dijeron que no volvería a caminar nunca, que siempre usaría una silla de ruedas. Y con mi madre… ella alcanzó a llamarme antes de morir, se disculpó y acarició mi mejilla. Me encargó que siempre cuidara de mi hermana que ahora yo debía ser su protector. Y creo que estoy fracasando ¡Maldita sea!

— ¿Familiares de Jeon Jennie? —salió una enfermera a darnos aviso.

— Soy su hermano —dijo Jungkook poniéndose de pie.

— Ya pueden entrar a verla, la paciente está fuera de peligro.

Sin esperar un segundo, Jungkook corrió a la habitación, encontrando a Jennie sentada con una cálida sonrisa.

— ¡Oh! —se sorprendió al recibir el abrazo de su hermano—. No sabía que habías vuelto.

— Acabo de llegar esta mañana, dime ¿Cómo te sientes? —le preguntó levantando la mirada.

— Estoy bien, el médico me dijo que me subió la presión, pero eso es todo. No tengo ningún riesgo de desarrollar alguna enfermedad.

— Me da gusto saberlo, pero ahora dime…¿Quién te hizo esto? ¿Quién fue el responsable que te hizo pasar este mal rato?

Jennie desvío la mirada a Bamban, quien la animó a decir la verdad.

— Vamos, Jennie dilo —insistió Jungkook, quien no estaba dispuesto a dejar pasar la ofensa a su hermana.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

😶‍🌫️🪷❤️‍🩹No se les olvide votar ❤️‍🩹🪷😶‍🌫️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top