~21~
El despertar del sol estaba siendo testigo de las múltiples demostraciones de amor que se entregaban nuestros personajes.
Un mes había transcurrido, viviendo esa hermosa etapa, ahora estaban felices disfrutando la dicha que les regalaba la vida.
El día anterior habían ido a hacer su ecografía a escondidas de todas sus amistades y familiares, adelantaron la fecha para que nadie sospechara y arruinaran la sorpresa que estaban preparando, el viernes por la noche visitaron a su obstetra, luego de los típicos chequeos pasaron a la sala de ultrasonidos, al principio el pequeño ser en el interior de Gerard no quería cooperar, mantenía las piernas cruzadas o se ponía de espaldas, hasta que Frank comenzó a cantarle una canción que recién le había escrito, la que llamó B. F. F. (Best Friends Forever) aún no tenía el ritmo con los instrumentos pero él le había dado una buena melodía acapella.
Después de llorar, abrazarce y celebrar la buena nueva en el consultorio con Amber, salieron algo tarde a un centro comercial a buscar unas cosas para la sorpresa, no demoraron más de una hora, buscaron algo de cenar rápido, la felicidad que los embriagaba era inmensa.
Apenas llegaron a casa fueron directo a dormir, según sus planes el día siguiente comenzaría desde muy temprano.
Efectivamente así había sido, Gerard se levantó mucho antes que la alarma sonase, sus ansias lo estaban matando, tomó una cobija y fue a sentarse al sillón que estaba en la terraza, estar en medio de tanto color le transmitía paz, miraba embelesado los lirios que estaban a la par suya, inconscientemente llevo su mano a acariciar su vientre, su bebé dormía, a los pocos segundos sintió a Frank a su lado, le sonrió coqueto y le dijo que no le había llamado porque no creía que lo fuese a acompañar tan temprano a observar el paisaje pero según el chico de los tatuajes el frío de su ausencia lo hizo despertarse.
Tras un minutos solo abrazados sin decir nada comenzaron a besarse tiernamente, masajeando sus labios, luego pasaron a leves caricias en las piernas del pelinegro, de un momento a otro Gerard ya se había acomodado de espaldas sobre el mullido sillón con Frank encima suyo cuidando de no aplastar su vientre.
Besaba su cuello mientras sus manos recorrían el pálido cuerpo de Gerard, quien se dejaba hacer gimiendo su nombre.
Sin desespero Frank se despojó de su pijama y quitó aquel short de encajes y la camisa de tirantes de satín que llevaba Gerard, quedando los dos completamente desnudos, una fina capa de sudor ya cubría sus cuerpos.
Era diferente a la demás veces que tenían sexo, ahora sus movimientos eran suaves y delicados, impresos de todo el amor que sentían el uno por el otro.
Frank tomó la pierna derecha de Gee y la acomodo sobre su hombro, se apoyó sobre sus rodillas y codos e inclinó su rostro hasta tomar con sus labios los de la persona debajo de él, muy suave empezó a penetrarlo, siendo gentil como si fuese la primera vez que lo tomaba.
Gerard colocó una mano en la cintura de Frank y la otra en su nuca tratando de mantener sus rostros muy cerca, gimiendo bajo, jadeando sobre su rostro y recibiendo a gusto las embestidas que Frank le daba.
—No sabes lo mucho que extrañe tenerte así mi amor.
—Yo también Frankie, me encanta tanto.
Una vez más se besaron, compartiendo saliva dejando un suave hilo de ésta cuando se separaban para tomar un poco de aire, oían sus cuerpos chocar y disfrutaban del sonido así como de las sensaciones, se estaban conociendo de nuevo.
A pesar de que compartían besos, roces y hablaban mucho, pocas veces habían hecho el amor puesto que en el último mes Gerard había tomado la costumbre de visitar a Lindsey muy seguido pasaba horas con ella y volvía tarde, sólo para cenar e ir a dormir, a Frank no le molestaba pero si extrañaba tenerlo para él.
Frankie aceleró un poco el ritmo de sus movimientos brindándole más placer a Gerard que sentía que pronto acabaría por los constantes roces que recibía su erección y por los golpes en su punto dulce, no despegaba sus ojos de Frank, era una especie de conexión que mantenían, diciéndose todo lo que sentían a través de su mirar.
—Te amo mi amor —gimió Frank en su oído terminando en su interior y masturbando a Gerard, quien con la vista nublada no podía formular nada coherente, apretó fuerte la espalda de Frank raguñando un poco y sin más se corrió en su mano.
—También te amo Frankie —dijo al cabo de un rato, con la respiración casi recuperada, unas pequeñas pataditas los interrumpieron.
—Alguien tiene hambre —le dijo a Gee un poco juguetón.
—Más bien la despertamos a la pobre —le dio un besito a Frankie—. Pero si bebé tenemos hambre y queremos mmmm... —hizo un pequeño puchero que junto al sonrojo que aún estaba en su rostro lo hacia lucir totalmente tierno—. Waffles.
—Waffles prepararé entonces, tu vete a bañar.
Se besaron un rato más, luego entraron a la casa, Gee entró a la regadera mientras Frank buscaba la mezcla para hacer el desayuno de sus grandes amores.
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