CAPÍTULOS 3 - La embajadora


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Ya era otro día, Clarión suspiro y miro a Milori... el señor del invierno estaba muy sumergido en sus pensamientos mirando el cielo

— ¿Estás bien?- murmuró ella mientras le rodeaba el cuello con sus brazos. Él sonrió con cariño y se dio vuelta quedando cara a cara con ella

—si... solo... la última frase...- él suspiro abrazándola contra él –no quiero perderte... pero cuando los ministros me llamaron y escuché lo que te decían... ¡no pude evitarlo!- dijo nerviosamente mientras la abrazaba duro

–no estuvo mal lo que hiciste... me salvaste de un gran problema- dijo dando una media sonrisa y teniendo el rostro de su pareja con sus manos. Milori sonrió con cariño y beso sus labios

–Te amo...- susurro mientras rodeaba su cintura.

Los ministros miraban la tierna escena detras de la puerta, realmente la parejita les encantaba y espiarla durante el dia era un mejor pasatiempo

–Awww- no podemos evitar que se les escape. Ambos gobernantes se separaron sonrojados mirando con una ceja levantada a los ministros que entraban a la habitación

— ¡Perdón!- suspiraron los cuatro mientras los miraban

–estuvo bien en hablarle así... es decir, son bastantes pesados- dijo Snowflake

-¿no podría estar con sus pupilos?- dijo Clarión mientras los miraban

–Si van a pasar a escenas más calientes si...- dijeron ambos ministros hombres mientras se iban, Snow se llevó la mano a la frente y la Sunflower suspiro negando con la cabeza

-¡que exagerados!- reclamo Milori mientras atraía más hacia él a la castaña

–Bueno... tenemos que ir a dar clases- sonrieron ambos antes de irse. viola entra a la habitacion

—los reyes norteños enviaran un embajador para que los suplente esta tarde... quieren hablar con lord Milori- dijo mientras hacia una reverencia

–Está bien- suspiro él con amargura, suponía que el embajador debía ser menos pesado que los reyes... la hada se fue dejando otra vez solos a los gobernantes. Ella se sentó sobre la cama mientras daba un largo suspiro

–Debo reunirme con Jackson hoy... en unos minutos- dijo ella haciendo una mueca de desagrado. Las alarmas de alerta sonaron en la cabeza del señor del invierno

-¡otra vez!- dijo enojado mientras se paraba y miraba la ventana con el ceño fruncido y cruzándose de brazos

–Lo siento...- murmuro ella dando un leve tiemble. Milori suspiro y se sentó al lado de ella mientras rodeaba su cintura estrecha con unos de sus brazos y con la otra mano acariciaba su vientre

— ¿Qué crees que sea?- murmuro mientras la acariciaba con dulzura

–No lo sé...- murmuró ella mientras suspiraba. Él sonrió y subió su vista al rostro de su mujer

-¿puedo acompañarte a la reunión? La mía es a la tarde y tengo tiempo- dijo con cariño mientras apretaba su mano con dulzura. La castaña sonrió y asintió.

–Sería un gran alivio- dijo mientras se dejaba abrazar por el peliblanco.

–Mientras hables con el embajador voy a estar con Mary- dijo ella mientras se soltaba el pelo y caminaba hacia el espejo para poder peinarse

–Te ves preciosa con el pelo suelto- murmuro él con cariño mientras salía de la habitación. Luego de un rato ambos estaban en la sala esperando al "intruso"... esta sería una larga charla.

Jackson entró y no se sorprendió nada al encontrar a Milori aquí, el descarado había sabido todo este tiempo que Milori los había espiado y por eso se había vuelto más romántico, él estaba más que decidido a darle pelea al señor del invierno

–Buenas tardes- hablo de una forma amable mientras hacia una reverencia, Milori negó con la cabeza y solo Clarión le respondió el saludo. El chico sonrió coquetamente ganándose una mirada asesina por parte del peliblanco

-¿Por qué presentó a su novio su cambio? ¿Tienes algo que ver con mis problemas? ¿O es porque teme que usted no lo quiere lo suficiente como para no remplazarlo?- Clarión estuvo a punto de darle una bofetada pero se calmó y respiro. Milori sintió su respiración agitarse y la furia moverse dentro de él

–Vine para conocerlo... ¿o acaso me tiene tal miedo de incomodarle mi presencia?- le respondió inteligentemente el peliblanco. El chico suspiro y los miro.

–Mi nombre es Jackson, soy el jefe de las hadas del agua- hablo mientras los miraban con cara más seria.

La charla fue un poco "pelea", Jackson se dedicó a molestar con sus absurdos y manipuladores comentarios y Milori los respondía con gran estilo y precisión ¡ja! Al final el muchacho termino yiéndose diciendo por lo bajo no muy agradables palabras en un idioma que podría decirse que era ingles británico. Milori había ganado esta partida.

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Viola estaba atendiendo al embajador, ambos estaban en una sala

–Sé que esto será raro... pero mis reyes me enviaron- dijo con una voz de terciopelo y casi en un ronroneo. La hada asintió sin prestarle demasiada atención.

Clarión y Milori conversaban en su habitación cuando Viola llego

–El embajador ya está aquí- hablo tranquilamente. Ambos asintieron y la hada volvio a irse

-¿En serio tendrás que hablar con él? ¡Ojala que el embajador sea más amable!- suspiraba Clarión mientras se dejaba abrazar por su pareja

–Dijiste que ibas a ver a Mary- sonrió él mientras acariciaba con dulzura el cabello castaño de la reina

–lo se... ¿no crees que eres demasiado molesto? ¡Esos reyes son capaces de enviar al mejor asesino!- dijo sentida mientras negaba con la cabeza. Milori dejo salir una carcajada

–no lo harán ¿serían tan idiotas? Todos sabrían que ellos fueron, porque es su embajador ¿o no?- dijo mientras la besaba con dulzura. Ella dio un leve suspiro frustrada. Él acaricio su rostro con cariño y volvió a besarla

–No son tan peligrosos- dijo con cariño mientras tomaba entre sus manos los de la castaña. Ella respiro unos segundos antes de volver a mirarlo

–Ellos son muy vengativos...- susurro con un nudo en la garganta.

-¿Qué van a hacer? Somos un pueblo fuerte, podemos lograr contrarrestar cualquier cosa, no entraremos en guerra, las hadas somos civilizadas y jamás usamos la fuerza para estos tipos de discusiones- dijo con cariño mientras la miraba despreocupadamente.

Clarión suspiro y volvió a mirarlo. Sus ojos celestes reflejaban su preocupación y él sabía que no era por el embajador ¿habría pasado algo sin que él se enterara? Noto que ella traía un pergamino en sus manos, los estaba apretando nerviosamente entre sus manos

-¿Y eso?- murmuro él. Ella bajo la mirada y respiro profundo antes de darle el pergamino para que lo leyera... Milori no entendía mucho pero noto que en él había un sello que era real, es decir que esto había sido escrito por alguien de la realeza, al parecer no eran los norteños porque era otro tipo...

-¿leerlo en voz alta?- dijo mientras volvía a poder mirarlo. Debía ser que o no tenía intenciones de abrirlo ella misma o temía lo que podía contener. Sonrió y asintió... pero antes de poder siquiera leer una palabra Viola volvió a entrar

–Tiene que ir ahora mi señor- dijo seria. Milori asintió mientras fruncía levemente el ceño y volvía a enrollar el pergamino -¿lo vemos luego?- dijo cariñosamente mientras se lo devolvía. Clarión respiro resignada y asintió mientras miraba el violonchelo. Él le dio un beso en la frente y salió al encuentro del embajador.

Entro a la sala normalmente, habían llevado una embajadora

–Mi nombre es Mina, soy la prima del rey- dijo haciendo una reverencia. La chica era linda, su cabello era negro ondulado que le llegaba a la media espalda, sus ojos eran de un afilado color azul demasiado profundo, su físico era bueno (CY ¡no tanto! ¿Qué no ve que esta gorda? KI: ¡ ¡no está gorda!)

–buen día, yo soy lord Milori- dijo con frialdad, algo de aquí le decía que estaba algo mal. Ella se sentó de una forma bastante sensual de alguna forma –realmente supuse que mandarían a una persona más madura- dijo serio mientras la miraba de forma amenazante ¡esta parecía estar jugando!

–Lo lamento- dijo encogiéndose de hombros algo sentida por no poder lograr lo que logró con todos los hombres. Lo miro de una forma cariñosa pero parecía que él no estaba dispuesto a ser cálido con ella. Luego de varios intentos se dio cuenta que era imposible ¡ese hombre estaba cerrado a todas las mujeres! Sonrió de forma inocente tratando de ocultar su disgusto mientras se paraba, ya no tenían más que hablar. Él, por pura cortesía, también se paró y le señalo la salida. Ella camino tratando de no romper sus delicados zapatos, si podía volar ¡pero estaba furiosa! Por no ver por donde caminaba se calló de lleno tirando por casualidad a Milori también.

Clarión se acercó un poco a la puerta, quería pedirle algo... ya había leído la carta y necesitaba hablarle. La escena que vio fue una punzada directa al pecho. La chica extraña se podía decir que estaba casi encima de él y él sin intentar sacársela de encima. Sintió que las lágrimas subieron a sus ojos y salieron volando rápidamente su habitación cerrando la puerta con llave y rompiendo en llanto mientras se abrazaba a sí mismo.

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