~25~

Todo el día sábado había estado dedicado a permanecer en cama, Gerard sentía tanto sueño pero no sabía porque o talvez si, su pequeñita quería descansar y él no era quien para negarse.

Se despertaron por primera vez a eso de las diez de la mañana, Frank decidió abandonar su nidito de amor para arreglar un poco la casa, quizás un par de horas más seria lo que necesitaba Gerard, mientras este último se re acomodo entre las sábanas y concilio su sueño de nuevo en el que era compañero de Christina Aguilera en aquella película de burlesque y ambos cantaban a dúo en una presentación usando esos corsés con encajes y plumas, medias caladas y maquillaje envidiable.

De vuelta a la realidad Frank tomó un café con un sándwich como desayuno y empezó su labor, recogió ropa y zapatos regados por el suelo, los llevo a la lavadora para que esta hiciera su trabajo, la poca ropa que estaba limpia la dobló y la puso en su lugar, cuando acabó eso procedió a limpiar, antes de comenzar su trabajo en la cocina, el celular de Gee que estaba en el comedor vibró, se acercó a ver y vaya, habían casi 10 mensajes de Lindsey, el último decía:

"Espero estés bien Gee, te llamo por la tarde"

Frank se relajó puesto que creyó que la amiga de Gee tenía un problema pero no, todo estaba en orden, seguro esa señora era como Linda que le gustaba enviar de esos mensajes de cadenas que prometían que si lo compartías con no se cuantas personas ibas a recibir una sorpresa, se rió de solo recordar esos inventos.

Una vez con la cocina y la sala limpia, todo ordenado y en su debido lugar se dirigió a su santuario, su estudio.

Ahí no había mucho que hacer todo estaba en perfecto orden, solo debía ordenar unos papeles sobre su escritorio, cuando movió sus libretas un sobre cayó de ellas y como balde de agua fría recordó que era.

Tenía unos boletos para Six Flags, desde hacía más de un mes y vencían justo ese día, recordaba que los consiguió porque Gerard insistía mucho en que quería ir, sin pensarlo de más termino de asear.

Eran las 3 de la tarde cuando acabo, en la habitación Gerard seguía como muerto, le causó gracia porque era él el que siempre se quejaba cuando Frank dormía de más, negó con la cabeza y fue a darse una ducha.

Tenía planeado hacerle lo mismo que Gee le hizo en aquella ocasión, abrazarlo con el cuerpo mojado pero pensó en las consecuencias que eso podría traer y dormir en la terraza entre plantas no era su opción, así que decidió que solamente le hablaría con cariño.

Sin embargo cuando salió de la ducha la cama estaba sola.

—Buenos días Frankie —pegó un brinco del susto que se llevó, "¿De dónde había salido Gerard?"

—Buenas tardes cielo, ¿dónde estaban?

—Sentí cuando pasaste a bañarte, además que teníamos hambre, así que fui a la cocina a comer algo.

—Oh...

—Sip pero aún tengo sueño —bostezo.

—Nada de eso, ve a bañarte porque vamos a salir.

—No, no quiero, quedemos aquí a dormir un poquito más —hizo un pucherito intentando acercarse a la cama.

—Prometo que te va a gustar el lugar donde iremos —Frankie se acercó a él y lo abrazó—. Porfis amor, Lily dile a papi Gee que diga que si —le habló a la pancita de Gerard y la niña lo obedeció, comenzó a moverse.

—Me la acabas de despertar.

—Entonces ¿vamos? —una mirada de perrito más.

—Está bien Frankie pero volvemos temprano.

—Claro amor.

Se tomaron su tiempo en arreglarse, de hecho quién se lo tomó fue cierto pelinegro, pero al final salieron temprano de casa, a las 5 p.m. iban rumbo a su cita.

En cuánto Frank estacionó el coche y bajaron, Gerard miraba todo con ojos llenos de ilusión y alegría, estaban en Six Flags Magic Mountain, hacia bastante que quería ir y una vez más el príncipe azul a su lado le cumplía sus fantasías.

—Viste que valía la pena abandonar la camita —dijo Frank divertido entrelazando sus dedos y besando la mano de su compañero.

—No me voy a cansar nunca de decirte que eres el mejor del mundo Frankie.

Compartieron un pequeño beso y luego fueron hasta la boletería a canjear los tickets que Frank había comprado, nada de subirse en cosas extremadamente peligrosas, de igual manera la pasarían increíble.

Luego de haber ido a dar una vuelta por la zona de entrenamiento donde se sacaron un par de fotos, fueron a buscar algo de tomar.

—Espera un momento amor, me llaman.

Gerard caminó un poco largo de donde estaban por la bulla, demoró unos cinco minutos en la llamada.

—¿Quién era corazón?

—Lindsey me invitaba al té esta tarde pero le dije que no podía.

—Hoy te secuestre para mí —le dijo tomándolo por la cintura y besando su mejilla.

—Abusivo —bromeó un poco—. Pero me pidió que el lunes la acompañe a un refugio para perros, quiere adoptar uno.

—Eso es maravilloso, yo también quiero adoptar uno.

Gerard solo rió porque conocía bien a Frank, desde hace mucho fantaseaba con un perrito, se le ocurrió que tal vez solo tal vez... podían hacer crecer su familia, pero sería una sorpresa, aún debía pensarlo bien, un perrito seria una responsabilidad más, casi como cuidar a otro niño, pero por mantener esa sonrisa en el rostro de Frankie, cuidaría a un kinder completo.

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