CAPÍTULO 8 - Cinco años después

Ya habían pasado varios años, cinco años para ser exactos... en esos años Clarión diviso al hombre de ojos rojos una vez cada año, estaba tramando algo malo.

Los ministros estaban entrenando a sus alumnos que les iba bastante bien, parecían ya chicos de 11 años y entre ellos eran mejores amigos. Su educación se le hacía bastante fácil a los ministros, los chicos eran muy educados y aprendían rápido ¡eran bastante buenos! Aunque a los ministros les dio un poco de nostalgia tener que irse ¿irse? Al escuchar esas palabras el hada invernal no podía evitar mirar a su hermano ¡hay! ¡Su pequeño hermano! No quería dejarlo solo, aunque sabía que Clarión lo iba a cuidar bastante bien ¡pero lo iba a extrañar!Sabía que por lo menos a donde fuera estaría al lado de los otros tres... los ministros del verano, otoño y primavera estaban más pegados a Clarión, ellos habían estado ahí cuando sus dos hermanos (totalmente desconocidos para la ministra del invierno) se fueron, cuando ella se volvio de vuelta.

Milori sobrevolaba el bosque del invierno pensando, en estos años no había avanzado demasiado respecto a la información, solo algunos detalles y otros no tanto: el que más le había quedado era que si George lo podía volverlo negro ¿Por qué? Aun no lo sabía ¿él y George eran sus dueños? ¿Por qué? ¿Qué diferencia tenía con un guardián? Resoplo molesto mientas sentia la brisa sobre su cara. De pronto un cuervo lo tiro a él ya su lechuza al suelo, el animal enseguida se levantó y empezó a pelear contra el pajarraco negro. Milori se paró mientras esperaba algún ataque... de pronto se dio cuenta que no tenía el colgante. Al levantar la vista lo ve arriba de la gran roca que tenía a un lado ¡ahí estaba el colgante!De pronto apareció el pelinegro que tenía la misma intención de él ¡pero ambos estaban abajo!.

Mientras escalaban ambos se lanzaban distintos ataques, se trataban de tirar entre si ¡ninguno podía volar! ¡Ambos tienen el ala rota! Y sus animales voladores estaban peleando entre si alla abajo. Ambos iban más que parejos, los dos tenían las mismas cualidades en la escalada... de pronto el chico de ojos rojos se percató de algo. Con una sonrisa malvada le hiso que las salientes donde estaba apoyada Milori se haga filosa.

Él no pudo evitar un gruñido teniéndose de la otra mano, pero estos segundos bastaron para que George se adelantara, estaba a punto de agarrar el colgante cuando una filosa piedra de hielo le lastimo la misma mano que le había lastimado al señor del invierno -¡ eres un idiota!- gruño con furia el hada cálido mientras le tiraba de vuelta una filosas piedras color negro. De repente la nieve de la cima se desprendió creando una avalancha que tiro a ambos hombres al suelo, Milori cayó de pie porque controló la nieve para caer bien.

El de ojos rojos levanto la mirada mientras ambos buscanban al colgante. Al encontrarlo, ambos se abalanzaron para tomarlo, uno tomó un lado de la cadenita y el otro el otro lado

-¡suéltalo principito!- dijo con furia el pelinegro

-¡No antes que tú!- respondió. La cadenita empezó a romperse y el colgante dio un brillo dorado negro tirándolos a los dos lejos de él. La cadenita estaba hecha pedazos en el suelo y, justo en medio de los dos, se encontró el trébol aun verde. Milori movió la cabeza aun aturdido por el golpe, George también estaba algo atontado ¡había sido demasiado fuerte! ¿¡Y porque rayos el colgante los expulsa a los dos si ambos eran sus dueños?! Dando un leve jadeo se levanto el suelo al mismo tiempo que el señor del invierno. Ambos tomaron el trébol en distintos lados

-¡entrégalo!- dijo mientras sus ojos empezaban a brillar

-¡antes muerto!- exclamo el peliblanco sin notar que una luz azul empezaba a crecer atrás de él y una luz negra atrás del pelinegro. El trébol empezó a tornarse tan solo hasta la mitad negro y la otra mitad empezó a brillar con más fuerza...

Clarión se sintió mareada, algunos mechones se habían vuelto rojos igual que uno de sus ojos negros ¡la transformación no era completa! ¿Por qué? Se miró al espejo mientras su vista se volvía más borrosa, cada vez se le hacía difícil estabilizar en pie... los mechones rojos aparecían y desaparecían, sentía una gran opresión en el pecho... de pronto sentía una punzada en el abdomen y como que si millas de hormigas le picaran la mano... estaba transformándose a la mitad, entre medio de la trasformación y la no transformación, sus ojos se volvían negros de repente y luego se apagaban volviéndose devuelta celeste.

La cabeza le dolía... se sentó en la cama mientras todo empezaba a dar vueltas a su alrededor y empezaba a subir su temperatura... ojala esta tortura termine pronto... esperaba mientras sentía como que si una daga se hubiera incrustado en su corazón.

Ambos seguían tratando de quedarse con el trébol, este estaba mitad y mitad, de pronto las luces que se habían formado atrás de ellos lograron luchar entre sí. La luz azul contra la negra, al unirse en el centro despedía pequeñas rocas

Negras y azules, ambas peleaban por el territorio y parecían tener la misma lucha que sus dueños. Milori tampoco daba tregua y parecía que George estaba dispuesto a darla. El señor del invierno suspiro, lo que iba a hacer no era nada honesto... pero era necesario. Le tiro unas cuchillas de hielo que el otro evadió fácilmente o eso creyó

-¿eso es lo mejor que puedes?- rio con burla antes de sentir como ellas se clavaban en sus manos ¡había hecho unas punzadas de hielo! Enseguida grito de dolor y puso su mano sobre la muñeca de la otra soltando por fin el colgante. Milori sonrió y lo guardo inmediatamente, las luces de ambos se apagaron. George gruño mirando su mano de la cual corria sangre y luego miro al peliblanco

-la próxima vez estarás obligado a traérmelo tú mismo- dicho esto volvió a aparecer su luz negra (que al parecer George si sabía controlar) e hiso una pequeña explosión de humo que dejó desconcertado a Milori ya su lechuza. Cuando el humo se dispersó ya no había ni rastros de George o su ave.

Clarión se despertó desconcertada luego de dos horas, estaba en su habitación y al lado de ella estaba un hada sanadora

-¿Qué paso?- murmuro mientras sentía aun la dificultad para respirar

–Se desmayó mi reina, al parecer le agarro fiebre por el cambio de temperatura o por el estrés, no se preocupe- sonrió la inocente hada que no se imaginaba porque había pasado esto

-¿Milori?- murmuro, la hada sonrió con dulzura

–preferiríamos no preocuparlo, la última pequeña fiebre que usted tubo y se la comunicamos se puso histérico, eso demasiado sobreprotector- dice dando una media sonrisa y le ponía un pañuelo mojado en la cabeza

–mmm... creo que si- murmuro aun algo adolorida

-¿Quién le aviso?- murmuro mientras miraba al hada de cabello rubio

–Snowhot había venido a verla y la encontró inconsciente en su habitación, él dice haber visto unos mechones rojos en su cabellera castaña majestad... aunque creo que estaba exagerando porque cuando yo llegué no había nada fuera de lo normal además de la fiebre, supongo que pudo haberse confundido por la luz- dice tiernamente, Clarión asiente más tranquila. Luego de unos minutos ella se sentó en la cama un poco mareada mientras veía a los cuatro niños entrar a su habitación

-¿está mejor majestad?- pregunto el pelirrojo-castaño mientras le daba una flor amarilla

–claro que si cariño...- murmuro con dulzura mientras acariciaba su cabeza

–nos preocupamos un poco, usted es muy buena... no creo que haya ninguna maldad en todo su ser- dice Sun mientras daba una media sonrisa, Clarión también le sonrió aunque ese comentario logro apenarla

-¡un té de menta le hará bien!- dice la niña de ojos verdes mientras le da la taza

-¡sí!- exclama Wintry mientras reía –metimos a Menta ahí un momento y luego la quitamos él hizo el té- dijo en broma haciendo reír a los chicos dos y recibiendo un golpe juguetón por parte de Menta. Clarión se quedó hablando con los cuatro pequeños hasta que apareció Milori

-¿no podemos quedarnos?- pregunto el rubio haciendo una cara de cachorrito

–Sus tutores los están esperando- dice señalándoles afuera y abriendo la puerta. Los cuatro niños dejaron escapar un leve "noooo" antes de salir... el peliblanco la miro y se sentó al lado de ella

-¿estás bien?- pregunto tomando sus manos, ella le sonrió y asintió

–hoy apareció George estuvimos peleando por el trébol... en un momento se volvió la mitad negro y la otra empezó a brillar más duramente ¿te afecto?- pregunto cariñosamente mientras acariciaba su rostro

-¡claro que me afecto! ¡Tuve dolor de cabeza y fiebre! ¡Además que me quede inconsciente dos horas!- dice dando una leve sonrisa, él la miro sorprendido antes de parpadear un par de veces parándose. En ese momento Clarion noto su gran error

-¡¿What?! ¿¡Y como rayos nadie me avisó?!- dijo mientras se tomaba la cabeza con frustración -¡o es que yo no estoy prestando atención?! ¡¿Cómo no pude haberme dado cuenta antes?!- dijo enojado y algo decepcionado, ella tomo sus manos haciéndolo sentarse otra vez

–es por eso que no te lo dijeron, por tus reacciones tan histéricas- sonrió con dulzura y lo beso con cariño. Milori acaricio su rostro mientras con la otra mano le rodeo la cintura atrayéndola más hacia él, ella le rodeo el cuello con los brazos haciéndolo más intenso... el momento era realmente hermoso, no había cosa o situación que pudiera romper esta magnífica escena...

Excepto... el sonido de la puerta hiso que ambos volvieran a la realidad separándose algo molestos por la interrupción

–Si no es nada importante lo ahorco- murmuro bajito Milori mientras Clarión le sonreía y decía un "pase". Las amigas de la hada artesana entraron bastante nerviosas, junto con las amigas de Peri

–esperamos no interrumpir nada... pero...- Viola habló bastante rápido

-¡desaparecieron Tink, Peri, Sun y Menta!- pega el grito la hada de la luz haciendo que los gobernantes se paren sorprendidos...

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