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En aquella época, dónde Haneul era apenas una conocida para todos; dónde se había ganado el odio de la pelinegra; incluso en aquél momento cuando por primera vez se le había enfrentado a puños; no había recibido más que jalones de cabello, mientras que ella le proporcionaba puñetazos a la castaña.

Pero todo aquello, había quedado en el pasado, y ahora puede entenderlo. Pues se encuentra con su labio partido y un gran ardor en su ojo izquierdo, producto del fuerte puñetazo que Haneul le dio. Sé ha olvidado que la castaña también hizo el entrenamiento del campamento, que había aprendido a pelear y a no controlar sus impulsos.

Mientras Namjoon intenta detener a Hunter que desea intervenir, Gyuri retrocede consideradamente hasta chocar con la pared. Kwan quiere tomar a Haneul y separarla, pero teme tocarla sin su consentimiento, y finalmente, Yoongi solo ha tomado distancia, sabe que aquellas chicas tiene un rencor mayor a él, y solo no quiere intervenir.

Se siente decepcionado ante lo que Haneul hizo, pero más se siente idiota por sentirse así. Incluso si Gyuri hubiese estado realmente embarazada, debía de hablarlo con ella, y hasta no pasar el primer trimestre debió tomar precaución. Solo se dejó llevar por el momento, gastando más de lo que puede pagar en productos que jamás utilizará.

Yeonsoo vuelve a golpear a Haneul, ahora tirándola al suelo. Se sube encima de ella y comienza a dar puñetazos sin medir su fuerza por lo que Hane se cubre el rostro con ambos brazos.

—¡Voy a matarte! —chilla furiosa.

Haneul toma sus brazos con ambas manos para dar un fuerte cabezazo a la mandíbula de la pelinegra. Así logra zafarse para invertir la posición y golpear ahora ella, su rostro.

Yeonsoo se cubre la cara, lo que provoca más enojo de la castaña, y a comparación de la pelinegra que solo intenta descargar su ira, Haneul en realidad quiere dañarla. Por eso, sin previo aviso, golpea su estómago, justo sobre su herida de cirugía.

El aire la abandona por completo y es entonces que sus alarmas se disparan, pues Hane no tiene intención de detenerse e incluso parece querer acabar con ella. La empuja con ambas manos y retrocede hasta chocar contra la pared, intentado recuperar su respiración. Haneul respira con dificultad, y aún así no parece querer detenerse.

Por eso, avanza hasta Yeonsoo quién levanta la mano dando a entender que ya no puede seguir. Pues su herida comienza a doler más de lo normal, sin mencionar que el aire parece no querer entrar.

Hunter logra zafarse de Namjoon y se interpone entre la pelinegra en el suelo, y una embravecida Haneul de pie.

—Es suficiente. —Coloca una mano en el pecho de Hane, sin embargo, la castaña golpea su mano y estrella la suya contra la mejilla de la rubia.

—No te metas —brama e intenta apartarla de su camino, es entonces que Namjoon decide intervenir.

—Dijo, que es suficiente —sentencia y muerde su mejilla interna. Nunca pensó presenciar ese lado tan terrorífico de Haneul, mucho menos, en contra de quienes se supone que son sus mejores amigas.

Yoongi espabila cuando ve a Yeonsoo retorcerse en el suelo. Los golpes le han dejado sin respiración y al borde de un ataque de pánico. El pelinegro corre hasta ella y la toma en los brazos, la levanta por los aires y la sienta en una mesa.

Corre hasta la cocina y trae un poco de hielo que envuelve en su chamarra para colocarlo en su cuello.

—Está bien, amor —susurra. La toma del rostro y une sus frentes—. Estoy aquí.

—¡PUTA MIERDA! —grita a todo pulmón, Haneul. Desgarrando su garganta.

—¿Ustedes están juntos? —murmura Gyuri, desde una esquina del bar.

—Es lo que quería decirte. —Yoongi se gira protegiendo con su cuerpo a Yeonsoo que intenta regula su respiración.

—¡Lo sabía! —chilla Nam, sin poder evitar sonreír.

—¡Es una jodida mierda!, ustedes son la peor mierda que puede pasarle a cualquiera —escupe Haneul limpiando su herida.

—Hane... —La rubia quiere consolarle, decirle que está para ella y lo que sea que sucede, puede decirle.

—¡NO ME TOQUES! —Escapa de su agarre—. ¡¿Acaso no lo ven?! Destruyeron todo a su alrededor para estar juntos. Me jodieron la vida, ni siquiera se de Jimin, Gyuri tiene el corazón roto y Kwan... —Lo mira—. Es un idiota.

—No me culpes por tus decisiones. —Yeonsoo sale de su escondite.

—Por supuesto que lo haré —brama la castaña, se quiebra y retrocede en busca de un consuelo que no tendrá—. Si no hubiese sido por tu estúpida decisión, hoy estaría bien con Jimin.

—En cuanto supiste que estaba viva, preferiste cerrar la puta boca, en vez de gritarlo. No voy a responsabilizarme por cosas que no me corresponden. —Carraspea para no sonar débil.

—Solo dime dónde está —suplica y cae de rodillas, con el rostro empapado.

—No sé de qué mierda hablas.

—Jimin. Sé que lo sabes. Solo dime dónde está. —La desesperación se filtra por sus palabras, demostrando cuanta paciencia le queda realmente.

—¿Todo esto lo hiciste por él? —Yeonsoo ríe seca.

—¡Por supuesto! Haría hasta lo imposible por él. —Ella se pone de pie, secando sus lágrimas—. No preguntaré de nuevo.

—Está con sus abuelos —habla Yoongi, haciendo acopio de toda su seguridad.

—¡Pura mierda! Ya investigue y sus abuelos están muertos hace años.  —Se jala el cabello con brutalidad, dispuesta a volver a comenzar una pelea si es necesario.

—Pues encuentra la respuesta tu misma. —Yeonsoo la encara—. Si no quiere que lo encuentres, es por algo.

—Astuta hija de puta —suelta—. Sé que sabes donde está, porque por tu culpa se fue. Así que dímelo ahora mismo o destruiré con mis propias manos lo más preciado para ti.

—Inténtalo —la reta.

Haneul ríe ante la pelinegra. Es consciente que no podrá sacarle palabra alguna si se le amenaza así, y aunque en realidad no quiere hacer esto; está tan desesperada por saber el paradero de Jimin que seria capaz de cometer una locura en estos momentos. Por eso, camina hasta su bolso y saca su arma asignada aquella que por ley puede cargar.

Escucha un como Gyuri ahoga un grito aterrorizada al mismo tiempo que Kwan que, aún con las piernas temblorosas, la coloca detrás de sí protegiéndola de cualquier peligro. Hunter, por inercia, coloca a Namjoon en su espalda, pero es en vano, ya que el castaño intenta hacer exactamente lo mismo.

Por otro lado, Yoongi a cubierto con su cuerpo la menuda anatomía de Yeonsoo, pues no piensa volver a perderla, mucho menos por un arma en mano de alguien completamente fuera de si.

—Baja esa puta arma, Haneul —ordena. Yeonsoo intenta llegar a ella, sin embargo le es en vano. Yoongi no la deja avanzar un solo centímetro.

—No te dispararé... aún. —Ella apunta con seguridad la cabeza de Yoongi que está a distancia—. Pero tienes diez segundos para decirme donde mierda está Jimin, o dejaré a Yoongi inmóvil. —La seguridad con la que habla es tan terrorífica que se cuestiona así misma si la mejor idea, sería hablar sobre el paradero de Jimin.

—No lo harías —dice Yoongi.

—No juegues conmigo —advierte Haneul le saca el seguro al arma, y vuelve a apuntarle.

Hunter intenta acercarse por detrás, y así neutralizarla. Pero le es imposible, ya que Haneul la ve justo a tiempo para apuntarle justo en su frente. Namjoon la toma del brazo y retrocede, no puede permitir que la dulce castaña, que ahora es irreconocible, cometa una locura.

—Jimin está...

—¡Cierra la boca! —Yeonsoo corta a Namjoon.

—Creo que es suficiente, además, aunque le dijéramos, Jimin no la querrá ver. —Hunter apoya a a su pareja.

—¡DIME DONDE ESTÁ! —chilla Haneul, a punto del colapso mental.

—Jimin tuvo una recaída —suelta Yoongi, sintiendo las uñas de Yeonsoo clavarse en su brazo.

—No es cierto —susurra, la voz de Hane se vuelve a quebrar y ahora la seguridad con la que manejaba el arma se debilita.

—Lo llevamos a rehabilitación, y nos pidió que no te dijéramos y así lo hicimos —vuelve a hablar, acercándose a ella—. Si quieres disparar, hazlo. Pero eso no cambiará el hecho de que Jimin está intentando salir de su adicción. Él no quiere verte.

Yoongi toma el arma por el cañón y se la tiende a Yeonsoo para que se encargue de desarmarla y guardarla, mientras él no suelta a Haneul. Ella se tambalea, y antes de caer al suelo, Yoongi la toma entre sus brazos para abrazarla.

Le entiende tanto que le gustaría no hacerlo, le recuerda a él mismo en aquella ocasión, cuando supo que Yeonsoo no volvería, cuando en un segundo vio caer toda su vida. Y aunque no es lo mismo, puede entender su dolor; amar hasta ser completamente destruido es una de las cosas que no puede desearle a nadie. Se siente más físicamente que sentimental, tanto que duele el pecho, el corazón, el aire parece no ser suficiente, la cabeza palpita hasta ensordecer todo alrededor, y las noches se hacen eternas. Por eso, no puede estar tan enojado con la castaña, no al saber que todo aquello es producto de la desaparición de Jimin.

—Estoy embarazada —susurra la castaña con la voz enronquecida. Yoongi se paraliza en el lugar, sabe que solo lo susurró para él escuche, y aunque le gustaría alejarse no puede.

—¿Jimin lo...?

—No —niega sollozando—. Le iba a decir el día que se fue.

—¿Sabías que estabas embarazada y aún así tomaste alcohol? —farfulla.

Ella solloza con más fuerza, aferrándose a él de la chamarra. Yoongi aprieta más el abrazo para hacerle entender que no está sola, que a partir de ahora él se encargará de estar a su lado hasta el regreso de Jimin. Tal vez no pueda suplantar a su amigo pero, en definitiva, intentará ocupar su lugar hasta que él esté completamente sobrio, y pueda hacerse cargo de un bebé.

—¡¿Estás demente?! —Yeonsoo intenta llegar a Haneul. Sin embargo, Yoongi levanta la mano impidiendo que avance un solo centímetro más.

La pelinegra frunce el entrecejo confundida, no entiende el repentino cambio. Parecía que iba a gritarle por lo impulsiva que fue, y ahora está a la defensiva de cualquiera que intente llegar a ella.

—No puedo llevarte con Jimin, y mucho menos podemos decirle esto. —Yoongi se separa de Haneul, y se saca su chaqueta para colocarla sobre sus hombros—. Pero esto será momentáneo, prometo mantenerte al tanto sobre su estado.

—¿Por qué no me dijo? —solloza por lo bajo.

—No quería que lo vieras así —escupe Yeonsoo, tomando de una botella de cerveza—. Kwan, creo que deberías llevar a Gyuri a casa. No hay nada más que ver aquí.

—¿Está segura? Puedo quedarme por si algo ocurre y llamar a la policía —titubea el muchacho con la voz temblorosa.

—Ella es la policía. —Ríe seca—. Vete.

Kwan mira a Namjoon y Yoongi en busca de una aprobación. Después de todo, quien en realidad es su jefe son aquellos dos chicos que se mantiene atentos ante la castaña. Namjoon asiente y es entonces que Kwan hace una reverencia y sale junto a la menuda castaña, que no deja de mirar a Yoongi. Es claro que no volverá, o al menos no por ahora. Se acaba de enterar que Yeonsoo y Yoongi están juntos, y aunque no le gustaría admitirlo, lo sabía. Puesto que nunca había visto a Yoongi así de sumiso, así de entregado ante alguien, incluso cuando estaba con ella en el pasado.

El sonido de una llamada entrante resuena por toda la habitación. Hunter lo saca con el semblante relajado y atiende cerrando los ojos. Yeonsoo decide mantener distancia de Yoongi y Haneul, no se siente cómoda interviniendo, sabe que aquel tiempo en el que ella no estuvo ambos chicos forjaron una amistad que nunca entenderá. Y no le molesta, de hecho, se siente aliviada de saber que si en algún momento ella no está, al menos tendrá consuelo de alguien.

—Debo irme. —Hunter guarda el teléfono—. Me llamaron del departamento, pero vendré en cuanto pueda.

—Voy contigo. —Namjoon intenta salir del local. La rubia lo detiene y le da un suave beso en los labios.

—No puedes acompañarme, es trabajo. Te llamaré más tarde.

Hunter gira para despedir a todos, pero al ver así de vulnerable a Haneul, decide solo irse, sin hacer demasiado drama, pues Yeonsoo se encargara y Yoongi no le dejará sola.

⭒❀⭒

Después de una lucha con la castaña, finalmente la convencieron en ir al departamento a descansar, aunque no pudieron sacar de su cabeza el ir al de Jimin. Por eso, ahora la pareja se encuentra limpiando un poco la abandonada estancia, mientras Haneul descansa sobre la cama de Jimin, aferrándose a las almohadas como si fuera lo único que tiene del castaño.

Yeonsoo termina de barrer la estancia y tira la basura en el cesto, con los ojos casi cerrados de lo cansada que se encuentra. Quiere ir a casa, sobre todo, quiere estar sola. Las palabras que Haneul dijo aún rondan en su cabeza, y aunque le gustaría no admitirlo sabe que aquella chica tiene razón.

Destruyeron muchas vidas, muchas mentiras fueron heridas en personas que a ella le importan, y ni siquiera eso bastó para entenderlo, puesto que aún siguió luchando por un sueño que tal vez ni siquiera se haga realidad. La pelinegra mira como Yoongi cocina; sus músculos se tensan a medida que se mueve y parece más relajado. Puede notar cuan alerta está al ver como mira de reojo la puerta, sin embargo.

No puede estar a su lado así. No le trae paz sino miedo, desesperación y angustia. No puede permitir que ella sea una vez más la razón por la cual Yoongi, debe ver a los dos lados al cruzar la esquina.

—¿Crees que estuvo bien? —Yeonsoo se acerca a él.

—¿El qué? —Yoongi la mira de reojo, sin dejar de cortar las zanahorias.

—El destruir la vida de Jimin, la de Haneul, a Jungkook... —suelta casi en un susurro, viendo como se tensa ante la mención del pelinegro—. ¿Realmente crees que estuvo bien destruirlos para estar juntos?

—Yeonsoo. —Yoongi apaga la estufa y se gira para encararla—. Lo que pasó con Jimin, Haneul y... —hace una pausa—, Jungkook, no fue nuestra culpa. Jamás vuelvas a pensar algo así porque no lo es.

—¡Claro que sí!, si no hubiese sido por aquella mentira, si tan solo hubiese muerto ese día...

—¡Basta! —Yoongi la toma de los brazos. Sus ojos se han oscurecido y su respiración se siente más pesada—. No tienes idea de lo afortunado que soy al tenerte de nuevo. No vuelvas a mencionar aquel día porque no podría resistir perderte de nuevo.

Ella asiente incapaz de pronunciar palabra alguna. Yoongi besa sus labios de manera dulce y suave, haciéndole saber cuando la ama.

—Se te quemará todo —susurra ella entre besos.

—Arruinas el momento —se queja Yoongi, tomándola de la cintura sin separase de ella.

—Tengo hambre —vuelve a decir, pero ahora con una sonrisa.

Yoongi la mira por un segundo y se separa para volver a su labor. Mientras que Yeonsoo lo observa a detalle. Él lo sabe, a pesar de que ella no pueda decirlo, lo sabe; hay algo más en sus palabras, algo que no puede admitir, por eso teme, pues no quiere escuchar de su boca que se arrepiente de volver, porque a pesar de haber sufrido por su muerte, no puede estar mejor al tenerla de vuelta.

No va a presionarla, sin embargo, hay algo de lo que le ha querido platicar hace unos días.

—Múdate conmigo —suelta de pronto, apagando la estufa. La comida ya está y solo debe esperar a que repose un poquito antes de servirle.

Yeonsoo se paraliza en su lugar, y es entonces que se arrepiente de no tener filtros a la hora de hablar. Es claro que ella va a rechazarle la propuesta, por eso decide hablar antes.

—Nos conocemos hace mucho tiempo, hemos pasados por cosas que nadie podría pasar, y aún así estamos juntos. Creo que sería bueno que vivieras conmigo, como los viejos tiempos.

—No. —Yeonsoo lo corta pasándole por el lado, para tomar un tazón y así servirse comida en él.

—Lo entiendo, hay cosas que debes arreglar y el hermano de Hyun, pero podemos...

—No, Yoongi. —Ella lo encara—. No voy a mudarme contigo.

—¿Por qué? No es la primera vez que vivimos juntos. —Yoongi se sienta en la butaca del desayunador. Sabe que se viene una pelea.

—Porque aún estás en peligro el que me mude contigo solo empeorará las cosas. —Ella camina hasta el sofá y toma su chaqueta.

—¿Te vas? Ni siquiera has comido.

—Se me fue el apetito.

—No hagas eso, no te vayas cuando las cosas se complican. —Yoongi llega hasta ella y la toma de los brazos—. Habla conmigo.

—Eso hago. Tú no escuchas. —Ella se separa, colocando tanta distancia como pueda entre ambos—. No lo entiendes, y está bien. No pelearé contigo.

—¿Por qué no quieres irte del departamento que compartías con Jungkook? —suelta jalando su cabello. De inmediato se arrepiente, al ver como en el rostro de Yeonsoo se forma una mueca.

—No me jodas. —Ríe seca—. ¿Todo esto es por Jungkook?

—No es lo que crees —suelta serio.

—Me importa una mierda eso, deja de creer que soy un estúpido objeto donde puedes marcar territorio. —Ella tira los brazos rendida—. No me quiero ir de ahí porque tengo mis malditas cosas, no porque no pueda despedirme de Jungkook. Maldito idiota.

—Entonces ven a mi casa y traslada todas tus cosas —brama, exasperado.

—No me mudaré contigo, y no tiene nada en relación a Jungkook, si no lo hago es por mi puta decisión. —Yeonsoo le pasa por el lado, golpeando su hombro con el de él.

Yoongi la toma de la mano antes de que se atreva a salir por la puerta. No quiere que las cosas terminen de esa manera, mucho menos después de todo lo que han vivido. Sin mencionar, que en su departamento lo esperan bolsas repletas de ropa y artículos para bebes, que no tiene idea de lo que hará con ella.

—Vamos, no te enfades —murmura y suaviza su voz.

—No me sofoques, Yoongi. Necesito mi espacio. —Se suelta de su agarre con suavidad. Ella tampoco quiere irse de esa manera, sin embargo no puede evitar sentirse acorralada. Por eso, antes de girar e irse, toma el rostro de Yoongi para depositar un suave beso—. Te veré luego.

Sale del departamento y sube en el primer taxi que encuentra, puesto que han llegado al departamento de Jimin en el carro de Yoongi, y por supuesto no va a pedirle las llaves para volver a su departamento, donde antes se follaba a Jungkook.

Su estómago gruñe, por lo que antes de llegar a su casa, compra algunos víveres para así pasar la noche y el día siguiente. No tiene idea de cuando volverá a ver a Yoongi, necesita volver a enfocarse un poco en el trabajo, ya que no tiene idea de cuanto han avanzado. Hunter no le dice nada, y Jungkook ni siquiera le habla, sin mencionar que ella misma les grito a todo el departamento que se fueran al infierno. No puede solo aparecer y exigir información.

Al llegar a la puerta, la figura de una anatomía familiar yace en el suelo con la cabeza entre sus piernas. Parece dormido y tranquilo. Yeonsoo se maldice y se cuestiona si seria buena idea volver por donde entró, sin hacer ruido alguno; sin embargo él levanta la mirada encontrándose de golpe con la de ella. Suspira pesada y se acerca para abrir la puerta.

—Lamento aparecer así —dice Jungkook levantándose—. Intenté llamarte, pero no recibía respuesta alguna. —Se rasca la nuca.

Yeonsoo hace espacio para que él entre al departamento. Tuvo demasiado drama por un día, y aunque le gustaría hacer esto en otro momento, ella considera que es perfecto para poder terminar la mierda un solo día, y así dormir un poco más lo que queda del día siguiente.

—Se murió —se justifica balanceando su móvil en la mano, decide caminar hasta la habitación y conectarlo al cargador—. Sabes que no es necesario que te vayas de este departamento.

Yeonsoo le habla sin mirarlo al rostro abriendo las bolsas con comida. Jungkook sonríe amplio e intenta acercarse a ella, pero la pelinegra se aleja arrugando el ceño.

—No estoy diciendo lo que crees. Voy a irme de aquí, y estará vacío. —Ella se encoge de hombros.

—¿Qué? —Jungkook ríe seco por lo bajo—. ¿Te mudas con Yoongi?—suelta.

Yeonsoo aprieta la mandíbula con fuerza, ya le tiene harta que piensen todo el tiempo eso. Ella es una persona completamente ajena a los dos chicos, y que relacionen sus acciones y decisiones con ellos cada vez que pueden le molesta hasta querer golpearlos.

—No te importa.

—¿Porqué estas furiosa conmigo? —La voz de Jungkook cambia, ahora suena más ofendido que antes.

—¿Perdón? —Ella deja de lado la comida. Parece que no podrá disfrutar un bocado en todo lo que quede del día. Algo siempre le interrumpe.

—¿Recuerdas que soy yo a quien dejaron? —Ríe seco—. Soy yo el imbécil que se quedó esperándote mientras te revolcabas con Yoongi, al menos puedes ser más amable.

—¿Disculpa? —El enojo comienza a crecer en su interior, tanto que teme perder la razón y comenzar a golpearlo. Después de todo, quiere mucho a Jungkook. Sin duda, es alguien a quien nunca podría lastimar.

—Solo digo que ni siquiera deberías estar con él. No voy a obligarte que me ames y me aceptes, pero en definitiva, no puedes ser tan... ordinaria como él. —Jungkook abre la nevera y saca una botella de agua.

—¿Entonces nos sacaremos las mascaras? —Yeonsoo levanta el mentón lista para lo que sea que viene.

—¿Que? —Ríe ante lo que la pelinegra dice. Jungkook se gira con media sonrisa.

—«Te devolví el favor, ya sabes, por lo de Chan» —cita ella recordando sus palabras.

En aquel momento, no lo podía creer, mucho menos entenderlo. Incluso en su pecho se abrió un nuevo sentimiento, un odio que jamás había sentido, ni siquiera por Hyun. Escuchar al pelinegro decir aquellas cosas respecto a su vida, le había causado asco, pero luego lo entendió. Supo que Jungkook no era tan diferente a ella, y que después de todo, al final, lo que le mantenía vivo y motivado era aquel deseo de venganza. Por eso no pudo salir de la habitación cuando lo escuchó, por eso, incluso cuando se fue, debió fingir estar dormida y escuchar como Yoongi reprimía los sollozos.

Había sido utilizada una vez más, sin embargo, se niega a creer que toda su historia fue mentira, se niega a pensar que aquellas palabras que tanto amaba escuchar solo era parte de su plan, por eso aunque Jungkook se ha paralizado por completo, se mantiene serena; porque le está dando la oportunidad de decir la verdad, de desnudar su verdadera cara y terminar con la farsa de una buena vez.

—Yo... —Traga duro.

—Basta, Jungkook. Solo deja de fingir —suelta cansada y le pasa por el lado, para sacar una cerveza—. Después de todo, creo que fuiste hecho de la misma podrida y retorcida madera que yo.

—Si te amo, si es lo que te preguntas. —Jungkook relaja sus tensos músculos—. Lamento toda la mierda que viviste con Hyun, mucho más en el campamento.

—Gracias, supongo. —Yeonsoo vuelve a pasarle por el lado, camina hasta la ventana y enciende un cigarrillo—. ¿Todo fue mentira?

—Sabes que no. —Toma asiento, saca de la bolsa de víveres fideos instantáneos que aún están calientes y los abre—. Solo no puedo diferenciar en qué momento todo comenzó a ser verdadero.

—Vaya vida de mierda tienes, vivir tantos años solo por una venganza. —Ella lo mira asqueada—. Ni siquiera yo puedo con eso.

—Lo sé. —Ríe ante el comentario—. Supongo que ya no debo fingir ni intentar separate de él. Porque aunque todo fuera real, no podrías separarte de Yoongi, ¿verdad?

—Ni en mi siguiente vida. —Ella sonríe de lado—. Lamento que tu venganza no haya resultado.

—Te amo, Yeonsoo. Por eso estoy aquí, y ni siquiera tiene que ver con Yoongi —susurra Jungkook, aún comiendo fideos—. No pretendo generar empatía alguna de tu parte, porque ahora que lo sabes todo, sé que no me volverás a ver. Y está en todo tu derecho. Hablo en serio cuando digo que no tendrás un futuro al lado de Yoongi. Él no te merece.

—Pues, que bueno que es mi vida y puedo decidir sola. —Ríe seca y le mira directo a los ojos—. Solo vine a verte, quería saber cómo estabas después de enterarte que Yoongi será padre. Aunque tengo la sospecha que no soy bienvenido ahora mismo. Tengo el dinero del depósito para el departamento por si quieres irte de aquí.

—Déjalo, lo mínimo que puedo hacer es pagar un deposito. —Jungkook se levanta y camina hasta ella para depositar un suave beso en su frente—. Lamento haber sido un fraude para ti, créeme que deseo todos los días olvidar lo sucedido con Chan. —Jungkook hace una reverencia y camina hasta la puerta, pero antes de salir por ella. Le dedica una sonrisa—. Pero no puedo.



















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