32- El problema de James y Sirius
~1978~
Remus Lupin:
Octubre era denominado "el mes del terror" por muchos aspectos.
Para los muggles, en ese mes ocurrían cosas extrañas.
Muertes, culpas y dulces eran sus principales atracciones cada 31.
Otros, en cambio, solían realizar fiestas con temáticas bastante llamativas.
Para los magos y brujas, solo era un día más de nuestro calendario.
Pero para aquellos estudiantes que recién acabaron el colegio...
—Dame eso.
Hoy, cada uno de los estudiantes de 5to y 7mo de Hogwarts recibirá su carta de calificación, T.I.M.O.S. y E.X.T.A.S.I.S respectivamente.
—¡James! ¡Ese es mi helado!
Los chicos nos reunimos en un mismo lugar, ansiosos de la respuesta.
—Natt, prometo que te compraré otro...
—¡Pero yo quiero ese!
Ruedo los ojos con diversión, para luego caminar hacia Cornamenta y devolverle el helado a mi chica.
—¡Ey, Lunático!
—Ten —Le dije, dulcemente—. Y no permitas que vuelva a hacerlo, o seré yo quien se coma el helado.
Natalie sonríe, victoriosa.
—Gracias, Lunático.
Abro mis ojos con asombro y ubico mis manos sobre mi cintura, pues ella nunca acostumbra a llamarme por ese apodo.
Se sentía diferente.
Sin embargo me veo en la obligación de dejar mi posición cuando oímos ruido en una de las ventanas de la casa de James.
—¡Chicos! —Se oye la voz de Euphemia Potter—. ¡Varias lechuzas han llegado!
Como si fuera una coreografía, todos se levantaron y dejaron sus cosas de lado para esperar impacientemente su lechuza.
Varios de estos animales eran de color negro, tan oscuras como la noche, y todas compartían el color miel de sus ojos.
Sus miradas parecían acusarnos, y eso causó que Peter tomada dudoso la primera carta.
—No puedo...
—Ah, vamos Pett —Natalie lo anima—. Nosotros estamos contigo. Además, estoy tan nerviosa como tú, que incluso puedo sentir mis manos adormecidas.
La siguiente carta fue para James, seguido de la de Sirius, Natalie y mi persona.
—Suerte —Traté de sonar lo más convincente posible.
Cada uno abrió sus respectivas cartas con mucho miedo, incluso mis sentidos aumentaron y pude sentir con más fuerza sus latidos.
La señora Euphemia subió las escaleras de su casa hasta llegar a la habitación en donde nos encontrábamos en busca de respuestas.
—¿Y? ¿Cómo les fue?
Ninguno dijo nada, provocando que la mujer se sintiera más angustiada.
—¿Tan mal les fue, mis niños?
Al parecer fui el primero en levantar la vista.
—E —James fue el primero en hablar—. ¡Tengo E en todo!
La sonrisa de orgullo de su madre fue enorme, y James corrió a abrazarla.
—¡Lo logré! ¡Madre! ¡Lo he logrado!
Pequeñas lágrimas de orgullo invadieron a la señora Potter, quién dejó un beso en la coronilla de su hijo.
—Jamás desconfiamos de ti, James.
El señor Potter no se encontraba en casa, pero nos había dado muchos ánimos antes de irse.
—¿Qué tal te fue, Sirius?
—Es que ni yo me lo creo —Suelta mi amigo—. ¡He pasado todo con E! Bueno, todo menos historia de la Magia, allí tengo un A.
—Pero es una gran noticia, hijo —Lo felicita la señora Euphemia—. En recompensa les prepararé mi deliciosa tarda de calabaza.
—¡Sí! —Gritó Sirius.
—¿Y tú?
Natalie me pregunta encima de los gritos de Sirius, captando la atención de todos.
—También tengo E. Es obvio que iba a tener esa nota en todo.
Natalie sonríe y me golpea con el codo, provocando la risa de todos.
—¿Cómo te fue a ti?
—Pues... Lo normal —Se sacude de hombros—. Sí o sí debía sacar E, sino podría perder mi beca.
—Eso es muy cierto —Aporta Euphemia—. Y me alegra saber que podrás continuar en la Academia Scamander.
—¿Y tú, Peter?
—Yo... —El muchacho se sonroja levemente—. Tengo seis E y dos S.
—Nada mal —Natalie trata de darle ánimos—. Al menos no ha sido una T, t de troll.
—Es cierto —Analiza, de forma graciosa—. Lo veré de esa forma.
Una nueva lechuza llega a la habitación, y me sorprende ver que, al contrario de las anteriores, ésta tiene un pelaje tan blanco como la nieve.
—Esas deben ser nuestras notas del curso —Opina Peter—. Vayamos a ver.
Él se encargó de sacar las cartas de la pata de la criatura y darle algunas galletas antes de su regreso a Hogwarts.
—¿A? ¿Shelby me puso A?
La cara de indignación de Natalie provocó gran preocupación en todos.
—¿Qué te han puesto a ti? —Me pregunta Sirius
—A —Respondo—. Me ha evaluado con una nota de 74 puntos.
—¡74 puntos! ¡A mí me ha puesto 60! —Natalie exclamó, hecha una furia—. ¡Es una injusticia!
—¡Totalmente! —Los chicos asienten—. Ustedes siempre han tenido las notas más altas de sus casas, es imposible que tengan esa nota.
—Esto puede arruinarme —Natalie empieza a caminar nerviosamente por la sala—. Debo hablar con el director.
—Todos lo haremos —Opina Peter.
—Ese profesor se ha pasado de la raya —Aporta la señora Euphemia—. Y solo porque... ¡Qué tontería!
—¿Madre, qué haces?
—Está más que claro lo que voy a hacer —Dice, usando su varita para atraer su cartera mediante el hechizo Accio —Iremos con Dumbledore.
—Pero...
—¿Vendrás conmigo, o te quedarás de brazos cruzados mientras tus mejores amigos se arriesgan a perder su futuro?
—Es obvio que iré —Responde—. Todos iremos.
—Solo hay un problema —Mi novia interrumpe el momento, con las mejillas sonrojadas—. ¿Cómo iremos a Hogwarts? Nadie conoce su ubicación...
—¿Quién dice que Albus está en Hogwarts?
—Quiere decir...
—Sé a dónde Albus fue estás vacaciones —Me interrumpe—. Bueno, no debería decirles... Pero la situación lo amerita.
—¿A dónde vamos? —Sirius pregunta, usando su varita para arreglar su traje.
—De nada servirá que planches tu traje, querido.
De pronto, una mirada de horror se formó en el rostro de mi amigo.
—Iremos a un lugar lleno de arena y agua, así que sugiero que cambien sus atuendos.
Todos nos miramos entre sí.
—Tienen 10 minutos para buscar algo cómodo —Nos informa—. James, puedes prestarle algo a tus amigos, que yo me encargo de vestuario de Natalie.
—Ok, madre.
—Y si no llegan en menos del tiempo indicado, los dejaré listos y alborotados.
—¿Y cómo haremos con nuestros padres? —Peter pregunta.
—Ellos no tendrán por qué enterarse, ¿Verdad?
Después del improvisado viaje liderado por la madre de James, el problema pareció solucionarse.
El director se mostró bastante asombrado al ver nuestras notas, pues antes de enviar las respectivas cartas todas las notas pasaban por su oficina, y aseguraba que esto no lo había visto.
Al parecer, Shelby fue despedido varios días después.
Aunque debo admitir que me impresionó ver a Dumbledore en una playa, sobre todo, aun con su traje escolar.
Y eso se convirtió en objeto de burla por parte de nuestro grupo.
Siendo mediados de Noviembre, todas las academias empezarían sus clases.
Sirius y James decidieron darse "Un año sabático", cosa que me parecía sumamente raro.
Para nuestra sorpresa, Peter haría un curso para trabajar en el Banco de Gringotts.
Sí, Gringotts.
Por su parte, Natalie cumpliría una semana en la Academia Scamander.
—¡Remus! ¡No vas a creer lo que he visto hoy!
Aquellas eran sus palabras cada vez que nos veíamos.
Amaba la forma en la que sus pupilas se dilataban cada vez que mencionaba algo relacionado a su curso, y su sonrisa... Aquel mágico gesto que no quería que acabase nunca.
Siempre estaba acompañada de sus mejillas y nariz sonrojadas, y aquello era lo más lindo que mis ojos podían ver.
James decidió que todos viviéramos en una misma casa, a la cual solo los 4 merodeadores accedimos.
Por su parte, nuestra chica pagaba el alquiler de una vivienda, la cual quedaba en la localización más cercana a la Academia Scamander.
Era cierto, el tiempo y las circunstancias nos mantenían alejados el uno del otro. Pero su felicidad importaba más que cualquier cosa, y eso me bastaba.
Yo decidí buscar empleo en el mundo mágico, pero como en cada entrevista, fui rechazado.
Sabía que pronto le ocurría a Natalie, y con tan solo pensar aquello me daba ganas de encerrarla en una burbuja de cristal, con tal que nadie se atreviera a lastimarla.
Pero ahora ella era feliz.
Tal vez era demasiado pronto para pensar en aquello, pero me daba cierta inquietud lo que podría pasarle estando lejos de nosotros.
Diciembre.
Los meses transitan con mucha rapidez si me lo preguntan.
Hace unas pocas horas, James y Sirius fueron aprehendidos por algunos Aurores del Ministerio, pues fueron vistos usando magia contra unos policías muggles.
—¡De verdad lo siento!
Natalie también estaba con nosotros, pero en esta ocasión, cierta pelirroja también había acudido a la escena.
—¿Es que acaso están locos?
Lily Evans estaba demasiado preocupada, incluso me atrevo a decir que casi llora del susto cuando nos llegó una carta del Auror Alastor Moddy.
—En nuestra defensa, nos atacaron.
—¿Por ir a gran velocidad? —Natalie los reprende—. ¡Por favor!
Mi chica elevó sus brazos en señal de reclamo, pero sabía que estaba tan preocupada como la pelirroja.
La relación entre ambas nunca volvió a ser la misma desde aquella pelea.
Lily se esforzaba en demostrar lo mucho que se arrepentía, pero una pequeña parte del corazón de Natalie parecía negarse completamente.
—Pueden estar en más problemas —Peter habló, con gran preocupación.
—El verdadero problema ya ha iniciado —James le interrumpe.
—¿Por qué? —Pregunto.
—Han intentado matarnos.
De pronto, la mirada de todos los presentes se dirigió a Sirius, quien parecía decir la verdad.
Por primera vez en largos años, pude sentir que estaba nervioso... Que estaba asustado.
—¿A qué te refieres?
—Han sido los Mortífagos.
El rostro de ambas chicas palideció mucho más de lo que ya estaba.
—¿Qué... Qué has dicho?
—Les diremos todo a detalle —Sirius camina hacia la mesa más cercana, invitándonos a hacer lo mismo—. Pero no quiero que nos interrumpan.
Cada uno se sentó lentamente en una silla, sintiendo un gran peso al oír aquellos nombres.
Entonces me permití tomar su mano.
Tomé con delicadeza la mano de Natalie, la cual estaba helada, pero al momento de hacer contacto buscó mi mirada, y aunque yo también sentía miedo, no podía dejar que me viera de esa forma.
Debía ser fuerte, por ambos.
—Admito que al inicio nos pasamos de velocidad —Sirius empieza el relato—. La moto es fantástica, y si se animaran a dar una vuelta...
—Ve al grano —Peter pidió, también nervioso.
—Nos pasamos varias señales de Stop —Ahora es James quién toma el control de la conversación—, y unos policías empezaron a seguirnos.
—¿Por qué no se detuvieron?
—No tenemos locencia...
—Licencia —Le corrijo—. Es licencia.
—Eso —Hace un gesto con las manos—. Por lo que empezamos a subir la velocidad.
Lily se llevó ambas manos al rostro, mostrando lo frustrada que se encontraba.
—Y de pronto nos atacaron.
Sirius cambió su semblante risueño a uno serio, mostrando que esto iba a tomar otro rumbo.
Sentí como Natalie apretó mi mano con más fuerza bajo la mesa, provocando que usara mi mano libre para relajarla.
—Un grupo de encapuchados nos alcanzaron con escobas, pero lo sorprendente no fue eso.
—¿No?
—Atacaron a los policías —Continuó James—. Por lo que me vi obligado a romper el Estatus de Magia para salvarlos, pues muchos objetos estaban cayendo al auto policial, y eso provocó que se volcara.
Las chicas se llevaron las manos a la boca, asombradas.
—Por suerte, los muggles no salieron heridos, pero ellos estaban dispuestos a matarnos.
—Yo intentaba hacer mis hechizos lo mejor posible, pero Canuto no podía detenerse, por lo que fallaba en ciertas ocasiones.
—Y habríamos muerto, de no ser porque varios Aurores llegaron a la escena —Sirius finaliza el relato—. Y por eso estamos aquí.
—Por Merlín...
Peter exclamó lo peligroso que esto era, no solo para ellos, sino para nosotros.
—Hay que tener cuidado —Lily es la primera en comentar—. Sobre todo ustedes.
—Lo sabemos, Lily —Natalie habla, por primera vez al cabo de un rato. Sobre todo porque...
—¿Por qué? —Preguntamos todos, al unísono.
—Últimamente me siento vigilada —Baja la mirada—. Cuando estoy en mis clases me siento segura, pero una vez que emprendo mi viaje por el bosque... Las cosas parecen cambiar.
—¿Y por qué no nos lo habías dicho?
—Porque pensé que era algo sin relevancia.
—A partir de ahora debes prometer que nos contarás todo —Le digo.
—Lo haré.
Pero sus palabras fueron interrumpidas por la llegada de una sombra plateada, acción que provocó que todos tomaran sus varitas dispuestos a atacar.
Sin embargo, aquella bola azulada se transformó en un ave rapaz.
—¿Qué hace un Patronus aquí? —Pregunto.
—Hay algo más importante... ¿De quién es?
El ave plateada hizo una majestuosa parada sobre la mesa, y para nuestra sorpresa, ésta habló.
—Niños, les habla Alastor Moddy, para los que no me conocen, formo parte del departamento de Aurores del Ministerio Británico.
Una voz bastante gruesa de lo normal salió de aquella ave, provocando nuestra total atención.
—Me comunico con ustedes debido a la situación presentada en contra de James William Potter y Sirius Orión Black, para lo cual, necesito de todo su apoyo.
Miro a los chicos por el rabillo del ojo, notando que no soy el único con dudas en su mente.
—En pocos segundos aparecerá una botella de vino irlandés, el cuál NO es como recompensa por su frenética supervivencia —Al decir aquello, Sirius bufó—, sino que se trata de un traslador.
—¿Un traslador?
—El grupo conformado por James Potter, Sirius Black, Remus Lupin, Lily Evans, Peter Pettigrew y Natalie Russo deberán tomarlo a las 6pm. Sin excusas, ni preguntas. Y muy importantes, todo es confidencial.
Ni siquiera tuvimos la oportunidad la abrir la boca cuando el animal plateado desapareció por la ventana, dejando el rastro brillante a su paso.
—¿Qué acaba de ocurrir?
—No lo sé —Lily parecía más nerviosa que hace unos momentos—. ¿Y si estamos en problemas?
—Lo dudo —Responde Natalie—. He oído de Alastor Moddy, y muchos le temen, por lo que sí se tratara de algo muy serio ya estaría aquí lanzando maleficios por doquier.
Peter y Lily abrieron los ojos con tal asombro, que parecía que se les iban a salir en cualquier momento.
—Pero no hay razón para preocuparse, ¿O sí?
—¿Qué hora es? —Sirius pregunta—. No creo que falte mucho para...
Un plop se escuchó en las cocinas, y todos corrimos a verificar de qué se trataba.
Efectivamente, era una copa de vino irlandés.
—Falta poco para las 6 —Anuncia Peter, verificando su reloj de mano.
—¿Cuánto?
—Un minuto.
Todos corrimos a gran velocidad hacia el objeto, maldiciendo por el escaso tiempo.
—¿Creen que sea buena idea? —Les pregunto.
—Será peor si no vamos —Responde Sirius, provocando que quisiera darle un golpe en la cabeza por tal incentivo.
El objeto empezó a vibrar sobre nuestras manos, y cada uno cerró los ojos en busca de confianza.
De pronto, sentí como el piso se alejaba de nuestros pies, el aire cambió y mi cabeza dio vueltas.
Abrí mis ojos, notando como una vaga sonrisa aparece en el rostro de Natalie.
Lily, por su parte, era la única que no reía.
—¡Evans, suéltate!
—¡Estás loco! —Lily gritó—. No puedo...
—¡Claro que puedes! —James volvió a gritar—. Lo vas a disfrutar.
Y para su sorpresa, James se soltó de su agarre, simulando volar en el aire sin una escoba.
Sirius fue el siguiente en seguirlo, y para mi sorpresa, Natalie también lo hizo.
—¡No saben cuánto extrañaba viajar en Traslador! —La oí gritar, antes de soltar una nueva sonrisa.
—Debes soltarte —Le advierto a Lily—, o saldrás lastimada.
—El suelo parece una mejor opción.
Pero cuando observó la cercanía del suelo se percató que era una mala idea.
—¡Lily, será divertido! —Peter exclamó, antes de soltarse.
—No te separes de mi lado.
Me vi en la obligación de tomar a la chica con mis manos, pero habíamos reaccionado muy tarde.
El impacto contra el suelo no fue brusco, pero caímos al tambalear por la pérdida de nuestro equilibrio.
Me permití observar el lugar.
Estábamos en una zona que parecía abandonada.
No había rastros de otras casas cerca, mucho menos de personas transitando.
—¿Cómo lo hacen?
Elevo mi mirada hacia el cielo, notando como los chicos bajaban con mucha elegancia del aire, como si en él hubieran peldaños de escaleras.
—Nada mal, Russo —Sirius la felicita—. Nada mal.
—Solía hacer estos viajes con mi familia cada vez que iba a casa de los Diggory —Responde—. Valió la pena recuperar ese recuerdo.
James camina hacia Lily con preocupación, verificando que no tuviera heridas.
—¿Todo bien, Lilyflor?
—¿Qué si todo está bien? ¡Casi muero!
—Debiste soltarte cuando te lo dije.
—Pude haber muerto.
—No lo hiciste, sigues viva y coleando por mí.
Lily rodó los ojos con diversión, a medida que Natalie tomaba mi mano.
—¿A dónde iremos?
—Allí.
Todos giramos nuestros cuerpos hacia la dirección señalada por Peter, notando que era el único lugar que parecía contener vida.
—Fue un honor haberlos conocido —Los chicos exclamaron.
—No creo que sea tan... ¡Ahhh!
De pronto, un relámpago cayó a un lado de nosotros, provocando escalofríos y saltos.
—¡El que llegue de último es un Troll!
Ni siquiera hizo falta el reto de Peter para avanzar, pues aquel trueno fue lo bastante aterrador.
—¡Esperen!
Todos detuvimos el paso al ver que Natalie paró en seco.
—¿Qué ocurre?
—Un momento.
La rubia soltó mi mano por unos escasos segundos, señalando una línea del suelo.
—¿Un encantamiento?
—No es cualquier encantamiento... Es el hechizo Fidelio.
Recordaba haber leído sobre él. Se usaba para ocultar una locación o secreto sumamente importante.
—Iremos todos a la vez —Exclamé—. Juntos.
Todos nos tomamos de las manos, dándonos confianza para avanzar, pero cada uno cerró los ojos.
—Un paso a la vez...
Hubo un repentino cambio de ambiente.
El frío dejó de invadir nuestros huesos luego de cruzar la línea, siendo reemplazado por un cálido aroma a Cerveza de Mantequilla.
—Chicos...
La voz de Lily provocó que todos abrieran los ojos, percatándonos de que aquella casa vieja y abandonada se había convertido en una hermosa cabaña.
—¡Bienvenidos al cuartel general!
—Señorita Mckinnon —Se oyó la misma voz del Patronus—. ¡Cierre la boca!
Nuestra antigua compañera decide ignorar al mayor y saludarnos amablemente.
—¿Marlene? ¿Qué haces aquí?
—Cosas del trabajo.
—Por un momento pensé que no vendrían —El hombre empezó a saludar a todos con un fuerte apretón de manos—. Alastor Moddy, Auror, y para mi desgracia, su mentor por algunos días.
El hombre parecía cansado, y ni hablar de su aspecto.
En su rostro había dos largas cicatrices, las cuales cruzaban sus mejillas. Su cabello rubio estaba despeinado, y sus ojos azules parecían vernos a profundidad.
—¿Dónde estamos?
James fue el primero en preguntar, pero fue ignorado.
—¿Qué esperan para seguirme? —Ordenó Alastor Moddy, luego de dar unos pasos—. ¿Acaso quieren que los cargue por todo el camino?
Su voz era tan demandante que, apenas terminó de retarnos, le seguimos el paso, mientras Marlene le seguía a un lado.
—¿Están todos? —Le pregunta, y la rubia asiente—. ¿Sin impostores?
—Es correcto.
Muchas preguntas surgieron en mi mente, y una de ellas fue: ¿Qué hace Marlene Mckinnon con un Auror? Es decir, ella quería ser medimago, pero no entiendo...
—Tomen asiento.
La cabaña era un lugar acogedor, todo lo contrario a lo que vimos hace varios instantes.
Los muebles y sillas combinaban con el resto del hogar, y varias bandejas de comida estaban sobre la mesa.
—¿Puedo...?
—No son para ustedes.
Peter bufó, gesto que Natalie imitó.
—Dumbledore me habló de ustedes...
—Oh, no... Iremos a Azkaban...
—¡Silencio, señor Potter!
Mi amigo adoptó una postura rígida cuando se vio amenazado por el borrador del pizarrón.
—Estoy al tanto de todo lo ocurrido porque yo estuve allí —Decide tocar el tema por el cual nos había citado—. Y eso que enfrentaron no fue más que simple coincidencia. ¿Lo saben, verdad?
Todos asentimos.
—Según mis teorías, el verdadero propósito está allí.
Alastor elevó su mano libre, señalando nuestros cuerpos.
—Al parecer, la intervención de cierta señorita durante su graduación ha despertado gran interés del grupo.
De pronto, Natalie se sintió mal consigo misma.
—Y aunque debo admitir que fue una completa... Locura —Alastor la mira—. Muy en el fondo hiciste lo correcto, te diste a respetar.
—No lo creo... —Habla, con un tenue de voz—. He puesto en peligro a mis amigos.
—Tus amigos están en problemas mucho antes de su intervención —Le asegura—. Desde el primer día que empezaron con sus bromas hacia un estudiante... Severus Snape.
Todos nos miramos con confusión.
—No voy a decirles todo de golpe —Nos dice el auror—, así que, el que no quiera participar, que levante la mano para dejarlo en su casa.
Nos fulminó con la mirada, y eso provocó que la gran mayoría no la elevara.
—Eso pensé.
Marlene fue la siguiente en hacer intervención, mostrando planos y nombres.
—A partir de ahora, sus vidas tendrán un gran cambio —Sonríe—. Debido a sus grandes dotes con la magia, han sido seleccionados para pertenecer a un nuevo grupo de magos en busca de la paz y la victoria.
—¿Qué grupo? —Pregunta Lily.
—La Orden del Fénix.
Muchos nos mostramos confundidos ante la mención de aquel nombre.
—La orden del Fénix es una organización secreta creada por Albus Dumbledore hace 5 años —Empieza—. Desde ese entonces hemos trabajo entre las sombras.
—¿Hemos? ¿Quiénes?
—No voy a dar nombres en este momento, pero pronto los conocerán. Dumbledore me dio la basta tarea de entrenarlos para cualquier tipo de situación que...
—¿Por qué a nosotros? —Pregunta Lily.
—Si me lo preguntas, yo no los habría escogido —Dice, sacudiendo sus manos al aire—, pero las órdenes de Albus no pueden refutarse.
—¿Y cuándo empezamos?
—Señor Potter, esto no es un tipo de academia a la cual asiste con entusiasmo. Aquí aprenderá por las malas a defenderse, llorará sangre, y yo me encargare de ello.
Mi amigo se puso aún más rígido.
—¿Que pasara conmigo? —Natalie pregunta—. Es decir, vivo literalmente dentro de la Academia Scamander...
—Esa si es una verdadera pregunta —La interrumpe—, señorita Mckinnon...
—Los entrenamientos no tendrán un horario en específico, por lo que deben estar pendientes del más mínimo movimiento a su alrededor —Nos comunica—. Para nosotras será diferente, pues no podemos salir de nuestras academias de la nada, porque levantaríamos sospechas, por lo que serán netamente los fines de semana, y en caso de tener días libres, enviaremos un mensaje a Alastor.
Todos asentimos, pero la duda de James seguía en mi mente.
—¿Que tiene que ver Severus Snape en todo esto?
La pregunta de Lily nos desconcertó a todos.
—Por el momento no puedo decirles lo que sé —Justifica—. Pero sus nombres están en la lista del otro bando desde primera instancia.
Todos nos removimos en el asiento.
—James Potter, descendiente de grandes inventores... No les vendría mal un experto por naturaleza en pociones. ¿No lo creen?
La conversación se tornó más interesante.
—Sirius Black... El apellido lo dice todo. El joven tiene grandes habilidades en duelo gracias a su linaje, y les caería como anillo al dedo.
Sirius apretó la mandíbula, molesto por tener que vivir con las consecuencias de su apellido.
—Peter Pettigrew, un muchacho sociable... Les serviría como medio de comunicación a través de las sombras, pues es poco probable que alguien sospeche de él. No lo digo en el mal sentido —Opina—. Pero hasta a nosotros nos conviene tener a alguien así.
Peter no sabía cómo reaccionar en ese momento.
—Marlene Mckinnon, hija de Aurores, sangre pura... ¿Acaso creen que van a perder aquella gran oportunidad de infiltrarse en el ministerio? Por si fuera poco, se ve que tendrá un gran futuro dentro de la Magia Médica, y a todos nos conviene tener un Medimago, uno nunca sabe que saldrá de todo esto.
La rubia estaba totalmente callada, pero nerviosa ante su mención.
—Remus Lupin, hijo de Lyall Lupin, un gran mago influyente dentro del Ministerio... Hombre lobo. Ellos están reclutando criaturas mágicas como Trolls, y se rumorea que también a gigantes. ¿Quién dice que no vendrán por él?
Baje la mirada, como cada vez que me recordaban mi condición.
—Natalie Russo. Ella y la señorita Evans corren un gran riesgo por tener sangre no mágica, pero la señorita Russo esta tan vigilada como el señor Lupin. ¿Quién creen que caerá primero? Por si fuera poco, es nieta de Patrick Russo, quien en los últimos meses se ha convertido en un blanco del grupo al ser el alcalde de la ciudad de Londres. ¿Es poco para ustedes o quieren que les dé más razones?
Natalie apretó los labios, conteniendo sus lágrimas.
—Lily Evans... ¿Quién diría que la señorita causaría gran revuelo? Hija de muggles, puede ser la primera víctima del grupo. Pero se ha corrido la noticia del gran talento que tiene la jovencita, superando en conocimiento y duelos a grandes sangre puras como lo fue en 6to año con Sirius Black. Pero hay algo que llama mi atención en todo esto.
—¿Hay más? —Exclamó mi amiga.
—Se te ha relacionado con el joven Snape, quien al parecer ya ha decidido su futuro con el otro bando.
James bufo, pero Lily quería saber más.
—¿Quiere decir que...?
—Si algo le ocurre a Snape, a la primera persona por la que irán será usted. Usted y nadie más. Por ende...
—Es la que más peligro corre —Peter completa.
—No si hacemos algo —James tomó el intervalo de la conversación—. ¿Verdad?
Lily tenía ganas de llorar, realmente quería hacerlo.
Tenía miedo, mucho, al igual que todos. Pero si ella empezaba a llorar, yo la acompañaría, al igual que lo haría Natt.
—Eso dependerá de ustedes —Alastor vuelve a tomar el control—. ¿Estarán dispuestos a sacrificar sus tiempos libres para cuidar el uno del otro?
—Lo haremos —Dijimos a la vez—. Sacrificaremos todo, con tal de estar a salvo.
—Esa si es una respuesta que esperaba. Bien, entonces vamos a iniciar.
—¿Ahora?
—¡No, mañana! —Exclama, con ironía—. Veamos si es verdad lo que dicen...
Con un ágil movimiento saco su varita, al igual que todos le apuntamos.
—Me voy a divertir mucho... —El mayor suelta una risa espeluznante—. Avifors.
Alastor cambió la dirección de su varita hacia la mesa, y todo lo que estaba sobre ella desapareció.
—Vaya desperdicio de comida —Peter se lamentó—. Si no la quería, nos hubiera dicho, que con gusto le ayudaba...
Sin embargo, cada uno de los objetos no había desaparecido... Pequeñas explosiones causaron nuestra atención, y Alastor rió.
—Será mejor que corran.
Donde antes estaban los alimentos, platos y vasos, ahora había pájaros. Y todos volaron en picada hacia nosotros.
—Inmobilus.
El hechizo de Natalie nos dio varias ideas, y estaba claro que esta ocasión tendría ventaja, pues ella estudiaba a los animales, siendo esto algo "de rutina".
Tal vez esto nos tome más de lo esperado.
N/A: Primera intervención de la Orden del Fénix, ¿cómo creen que resultará esto?
¿creen que los podrán hacer sentir orgulloso a Alastor?
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