CAPÍTULO 8 - Cali

Clarión suspiro al verla. Era una cueva de rocas marrones y afiladas, su entrada era común, ovalada y con algunas irregularidades. Ella dio una media sonrisa mientras se acercaba, al estar en frente de ella acaricio el borde no filoso de la cueva, mas arriba estaba la insignia del trébol de cuatro hojas. Sentía cierto miedo e incertidumbre, no sabía lo que encontraría. Recordaba lo que como Cali sufrió... Dante la traía arrastrando, teniéndola de ambas manos rudamente, en si la alzaba en algunas partes. Recordaba como miraba a su hermano con rencor y clamamos de venganza

-¡déjame ir!- recordaba que la pelirroja gritaba. Mas su hermano solo la estrecha mas fuerte contra el, un hechizo no la dejaba moverse y solo podia quejarse

calla- ordeno, pero la pelirroja no mermo sus insultos y malas palabras. Dante la habia dejado en el suelo con cadenas

-¡no lo hagas!- gritaba desesperada, mas él ni se inmuto

Cali-hablo sombrío y con desapruebo .

O si, aun grababa eso, porque grababa todo lo que hiso como Cali. Como Cali recordaba todo lo que ella había hecho. Clarión se avergonzaba de eso. Su hermano la había mirado tan fríamente como nunca, en realidad a Cali la miro así, pero esos ojos llenos de furia, tan fríos y distantes

has tomado posesión del cuerpo de mi hermana, de tu hermana ¡de nuestra hermana!- lo ultimo lo grito con furia. Pero la pelirroja solo dejo salir una carcajada –y lo peor... no te arrepientes, es por eso que piedad a ti no te tendré... pero en ti esta nuestra hermana y no voy a dejarla morir por tus horribles errores- dijo fuertemente mientras empezaba el conjuro_ _

Aun recordaba como Cali gritaba, como una luz la rodeo y el dolor tan profundo que sentia... la reina cerro los ojos ante esos recuerdos. Se sintió muy mal por todo lo ocurrido... si tan solo Cali hubiera decidido tomar un camino distinto... ya George no lo podía culpar, él la había seguido por amor. La castaña respiro, no era hora de recordar cosas pasadas, debería funcionar en el presente. Entro, en esta tierra mágica no podía volar, ni hacer crecer plantas ni nada, ella era una criatura normal en este mundo... tan igual a una humana. La cueva estaba iluminada por varios faroles que se percibieron a su paso... parecía un pasillo largo e interminable. Agarro con algo de miedo su colgante de copo de nieve y respiro

(recuerdo )

en este lugar... me volviste a quien era- murmuraba una niña de largos cabellos castaños. Dante suspiro y beso con dulzura su mano

no debes culparte por lo que hizo Cali- dijo sabiamente

-¡pero eso también lo hice yo!- dijo mientras las lágrimas surcaban sus mejillas

no... eso no es cierto- hablo con cariño mientras apretaba el cuerpo de la menor contra el de él

Tenemos que irnos- la voz de Denis se hizo escuchar un rato después... pero la niña ya estaba completamente dormida

Llevémosla a casa- murmura el de ojos azules mientras la cogía entre sus brazos

(aleta)

negó con la cabeza algo confundida, esto le traía recuerdos, demasiados recuerdos. Dante y Denis habían sido unos esplendidos hermanos... era una pena que los haya perdido. Su mirada se centro en el piso

–en el dolor no te has de centrar, sigue tu paso, sigue adelante, no te detengas... o tu meta perderás- murmuro para si misma la vieja canción de sus hermanos para atravesar esta tierra mágica.

Esos ojos negros seguían vigilándola, le seguían cada paso y cada movimiento. En su cinturón traía una espada, estaba totalmente cubierta por negro... eso la hacia totalmente invisible en esta tan poca cueva iluminada.

.

-esta cada vez peor, no ahí forma de curarlo... esta vivo por milagro- habló la hada sanadora con gran dolor en su voz –realmente me alegro que la reina se haya tomado algunos días, no creo que soportaría las pésimas noticias que estamos dando - dijo al final antes de desaparecer por la puerta. Los ministros se miraron entre si

–ojala que llegue a tiempo- murmuran para si mismos mientras ven el cielo, la noche estaba cerca, solo faltaban algunas horas.

.

Él se sentía cada vez más débil, pero no quería desistir ¡había prometido no dejarla sola! No podía romper esa promesa... tratar de pensar ¡de hacer algo! Sentía que estaba cayendo en un agujero sin fondo... pero esa sensación se esfumaba algunas veces, solo estaba en esta oscuridad sin poder verse si quisiera a si mismo.

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Clarión llego a lo profundo de la cueva, habían varias cosas de valor, como joyas o diamantes... pero no lo que quería. Miro por todos lados, tenía que haber algo para contraatacar. De pronto cayo en la cuenta que en una rendija de la pared de piedra fluía agua que estaba totalmente cristalina y tenía cierta luz propia

–eso es... agua de la vida- murmuro para si misma llena de asombro ¡eso era! Esa bendita agua fue creada por dios mismo para curar a todas sus criaturas, solo los que la buscaron con buenas razones la encontraron... el problema era dársela a la victima, era casi imposible. Tomo el vaso que había traído en su bolso y lo acerco a la rendija... de pronto un cuchillo le corto un poco la mano haciendo que suelte el vaso, que para su suerte no se rompió. Una mujer de pelo negro, su rostro color ceniza y ojos negros la miraba con burla

–no dejare que lo lleves- dijo bastante segura

-¡que tienes contra mi?!- pregunto ahora mismo mientras daba pasos para atrás, esa extraña estaba armada y ella estaba completamente desarmada

–solo no dejare que te salgas con la tuya- dijo seriamente mientras se dirigía hacia la reina con espada en mano. Hizo un movimiento rápido manejando de atinarle a la castaña, pero esta se movió a tiempo -¡quedate quieta!- dijo mientras arremetía por segunda vez contra la soberana

–ni lo sueñes- dijo mientras con una vara de diamantes que había ahí logró esquivar a su enemiga

-¡no tienes porque ganar!- dijo la chica de una forma realmente macabra

-¡si tengo!- reclamo la castaña mientras sus armas se cruzaban en cruz delante de ellas. Los ojos negros y castaños se enfrentaron, hacían fuerza tratando de desarmar a la otra

–no tienes oportunidad- exclamo la pelinegra mientras capturaron otra cosa. De pronto ambas armas obtuvieron un brillo y las tiraron para lugares contrarios. Clarión movió la cabeza algo aturdida por el resiente golpe, esta algo mareada y el pequeño ser que esta dentro de ella esta asustado, lo que la hace sentirse aun mas vulnerable.

La pelinegra también movió la cabeza tratando de recuperarse, miro a los costados y luego a ambas armas totalmente destrozadas en el piso. Apretó sus labios con furia mientras se levantaba y miraba a la castaña. Sus ojos brillaron con maldad al verla mas indefensa que ella e invoco su magia

-¡este es tu ultimo día cariño!- grito mientras tiraba un potentísimo rayo negro. Clarión no alcanzó a reaccionar, pero no hizo ninguna falta. Un ser totalmente encapuchado se puso delante de ella protegida y devolviendo el rayo que salió disparado hacia su dueña. Esta cayo al suelo sin vida mientras todo su cuerpo se hacia cenizas. Clarión la miro sorprendida, la había matado con total sangre fría.

La chica sonrió y se quito la capucha. Clarión sintió una punzada en el pecho, algo de emoción y asombro al verla. La chica estaba volando a unos escasos centímetros del suelo, su vestido era negro, unas cadenas se enredaban alrededor de ella como que si se llevaran joyas. Su cabello amarillo caía sobre sus hombros sueltos y su rostro la miraba con cariño y parecía querer pedir disculpas sin que ninguna palabra saliera de su boca

–Cali...- murmuró la reina.

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