39
Haneul sale de la habitación y va directo al baño. Aquel olor a banana le ha causado asco, a tal punto de volver la poca comida que tiene en su estómago. O al menos, es lo que quiere creer, pues en realidad esta usando aquella escusa para mantenerse lejos del chico, que hace dos días, golpeó su puerta como si nada ocurriera.
—Lo siento, creí que te gustaría. —Se rasca la nuca avergonzado.
La castaña se levanta del retrete y lava su boca, sin hacer contacto visual. No puede decir que le tenga miedo, pero en definitiva, no puede sentirse segura ante él, no después de todo lo que descubrió. Pero sobre todo, su repentina aparición pues según lo que Yoongi le dijo debería estar en rehabilitación por un largo tiempo, sin embargo, allí está. Parado frente a ella intentando hacer una receta.
—Recuérdame, ¿dónde viven tus abuelos? —vuelve a preguntar. Jimin le dijo que estuvo de visitas en sus abuelos y que le echaban mucho de menos, pero ella sabe que miente de lo que no está segura es la verdadera razón.
—Ni siquiera se encuentra en el mapa —responde casi de inmediato y hace un mohín para restarle importancia.
—¿Y ellos cómo se encuentran? —Entrecierra los ojos. No puede creer que Jimin sea tan descarado para mentirle en la cara, que de no saber la verdad, hubiese creído en sus palabras como una idiota.
—Bien, ¿quieres otra cosa? —Menea su móvil con una sonrisa.
—¿Bien? ¿Solo eso?
—Pues sí, ¿por qué quieres saber tanto? —Se gira sobre su propio eje directo a la cocina. Haneul le sigue detrás.
—Es tu familia, quiero saberlo. —Se sienta en la butaca a ver como Jimin saca ingredientes de la nevera para hacer alguna nueva receta.
—Ya te dije, están bien.
—¿Paterno o maternos?
—Paternos.
—¿No tienes tíos?
—Es suficiente. —Jimin deja el móvil a un lado y se gira para encararla—. ¿Qué sucede?
—¿Porqué te escondes cada vez que viene Yoongi? —Se cruza de brazos.
—Porque no quiero que me obligue a trabajar, tuvimos esta conversación cuando llegué.
—No, solo dijiste un par de palabras y luego fuiste directo a la cama. —Haneul se levanta de la butaca y camina hasta la nevera para sacar la bandeja a medio terminar de fresas, que Yoongi le compró—. No sé si lo sabes, pero una conversación es donde se intercambian palabras, y en definitiva eso no pasó.
—Pues, cuando vuelva Yoongi le diré que volví, ¿feliz? —Sonríe sarcástico.
—Eres un infeliz hijo de puta. —Ríe seco.
Jimin abre los ojos sorprendido ante la naturaleza de Haneul para hablar de aquella manera. Era claro que el tiempo ausente, transformó a la castaña, pero nuca imaginó tener una copia casi exacta de Yeonsoo. Toma aire para replicar, sin embargo Hane levanta la mano callándole.
—Ahórrate las mentiras —niega y se vuelve a sentar en la butaca, mirándolo a detalle. Aquel chico frente a ella no es quién ama, ni de cerca. Este hombre, se ve diferente, se ve... asustado—. Sé que no tienes abuelos, ellos murieron hace años, también sé que recaíste y Yoongi te llevó a rehabilitación. ¡Joder! Incluso intento entender el por qué no me lo contaste, pero hay algo que no entiendo, ¿por qué estás aquí?
Jimin palidece por completo, no esperaba que aquella chica fuera a largar aquello como si no fuera nada. Todo el camino hasta la ciudad intentó pensar una buena excusa para su ida y vuelta, incluso analizó los disfraces que se colocaría para no demostrarle lo roto que en realidad esta. Porque la final, después de leer aquél papel que Eungi le había tirado en el rostro, precisamente en la oración donde se veía que Haneul esta embarazada, decidió dispararle a su amiga. Claro, que no podía llegar y contarle que su intención es dispararle a Yeonsoo para mantenerla a salvo junto a su hijo.
—Es más complicado de lo que crees —suelta en casi un susurro, camina paso decidido hasta la habitación seguido de la castaña.
Saca del closet un bolso grande y comienza a sacar la ropa de Haneul para guardarla en el. En realidad, esperaba no tener que ser directo, había planeado invitarla de viaje para finalmente dejarla ir sola, pero ahora sería en vano. Es claro que Haneul no se irá solo porque se lo pida, deberá soltar algunas cosas, evitando decirle cual es su verdadero propósito al volver.
—¿Qué haces? —cuestiona con el ceño fruncido.
—Debes irte de la cuidad, incluso puedes irte del país. —Niega con la cabeza—. No puedes quedarte, estas en riego. Tú y el bebé.
Haneul se ahoga con su propia saliva sorprendida. Jimin la mira unos segundos y sonríe ladino.
—No eres la única que sabe cosas. —Se acerca a ella y coloca sus manos en el pequeño vientre de la castaña que no puede evitar largar un par de lágrimas—. Estoy tan feliz de esto. Juro que quiero tomarte de la mano e irnos al rincón más lejano del mundo para cuidarle, y cuidarle. Pero inevitablemente, Ghots nos encontraría, y no puedo permitirlo. —Jimin se separa y vuelve a meter ropa en su bolso.
—No te dejaré, Jimin. —Ella lo detiene.
—Joder, Haneul. Créeme cuando te digo que esto es mucho más jodido que nosotros —masculla y suspira cerrando los ojos con fuerza.
Por primera vez puede entender a Yeonsoo, aquella tonta idea de dar su vida por ellos en el almacén. Se siente igual. Después de que le dispare a Yeonsoo duda que salga con vida, tal vez, su último suspiro sea en manos de Yoongi, o tal vez, Ghots no esté conforme, entonces, tendrá que tomar la decisión más difícil. Deberá eliminar a su marioneta. Deberá eliminarse.
—No puedes hacerlo solo —solloza.
—No estaré solo, amor. —La toma del rostro y besa sus labios—. Conocí personas en rehabilitación, créeme que en cuanto todo termine, iré por ti.
Miente.
—Entonces déjame quedarme.
—No puedo permitir que te use en mi contra. —Jimin decide tomarse un tiempo. Necesita tener tanto de Haneul como pueda, puede ser la última vez que le vea y no pude permitir que sea entre una pelea.
La toma entre sus brazos y la recuesta en su cama para ubicarse entre sus piernas, comienza a besarla con ternura, arrepintiéndose haber vuelto, incluso el haber probado aquella droga el día que tocaron a su puerta. Tal vez hasta de haber conocido a Chan, pero nada iba a cambiar con lamentos, por eso y aunque no era su idea, deja de Hane desabroche su pantalón con necesidad.
—Te amo, Haneul. Mataría cualquiera con tal de mantenerte a salvo.
—¿A quien sea?
—A quien sea.
⭒❀⭒
Vuelve a tomarlo del cuello de su remera y lo estrella contra la pared de la habitación. Yoongi aprieta la mandíbula con fuerza pero no dice ni hace nada; mientras que ve directo a los ojos embravecidos de Namjoon que no lo deja escapar. Por supuesto que Yeonsoo se encuentra a su lado gritando sobre lo idiota que es, llenando la habitación sobre promesas que jamás cumplirá a un doctor petrificado y una enfermera a punto de tener un colapso mental.
Namjoon levanta el puño con una clara intención de golpear a su amigo, a quién ha estrellado contra la pared. Yoongi solo se queda ahí, cerrando sus puños con fuerza, evitando que Isilo tome control para empezar ha sido su culpa. Cuando los tres llegaron al hospital, el castaño de un metro ochenta, no pudo evitar estallar en ira hacia su amiga, puesto que Hunter intentaba proteger a Yeonsoo y por eso no le pidió ayuda; Namjoon alegó que era su trabajo buscar a un psicópata, que era una pésima amiga y todo era su culpa.
La forma en que lo dijo fue lo que en realidad enfureció a Yoongi. Nam parecía querer golpear a la menuda de metro sesenta y fue entonces que el pelinegro decidió intervenir. Empujó a su amigo lejos de su novia y escupió con cierto recelo las palabras que causaron la detonación del castaño; puesto que las palabras que salieron de su boca, fueron: «todo empezó por su puta culpa». Era evidente que Namjoon iba mal interpretar aquellas palabras, pero no parecía mala idea en el momento.
Por eso, y aunque ve cómo a lo lejos se acerca un cuerpo de seguridad, decide mantener la postura. Le ha provocado de manera morbosa, como si quisiera causarle más dolor del que ya siente. La idea de que Yeonsoo vuelva a salir lastimada, lo tortura; y no de una normal manera, sino siente como su piel quema y su mente idealiza mil maneras de torturar a quién se atreva a tocarla. Se teme, pero más teme el no controlar aquellos impulsos.
—¡Detente, joder! —Yeonsoo intenta separarlo, pero no parece responder.
—¡Tú y Yeonsoo son la peor mierda!, Haneul tenía razón. —Lo suelta con brusquedad, provocando que su espalda vuelva a golpear la pared—. Al diablo con ustedes.
—Lamento lo de Hunter, Namjoon —habla Yeonsoo, viendo a detalle el rostro neutral de Yoongi. Puede notar como aún intenta controlar sus impulsos por arrojarse contra el castaño, y golpearlo hasta que sus nudillos dejen de doler—. Me encargaré de encontrar a ese hijo de puta y hacerle pagar.
—¡No! —chilla contra la pareja—. Solo vete, desaparece como antes. Estábamos mejor sin ti, ella esta mejor sin ti. Solo... jódete.
Yeonsoo traga duro, sabe que aquellas palabras que salen de su boca, solo es producto de una gran acumulación de miedos, ira y frustración. Por eso se mantiene en silencio, aunque no puede evitar recordar las palabras que, hace menos de tres horas se las decía él.
Yoongi la toma de la mano y es lo único que necesita para evitar pensar aquello. La idea se vuelve cada vez más tentadora. No puede solo irse, o al menos, no ahora. Porque aunque quisiera mentirse su lugar siempre será al lado del pelinegro de mirada felina.
Jae y el teniente llegan al lugar al mismo tiempo que convencen a los miembros de seguridad del hospital, dejar estar a los amigos que por poco provocan una pelea. El doctor que antes intentaba decirles un diagnostico completo sobre Hunter, se rehúsa a hablarles al par mientras que el teniente usa su placa para poder persuadirlo. Conoce lo suficiente a Yeonsoo como para saber que armará un gran escándalo si no les dice lo que sucede.
Una enfermera se encarga de llevarlos a una sala privada para poder hablar a solas. Claro que el médico aún receloso, aceptó con la condición de que fuera de la habitación, estuviera su seguridad, para así intervenir por si algo se salía de control de nuevo.
—Solo suelte lo que tiene de una puta vez —ordena Yeonsoo y se masajea la sien, puede sentir como el teniente la regaña con la mirada, por lo que suspira—. Por favor.
—La señorita, Smith, tiene una gran contusión cerebral. Ha sufrido heridas profundas totales, cortes en sus manos, pies y...
—Basta. —Namjoon se inclina hacia el suelo incapaz de seguir escuchando. No puede creerlo, mucho menos imaginar el dolor de ella al sentirlo. Lo único que puede hacer es rezar que aquellas heridas, hayan sido causadas luego de su desmayo y no antes.
—¿Puede ser más específico? —suelta Jae, con el entrecejo fruncido.
—Cuando recibimos a la señorita Smith encontramos en su pierna izquierda una falta de tejido epitelial, tuvimos que hacer un implante sacando piel de su glúteo. —Suspira, se puede escuchar como Namjoon solloza, apretando los puños con fuerza—. Tuvo cortes en ambos brazos, con algún objeto punzante. Esas son sus heridas más profundas, luego tiene cortes parciales en su estomago y tres en sus muslos.
—¿Ella fue...? —Yoongi no puede continuar la oración. Yeonsoo lo mira horrorizada ante la idea. Su mirada se ha nublado y las lágrimas salen como cascada, pero no se atreve a hacer sonido alguno, pues la chica que acaba de sufrir una gran variedad de cortes, es su mejor amiga.
—Sí, descubrimos que también fue abusada sexualmente. —Namjoon se levanta de sopetón y sale de la habitación.
Corre por los anchos pasillos dejando que las lágrimas le nublen la vista. No puede pensar, ni siquiera está seguro de lo que está haciendo, pero se niega a creerle, necesita verla, necesita ver con sus propios ojos lo que aquel hombre dijo. Porque si llegase a ser verdad, no se lo perdonaría, no podría perdonarle a Yeonsoo haberla dejado; ni a Jungkook el que la involucrara en su venganza; tampoco a Yoongi por intentar minimizar la situación; pero sobre todo, no podría perdonarse así mismo. Ella le dijo hasta su último temor, le dijo cuanto le aterrorizaba que la abandonara, y fue lo primero que hizo. Prefirió quedarse en el bar y verificar que aquella pareja, no terminara por hacer un gran escándalo en vez de correr tras Hunter y protegerla de cualquier peligro.
Llega a la puerta que antes el médico no le dejó atravesar. Su respiración se atora y sus manos tiemblan, puede sentir como su corazón quiere escapar y el pánico comienza a crecer. Entonces lo hace, abre la puerta y la ve.
Su corazón se oprime y deja salir un sonoro sollozo, corre hasta su lado tapando su boca con fuerza, teme tocarla y provocarle más daño del que vivió.
Hunter se encuentra recostada con el semblante sereno, sin embargo tiene un tubo en su boca que le provee oxígeno, también cables conectados a su cuerpo, una gran venda en su cabeza, un aparato ortopédico en su cuello, vendas en sus manos, y una gran variedad de heridas pequeñas en su rostro. Ahí está la chica que ama bailar sensual; aquella chica que teme a las relaciones; la rubia de ojos zafiros que un día decidió involucrarse en la vida de un grupo extraño y quedarse para siempre.
—Amor... —solloza Nam, al caer de rodillas—. Lamento tanto no haberte ayudado, siento tanto no haber estado allí. —Intenta tomar su mano. Se ve frágil como si toda su piel fuera de un fino y costoso cristal de aquellos que cuestan una fortuna y son único en el mundo—. Lo siento.
—Joder... —susurra Yeonsoo justo en la entrada de la puerta. Sus lágrimas caen al mismo tiempo que la culpa crece en su interior. Corre hasta ella antes de siquiera tocarla Namjoon se interpone, sin embargo—. ¿Qué demonios...?
—¡VETE! —grita a todo pulmón. Provocando que la menuda frente a el respingue del susto—. ¡ESTO ES TU CULPA! ¡VETE!
—Namjoon... —Puede ver el odio con el que salen sus palabras.
—Desde que llegaste a nuestras vida, solo trajiste mierda. Mírala... —La señala con la voz enronquecida—. Mira lo que hizo para mantenerte a salvo, ¿dime que has echo tú?
—Lo siento —se disculpa y reprime un sollozo, no quiere verse débil, pero lo sabe. Todo lo que está pasando es solo por su decisión.
—Tu «lo siento» no la traerá de vuelta, no sanará sus cicatrices —solloza y se gira, ahora haciendo acopio de todas sus fuerzas para tomarle de la mano. Su piel está fría y suave—. Por favor, Yeonsoo, solo deja de destruir todo a tu alrededor.
Ella asiente aunque sabe que el castaño no es capaz de verle. Se gira sobre su propio eje y sale de la habitación hiperventilando. Necesita correr tanto como sus piernas lo permitan, incluso cuando ardan y flaqueen seguir corriendo. Sin embargo, no es capaz de dar un solo paso fuera del hospital, ya que dos brazos familiares la envuelven como si se tratara de una capa invisible; ella hunde su rostro en aquel pecho dejando que los sollozos salgan de su boca libremente, agarrándose de la tela de su chamarra con fuerza, dejando que aquella persona la sostenga de pie aunque ella crea que en realidad pertenece en el suelo, justo al lado de una gran montaña de estiércol; aunque incluso eso sería demasiado para ella.
—Está bien, amor... —susurra y desliza sus suave manos por su corto cabello—. Está bien.
—¡Por supuesto que no! Esto es mi culpa, debería estar muerta, debería ser yo a quién torturen así, debería...
—Detente, Yeonsoo —ordena y la toma del rostro para mirarla directo a los ojos—. Esto no es tu culpa. El hijo de puta que le hizo esto a Hunter las pagará, me asegurare de ello.
—¡Yeonsoo! —Escucha decir al unísono, ella gira levemente encontrándose con dos familiares rostros. Su corazón se oprime al mismo tiempo que se permite sollozar de nuevo. Aquellas dos personas la abrazan con fuerza, provocando que su corazón se oprima con fuerza; ahora con aquellas tres personas de frente, puede decir cuanto extraño tenerlas, cuanto deseaba que todo volviera a ser como antes, y aunque eso no pase, le alegra saber que al menos no le dejaron de ver como ella en realidad es.
—¿Qué hacen aquí? —Intenta sonreír, pero falla irremediablemente.
—Te dije en la azotea del almacén que vine a arreglar tu desastre —Intenta bromear—. Este es mi equipo.
—Llegan tarde —anuncia el teniente a espalda del grupo—. Necesito que vean a Hunter, y luego pasen al departamento. Esto no es una jodida broma, se ha metido con un policía, y le ha dejado viva por una razón.
—Sí, señor —dicen de nuevo en conjunto para entrar a las instalaciones.
—Está Yoongi dentro. —Yeonsoo sorbe la nariz, sabe mejor que nadie que aquel reencuentro no saldrá bien.
—Está bien, Yeonsoo. No le tengo miedo a tu novio.
Yoongi camina de un lado a otro con la cajilla de cigarrillos sobre su boca. Para cuando Jae le dejó salir de la pequeña sala, Yeonsoo ya había corrido por los pasillo, quién sabe a donde. Intento seguirla, joder, solo quería sacarle todo ese dolor del pecho, no soportaba verla así de destruida, así de culpable y rota; pero no pudo irse, vio algo más aterrador que eso. En los tres años que lleva siendo amigo de Namjoon, no recuerda haberlo visto llorar, por eso en cuanto lo vio sollozar contra la mano desnuda de Hunter, su mundo se derrumbo. Aprecia mucho a la rubia, y quiere de manera inigualable a Namjoon, pero lo que verdaderamente terminó por acabarlo, fue imaginarse a Yeonsoo en aquella posición.
El teniente llegó a su lado y le anunció a Namjoon que traía un nuevo equipo para buscar a ese infeliz hijo de puta, que estaban llegando al establecimiento y le prometía por su vida, que no descansaría hasta verlo en la cárcel, o ser un montón de carne en descomposición, siendo comida de gusanos. Sin embargo, antes de irse, le susurró a Yoongi que se quedara con él, que traería a Yeonsoo.
Por eso, se encuentra custodiando la puerta de aquella habitación dónde ha dejado a solas a Namjoon junto a Hunter, esperando que el teniente se digne a parecer con su nuevo equipo, y la persona que le hace cuestionar su propia existencia.
—¿Puedes parar? Me mareas —replica Jae, afirmado en la pared.
Yoongi le mira unos segundo, pero prefiere ignorarlo. De pronto, recuerda la primera vez que le vio. Fue en aquella ocasión en la que volvía de una tienda y Yeonsoo se encontraba en la puerta de su casa, entregándole un paquete. Ahora está seguro que no fue droga lo que le dio esa noche, pero ni siquiera le interesa, pues fue la primera vez que sintió celos de ella; quería golpear a Jae por tocarla así, por mirarla o siquiera pensarla. Ese día ella le grito a todo pulmón que la besara y ni siquiera dudó. Fue la primera vez que probó aquellos labios, sin saber que sería el principio de lo que se convertiría en su droga más preciada.
La sonrisa que comenzaba a crecer en su rostro producto de los recuerdo, se esfuma al sentir los pasos en el pasillo. Yoongi levanta la vista levemente encontrando a Yeonsoo, corre hasta ella y la abraza con fuerza, sin embargo, sus músculos se tensan y retrocede.
—Yoongi...
—No es tu culpa, lo buscaremos, lo encontraremos y lo mataré —le promete, besando sus manos.
—Yoongi, escúchame —murmura—. ¿Sabes que hay cosas que no te conté?
—No es necesario hablarlo ahora.
—Joder, solo cállate. —Se jala el cabello con fuerza—. Hunter, Haneul y Jungkook no eran lo únicos que sabían sobre mi, de mi con vida.
—¿Qué dices? —Yoongi retrocede. Siente en su pecho aquella sensación de que todo está a punto de irse al demonio. Lo sabe por la forma en la que Yeonsoo mira el suelo apenada, lo sabe por la manera en que el teniente aparece a su espalda con un grupo de chicos, que claramente conoce.
La puerta de la habitación se abre y un Namjoon completamente destruido aparece, su rostro palidece, al mismo tiempo que el de su amigo. Ambos miran el esquipo detrás del teniente y de Yeonsoo, que claramente parecen estar familiarizados con todos.
De pronto, se cuestiona si lo que ella dijo todo este tiempo fue verdad, o si cualquier persona que le haya hablado fue sincera; incluso pareciese que aquel castaño a su lado, fuera la única persona de confianza que tiene y tal vez tendrá el resto de su vida.
—Chicos, este equipo viene desde Busan, y se encargarán de la investigación —confiesa penoso el teniente—. Pero no debería hacer presentaciones, ¿o sí?
—¿SeokJin? —susurra Yoongi a duras penas.
—¿Hoseok? —Namjoon, no puede evitar el temblor de sus labios.
—Hola, Yoongi —saluda el tercer chico. Yeonsoo lo mira por un segundo y vuelve a agachar la mirada.
—Taehyung.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top