Shoot II: Coleccion Oro e Inmortalidad





He sido arrinconado un par de veces en las fiestas después de las pasarelas y los festivales por chicos grandes y pequeños.

Un pequeño roce de bocas no puede tenerme con los nervios de punta. Pero Jeon Jungkook procuraba hacer todo para que metiera la pata y me equivocara, un patan por supuesto.

Palmeo mis mejillas dándome valor y cruzo la entrada con prisa hacia el corredor superior. Nos reuniríamos con Wang a las siete y media, eso hace veinte minutos, los cuales me tomé para tranquilizarme por el estupido pico compartido con Jeon ayer.

No puede ser más ridículo mi comportamiento, soy joven, si, pero no un puberto para sonrojarme de esta manera.

— ¡Mimi! ¡Que pecado!

Sonrío avergonzado al entrar al estudio. Todos ya están allí, el elenco de fotografía y vestuario, los maquillistas y escenografía también. Incluso Jeon con su agente al lado de Wang, quien al verme se apresura a llegar a mi.

— Lo lamento tanto. El tráfico nos retuvo, Candy aún trata de encontrar un lugar donde aparcar.

— Me imagino. Es un caos allá afuera, mandaré ayuda para que metan el auto al edificio – Wang hace una llamada rápida mientras me empuja con su mano libre hasta donde se encuentra el set. Cuando cuelga su atención regresa a mi — Muy bien, hoy el trabajo será pesado y exigente se los advierto. Quiero perfección, algo que vea el mundo y quede anonado, ustedes son mis adonis, mis joyas, denme todo lo que tienen.

Asiento entusiasmado con sus palabras, aunque también ansioso por la presión del proyecto. El festival de Gala, Brillo y Glamour es el más codiciado de toda la ciudad, es el momento perfecto para los aspirantes a triunfar en el mundo del modelaje y las pasarelas.

— Wang, me ofende que digas eso, sabes que yo solo doy calidad – Jeon Jungkook se acerca y pasa un brazo sobre mis hombros en un abrazo que debería ser amistoso, el que me haya apretado con demasiada brusquedad me deja en claro que solo lo hace para molestarme — Meatball es quien debería preocuparse. Pero su suerte es que me tiene a mi, yo le ayudaré para que la sesión sea perfecta ¿cierto?

Su estúpida sonrisa solo provoca que quiera darle un puñetazo en el rostro, en su lugar me sacudo fuera su cuerpo y me arreglo la ropa con elegancia.

— Puedo hacer mi trabajo solo, muchas gracias – Observo fijamente a Jeon — Es la primera vez que colaboras con Wang Jeon Jungkook, estás en mi terreno.

Jeon se queda pasmado y sin habla, se asoma una ligera mueca en sus facciones. La risa de Wang se escucha de fondo antes de que se acerque a mi lado.

— Muy bien, comencemos por favor.

Los ayudantes de vestuario me guiaron al camerino para preparar mi primer atuendo para la colección que tenía por nombre Oro e Inmortalidad. Desvestirme fue incómodo al principio, después de varios años había olvidado el sentimiento de ser observado, la braga dorada resaltaba en mi piel mezquina, después me colocaron un batón griego en las caderas de satin opaco con un lazo suave color dorado miel. Me maquillaron y arreglaron el cabello en ondas medio rizadas haciendo lucir mi color rubio cenizo gold de maravilla y al final colgaron en mi rostro y cuerpo un par de joyas exóticas, al observarme en el espejo la emoción que me recorre es inmensa, mi figura curvilínea siempre ha sido proporcionada y afinadamente pequeña.

Para salir hacia el set me encimó mi bata protectora, voy en pantuflas y la piel erizada, nadie me ha visto en estas condiciones, he hecho fotos de cuerpo para Wang pero jamás habían sido... Reveladoras.

— Mimi, mi rostro bicolor. Brillas como el Oro, déjame verte completo por favor.

Doy una mirada rápida a sus espaldas solo para darme cuenta que Jeon Jungkook aún no sale de su camerino.

— Estoy nervioso.

— Lo sé. Pero no dejes que nada, ni nadie evite que triunfes, esta es tu oportunidad, por eso te elegí.

Su confianza eleva la mía desapareciendo cualquier rastro de nervios y miedo. Me acerco al set donde los fotógrafos ya están listos, la escenografía es maravillosa, inspirada en la época de los dioses griegos.

Pilares con enredaderas florales, arcos dorados, un pequeño espacio con jardín sintético, en otra esquina una tina llena con agua brillante y lirios adornada con grietas doradas.

Parecía un rincón de Grecia Antigua en ruinas, muy mágico y delicado.

Me deshago del batón dejándolo lejos del set. El fotógrafo me indica que me acomode sobre una roca larga, al sentarme los ayudantes acomodan las aberturas para mostrar mis piernas, donde dejan caer un poco de pintura dorada que se desparrama hacia abajo.

— Muy bien Mimi, comenzaremos con una de espaldas, imagina que eres una Ninfa reposando en el bosque bajo el cálido sol... Sensual y relajado cariño...

Despacio comencé a moverme en diferentes poses, imaginando el panorama. Trabajar con Wang y su elenco era maravilloso, Suhan, el fotógrafo era sin duda el mejor que he conocido no solo por la calidad de sus fotos sino por la manera de crearlas.

— Eso es... alza un poco más la pierna y recarga la mano en ella... Perfecto, puedes voltear ya.

Me giro sobre la roca sonriente parpadeando varias veces algo aturdido por la brillante luz.

— Mierda.

Tenso los músculos ante esa voz repentina, alzó la mirada encontrándome con Jeon Jungkook de pie junto a Wang. Él trae otro batón como el mío y algunas cadenas sobre el pecho y su frente, pulseras en las muñecas y gargantilla.

Su mirada está clavada en mi con fuerza, profunda y podría decir que lasciva. Sus ojos descienden hasta mis piernas desnudas y noto como su mandíbula se tensa.

Un escalofrío me recorre toda la espina dorsal y no puedo evitar sacudirme, me pongo de pie yendo directo a Suhan sin dirigir la mirada a Jeon. No dejaría que me molestara, cualquier comentario hiriente no arruinaría esto, yo tenia ventaja aquí; conocía las técnicas de Wang y Suhan, sus gustos y modos al trabajar, las exigencias, el perfeccionismo y la seriedad.

— Jungkook al fin, tardaste más que Jimin por Dios.— Dice Wang al verlo.

— Lo mejor siempre llega a lo último.

— De acuerdo, modelos por favor acérquense al arco. Denle a Jimin el pincel con la pintura dorada, que la mano derecha esté manchada y Mimi, has algunos trazos en el rostro y cuello de Jungkook, muy sutiles.

— Está bien.

— Vas a subirte en la silla para que sea más fácil que pases tu brazo por los hombros de Jungkook, míralo con deseo y asombro porque él es tu obra de arte.— Explica Suhan.

Cuando Jeon se acomoda a mi lado sonriente ruedo los ojos, el ayudante mete mi mano en la pintura y luego el pincel antes de dejarnos a solas.

— Hora del show Meatball.

El susurro ronco golpea parte de mi mejilla y cuello desnudo, recordándome la cercanía de nuestros cuerpos semidesnudos.

— Cierra la boca o te la pintaré.

Trato de ignorar su aliento continuo mientras pasó el brazo por sus hombros abrazándolo, sintiendo por primera vez su piel contra la mía; su hombro derecho toca mi pecho apenas marcado y su brazo fuerte recorre mi vientre hasta que su mano descansa contra mi muslo desnudo escondido de los ojos del elenco.

Increíblemente su piel se eriza, gira el rostro hacia mi sutilmente y nuestros ojos se encuentran. La manera en que me mira es tan extraña, me estoy sonrojando inevitablemente cuando el flash de la cámara me sorprende.

— Justo así, eso fue intenso – Volteo a ver a Suhan avergonzado — Ahora comienza a pintar sobre él.

— O-Oh, si claro.

Volvemos a la postura solicitada, Jeon mirando sutilmente hacia mi y yo hacía el, me acerco un poco más y comienzo trazar ligeras líneas en su piel.

Un suspiro tembloroso escapa de su boca mientras pinto su cuello y clavículas. De perfil noto como el maquillaje resalta sus facciones toscas, sus cejas tupidas y los pómulos brillosos por el iluminador.

Detengo el pincel y solo lo sostengo en mi mano, esta vez solo admirando a Jeon, admitiendo que se veía como un Dios. Alto, imponente, fuerte y de buen ver.

Sin duda con una confianza nata. Me trago una carcajada al escuchar a Suhan gritar de felicidad por "las gloriosas fotos" que él está creando.

Entre mi felicidad, me tenso de repente cuando siento la mano de Jeon Jungkook escabullirse en las aberturas de mi baton del lado donde nuestros cuerpos cubrían.

Acaricia sutilmente el costado con las yemas, le doy una mirada de advertencia pero ni siquiera me presta atención. Respiro varias veces para tranquilizarme, debía ser profesional, todo esto era solo un juego sucio para arruinar mi momento.

Lo que eran solo las yemas pasa a ser la palma de su mano. Soba mi piel un poco más duro, llevándola a mis muslos traseros y subiendo al pliegue para comenzar en mi culo.

— Aleja tu mano. — Susurro entre dientes. El descarado sonríe con sorna y me aprieta mas fuerte, me quejo en voz baja apretando el hombro de Jeon manchándolo de pintura y de paso clavándole las uñas — Me l-lastimas.

La sensación de su toque es confusa en mi cuerpo y mente, está manoseándome frente a todos sin ningún rastro de vergüenza o pena. Al contrario, tira de mí mas cerca, su descaro termina con mi paciencia y puede ser, con mi decencia de no querer armar escándalos.

Empujo con fuerza a Jeon lejos de mi espacio personal, es tal el impulso que hasta yo me tambaleo sobre la silla. No logro recuperar el equilibrio y caigo hacia atrás sobre mi retaguardia.

—¡Jimin!— Escucho a Wang y Suhan.

— Meatball, siempre tropezando con tus pies.

Jeon Jungkook se aproxima a mi con su típica sonrisa burlona mientras todos a nuestro alrededor solo nos observan curiosos.

— Cierra la maldita boca Jeon Jungkook - reprocho mirándolo con furia mientras me extiende la mano, su rostro se endurece ante mi tono brusco - Mas vale que mantengas la poca madures que creo que tienes - Hay varios flashes pero no soy capaz de prestarle atención a otra cosa que no sea Jeon por ahora — Así que compórtate.

Jeon se agacha a mi altura arrastrándose despacio, aprovechándose de que al caer mis piernas quedaron separadas. Al ver que no va a detenerse llevo una mano a su pecho pero él la intercepta en el aire y tira de mi brazo haciéndome jadear por el impulso.

Me sonrojo como el infierno cuando sus piernas fuertes y gruesas separan otro poco mis muslos, su piel está caliente contra la mía.

— Pon buena cara - su mano libre rodea mi cuello. Los flashes jamás se detienen, Suhan ama la improvisación y estoy seguro que debe estar disfrutando este espectáculo — Vamos a dar el mejor show Meatball.

Jeon se acerca a tal punto de rozar sus labios con los míos. Me quiero alejar del tacto pero vuelve a tirar de mi cuerpo, poco a poco nos vamos levantando, cuando parece que realmente va a besarme llaman a corte y los ayudantes de vestuario nos separan.

Mi corazón late desenfrenado, Suhan habla sobre ir al jardín y el pilar mientras me cambian el vestuario. Pero no puedo ponerle mucha atención porque la actitud de Jeon me tiene aturdido y muy ansioso, jamás había intentado cosas así conmigo.

— Muy bien, hora de seguir mis amores.

Mi atuendo no cambia mucho, las joyas disminuyen y se agregan unas a mi coronilla y pedrería bajo mis ojos con pegamento. Un arnés de cadera a los muslos con detalles de cuarzo rosado y una gargantilla rosa champagne con una piedra de cuarzo colgando. Me espero junto a Suhan porque tomarían la mini sesión de Jeon de una vez, le habían colocado una capa de seda del mismo color de mi gargantilla, hay un camino de piedras pegadas en la separación de sus bíceps hacia sus abdominales.

Dios, cuando acepté esto debí saber que sería muy difícil.

[...]

La hora de usar la lencería por fin llegó y la ansiedad me come lentamente mientras me observo en el espejo.

El conjunto de satin me parece revelador a este punto, nunca me importó usar lencería pero por alguna razón imaginar que Jeon me vea en baby doll hacía colapsar mis nervios.

El color vino en satin brillaba sobre mi piel tersa, la braga cubría bien la parte delantera de mi pene lampiño, los costados subían hasta arriba de mi cadera con un adorno de oro. Por la parte de atrás se exponía demasiado pero me encanta, la tela transparente de la batita  le da el toque sensual y sutil de la intimidad.

— Jimin cariño, ¿estás listo? — Candy entra al camerino. — Wow, estás radiante.

Sonrío avergonzado por su elogio, la dejo ayudarme con mi bata de apoyo para salir al set. El ambiente ha cambiado por completo, toda la utileria mitológica desapareció para ser sustituida por un set más sencillo y tenue, alfombra peluda blanca y otra beige, un fondo blanco y otro negro.

Jeon Jungkook entra desde la otra esquina vistiendo una pijama de dos piezas de satin a juego con la mía. Me agrada como se cierne a su cuerpo, lo luce y le da su toque personal, sobre todo al doblarle la orilla a las mangas en los bíceps dándole un aspecto más personal.

Me deshago de la bata justo cuando sus ojos captan mi presencia.

— Está es la última parte de la sección, los quiero feroces, sensuales y entregados con el otro. Quiero que se pertenezcan y se posean con la mirada.

Aunque quiero protestar asiento con la cabeza siguiendo sus órdenes, el proyecto era demasiado importante como para mis berrinches infantiles. Soy un profesional y no sería yo el que echara a perder todo este trabajo duro, Wang contaba conmigo, tenía fe en mi o de lo contrario no me hubiera buscado para este trabajo.

Jeon me tiende la mano como una invitación a aceptar las palabras de Suhan, tragar saliva es difícil a este punto, incluso respirar es un esfuerzo agotador, pero estoy aquí ahora y me tiene envuelto en el meñique.

Me guía sin quitarme los ojos de encima hasta la alfombra blanca, nos detenemos al centro en silencio y todo me inquieta a este punto. Sus manos sostienen mi rostro trayendo el recuerdo del enfrentamiento en mi camerino, sin embargo el toque aunque firme, era sutil, aquel día fue... intenso y con afán de imponer.

— Jeon Jungkook.— Susurro reacio cuando desliza sus manos hacia mis hombros y me empuja contra el suelo.

— Solo fluye, deja de pelear conmigo y enseñémosles quiénes somos, Jimin.

Mis piernas no son capaces de sostenerme por cuenta propia a este punto. Jadeo cuando vuelve a ejercer presión y cedo a quedar sobre mis rodillas.

Jeon se abre los primeros botones de la camisa y rodea hasta quedar tras de mi. Oigo movimiento como si buscara algo, lo próximo que se es que estoy entre sus piernas gruesas.

Me sujeta del cuello con una mano y recarga mi brazo en su rodilla antes de entrelazar nuestras manos. Respiro tembloroso por lo delicado que está siendo, me ayuda a mejorar mi postura más recto y separar las rodillas para el equilibrio, susurrando bajo contra mi oído que gire sutilmente mi rostro y mire la cámara.

Las fotos van una tras otra acabando con mi aliento. Jeon Jungkook moldea mi cuerpo por el set como maniquí, paseando sus manos por mi piel al sujetarme contra su cuerpo caliente, quizá tras las cámaras no se den cuenta pero a este punto de intimidad y cercanía estoy hiperventilando, jadeando agitado, acostado sobre la alfombra beige mientras Jeon se acomoda sobre mi enjaulandome con sus brazos.

Su rostro tenso me cautiva al punto de no poder alejar mis ojos de él, a pesar de que nos retocaron el maquillaje su cuello y pecho están rojizos.

Arquéate.

Obedezco por reacción a su voz ronca elevando mi cuerpo en arco, su cuerpo cubierto con un bóxer negro tipo bañador bajo un arnés delgado me tienta a propasarme como gusto culposo después de ser manoseado durante las últimas horas sin hacer algo al respecto.

Paseo apenas mis dedos por los costados de su torso, la acción lo hace tensarse y hace un sonido parecido a un gruñido bajo en su garganta.

Me giro a la cámara llevando mi mano más lejos metiendo los dedos bajo el inicio del elástico del bóxer y encajo las uñas.

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