43
La puerta se abre y muestra una asustada y adormilada castaña del otro lado. Yoongi deja salir todo el aire contenido y la abraza con fuerza, sintiendo su pulso detrás de su oreja. Finalmente, se separa y la toma de la mano para volver a entrar al departamento, abre su closet y saca un bolso de viaje para meter todas las prendas que pueda.
—¿Qué haces? —Sonríe la castaña sentada en la cama—. ¿Nos escaparemos como en aquella ocasión?
Yoongi se detiene de inmediato, había olvidado por completo lo que vivió junto a su ex pareja, y todas las locuras que cometió a su lado, y aunque no se arrepiente es claro que no lo volvería a hacer, pues hay una chica en la cama de un hospital esperándolo. Es por eso que sacude la cabeza espabilando aquellos recuerdos y termina por cerrar el bolso, camina hasta el baño y mete todo en el neceser que encuentra. Vuelve a la habitación donde Gyuri lo mira sonriente; viste unos pantalones de pijama y una blusa con tirantes, es claro que va a congelarse si sale así.
Él se saca su chaqueta y la cuelga en los hombros de la castaña.
—Te dije que esa chica no era para ti. —Gyuri coloca las manos en el pecho de él—. Es mala, grosera, y tiene un horrible humor. Tu mereces a alguien que pueda ayudarte a ver la luz.
—Gyuri. —Toma las cálidas manos de ella, entre las suyas—. Te quise mucho, pero nuestra historia quedó en el pasado. Yeonsoo es la persona a quien amo, así de mala, así de grosera y amo más que nada su retorcido sentido del humor. Y no, no necesito a alguien que me lleve a la luz, necesito a alguien que me elija, incluso en la cumbre de la oscuridad.
⭒❀⭒
El castaño vuelve a la habitación con su tercer café. Balancea la cabeza de un lado a otro apaciguando el apremiante dolor en aquella área, el estar toda la noche y lo que lleva de este día despierto, ante cualquier signo de la rubia lo ha dejado exhausto. Sin mencionar que este tiempo en completo silencio, le ha dado pase libre a sus pensamientos para torturarlo de la peor manera. Se fue antes de que pudiera aclarar todo con Taehyung, Hoseok y SeokJin, quién sin duda, lo ha dejado más que sorprendido. Puesto que no esperaba encontrarse a alguien tan... diferente.
Cuando lo vio la última vez, en aquella ocasión, Jin vestía con sus prendas color pastel, tenía el cabello corto y su rostro demostraba lo delgado que se mantenía, sin embargo, ahora no es ni de cerca lo que recordaba, pues vestía de negro, tiene el cabello largo y ondulado, sin mencionar su gran físico, que sin duda, es el doble que antes. Por un momento, Namjoon se sintió pequeño ante Jin y eso jamás había sucedido.
El castaño tira todo el aire contenido y se recuesta en el sofá cerca de la cama de Hunter. Según escuchó, traerán a alguien más para que esté seguro. Lo único que puede pensar es en qué no sea uno de los chicos, ya no quiere seguir perdiendo personas en su vida.
La rubia frente a él comienza a removerse incómoda, por lo que Namjoon sin pensarlo demasiado acude por ayuda.
Una médica y un enfermero entran para asistirla, al mismo tiempo que le indican quedarse quieta mientras retiran el tubo de su boca. Hunter asiente con los ojos llorosos, pero al conectar mirada con Namjoon los cierra con fuerza hasta que logran quitarle aquel tubo.
—Amor... —Corre Namjoon para sostener su mano. Hunter, sin pensarlo demasiado, se abraza al castaño con todas las fuerzas que puede—. Estoy aquí, amor, no te dejaré.
—Hola, Hunter, eres increíble. —Sonríe la doctora—. Debo hacer un pequeño control de rutina, no te preocupes, luego te dejaré tranquila. —La rubia asiente, y vuelve a recostarse—. Perfecto, veo que puedes mover las manos y los brazos, sigue mi dedo con la vista, ¿de acuerdo? —La mujer comienza a mover el dedo frente a sus ojos con lentitud, y la rubia obedece—. Bien, linda, ahora empuja mi mano con tus pies. —Se coloca en los pies de la rubia y destapa sus pies para colocar la palma de sus manos en la planta del pie. Sin embargo, estos no parece moverse.
Namjoon se remueve incómodo, sabe que aquello puede ser una mala señal.
—¿Se mueven? —habla en susurro y pausado, con la voz ronca.
—No, pero no te preocupes, acabas de despertar así que bajaremos la anestesia. —La doctora sonríe y le indica algunas cosas al enfermero que asiente de inmediato—. Volveré en un rato, para ver cómo sigues.
La mujer asiente en dirección a ambos, y sale de la habitación. Namjoon, sin poder evitar sus lágrimas se tira sobre la rubia mirando las vendas de sus manos y brazos, no puede entender como alguien que parecía tan vulnerable, resultó ser más fuerte que él incluso. No se había dado cuanta cuan enamorado estaba, hasta que la vio abrir los ojos. Justo en ese momento, en el conectaron miradas, supo que ella era su kryptonite y que todo su dolor, puede sentirlo incluso sin tener un solo rasguño.
—Soy una basura. —Namjoon solloza contra su delgado cuerpo—. No pude protegerte, no pude salvarte de ese hijo de puta, solo me quedé a esperarte como el jodido imbécil que soy.
—Nam...—susurra tortuosa.
—Sé que no puedo pedirte que dejes tu vida por mi, sé que éstos son los riesgos de la vida que elegiste pero...—la mira—. No quiero perderte, Hunter. No voy a perderte, así que por favor... Solo por favor, deja este trabajo.
—Nam...
—Lo entiendo, es tu vida, yo no puedo tomar decisiones por ti y...
La mano vendadas de Hunter calla el discurso torpe del castaño. La rubia lo toma del rostro y la obliga a mirarle con el rostro empapado y el corazón en la mano.
—Lo haré, Nam —habla lento y pausado—. Dejaré esto, y ni siquiera es porque me lo pides, es porque te amo —confiesa, provocando que el corazón del castaño de un vuelco—. No puedo dejarte solo porque si algo me pasa, muchas chicas querrán estar contigo y como fantasma no podré impedirlo.
Namjoon sonríe ampliamente.
—No me hagas esto, Hunter. Porque si realmente me amas, no podré dejarte ir.
—Eso suena aterrador.
—Me importa una mierda. —Sonríe y une sus labios. Dejando que sus sentimientos hablen por él, pues Namjoon sabía que la amaba, pero no tenía idea de que ella sintiera lo mismo, y saberlo ahora, de su propia boca, le ha causado que su latido se acelere aún más.
En definitiva, no puede dejar que alguien más llegue a ella y si debe tomar sus bolsos para irse lejos del país lo hará. No puede arriesgarse que aparezca otro hermano de Hyun, la esposa o cualquier ser humano que quiera arruinarles la vida. Es suficiente.
—Te amo —dice entre besos el castaño—. Te amo, te amo, te amo.
—Creo que es demasiado amor. —Sonríe la rubia.
—No lo es, y te lo recordaré a diario, hasta que tu cabello sea blanco y yo use los más baratos y amarillos dientes postizos. Te lo diré, incluso cuando estemos enojados, porque pelearemos a diario, también te lo diré por cada beso que te de, por cada lunar que encuentre en tu cuerpo, por todas las veces que hagamos el amor. —Une la frente a la rubia—. Te lo diré hasta que pierda la memoria, que incluso en ese momento, lo dejaré gravado en algún lugar de mi cuerpo, para recordarme a diario, cuanto te amé, cuanto te amo, y cuanto te amaré el resto de mi vida.
—Ya me sofocas. —Sonríe entre lágrimas la rubia.
—Te amo, Hunter Smith.
⭒❀⭒
Ha pasado exactamente un día desde que Yeonsoo ingresó al hospital con una herida de bala en el pecho; desde que le dijeron que no estaba grave y que pronto despertaría. Ha pasado al menos tres horas desde que despertó y comenzó a ignorar a Yoongi de una forma en la que su pecho dolía. La tomó de los brazos, pero ejerció tanta presión que prefirió soltarla. Había algo que le molestaba hasta el punto de ignorarlo de esa manera, y aunque le preguntó en varias ocasiones, prefirió quedarse a su lado en silencio, hasta que ella decidiera hablar.
Por otro lado, Jimin fue trasladado hace pocas horas y fue el mismo Jin, quien se ofreció en custodiar el traslado, y volver cuanto antes. Hoseok no ha salido de la comisaría buscando respuestas del paradero de su hermana, mientras que le ha pedido a sus padres que salgan de la cuidad, Namjoon llamó hace un par de horas, y le contó que Hunter estaba bien, aunque la doctora tenía un mal presentimiento con sus piernas, finalmente, Taehyung decidió viajar en avión hasta Busan y trasladar a la madre de Yoongi a un centro donde será custodiada por policías. Las cosas han estado tensas en pocas horas y si no fuera porque Tae se ofreció en llevar a su madre a un centro, Yoongi no podría estar cuidando a Yeonsoo.
Hace media hora, Tae anunció que había aterrizado en Seúl y saldría disparado al hospital. Le agradeció y cortó, en realidad, estaba muy agradecido con el castaño por lo que había hecho por él, pero había algo que no le dejaba estar tranquilo y era verlo entrar y que Yeonsoo lo provoque.
La pelinegra se encuentra intentando comer un postre con su mano izquierda, aunque le cuesta, ha rechazado la ayuda de Yoongi.
La puerta se abre y entra el castaño con sus habituales lentes vintages, se los coloca en la cabeza, llevando consigo sus rulos y desnudando su frente. Toma una silla y la arrastra hasta llegar a la altura de Yeonsoo.
—No seas idiota. —Golpea suavemente su frente—. No lo tortures así.
Taehyung toma la cuchara y comienza a darle el postre. Yeonsoo con el entrecejo arrugado y balbuceando que no necesita ayuda, abre la boca para comer el postre de chocolate.
—No hablo con mentirosos —suelta la ella encogiéndose de hombros.
—Yoongi nunca te mentiría —murmura Taehyung casi con indignación.
—¡Por supuesto que sí! Es un jodido mentiroso, dios, quiero golpear su estúpida cara —chilla furiosa.
—Estoy aquí, no hablen como si no existiera. —Yoongi bufa por lo bajo.
—De cualquier forma, tal vez deberías hablarlo. —Ríe por lo bajo fingiendo que no escuchó las palabras de Yoongi—. Tal vez, ni siquiera sabe de lo que hablas.
—Dije que no, es un jodido idiota. Que se pudra.
—¿No te importaría que lo golpee? —Entrecierra los ojos.
—Que se vaya al infierno. —La pelinegra le arrebata el postre e intenta comerlo de nuevo.
Taehyung asiente divertido y se para al lado de Yoongi quien se encuentra de brazos cruzados con el ceño fruncido, es claro que Tae no va a golpearlo, pero no quiere ponerlo a prueba, pues le parece infantil e innecesario. Aunque una parte de él, piensa que aquello que está a punto de hacer, es para demostrar un punto: que ella realmente haría todo por él. Nunca lo cuestionó. Tal vez, en realidad intenta demostrárselo así mismo que a él.
El castaño golpea la parte trasera de la cabeza de Yoongi, quien lo mira serio dispuesto a devolver el golpe, sin embargo, Tae tiene la vista puesta en Yeonsoo que no deja de batallar con el postre, es entonces, que se separa un poco más y estrella su palma contra su mejilla en una sonora abofeteada. Los ojos de Yoongi se abren de asombro, no esperaba que ejerciera tanta fuerza, pero una vez más, ella le ignora. Taehyung ríe por lo bajo y sin previo aviso, lo golpea a puño cerrado tirándolo al suelo.
Yoongi está dispuesto a levantarse y devolverle el golpe, sin embargo, ve como el postre vuela en dirección a Taehyung, estrellándose contra la pared.
—Si vuelves a tocarle un solo cabello, te dejaré parapléjico —lo amenaza con la cuchara.
El corazón de Yoongi se calienta, y el enojo previo desaparece por completo. Taehyung asiente sonriente.
—Si no hablas con él, lo seguiré golpeando. —El castaño se encoge de hombros y remanga su camisa hasta por encima de los codos.
—¿Esa es tu terapia de pareja? —suelta la azabache.
—¿Tengo cara de saber algo de parejas? —dice burlón.
Yeonsoo niega con la cabeza y desvía la mirada, dispuesta a no dar brazo a torcer.
—Como quieras —sentencia Taehyung, se coloca frente a Yoongi quien solo se resigna y cierra los ojos esperando un cuarto golpe.
—Sabías que Haneul estaba embarazada y no tuviste la puta decencia de decirme —escupe, mirándolo con decepción. Yoongi deja salir un sonoro suspiro pesado, y el lo único que necesita Taehyung para retirarse.
—Iré por otro postre, por si ahora quieres aventárselo a Yoongi —se burla, ríe por lo bajo y sale.
—No es lo que crees, no lo supe hasta después de la pelea de ustedes. —Yoongi se acerca a ella y la toma de las manos—. Haneul me dijo que era un secreto.
—Prometimos no tener secretos entre nosotros. —La desilusión invade sus palabras tanto que le duele.
—Lo sé, y lo siento mucho. —La toma del rostro.
De todo el tiempo que lleva conociéndola, ha experimentado toda clase de humor que puede tener: tristeza, enojo, felicidad, enamoramiento, incluso furia, pero en todo estos años, incluso en el peor de sus momentos, nunca la vio decepcionada de él. Por eso le duele, porque es la primera persona que no se desilusionó de él en ningún momento, hasta ahora.
—¿Porqué no confiaste en mi? —Intenta desviar la mirada, pero el pelinegro no se lo permite.
—No, no me mires así, no soportaría desilusionarte... no a ti —niega con la voz enronquecida.
—Yoongi, se supone que somos un equipo, y ahora puede que nunca le diga Haneul lo imbécil que fue al quedarse embarazada de Jimin —susurra sonriendo.
—Por supuesto que lo harás, porque la encontraré con vida y todo volverá a la normalidad. —Une sus frentes.
—¿Realmente crees eso? ¿Crees que todo volverá? ¿Crees que Haneul está con vida? —La decepción crece en su tono tanto que Yoongi debe separarse de ella.
Siente ganas de golpearse así mismo, de detener el tiempo y quedarse justo así, con ella. Impedir que cualquiera se atreva a lastimarle y provocarle más dolor de lo que siente.
—Por supuesto que lo creo. —Pasa sus manos por su cabello frustrado.
—Entonces apresura mi salida. Porque hay que hacerlo en equipo, encontraremos a Hane y torturaremos a Ghots, hasta que solo quede huesos —murmura seria—. Pero no me hagas promesas que no podrás cumplir.
Yoongi la mira por un segundo, no titubea, no tiene miedo. En su mirada demuestra cuan decidida está pero, sobre todo, cuanto necesita su ayuda porque es claro que no podrá hacer demasiado sola, y Yoongi sabe que Yeonsoo puede ser mucho mas astuta que un equipo completo del departamento. Es por eso que asiente y sale disparado de la habitación, pues antes el doctor le dijo que podía volver a casa y hacer reposo aunque todos saben que sería imposible que ella en una situación así, se quedase quieta.
Yeonsoo se recuesta en el respaldar de la cama consumida por emociones encontradas. Ya no quiere seguir peleando con Yoongi, no quiere seguir dudando de sus sentimientos, solo quiere poder besarlo y hacer cosas ordinarias de parejas. Esas cosas que le vio hacer con Gyuri, que le vio hacer durante su ausencia.
La puerta se abre de nuevo y un rostro familiar aparece. Su estómago se retuerce y su corazón da un salto. Hacía días que no sabía de él, sobre todo, hacía tiempo que no pensaba lo que le había hecho, pues los sucesos de estos días no le han dejado tranquila. Ahora al tenerlo ahí con los ojos rojos y la mirada cansada, no puede solo fingir que le guarda rencor, porque aunque le gustaría, él significa mucho para su vida. Tanto como para no dejar que Yoongi le toque un solo cabello.
—Creí que estabas a kilómetros de aquí —suelta Yeonsoo mas desafiante de lo que pretendía.
—Te ves mal, ¿quieres que traiga algo para ti?
—Estoy bien, gracias —dice más relajada que antes—. No necesito otro enfrentamiento ahora. No más juegos.
—No juego, Jade —susurra con dulzura aquel apodo que le susurraba al oído mientras hacían el amor, mientras reían juntos y se hacían cariño, es por eso que debe morderse la mejilla interna para evitar quebrarse—. Sé que fui un completo idiota contigo, créeme que me arrepiento de haberte usado, haberte gritado y haberte puesto en una situación horrible. Sabes que me enamoré de ti, no tengo por qué seguir mintiendo.
—¿Qué haces aquí? —pregunta con cerrando los ojos. Los encuentros con él desde que se separaron fuero de mal a peor y ya no quiere seguir en el mismo circulo vicioso.
—No quiero seguir viéndote en hospitales —murmura y se acerca lo suficiente para sentarse pero no le toca—. Se supone que deberías estar mejor.
—No puedo cuando hay alguien pisándome los talones.
—Voy a atrapar a ese idiota. Luego ya no sabrás de mi —susurra—. Lo prometo.
—Oye... —lo llama, estila la mano para que él la tome, sin embargo Jungkook cierra sus puños y no le toca—. Somos una familia, y sé que necesitas tiempo pero siempre voy a querer saber de ti.
—Yoongi y yo no estamos, y creo que nunca estaremos en buenos términos —confiesa—. Todo empezó con Chan y terminó contigo.
Yeonsoo se muerde la mejilla interna incapaz de decir algo que lo consuele.
—Quiero que me acompañes a ver a Chan para su aniversario —menciona y toma su mano—. Quiero que te conozca. ¿Podrías?
—Después de meses saliendo, decides presentarme a Chan cuando terminamos —bromea—. No tienes lógica.
Jungkook sonríe por lo bajo y le mira cálido, como cuando ella hacía alguna broma sin humor y él le veía como si fuera la piedra más preciosa de todo el planeta. Su corazón se calienta y no puede evitar sonreírle con timidez.
—Vine a pedirte un favor, el último —dice y enseria por completo. Yeonsoo asiente incapaz de pronunciar palabra alguna—. Quiero que te vayas del país hasta que todo esto acabe.
—No puedo, Jungkook. Lo sabes —murmura con un nudo formándose en su garganta.
—Sí puedes, Yeonsoo. Por favor —suplica y su voz se quiebra ligeramente.
—No puedo dejar a Yoongi, lo matarían.
—No importa cuanto te suplique, no te irás, no lo dejaras aún si tu vida corre riesgo, ¿verdad? —masculla Jungkook. Yeonsoo asiente y es entonces que el pelinegro sonríe de lado y asiente, sin embargo, no se va, se levanta de la silla y camina hasta ella, acuña su rostro y une sus labios en un suave beso que es correspondido—. Prometo buscarte en otra vida, y amarte como en esta no pude.
Jungkook le deposita un suave beso y espera a que ella reaccione y le corresponde, pero no pasa. Yeonsoo se mantiene quieta. Él abre los ojos y al ver los ojos de ella aún cerrados le demuestra que cada una de sus palabras fueron ciertas. Ella si lo ama, ella si le quiere, ella si le considera como su familia; solo que no es suficiente para opacar el amor que desborda por Yoongi. Jungkook se separa dispuesto a marcharse, y aunque hubiese sido una bonita despedida, la pelinegra no puede obviar el hecho que hay tres pares de ojos observando desde la entrada de la habitación. Yeonsoo ve el semblante serio de Taehyung con un postre en mano, la mandíbula de Yoongi siendo apretada con tanta fuerza que puede marcarse sus venas, y una enfermera con una bandeja que sonríe de lado.
—Bien, tortolitos —dice la chica—. Debes salir para que ella se cambie.
Jungkook asiente y sale, seguida de dos anatomías completamente furiosas. Yeonsoo esta segura que tendrán una larga charla y aunque le hubiese gustado intervenir, no puede hacerlo. Pues ellos nunca entenderán que es lo que en realidad la une a Jungkook; así como Taehyung no entiende como ella es capaz de dar la vida por Yoongi, y como el pelinegro no comprende el amor que ella siente por el castaño de rulos. Pero no le interesa, los problemas que ellos tengan entre ellos, no le importa.
La enfermera le cambia el soporte y le saca el suero limpiando la herida.
—Me dijeron que te diera esto. —La mujer le entrega un sobre. Yeonsoo no necesita saber quién es para que su pulso se acelere y todo el bienestar que tenía se vaya al caño.
La pelinegra lo abre de inmediato y una foto de su amiga aparece, está atada a una cama con los ojos vendados y cinta adhesiva en la boca, se ve golpeada y sucia, pero nada a lo que Ghots está acostumbrado a tratar a sus víctimas. Yeonsoo con la mano temblorosa la gira y lee una sola oración.
«¿La quieres? Haneul por Yoongi.»
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