🪻┆Decepcion parte 1

Cuando lo vi, no pude creerlo. Mis ojos se
Ilenaron de lágrimas. Quería pensar que esto era mentira. Una maldita ilusión, pero... ¡Dios! Solo quiero morirme...

Tres días antes

Bamban finalmente había abierto los ojos, cuando recibí la llamada de Jimin, contándome que el doctor ya le dio el alta, sonríe de alivio.

Sin pensarlo mucho, salí de casa. Tenía mi vientre que pesaba cada vez más, pero me hacía feliz saber que mi amigo estaba bien.

- ¡Señora Jennie! -se sorprendió Hyejin al verme bajar con toda la velocidad que podían darme mis piernas tenga cuidado, por favor. recuerde a su bebé.

-Ja, ja, ja -reí a carcajadas Si, lo sé, pero
estoy saliendo a ver a Bamban ¡Ya despertó!.

- Oh, qué maravillosa noticia. Anoche usted se veía muy preocupada, es bueno saber que él está mejor.

- Tal vez regresemos con él, así que prepara su comida favorita, hay que consentirlo mucho.

- Por supuesto, señora ¡Oh! por cierto.
Llegaron estos sobres para su esposo.

- ¿Pará Jackson!

-Si, lo trajo un hombre de traje, dijo que era muy importante que él los recibiera en sus manos, pero como usted es su esposa, se que no hay problema en ello.

-si, supongo- acepté los documentos. Era
extraño, Jackson jamás me había contado de esto ¿Sería de su trabajo? Imaginaba que si.

- Con permiso, señora. Iré a limpiar el jardín trasero.

-Adelante -conteste.

Encontrándome sola, me tomé el tiempo de sentarme en el sofá y ver con curiosidad los documentos. Sentía tantas ganas de ver su contenido, pero cuando estaba por abrirlas, escuché el sonido de la puerta y unos pasos acercarse, me
levanté y giré, observando al ser que más amo en mi vida.

- ¡Jackson! - dejando los papeles a un lado, me levanté a recibir a mi marido.

–Mi reina me besó tan dulcemente como
solo él solía hacerlo¿Qué hacías tan sola? ¿Y dónde están los demás?.

-Todos están en el hospital.

- ¿Hospital? ¿Acaso alguien se accidentó?

- Ocurrió anoche, durante la presentación de la colección especial. Uno de los reflectores de luz cayó, hiriendo a Bamban.

¡Vaya! ¿Y cómo está?.

-Ahora sé que está bien. En la mañana pasó los exámenes y el médico aseguró que no hay de qué preocuparse. Así que, ahora estaba en camino a verlo, pero cuando iba me detuvo Hyejin para entregarme unos papeles que trajo un hombre misterioso. Dice que son para ti.

- ¿Papeles? - se mostró confundido.

-Sí, los dejé en el sofá apenas te vi.

Él se acercó a tomar los documentos que yo dejé atrás, pero tan pronto revisó el contenido su expresión cambió.

- Eh... si, son para mí-afirmó.

-¿Y qué son? No me habías hablado de ello.

- S-son catálogos.

-¿Catálogos? ¿De qué?

-Ay, mi reina regresó a mi lado, acariciando mi mejilla con sus dedos. Es una sorpresa ¿No habrás visto lo que contiene o si?.

- Eh... tenía curiosidad, pero no lo vi.

- Bueno, ahora lo sabes, no sé te ocurra ver nada de lo que hay aquí ¿Lo entiendes?.

- Pero, podrías al menos decirme de qué se trata. La curiosidad me mata - bromeé sin imaginarme que él no reaccionaría como yo lo creía.

- iQué no! -gritó, provocando qué diera un
saltito del susto.

Al ver mi rostro lleno de confusión y con
sorpresa, él pareció arrepentirse, llevándose una mano a la cabeza para disculparse por su actuar.

-Perdón, no quise gritarte mi reina, pero he tenido un mal día. Lo lamento.

-Yo.. Iré a reunirme con los demás al
hospital bajé la mirada, pasando mis manos sobre mi vientre abultado. Te veo después me alejé con un sentimiento extraño en mi pecho.

Le pedí al chófer que me llevara al hospital donde estaba internado Bamban. Debería estar feliz de verlo completamente bien, de hecho, así estaba yo cuando recibí la llamada de Jimin, más el grito de Jackson por unos simples papeles, me llevó a sentir un vacío en mi corazón.

Él no había estado presente cuando descubrí el sexo de mi bebé. y ahora que por fin lo veía y podía contarle, me gritaba. No es lo que una futura madre
y esposa esperaría al reencontrarse con su esposo, pero así ocurrió.

Supongo que... tal vez estoy exagerando. El me ama y no era su intención asustarme.

Pov Bamban

Había despertado con un fuerte dolor de
cabeza, intentando hacer memoria, recordé lo ocurrido en la noche de presentación. Esa discusión y todo el problema que hubo por culpa de esa
inútil.

- ldiota... -murmuré No, idiota yo por
haber hecho tal cosa. Debí dejar que esa cosa la aplastara.

- Oh, has despertado-se sorprendió la
enfermera–. Es bueno notarlo Sabes? Hay una persona que ha estado toda la noche esperando verte. Ha estado muy preocupado por saber de tu estado ¿Quieres que la haga pasar?

- ¿persona? -Pensando que se trataba de Jennie, solté una sonrisa desprevenida, con la que al final acepté.

-De acuerdo, le diré que entré. Está aquí.

Acomodando mis sábanas en mi pecho, esperé pacientemente a verla entrar. Su sonrisa con hoyuelos y brillantes ojos, serían una mejor medicina, que todas esas cosas que me pasaban por vía endovenosa.

- ¿Sí le muestro los puntos en mi cabeza,
sentirá lástima por mi? - me pregunté, pero rápidamente deseché esa idea-. No seas idiota Bamban, no puedes estar pensando tales cosas.

Y como un pequeño que esperaba ansioso ver a Santa Claus, abrí los ojos con ilusión, sin embargo al ver a la persona menos oportuna, fruncí totalmente el ceño.

–Bamban - el se acercó a verme - Que
alegría que estés bien ¿Te duele mucho? - levantó la mano para tocar mi frente, pero con mi rapidez, atrapé su muñeca, evitando que lo haga.

-¿Se puede saber, qué demonios haces aqui?

-¡Ay!-cerró los ojos mostrando dolor en
su expresión--, S-solo estaba preocupado, quería saber cómo estabas... Por favor suéltame, me haces daño.

Abriendo mi mano solté su asqueroso brazo.

- Largo - le dije evitando mirarla.

-Bamban, no sé qué te hice para que me
odiaras tanto, pero creo que en el fondo no eres una mala persona, y si me lo permites quiero empezar dándote las gracias por haberme salvado anoche.

- ¿Salvarte? -me rei. Solo quería apartarte de mi camino, lamentablemente esa porquería cayó justo en el momento oportuno.

- Bamban... -aún con mi rechazó, el tomó
mi mano, dejándome sorprendido, por lo que no pude evitar mirarlo a los ojos- yo también sé lo que es sentirse solo, Entiendo tu posición y creo que te estás desquitando conmigo, injustamente.
Comencemos de cero. y conozcámonos.

Al ver su sonrisa ancha y la calidez que me transmitía con sus manos, volví a recordar eso que quería olvidar, y que fue justamente el causante de que yo no pudiera tener una vida normal.

-Sí tu me das la oportunidad, podemos ser grandes amigos.

- Amigos...

- Cuando tú lo quieres, en el mundo no hay imposibles para ser feliz.

Pero cuando más miraba su cara, más veía mi desgracia. Sangre, muerte, asesinatos, perdición.

- ¡Tú crees que todo es color de rosa! -lo
aparté con furia - Odio a las personas que siempre son positivas. Su maldita actitud de que todo se arregla con diálogo ¡Lo detesto! ¡Y tú eres igual!. ¡Las personas como tú en realidad sólo traen
desgracias a la vida de los demás!

-Por qué dices eso - me miró asustado.

-Porque es la verdad, mira a tu padre; muerto, el señor Erardi; muerto, tu madre; viviendo en la miseria. Donde vayas, solo atraes maldición, y todos los que te rodean, sufren cosas horribles. Y lo
mismo ocurrirá con todos los integrantes de esta familia.

-Yo no soy una maldición.

Oh cierto, eres peor. Eres la perdición en
persona.

-¿Por qué? ¿Por qué tanto odio?

- Lárgate...

- Estás equivocado, yo no traigo perdición.

-¡LÁRGATE MALDITA SEA!

Me enfermaba ver su cara, tanto que mi presión se alteraba. No quería verlo, no quería ni siquiera estar cerca de el.

La enfermera entró, asustada, notando mi
respiración acelerada.

-Saquelo de aquí, no lo quiero ver -exigí-
¡Qué se largue maldita sea!

-Señor, por favor, le tendré que pedir que se retire, el paciente está entrando en crisis.

Solo cuando Jimin, se fue pude sentir que mi respiración regresaba a la normalidad.

Maldito, maldita sea su existencia. Maldito el momento en que tuve que volver a cruzarmelo. Apretando los ojos, miré el pasado de mi vida.

Flashback*

Hoy era mi cumpleaños número diez.

Realmente me sentía tan feliz de que este día al fin llegará, y no era por que cumplia años, era lo que significaba.

-¡Bamban! - gritó mi madre.

Dejando de escribir los poemas en mi
cuaderno, levanté la mirada con una sonrisa llena de inocencia.

- Papá... - murmuré, sabiendo lo que
significaba el llamado de mi madre.

Salí corriendo de mi habitación, y ahí, al llegar a nuestra rústica pero cómoda sala, encontré a papá esperándome con un regalo en sus manos.

-¡Padre! -me enterré en sus brazos, a lo que él respondió levantando por los aires.

- Cada día estás sin duda más grande - me sonrió.

- Espero un día ser igual de grande que usted, padre.

- Lo serás, y también en inteligencia ¿Cómo te va en la escuela?

- Bien, gracias por preguntar - intervino mi madre con una voz fría y rabiosa, mientras exhalaba una bocanada de humo de sus labios. No me gustaba que ella fumara, soy pequeño, pero sé que eso no es bueno en su salud-. Mi hijo es muy inteligente, y no por ti.

-Hanna ahora no por favor, no delante del niño.

- iNo!? iLe has contado? Ya le dijiste que
nos cambiaste!.

Yo miré confundido a papá, mientras él me devolvía al suelo.

- Madre ¿por qué le hablas así a mi padre?

- Oh, hijito. Tú no tienes la culpa de nada. Eres solo un niño inocente, pero es tu padre el maldito.

-¡Hanna!

- ¿Qué? Vas a venir a gritarme a mi casa!
¡Delante de nuestro hijo!

-No quise hacerlo, pero te pido que evites
hablar de esa manera delante de Bamban y por favor, no fumes delante de él.

-Tú no vas a darme órdenes en mi casa. Anda lárgate con tu nueva familia, por la que nos reemplazaste.

- Tú sabes que eso no es verdad, no confundas a nuestro hijo. Nosotros estamos divorciados desde hace dos años Hanna, tengo derecho a rehacer mi
vida.

-Y vaya mujercita la que te conseguiste! ¡Una que no sabe ni prepararse la comida! Ya sé que se pasa despilfarrando el dinero que tu ganas, y claro como ya te dio un hijo, la das toda esa libertad, mientras a tu hijo solo le das miserias.

- ¡Sabes que eso no es verdad! A mi hijo
nunca le ha faltado nada. Cada mes vengo a darte el dinero que corresponde para su educación, alimentación, vestido y demás cosas que él necesita.

-Te equivocas, lo que él necesita es aquello que más le niegas, y es a su padre ¡Un maldito hombre que nos olvidó!.

- ¡Por favor basta! - grité cubriéndose los
oídos-. No más gritos, no más, por favor..

-Bamban.. -mi padre se arrodilló,
mirándome con súplica–Yo te amo al igual que a tu hermano, no lo dudes. Bajo ningún momento te dejaría de querer, jamás te haría a un lado, mi pequeño. Lamento que hayas escuchado esta
discusión, no era mi intención que esto terminara así.

-Bamban tiene que seguir estudiando, así que si ya terminaste, puedes irte - interrumpió mi madre.

- Déjame al menos despedirme de él. No le quitaré mucho tiempo.

Cruzando los brazos, mi madre se alejó de nosotros.

-Escucha Bamban, no estoy seguro si ahora lo comprendas, pero él hecho de que tu madre y yo no estemos juntos, eso no significa que te haya dejado de querer.

- Pero te extraño, padre. Desde que te fuiste de casa ya no puedo ser feliz.

-Mi pequeño...

Cuando tú lo quieres, en el mundo no hay
imposibles para ser feliz, y en el futuro lo
entenderás.

*Fin Flashback*

Han pasado más de veinte años desde que dijiste eso, padre, y nunca pude entenderlo. Decías quererme, pero preferiste a tu otra familia, antes
que a mí. Madre siempre tuvo razón, tú destruiste todo.

...

(Pov Jennie)

Cuando vi a Bamban salir de la habitación del hospital, me acerqué a darle un gran abrazo, él no lo esperaba, pero yo estaba muy feliz de verlo nuevamente de pie y aunque me causaba pesar verlo con esos puntos en la cabeza, me daba tranquilidad no ver la sangre brotando de él.

Señora Jennie... No la esperaba me sonrió.

-Me ofende tu comentario, después de todolo que has hecho por mí, es lo mínimo. Ahora vamos a casa. Hay algo especial esperándote.

Con ayuda del chófer que nos abrió la puerta, Bamban y yo tomanos nuestros lugares. El sin querer al acomodarse rozó mi rodilla, causando que se sonrojara de la vergüenza.

- Lo lamento señora, no fue mi intención.

- No pasa nada, es algo sin importancia.

Al llegara casa, Bamban salió primero, tenía la intención de ayudarme.

- Eso no es justo - comenté, fingiendo
molestia-Tú eres el que acaba de salir del hospital y se supone que yo debo ayudarte y no al revés.

De todos modos, acepté su mano amiga, me sentía tan bien con él. Con una seguridad única. Una que daba calma a mi corazón.

(Pov Jimin)

Con el pecho doliendo, entré al ascensor, todas las palabras de Bamban me habían dolido muy profundamente, sobre todo al insinuar que la muerte de mi padre había sido mi culpa.

Yo lo amaba, Era mi héroe, mi padre era todo para mí ¿Por qué tuvo que decir algo tan cruel?

Soltando lágrimas que intenté contener, la puerta del ascensor se volvió a abrir.

- Jungkook..murmuré, con los ojos aún rojos de todo lo que había llorado en el camino de regreso.

-Pero ¿qué te pasó? ¿Por qué estás llorando?.

Sin poder contener más, me abracé a su pecho, desahogado en sus brazos. Durante toda mi vida he tolerado muchas cosas, pero cuando tocaban el tema de mi padre, las lágrimas siempre acudían a mí.

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