36
Haneul grita aturdiendo a todos en la mesa. Comienza a aplaudir de una forma exagerada. Yoongi la mira sin entender, de hecho nada de lo que sucede parece tener sentido; las palabras de Gyuri hacen eco en su cabeza, tanto que teme perder la conciencia. No puede escuchar más que el ruido alejándose.
Sin poder evitarlo, la mira. Ahí está, con la mirada fija en él buscando una respuesta que claramente no tiene. Gyuri lo mira expectante, esperando que al menos sonría, pero no puede, parece irreal. No puede ser padre, y no porque no quiera, si no, por lo que sucede a su alrededor. La castaña no tiene idea de que alguien va detrás de él, y posible que de ella también.
¿Cómo le diría que no puede seguir con esto? No podría tomar una decisión por ella, y es claro espera que Gyuri tome la mejor desición.
Entonces, cuando aclara sus pensamientos para hablarle, la castaña se levanta y se lleva a Gyuri a la pista de baile para festejar.
—¡Esto hay que festejarlo! —chilla Hane, tomando de la mano a Jungkook y acepta sonriente.
Lo sabe. Sabe que Jungkook tomará la situación a su favor, pero no le importa, nada le importa además del echo de un posible embarazo.
—¿Yoongi? —Hunter le susurra al odio.
—Yo... —articula negando con la cabeza.
—Tranquilo, ella lo entiende. —Toma su mano y da un leve apretón.
No debe ser un genio para entender que habla de la pelinegra frente a él. Pero no puede creerle, no al ver el rostro descompuesto de Yeonsoo, de la forma en la que reprime sus lágrimas. Recuerda aquél día en el hospital, cuando ella perdió una parte de sí.
—Te amo, ¿lo sabes? —anuncia ante Namjoon y Hunter, quienes solo se levantan para dejar sola a la pareja.
—Yoongi... —comienza en un tartamudeo.
—No importa, te amo y nadie volverá a separarme de ti. —Llega hasta ella y acuna su rostro. No le importa si los ven, o si quiera Jungkook quiere hacer una escena—. No dejaré a Gyuri sola, la acompañaré en todo el proceso, incluso en la desición que tome, porque es mi... —calla al sentir esas palabras ajenas a él. Carraspea con sonoro aclarando su voz y continúa— hijo. —Sale como un susurro—. Sin embargo, no permitiré que esto nos dañe, y quiero que me acompañes en esto.
—¿Quieres que vea como ella y tu tienen un hijo? —cuestiona con la voz enronquecida.
—No, quiero que me veas convertirme en padre, siendo mi pareja. —Traga duro. No puede creer que esté aceptando el hecho de ser padre en solo segundos y suplicarle a Yeonsoo que no le deje.
—¿Qué sucede aquí? —Haneul aparece entrecerrado los ojos.
—Creo que la llevaré a casa, está ebria. —Jungkook frunce el ceño, al ver lo cerca que en realidad se encuentran.
Se puede notar a leguas cómo aprieta la mandíbula y los puños. Yoongi decide por el momento no provocar más problemas, por eso se separa de ella. No puede marcar territorio, aunque le gustaría; ella le dijo que se encargaría del pelinegro, mientras él le decía a Gyuri, y aunque ahora las cosas son un poco diferentes, no cambia el hecho de que no se separarán.
—¿Vamos? —Toma la mano de la pelinegra.
—No —niega con sutileza, aún sin poder entender todo—. Debo ir a otro lado.
—Puedo llevarte —insiste.
—No —replica tejante.
—De acuerdo. —Jungkook deja a Haneul de lado un momento para acercarse a ella—. ¿Valió la pena?
Yeonsoo le mira dolida y un tanto ofendida, sin embargo no llega a responder a tiempo.
Jungkook toma a Haneul del brazo y se lo cuelga por sus hombros, para sujetarla de la cintura. Está muy ebria y casi no puede mantenerse en pie. Gyuri le susurra al oído a Yoongi que se irá con ellos, está cansada y no quiere dejar a su «amiga» sola. Yeonsoo ríe ante eso, no puede entender el momento exacto en que la castaña se volvió amiga de quien se supone que es su mejor amiga. Pero ni siquiera es ese el problema, si no, el ver como aquella pequeña mujer destruye absolutamente todo sin intentarlo.
Namjoon se acerca a la pareja y les informa que se irá junto a Hunter, no quieren estar en medio de todo cuando la bomba explote, porque al final, se los llevará con ellos.
Yoongi detiene un taxi y se sube junto a su compañera quien no habla. Solo se mantiene en silencio. Él intenta tomarle la mano, pero esta lo esquiva.
—Yeonsoo...
—Detenga el auto —le ordena al conductor.
—Yeonsoo —reprocha y frunce el entrecejo.
—¡Detenga el auto! —chilla histérica.
El conductor frena de inmediato y ella baja casi corriendo. Yoongi le paga y sale detrás de ella. Le entiende, por supuesto que la entiende, pero no puede aceptar que haga esto ahora. Necesita su apoyo, no pelear, por eso suspira y se acerca a ella con cuidado.
—¿No hablarás conmigo? —espeta Yoongi, metiendo sus manos en sus bolsas delanteras.
—No me hables. —Ella comienza a caminar de un lado a otro, jalando su cabello.
—No entiendo porqué actúas de esta forma. —La mira cansado.
—¿No lo entiendes? ¿Cuál es la parte de que tendrás un hijo con tu ex no logras entender? —Se detiene en seco y lo encara.
—Exacto, yo tendré un hijo con mi ex, no tu —suelta. Pero se arrepiente en el momento.
—Eres un hijo de puta. —Se acerca él y lo abofetea.
Yoongi siente su mejilla arder, sin más no dice nada. Ni siquiera se mueve, se arrepiente de lo que su boca vomitó, sin embargo no puede cambiarlo. Sabe que esto solo es el comienzo de las próximas peleas y no esta dispuesto a seguir a su lado de esa manera. No quiere elegir, pero si se ve obligado deberá perderla.
—No te pido que hagas esto si no quieres. —Suspira y la mira, retrocediendo—. Es lo que es, no hay vuelta atrás.
—¿Tan fácil? ¿Simplemente lo aceptaste en un par de minutos? —Se ríe burlona.
—¡Por supuesto que no! ¡Joder! —Tira los brazos al aire—. Un psicópata va detrás de mí, y de ti. Sin mencionar que en estos momentos ya puede saber sobre Gyuri, ella estará en peligro al igual que el bebé... —Su voz se quiebra ligeramente y debe tragar duro—. Ni siquiera lo entiendes, nunca tuviste un padre y no sabes cuanto te envidio.
—Eres...
—No lo entiendes —la corta—. Lo único que recuerdo de mi padre era su olor a alcohol, las noches que llegaba ebrio y golpeado. Ni siquiera recuerdo su puto nombre. —Sus ojos se cristalizan. Yeonsoo intenta acercarse a él pero este retrocede—. Puedo ser mejor, puedo ser lo que no fueron conmigo, y no tienes idea de lo feliz que me haría que me acompañes, sin más no voy a obligarte. —Suspira y la mira fijo a los ojos—. Haré esto con o sin ti.
Yoongi la mira expectante esperando a que ella diga algo que reconforte su corazón; que calme aquel dolor que crece en su pecho lleno de sentimientos encontrados. Sin embargo, ella se abraza así misma y mira al suelo dando un paso hacia atrás. Él asiente y ríe seco, no esperaba menos ni siquiera la culpa, tal vez él hubiese hecho lo mismo en su lugar.
Llega hasta ella y deposita un beso en su frente, para pasarle por el lado. Una lágrima se desliza por su mejilla, que de inmediato la borra con su mano. No puede verse débil; debe hablar con el teniente para que le de protección a la castaña hasta que logren atrapar al maldito que va detrás de ellos, sin embargo, hasta que lo haga debe advertirle a la castaña para que así no deje entrar a nadie a su departamento que no sea él, o alguien de confianza.
Saca su móvil y marca su número.
—¿Hola? —Suena adormilada.
—¿Gyuri?, ¿estás bien? —Su voz se quiebra.
No va a fingir que desearía estar pasando este momento con quien dejó atrás. Para en seco, justo en la esquina y tapa su cara con la mano libre. Las lágrimas comienzan a deslizarse tan rápido que no puede detenerlo. No es justo para ninguno de los tres.
—Sí, ¿tú estas bien? —murmura más despierta.
—¿Estabas durmiendo? —Intenta controlar su voz, para no demostrar cuanto realmente le afecta.
—Estoy recostada, estoy muy cansada. ¿Sucede algo? —Su dulce voz, oprime su corazón.
—No, solo cierra con llave, te veré mañana para que hablemos sobre lo que dijiste hoy —suelta tranquilizando su respiración.
—Yoongi...
—Tranquila, no te dejaré sola. Te veo mañana —dice y corta.
Sus piernas flaquean tanto que teme caer de rodillas. Sin embargo no lo hace porque dos brazos familiares lo rodean por la espalda, aferrándose a él con tanta fuerza que le daña. Su corazón se vuelve a oprimir y se permite volver a llorar, ahora aferrándose a el pequeño cuerpo que lo rodea para quedar de frente.
—Lo siento —solloza la pelinegra.
—Perdóname por ponerte es está situación. —Yoongi la toma del rostro y besa sus labios.
—No te dejaré solo, seré la hija de puta que estará a tu lado le guste a quién le guste —responde y vuelve a besarlo.
Se separa levemente de él, y seca sus lágrimas con sus pequeñas manos. Yoongi no puede dejar de abrazarla. Temía que ella lo dejase y ahora que sabe que no lo hará, puede ver paz en sus ojos. Porque, aunque le gustaría, no puede hacerlo solo.
—Vamos a casa. —Yoongi le toma la mano y comienzan a caminar directo a su departamento.
Yeonsoo mira aquella tienda, dónde antes había parado con Jungkook a ver la ropa de bebés. Dónde él le confesó sobre las ansias que tenía de formar una familia, y cómo ella lo rechazó de inmediato. Ahora lo entiende, de haber sido Yoongi en aquél entonces, ella hubiese hecho lo posible por mantener aquella fantasía viva, sin embargo, con el pelinegro fue diferente y tal vez una parte de ella no quería que nada la amarre a él, porque al final, iba a dejarlo.
Suspira y ve que aún está abierta, una idea idiota y un poco impulsiva cruza su cabeza, sin embargo, no puede obviar el brillo en los ojos de Yoongi al hablar sobre el bebé. Mucho menos, el como una ilusión de querer ser el mejor padre del mundo crece en su interior. Por eso, y aunque no crece en su interior, tira de la mano de su pareja y entran a la tienda.
—¿Qué haces? —murmura confundido.
—Algo loco, iremos de compras. —Ella le guiña un ojo al mismo tiempo que observa toda aquella diminuta ropa de colores.
—No debes hacer esto.
—Lo hago por ti. —Besa su mejilla y toma un pequeño pantalón blanco con pequeños puntitos de colores. Yeonsoo frunce el entrecejo asqueada ante la idea de un ser humano tan pequeño causando que Yoongi estalle en risa.
—Hola, bienvenidos. ¿En qué puedo ayudarlos? —saluda una mujer, ridículamente bien peinada, con traje azul marino que los recibe en la entrada sonriente sonriente.
—Venimos a alocarnos. —La pelinegra le habla de la misma forma formal.
—¿Padres primerizos? —la mujer mira a Yoongi, evitando por completo el rostro de la pelinegra.
—Sí —contesta Yoongi, tomándola de la cintura.
—Perfecto. —Ella se gira sobre su propio eje y les entrega un canasto a cada uno—. Pueden elegir lo que quieran y pasan por la caja registradora.
—¡Qué emoción! —chilla Yeonsoo tomando el cajón en mano.
—Felicidades por el embarazo. —La mujer le sonríe cálida a Yeonsoo y se retira.
Un vacío se instala en el pecho de la pelinegra, y es entonces que aquello que tanto evitaba pensar la envuelve. La razón por la que acepta todo tan rápido, es porque ella jamás podrá darle un hijo y es un hecho.
Decide no pensar demasiado en eso y se aventura entre las estanterías llenas de cosas extrañas para comprar todo lo que su tarjeta le permita.
Comienzan a echar prendas diminutas de todos los colores, después de todo, no importa el sexo, podrá colocarse cualquier cosa que deseen ellos sin importar lo que digan los demás. Pantalones, body, remeritas, enteritos con forma de oso y uno de cebra. Medias de colores y formas, gorritos y manoplas. Todo aquello que ambos saben exactamente que usar.
—Vamos a lo divertido. —Yeonsoo sube y baja las cejas divertida, para meterse a la sección de juguetes y productos de higiene—. ¿Qué demonios es esto?
Muestra un objeto al que no puede darle forma ni función. Se lo coloca en la cabeza y luego en la entrada de su vagina frunciendo el ceño. Yoongi larga una carcajada y se acerca a ella para tomar el objeto y colocarlo en su pecho.
—Es un saca leche, para la mujer —menciona divertido. Yeonsoo hace una mueca de asco y lo deja donde estaba.
—Debe doler como la mierda —niega y pasa hacia otra cosa que le llama la atención.
—Pareces niña pequeña en un parque de diversiones. —Yoongi llega hasta ella y la toma de la mano.
—Es lo más cercano que estaré de ser madre, déjame disfrutar. —Le saca la lengua juguetona y toma un biberón de vidrio.
Yoongi suspira y besa el dorso de su mano.
La pelinegra toma un pequeño objeto con un pico y una bomba detrás de plástico. Entre cierra los ojos intentando averiguar su uso.
—¿Esto se mete en el trasero?
—En la nariz. —Vuelve a reír Yoongi.
—Que bueno que no soy madre, sería una pésima. —Coloca el objeto en su canasto y sigue.
—Creo que serás una gran mamá.
Yeonsoo le sonríe y se detiene para besar sus labios.
—Lo tendremos los fines de semanas, los días festivos, el día de los padres, también navidad y año nuevo —dice mientras coloca más objetos, que no tiene idea para que se usan, en el canasto.
—¿Qué? —La mira confundido.
—A tu bebé, lo tendremos esos días.
—Gyuri no te dejará tenerlo los días festivos. —Yoongi sonríe ante lo que la ella canturrea.
Se siente aliviado de que este a su lado, pero en paz de que haga planes a largo plazo e incluya a ambos en su vida.
—Que bueno que tengo un arma, una placa y un horrible mal genio. —Le guiña un ojo.
—Yeonsoo... —advierte ríe.
—De acuerdo, no me meteré en la decisión que tomen respecto a él, pero ten por seguro que le enseñaré un muy mal vocabulario. —Ríe maliciosa.
⭒❀⭒
Después de una larga compra, Yeonsoo terminó por ocupar toda su tarjeta de crédito, a pesar de los intentos por detenerla de Yoongi. Al final, dijo que era lo único que ella podía hacer por el bebé, ya que no podía opinar ni decir nada respecto a todo lo demás. Solo por eso, Yoongi acepto a regañadientes.
Ella sale del baño cepillando sus dientes mientras mira las bolsas en el sofá. Hay tantas que se cuestiona si realmente se pasó y exageró. Se siente rara; está segura que Gyuri no le permitirá ir a los controles, ni podrá presenciar los primeros pasos del bebé, tampoco estará en los momentos importantes. Si estará Yoongi y es lo único que la consuela, sin embargo.
—¿Crees que es demasiado? —Yeonsoo cuestiona desde el baño, mientras enjuaga su boca.
—Creo que hicimos algo loco. —Él le sonríe y besa su cabeza para sacar su cepillo y comenzar a cepillar sus dientes.
—¿Qué le dirás a Gyuri?
—Supongo que todo, desde que debe cuidarse hasta que no te dejaré, aunque tampoco a ella —dice con espuma en su boca—. Si temes por eso, no lo hagas.
—No tengo miedo a eso, reencarne y aún me volviste a elegir —bromea—. Soy inigualable.
—Vamos, hay mucho que hacer hoy. —Yoongi termina de limpiar su rostro, y salen disparados al bar.
El camino no es más que risas y comentarios sarcásticos, sobre la horrible novia de «papá» que ella será solo para fastidiar a Gyuri, y como le ayudará a escaparse al futuro bebé solo para hacerlo enojar a él. Por supuesto que él se negó, e incluso enumeró todas las cosas que le gustaría hacer con el bebé, que su padre nunca hizo. Desde ir a un partido de básquet, hasta un recital de bailarines. Canto, piano, cocinar, ver la selección y muchas cosas tan triviales que para él son significativas.
Al llegar decidieron cerrar el bar. Hay muchas cosas que hablar sin mencionar que han estado trabajando día tras días sin tomarse un descanso. Por eso, en cuando Kwan entro le pidieron que se retirará, sin embargo, el camión de mercadería llegó y argumentó que se quedaría para ordenar todo, ya que no tenía mucho que hacer en el día.
—¿Por qué está cerrado? —cuestiona Gyuri entrando al bar con el ceño fruncido, mientras Haneul la sigue detrás.
Tiene el cabello desordenado y su rostro se oculta detrás de una gafas negras y un cubrebocas. Se puede notar que la resaca aún se mantiene latente, por eso Yeonsoo decide no provocar alguna clase de problema, al menos hasta que la castaña esté por completo recuperada.
—Quiero hablar contigo. —Yoongi se acerca a ella.
—Gyuri, ¿puedes ayudarme con algo? —Kwan se acerca a ella risueño. La castaña asiente y se va con él a la parte trasera.
Haneul se sienta en la primera mesa que encuentra, y esconde su rostro entre sus manos.
—Te ves como la mierda. —Yeonsoo sonríe de lado, y toma de su botella de zumo.
—Cierra la boca, Goo —escupe embravecida.
—Hoy estás brava. —Chasquea la lengua—. Me excita.
—¿De qué querías hablar? —Gyuri entra con una manzana.
—Sobre lo que dijiste anoche. —Yoongi suspira.
—¿Qué? —Ella parece confundida.
La alarma se dispara en Yeonsoo, algo no anda bien y lo que sea que está pasando, no será algo bueno. Lo sabe.
—¿No les dijiste? —Haneul se saca los lentes mirando directo a Yeonsoo, quién enseria por completo.
—¡Oye! —La voz de la rubia aparece por la puerta de entrada, seguida de Namjoon quien lame una paleta—. Si vas a cerrar dime antes, las personas tiene cosas que hacer —escupe divertida. Sin embargo, se puede sentir la tensión en el ambiente—. ¿Qué sucede?
—¿Qué mierda sucede, Haneul? —Yeonsoo se levanta de su asiento.
—¿Gyuri? —Yoongi le habla a la castaña, endulzando su voz.
—Era broma —murmura ella confundida—. Haneul dijo que sería divertido y pues lo hice. Se suponía que ella te lo diría anoche.
Yoongi se congela en su lugar y traga seco. Yeonsoo abre los ojos estupefacta, desde sus pies una ola caliente comienza a subir lento; sus manos hormiguean y su vista se comienza a nublar. Está perdiendo el control y lo único que agradece es que Yoongi esté ahí, porque puede dañar a Haneul de una manera que se arrepentirá.
—¿Qué? —Namjoon niega con la cabeza, dispuesto a salir por dónde entró, pero la rubia lo toma del brazo. Conoce a sus amigas lo suficiente para saber que habrá una pelea.
—Fue gracioso, ¿verdad? —Haneul se levanta de su asiento y encara a la pelinegra.
—Hija de puta.
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