~𝙷𝚒𝚙𝚙𝚢𝙱𝚊𝚛𝚏𝚍𝚊𝚢 𝙻𝚒𝚕𝚢~

Dos meses habían pasado en un abrir y cerrar de ojos y con ello había llegado el primer añito de Lily junto a los seis meses de embarazo de Gerard, ¡razones suficientes para celebrar!

Pero no todo en la vida es color de rosa, la feliz familia recién hacía una semana había podido respirar en paz, resulta ser que Donna y Donald junto a Linda y a Cheech se habían organizado desde la noticia del nuevo embarazo para darles una sorpresa a sus hijos, habían decidido darles como regalo a ellos y a sus nietos una nueva casa, puesto que en la que vivían ya no era apta ahora que su pequeña familia estaba creciendo.

Había sido una tarea difícil conseguir la casa en California puesto que todas las que visitaban con el agente de bienes raíces no cumplían los requisitos que pedían, el principal era un jardín inmenso donde los pequeños pudieran divertirse y que Frank pudiese colocar cada una de sus plantas y tener muchas más por supuesto.

Tras una larga y exhaustiva búsqueda la encontraron, era una casa preciosa, de dos pisos, con un toque vintage que sabían enloqueceria a Gerard, tenía cinco habitaciones y el cuarto de huéspedes, tres baños, dos terrazas, el garaje, la cocina llena de azulejos brillantes, dos salas amplias, un estudio y el sótano, donde Frank haría de las suyas con sus incontables guitarras y sus ensayos a media noche, sin duda era un sueño.

La tarde en que llevaron a sus hijos y a Lily para hacerles formal entrega del lugar fue sorpresa, cuando llegaron ellos simplemente les dieron las llaves a Gerard y a Frank y les dijeron que era con todo el amor del mundo, los más jóvenes rompieron en llanto ante tal muestra de cariño, Gee se justificaba en su sensibilidad y Frank pues, el simplemente lloraba de emoción y gratitud.

Esa misma tarde los chicos les confesaron a sus padres que esta vez la espera era doble; habían mantenido en secreto (bajo amenaza a Mikey para que no hablara) el sexo de los bebés porque la anunciarian en una fecha importante; puesto que eran gemelos los que venían en camino, Linda estuvo apunto de desmayarse de la impresión, sin embargo al final del día ambas abuelas prometieron mudarse con ellos al menos el primer mes cuando los bebes nacieran para ayudar, ¡Dios!, esas mujeres eran unos ángeles.

El proceso de mudanza fue caótico, Gerard no podía hacer mucho para ayudar a Frank a empacar las cosas en cajas, su vientre pesaba, los bebés no paraban de moverse, eran demasiado inquietos, le daba sueño y hambre a cada rato, a pesar de dormir diez horas al día el cansancio no se iba, según lo que Amber le explicó eso pasaba ya que a diferencia de con Lily ahora eran dos bebés los que se estaban formando en su interior, consumían más de sus energías, y al parecer serían unos niños muy hiperactivos porque parecía que adentro tenían un campamento donde practicaban todos los deportes habidos y por haber, no paraban casi nunca o quizas era porque se turnaban.

La pequeña Lily moría por estar en brazos de alguien, y eso era culpa de Mikey, la había mal acostumbrado un montón, también lloraba porque sus dientecitos comenzaban a salir y le molestaba, papi Gee era el único que podía consolarla en esos momentos, sin embargo en esos días también empezó su impulso por comenzar a caminar, Gerard no podía ayudarla mucho por sus hermanitos y ella al parecer lo entendía, ya que en ese sentido prefería que papi Frank lo sostuviera de sus bracitos y la ayudara a dar pequeños pasitos.

En ese largo suplicio habían pasado casi mes, solo faltaba llevar los lirios y por fin disfrutarían de la nueva casa, todo estaba resultando bien con el equipo que Frank había contratado para transportar y mover sus musas, según eran profesionales preparados para este tipo de trabajo, pero los lirios de San Antonio eran prueba suficiente de que los tipos no sabían "nada", las pobres flores habían terminado deshechas y muchas otras plantas más estaban bastante maltratadas, iban a requerir mucho cuido para poder recuperarse, Frank estuvo apunto de ir a romper cosas en la empresa donde contrato el servicio pero los brazos de Gee aferrados a su nuca y sus labios besando los suyos con ímpetu y deseo fueron razón suficiente para hacerlo desistir.

Finalmente tenían todo listo en casa, el antiguo apartamento sería puesto en venta o quizás en alquiler. El ambiente del nuevo hogar era muy cálido y acogedor, Lily estaba instalada en su habitación y la de los gemelos ya había sido escogida, muy pronto empezarían a arreglarla, ya que era probable que ellos nacieran a los ocho meses, por los riesgos que conllevaba tener un embarazo gemelar.

Querían hacer una pequeña fiesta de inauguración con sus familias y amigos más cercanos, pero como balde de agua fría les había caído recordar que en nada sería el cumpleaños de Lily y que con todo el ajetreo no habían tenido tiempo para organizarle nada.

Con la ayuda del agente Mikey y de Kristin lograron planificar todo en el poco tiempo que les quedaba, gracias a ellos habían podido descansar esa semana y empacar con toda la paciencia del mundo las cajitas con caramelos, no eran muchos niños pequeños, solo Birdie la bebé de 4 meses de Tucker, los hijos de James, unas niñas de tres y cinco años hijas de una amiga de Frank, Alex el hijo de Jamia con quien Gerard se había hecho más amigo y por supuesto Mikey.

Al fin el día sábado había llegado, Gee y Frank despertaron a la pequeña con un pequeño pastel y una  velita encendida, le cantaron el Happy Birthday y con ayuda de Papi Gee ella sopló la vela, ya habían estado practicando, la niña sonreía feliz entre los abrazos y besos de sus padres.

Las horas se estaban yendo muy rápido y faltaba poco para que los invitados comenzaran a llegar, solo faltaba acomodar los dulces y el pastel que Jamia había enviado y todo estaría listo.

—Cielo ven a decirme cómo miras mejor esto, las galletas de arroz aquí en la fuente o dejo ahí los cakepops?

—Deja los cakepops, pon las galletas abajo para que no llamen la atención y me queden a mi —después de ese comentario Gerard soltó una fuerte carcajada, pero era verdad, esas benditas galletas de arroz eran un manjar de los Dioses y se habían vuelto el postre favorito de los gemelos.

La temática escogida había sido Trolls, habían decorado una noche antes con muchos globos, la mesa de dulces como parte de su arreglo contenía un hilo hecho a mano con fotos de Lily, una por cada cumple mes Gerard lloró mientras lo hacía porque no podía creer que su bebé había crecido tan rápido, tenían algodones de azúcar y palomitas de maíz en unos canastos junto a la piñata para que cada quien tomara lo que quisiera, no contrataron juegos porque eran pocos niños pero si tenían un payaso para que los entre tuviera con juegos y les inflara globos a los invitados.

—Papi Frank mira —Gee había terminado de alistar a Lily, lucía un lindo vestido crema con rosa y un enorme lazo en la cintura, unos zapatitos cremas con lacito y unas medias, un lacio cabello castaño estaba sujeto por un aro con un enorme moño del mismo rosa pastel que su vestida.

—¡Oh pero miren que señorita tan bonita!

—Espera espera ahí Frank, agáchate —él hizo lo mismo, quedando sentado sobre sus piernas y agarrando los bracitos de la bebé—. Vamos a probar, Lily ve con papi.

La pequeña reía mientras sus ojos avellana no se despegaban de sus iguales, Frank tenía tendidos sus brazos hacia adelante esperando que ella hiciera su pequeño recorrido por si sola, la pobre se tambaleaba un poco y estuvo a punto de caer sentada pero Gee la sostuvo y le dio un dedo para que tuviera un poco de seguridad y así lo hizo, cuando no le falta nada para estar con Frank ella se soltó de Gee y lo hizo por si sola.

Frank la levantó y la abrazó feliz de haberla visto dar sus primeros pasitos, la niña murmuraba sus múltiples "papa papa" mientras recibía besos por sus mejillas, Gee en cambio los observaba con tanta dulzura acariciando su vientre donde las pataditas se sentían, seguro estaban contentos por el logro de su hermana mayor.

La fiesta había transcurrido de lo más alegre, el único inconveniente fue que Mikey quería todos los dulces de la piñata y los demás niños se lanzaron sobre el, al final tuvo que ceder y compartir la mitad con ellos.

Antes de cantar el Feliz Cumpleaños y partir el pastel, Gee y Frank aprovecharon que todos estaban reunidos junto a la mesa y colocaron la caja que tenían oculta junto a los demás regalos, Lily sería la encargada de abrirla.

—Familia y amigos, creemos que está era la oportunidad perfecta para reverlales el nombre de nuestros nuevos bebés —habló Frank en voz alta, sostenía de la cintura a Gerard mientras la niña jugaba con sus manitas y la caja.

—¡Al finnnn! Ya sabré que comprarles —gritó Ray.

—¿Listos?

En el conteo regresivo ayudaron a Lily a levantar la tapa y de ella salieron un par de globos transparentes, con detalles morados y naranjas por dentro, cada uno de ellos tenía grabado el nombre de los bebés Miles Anthony y Bandit Lee.

Todos aplaudieron y los felicitaron euforicamente, Ryro que ya era el fotógrafo oficial aprovechó para capturar ese instante que le pareció de los más dulces y tiernos, la niña sostenía los globos, Frank abrazaba a Gerard con un brazo y depositaba un beso en su frente, Gee cerraba sus ojos y sonreía, su vientre de perfil se admiraba perfectamente y ambos con sus manos libres sostenían a la pequeña, todo era simplemente perfecto.

Por la mente de nuestros personajes no pasaba otra cosa más eran los seres más afortunados de la tierra, se amaban y tenían una maravillosa familia que los apoyaba y los querían en demasía.

—Te amo —susurró Frank contra los suaves labios de Gee.

—Para toda la vida mi amor.

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