-Eʟ ᴠᴏᴄɪғᴇʀᴀᴅᴏʀ
—¡Ginn!—exclamó Hermione abrazando a su mejor amiga.
—¿Dónde están Harry y Ron?—preguntó Ginny.
—No lo sé.—admitió angustiada Hermione.
—Pasé la barrera primero que ellos, pero solo quedaba Molly ¿Vamos a buscarlos?—Hermione asintió y se separaron para buscarlos por el tren.
Ginny se encontró a Dean y Seamus.
—¡Hey! ¡Por casualidad han visto a Harry y Ron?—preguntó Ginny.
—No, lo siento.—le contestó uno de los chicos, aumentando la preocupación de Ginny.
—Bueno...gracias
Estaban llegando a Hogwarts, y las chicas no los habían encontrado. Ginny se moría de la angustia y desesperación. Al llegar, bajaron en la estación de Hogsmade y se subieron a unos carruajes. Entraron al castillo y Ginny se sintió en su hogar. Su segundo hogar, ella necesitaba volver ahí pues solo tuvo la oportunidad de estar un día, Dumbledore dio su discurso de bienvenida, los chicos seguían sin aparecer. Comieron del banquete después de la selección y se encaminaron a la Torre de Gryffindor.
Entraron y cuando Ginny estaba a punto de subir a su dormitorio, se empezó a hacer barullo, y se quedó observando. Por el retrato entraron Harry y Ron, seguidos de Hermione que no traía buena cara. Ginny no entendía nada hasta que escuchó la historia del auto volador. Vaya que se enojó. Las personas se encaminaron a sus dormitorios, sólo quedando los 4 chicos. Harry y Ron estaban nerviosos y aterrados. Estaban seguros de que Ginny se había enfadado con ellos. Se acercaron a su amiga quien los observaba con los brazos cruzados.
—Hola Ginns ...—sonrieron nerviosos el azabache y el pelirrojo. Ginny inspiró hondo para no explotar.
—¿Es cierto que han llegado en el coche de los Weasley?—preguntó mirando a ambos. Asintieron, —Bien.—se dio la vuelta en dirección al dormitorio.
Harry se entristeció al igual que Ron. Se había enojado, Ron sabía que cuando se enojaba sería igual que su mamá o incluso peor, porque las mujeres Croppor dan miedo enojadas al igual que las Weasley, y ni pensar que Ginny era una Croppor y creció con una Weasley.
Hermione los miró con pena, y subió igual al dormitorio. Al entrar, Ginny buscaba su pijama.
—Pensé que los regañarías.—le dijo Hermione. Ginny se encogió de hombros.
—Si no me equivoco, ya los regañaste tú.—observó algo divertida.
—Harry y Ron estaban muy tristes.—añadió Hermione. Ginny frunció los labios.
—Tienen que ser más responsables.—añadió entrando al baño para cambiarse.
Ginny y Hermione bajaron al Gran Comedor sin esperar a los chicos. Cuando llegaron, Harry se sentó al lado de Ron, Ginny al lado de Hermione. No hablaron. En ese momento, llegó Errol, que se desplomó sobre la taza de Hermione.
—¡Errol!—exclamó Ron, —¡No!—terminó.
—Pero si está vivo—le dijo Ginny.
—No es por eso, si no esto.—tomó el sobre rojo. Neville y Ron tenían cara de espanto.
—¿Una carta?—preguntó Harry.
—Miren nada más, Weasley recibió un vociferador.—comentó Seamus Finnigan con diversión haciendo que todos contestaron a ver la escena.
—Ábrelo Ron, una vez no abrí uno de la abuela...fue horrible.—dijo Neville aterrado y Ron abrió la carta con temor y se escuchó un bramido ensordecedor.
—«¡Ronald Weasley! ¿Cómo osaste robar el auto? ¡Estoy verdaderamente enojada! ¡Ahora tu padre enfrenta una averiguación y tienes toda la culpa! ¡Si te atreves una vez más a desobedecer, te regresaré a casa!—los gritos de la señora Weasley, cien veces más fuertes de lo normal, hacían tintinear los platos y cucharas que estaban en la mesa y reverberaban en los muros de piedra de manera ensordecedora, —Ginny, cariño, no te felicitamos por estar en Gryffindor. Arthur y yo estamos muy orgullosos.»
Ginny hizo una mueca que debía ser una sonrisa para luego morderse el labio mirando la carta que se hacía cenizas. Hermione y ella cerraron el libro Viajes con los vampiros y miraron a Ron, que seguía encogido.
—Bueno, no sé lo que esperabas...—comenzó Hermione.
—...Ron, pero tú...—dijo Ginny siendo interrumpida por el pelirrojo.
—No me digan que me lo merezco.—atajó Ron. Harry apartó su plato de avena. Se le había ido el apetito. Harry miró a Ginny.
—Perdón...—murmuró mirando a la mesa.
—No tienes porqué disculparte, Harry.—le respondió, —Come, anda.
Terminaron de comer y salieron al patio. Era un lindo día nublado. Hermione se sentó en un peldaño de piedra y se puso a leer Viajes con los Vampiros. Ron y Harry se sentaron en los escalones cercanos al peldaño. Ginny no se decidía donde sentarse.
—Ven aquí.—dijo Harry, abriendo un espacio entre sus piernas, donde Ginny se sentó en el escalón de abajo, y se recargó en Harry, cerrando sus ojos.
El chico la rodeó con sus brazos. Los chicos y Ginny se pusieron a hablar de Quidditch, hasta que Ginny y Harry sintieron una mirada sobre ellos. Era un chico de pelo castaño, de primer año. Tenía en las manos una cámara muggle de fotos.
—¿Me dejas, Harry? Soy... soy Colin Creevey.—dijo entrecortadamente, dando un indeciso paso hacia delante, —Estoy en Gryffindor también. ¿Podría...me dejas...que te haga una foto?—dijo, levantando la cámara esperanzado.
—¿Una foto?—repitió Harry sin comprender.
—Yo si quiero una.—dijo Ginny emocionada, acomodándose en los brazos de Harry y volteándolo a ver, —Quiero llenar mi pared de dibujos y fotos ¿Vamos, si?—suplicó. A Ginny le encantaban algunas cosas muggles, algunas de ellas eran las fotos, los dibujos, y como decoraban. Harry suspiró pero asintió. La chica sonrió y cuando se volteó para pedirle a Colin las fotos, se disparó un flash, —Te la pagaré, Colin.—prometió la chica con una sonrisa.
—N-no hace falta.—dijo sonrojado, —Es un regalo.—terminó el chico. Ginny sonrió con ternura. Ese chico era muy lindo, — ¿Me podrías firmar alguna foto, Harry?—preguntó el castaño esperanzado.
—¿Firmar fotos? ¿Te dedicas a firmar fotos, Potter?—En todo el patio resonó la voz potente y cáustica de Draco Malfoy. Se había puesto detrás de Colin, flanqueado, como siempre en Hogwarts, por Crabbe y Goyle, sus amigotes, —¡Todo el mundo a la cola!—gritó Malfoy a la multitud, — ¡Harry Potter firma fotos!
—No es verdad.—dijo Harry de mal humor, apretando los puños, —¡Cállate, Malfoy!
—Deberías buscar algo que hacer con tu vida, Malfoy.—exclamó Ginny, molesta.
—¿Viene tu novia a defenderte, Potter?—dijo con expresión burlona.
—¿Algún problema?—se cruzó de brazos la castaña-pelirroja.
—Échate al retrete y tira de la cadena, Malfoy.—dijo Ron con cara de malas pulgas. Crabbe dejó de reír y empezó a restregarse de manera amenazadora los nudillos.
—Weasley, ten cuidado.—dijo Malfoy con un aire despectivo, —No te metas en problemas o vendrá tu mamá y te sacará del colegio.—luego imitó un tono de voz chillón y amenazante, —. «Si te atreves una vez más...» Varios alumnos de quinto curso de la casa de Slytherin que había por allí cerca rieron la gracia a carcajadas, —A Weasley le gustaría que le firmaras una foto, Potter.—sonrió Malfoy, —Pronto valdrá más que la casa entera de su familia. Ron sacó su varita reparada con celo, pero Hermione cerró Viajes con los vampiros de un golpe y susurró: ¡Cuidado!
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