23


















Silencio. Es lo único que abunda en la habitación. Hay sentimientos en el ambiente tantos que ni siquiera se pueden diferenciar. Yoongi no deja de temblar en el lugar, como si peleara contra si mismo por no cometer algún error.

Yeonsoo abre la puerta, dejando pasar a Jae, quién se limita a sacar a los detenidos del lugar. No puede ver a Yoongi a los ojos, ni a ninguno de sus amigos. Nunca perteneció al extraño grupo, pero vivió la historia con ella, tanto que le gustaría haber rechazado el caso desde un principio. Le susurra a Yeonsoo que la esperará en la estación para que ella se encargue del interrogatorio, y antes de que se vaya, la pelinegra le entrega el chaleco y el arma.

Jungkook y Hunter la imita, saben que los tres chicos, que aún no se levantan del suelo, tienen tantas preguntas como para pasar una semana en el lugar.

Yeonsoo se muerde el labio y encara al trío dispuesta a empezar con el largo interrogatorio, sin embargo, eso no sucede.

Yoongi se levanta del suelo y corre hacía ella. Luego de un año, de muchas pesadillas, de noches de insomnio por el llanto, ella está aquí, viva. Quiere abrazarla, no lo entiende, ni siquiera quiere una explicación. Ha vuelto, y es lo único que le importa, sus lágrimas no dejan de caer, su corazón no deja de palpitar con tanta fuerza que se saldrá de su anatomía. Su cuerpo tiembla y su respiración se estanca.

Cuando está a punto de llegar a ella para poder tocarla, una anatomía completamente diferente a la que esperaba ver se atraviesa. Jungkook la cubre por completo, impidiendo que de un solo paso más hacia.

La furia lo invade, sufrió demasiado como para que alguien le niegue llegar a ella.

-Quítate -escupe. Yoongi intenta mantener la calma, pero no está en sus cinco sentidos. Jungkook no se mueve, ni siquiera se inmuta-. ¡QUÍTATE!

Al ver que el pelinegro no tiene intención de moverse estrella un puño contra su mejilla tirándolo al suelo. Todos miran con asombro la escena. Desde que lo conoce, Yoongi nunca colocó ni un solo dedo sobre Jungkook, lo protegía como si fuera un diamante en bruto, jamás dejó que alguien lo tocara, o le amenazara. Sin embargo, todo cambió, Yoongi está dispuesto a golpearlo hasta que no respire, hasta que toda la furia que siente por dentro se vaya.

Entonces, cuando está a punto de lanzarse sobre el pelinegro que lo mira sorprendido, ella se interpone. Yoongi detiene el puño en el aire, justo en frente de su rostro. No tiene miedo, no parpadea, ni siquiera parece humana, solo está ahí, parada a centímetros de él, esperando el golpe.

Yoongi retrocede desorientado, nada tiene sentido, todo parece un sueño. Intenta llegar a ella nuevamente pero ahora con lentitud. Tiene miedo de que todo sea una jugada de su mente, que al final solo haya imaginado la situación y termine en una habitación, en un hospital psiquiátrico, pero se siente tan real, necesita tocarla, necesita sentir su piel.

-No es una ilusión -habla ella al darse cuenta de la guerra mental que atraviesa. Ante toda la situación-. Estoy viva, siempre lo estuve.

-¿Por qué? -Yoongi llega a ella, y con las manos temblorosas toma las suyas. Siente una corriente recorrer su cuerpo. Es su piel, son sus huesudas manos frías y suaves. Yeonsoo las retira con tanta delicadeza, que pareciese no querer hacerlo.

-Necesito que entiendas una cosa. -Da dos pasos hacia atrás, para poder ver a todos los presentes-. La persona que tú querías murió aquél día, en el almacén. Esta persona, frente a ti es una completamente diferente.

-No te quería, te amé -suelta ronco.

El corazón de Yeonsoo da un vuelco, tanto que debe morderse la mejilla interna para no caer. El toque de Yoongi le dió escalofríos, necesitaba su toque, necesita sus manos, para asegurarse de que no siente nada por él, sin embargo, no está segura ahora mismo.

-Es tarde para decirme eso, ¿no crees?

-Yo...

-Tuviste tanto tiempo para decirme que me amabas, que esperaste a qué muriera para hacerlo. -Yeonsoo se gira y encara a Jungkook, quién se toca la zona afectada con recelo, sin dejar de ver a Yoongi-. No sé que esperas de mí.

-¿Estás en broma? -La calma del pelinegro desaparece por completo.

Namjoon, por primera vez desde que ella entro, se levanta y se coloca al lado de su amigo.

-¿Qué quieres, Yoongi?

-¡Te sufrí un año completo! ¡Me culpe de tu muerte una y otra vez! ¡Comencé a tomar pastillas por ti! -Yoongi se tira el cabello con furia. No puede creer que la chica frente a él sea su amor. Sabe que no lo es, la Yeonsoo que él conoce está escondida, detrás de esa armadura de acero que construyó.

-¿Que esperas? ¿Que me disculpe? ¿De qué exactamente? -Yeonsoo pierde la paciencia por completo, gira para encararlo y lo empuja con fuerza, provocando que él retroceda.

Yoongi frunce el ceño, un destello de la chica que conocía se asoma, pareciese que quiere huir, que hay mucho más de lo que está diciendo, que le suplica que la salve.

-¡Te deje una puta carta! ¡Te dije que no te culparas! Te dije que todo era mí decisión. -Lo empuja con más fuerza-. ¡Si te destruiste fue por tu culpa! No voy a disculparme contigo, ¡No tengo nada porque hacerlo!

Lo empuja una vez más, provocando que choque contra la pared, al mismo tiempo que su voz se quiebra ligeramente. Hay demasiados sentimientos entre ellos, tantos que diferenciarlos sería una tortura. Entonces Yoongi lo hace, la toma de las muñecas y la tira contra él, coloca una mano en su cintura, acuna su rostro con la mano libre, y colisiona sus labios con los de ella.

No los mueve, ninguno de los dos, es como si esperaran que alguno de el siguiente paso.

Yoongi puede sentirla, es ella. No importa cuánto tiempo haya pasado, ni todo lo que vivió, en el fondo, sigue siendo la chica que conoció, la chica de la que estaba enamorado.

Yeonsoo se separa de él bruscamente, y antes de que sus sentidos la traicionen, estrella su mano contra la mejilla del pelinegro con toda la fuerza que tiene.

-No me vuelvas a tocar -amenaza, el veneno se filtra en sus palabras.

Yoongi no se atreve a verla, se siente confundido. Podía jurar que era ella, pero ahora no está seguro, la chica que lo acaba de golpear no es Yeonsoo.

-Ya te lo dije, idiota. No soy la misma chica que antes. -Retrocede de espalda, hasta chocar contra el pecho de Jungkook-. ¡Esa mujer murió! -Hace énfasis en la última palabra-. Solo vine a hacer mi trabajo, y ya lo hice.

-Vete -articula Namjoon. Su voz es fría y seca. Cómo si no quisiera creer todo lo que está sucediendo-. ¡VETE!

Yeonsoo respinga en su lugar. Nunca lo escucho gritar, y aunque le gustaría decir que no le importa, le duele tanto que quisiera llorar. Namjoon fue su primer amigo, fue la primera persona que le dio el beneficio de la duda, y ahora está enojado, herido y decepcionado de la persona frente a él. La pelinegra asiente, no puede hacer nada.

Ella suspira y sale del bar, dejando que la lluvia la empape por completo. Ahora puede llorar, y ni siquiera se va a notar. Puede camuflar sus sentimientos.

Comienza a caminar sin dirección, sabe que Jungkook no irá tras ella, porque sabe que necesita espacio.

Dos brazos familiares la abrazan por la cintura. Sabe quién es, quiere separarse, quiere golpearlo, pero no puede. Su corazón se oprime con tanta fuerza que se obliga a cerrar los ojos. Está ahí, sin importar qué, él está ahí.

-Sé que estás ahí, por favor, vuelve a mí -susurra. Su voz se quiebra.

Yeonsoo se gira, sin separarse demasiado para verlo directo a los ojos, él que la mantuvo mucho tiempo en desvelo se encuentra frente a ella, con los ojos y los labios rojos, en su nariz y mejillas tiñen un tenue carmesí producto del frío. Su cabello azabache cae mojado por su frente ocultando parte de sus ojos.

-No te sigas lastimando, Yoongi. -Hace acopio de todas sus fuerzas y se separa. Ve por encima de su hombro el ventanal del bar. Jungkook y Gyuri los miran-. Estaría tan feliz de poder ser la chica que amaste, pero ya no está. Tú seguiste con tu vida, hay un dulce chica que te espera en el bar, es a ella a quién tendrías que abrazar, a quién tendrías que amar. Goo Yeonsoo murió junto con Hyun.

Yoongi ahoga un sollozo.

-Te amo.

-No me amas. -Coloca las manos en el pecho de él y se obliga a separarse, con lentitud y tortura. Se sentía bien en los brazos de Yoongi. Pasó tanto tiempo desde que sintió un abrazo de él, que incluso se olvidó de la sensación, pero lo que siente ahora, la hace estremecer-. Amas la idea de nosotros, lo que éramos, lo que hubiésemos tenido... Pero esto -murmura y hace un círculo entre ellos-, no es amor. Yo ya no te amo.

Esas palabras abofetean con fuerza al pelinegro, le cuenta creer que todo terminó antes de lo que pensaba. La mira directo a los ojos y asiente. Lo entiende, Yeonsoo está enterrada. Esta persona frente a él, solo usurpo su cuerpo pero no es ni de cerca a quién él conocía, ahora lo sabe.

Ella asiente en su dirección y se gira. Dejando atrás a Yoongi, a la oportunidad que tanto quería y ahora dejó ir una vez más. Sabe que es lo correcto, ella está con Jungkook, quién la hace feliz, Yoongi es solo parte de su pasado, y nada de lo haga podrá cambiar esa realidad.

⭒❀⭒

Las lágrimas dejaron de caer hace aproximadamente dos horas, y la lluvia dejo de ser tan escandalosa desde que dejó el bar. Hay tantas preguntas en su cabeza que no puede organizarlas, ni siquiera está seguro de si quiere escuchar la respuesta. Se siente usado, se siente manipulado y engañado. Vivió en una mentira por mucho tiempo, y sobre todo, estaba dispuesto a tachar de demente a su amigo, a la única persona que estuvo a su lado día y noche.

Tiene tanto dolor en su pecho, que la idea de buscar alguna sustancia que lo calme le pican. Por lo que se sienta en el suelo con la espalda contra la cama y muerde su brazo, con tanta fuerza que duele.

-¡Dios! Vas a lastimarte -chilla aquella aterciopelada voz.

Nunca creyó que al escucharla sentiría asco, sentiría rechazo y odio. Pero eso provoca ahora su melodiosa voz.

Jimin se separa de ella y abre el closet, no puede dormir en el mismo lugar que ella, ni quiera puede verla directamente a los ojos.

-Jimin... -Intenta llegar a él de nuevo.

-¿Lo sabías? ¿Sabías que ella estaba viva? -La encara. Ella se muerde los labios incómoda y asiente.

Jimin pasa sus manos con fuerza sobre su rostro y suspira pensado, no puede gritarle, ni siquiera se atreve a iniciar una pelea. Haneul es el amor de su vida, nunca haría algo para dañarla, pero en estos momentos necesita aclarar su mente antes de cometer un error.

-¿Desde cuándo?

-Una semana después del velorio.

El castaño abre los ojos con asombro, siente tanta furia que golpea la pared frente a él con toda su fuerza provocando pequeños cortes en sus nudillos. Haneul no se mueve, sabe que Jimin jamás le pondría un dedo encima, pero ahora está enojado y tiene todo el derecho de estarlo.

-Viste a Yoongi sufrir cada día, cada noche. -Suspira pesado-. Estuviste a su lado las veces que llegaba totalmente ebrio, las veces que intento drogarse, incluso aquella vez que intento tirarse del puente. ¡ESTUVISTE CON EL JODER! -La paciencia de Jimin se agota cada vez más-. ¡NO TUVISTE LA HUMANIDAD DE DECIRLE QUE ESTABA VIVA!

-Intenté, busqué mil razones para decir la verdad, pero no pude.

Jimin larga una carcajada al cielo, no puede entender como la castaña aún se aferra a la idea de que lo que hizo está bien. Está enojado, necesita salir de ahí. Toma un bolso del closet y comienza a meter su ropa.

-¿Que haces? -Hanuel llega a su lado, pero Jimin logra separarse y se cuelga el bolso en su hombro.

Camina hasta la entrada, y antes de irse, para en seco y la mira, con los ojos cristalizados. Una idea pasa por su cabeza pero no está seguro si tiene la fuerza mental para soportar la respuesta.

-Aquella vez en el hospital cuando Yoongi nos dijo que te vio hablando con Yeonsoo, ¿era cierto? ¿Ella estaba ahí?

Haneul mira el suelo, cometió muchas equivocaciones, y ahora que por fin salió la verdad a la luz, no volverá a mentir. Entonces asiente.

-¡Joder! -Tira la cabeza hacia atrás irónico-. Le hiciste creer que estaba demente, nos hiciste creer a todos que estaba perdiendo la razón cuando nunca estuvo loco. Dime, ¿hay otra mentira que deba saber?

Haneul se muerde el labio nerviosa. No está segura de que sea una buena idea soltar demasiada información, pero sería mejor hacerlo de una sa vez y soportar el enojo de Jimin, a qué se enoje cada vez que quiera preguntarle sobre sus mentiras. Entonces, toma tanto aire como sus pulmones le permiten y lo suelta.

-No trabajo en una compañía de aplicaciones. Dejé enfermería para entrar al DCV. Tengo una placa y un arma. Los moretones que venías en mi cuerpo fueron a causa de eso. Cuando te decía que me quedaba en casa de mis papás en realidad salía de la cuidad con mí equipo.

-¿Quién demonios eres?

Jimin sonríe con lágrimas y asiente, no puede pasar más tiempo frente a Haneul, al menos, no ahora. Sabe que tarde o temprano deberán hablar calmados, pero ahora su furia es tan grande que es capaz de terminar la relación.

-Me voy a casa de mi amigo, aquél que debe estar destrozado por tu puta mentira. -Abre la puerta de nuevo-. Y tu haz lo que quiera, puedes ir a casa de esa hija de puta y fingir que todo está bien. Cómo lo hicieron durante un maldito año.

Suelta y sale dando un gran portazo. Baja las escaleras hasta llegar a la calle, quisiera poder correr hasta la casa de Yoongi como lo hacía antes. Pero desde que se mudó, debe tomar un taxi.

Yoongi lleva aproximadamente una hora entera viendo un mismo punto en el suelo. En su interior un remolino de pensamientos y sentimientos se enfrentan y no sabe que hacer, o qué pensar exactamente. Hay tantas cosas que están mal.

En la mesa pequeña, hay dos botellas de soju. Yoongi se levanta y camina hasta la nevera en busca de una tercera, pero no hay nada. Solo sobras de comida y una botella de agua. Necesita alcohol en su sistema, o todo lo que construyó caerá en un par de minutos.

El timbre resuena en el silencioso departamento, él camina hasta el sofá dónde antes estaba y se sienta. Dispuesto a ignorar a cualquier persona que esté detrás de la puerta. Sin embargo, esta suena y se abre, aparece un demacrado y destrozado Jimin, con una bolsa en mano. Dentro lleva dos botellas de soju y dos de cervezas.

El castaño cierra la puerta detrás de él, camina hasta el pelinegro, deja las bolsas en la mesita y se arrodilla frente él.

-Lo lamento, lamento no haber creído en tu palabra, lamento todo el daño que te cause. -La voz de Jimin se quiebra ligeramente.

-No me dañaste, actuaste como cualquiera lo hubiese hecho en tu lugar. -Yoongi llega hasta su amigo y lo obliga a levantarse-. Yo mismo provoqué esto, ella tiene razón. Si me destruí de esa manera fue únicamente decisión mía.

Jimin asiente incapaz de contradecir cualquier cosa que diga, se siente maravillado al escuchar eso. Yoongi siempre será su modelo a seguir, siempre tan correcto, pensando las cosas fríamente, responsabilizándose por lo que le toca. En cambio él quiere que toda la culpa caiga sobre Yeonsoo, incluso prefiere fantasear con que ella buscó algo para torturar a su novia y obligarla a ser parte de toda esta mentira, aunque es consciente de que apesar de conocer a la pelinegra que apareció en el bar, quien solía ser jamás hubiese permitido algo así. No siquiera abría aceptado que Haneul fuera parte de todo eso, y en algún punto, aquello le consuela.

-¿Siempre lo supo? -Toma directo de la boca de la botella.

-Sí. Nos mintió todo el tiempo. -Asiente el castaño. No hay necesidad de que diga el nombre de ella, sabe perfectamente de quién habla.

-Supongo que hubo una buena razón. Haneul jamás te mentiría de esa manera.

-¿Sabes? Ahora no estoy seguro de qué es capaz de hacer. -suspira-. Creí que sabía todo acerca de esa chica, pero en realidad, solo se lo que ella quería.

-Jimin...

-Ella no solo te mintió a ti, Yoongi. Me dijo que estaba trabajando en una compañía de aplicaciones. ¿Sabes lo orgulloso que estaba de ella? Pasar de enfermería a informática es una locura. Creí que era capaz de enfrentar a este mundo sola, que su inteligencia era superior a cualquiera que haya existido... -calla-. Pero todo fue una mentira, jamás trabajo en una estúpida empresa. Ella es policía.

Yoongi abre los ojos sorprendido, pero no dice nada. En realidad no sabe que decir, es la última persona que podría aconsejarlo, o consolarlo en ese tema. Aunque debe admitir que no puede sentirse más traicionado que nunca. La pequeña Hanuel fue parte de toda la mentira, y aunque sabe que hay una buena razón, no puede pasar por alto las noches enteras en las que ella se las ingeniaba para hacerle entender que Yeonsoo había muerto y debía continuar con su vida. Ahora entiende que nunca estuvo en los planes de Yeonsoo volver a él, y aunque le gustaría preguntarle el por qué ahora, no tiene la cabeza para pensar en eso. O en cualquier cosa.

La puerta de entrada vuelve a sonar y se abre dejando ver un hinchado y desalineado Namjoon, juntos a más soju y cerveza.

Llega hasta él y hace una reverencia, arrodillado. Pero no habla, solo solloza en el suelo, como si una simple disculpa no fueran suficientes. Yoongi se inclina hasta donde está el castaño y toca su hombro. Namjoon se reincorpora, al mismo tiempo que el pelinegro lo abraza. Dejando que las lágrimas caigan por sus mejillas.

-Lo siento. Lamento cada maldita palabra que dije, las veces que te trate como demente y la pelea que tuvimos. Fui un imbécil.

-Lo fuiste, pero te perdono. Solo porque te comprendo. Tu amigo veía a su novia muerta, es una completa locura. -Yoongi se reincorpora y toma de la botella-. Toda esta mierda es una locura.

-No lo entiendo.

-Yo tampoco, y cada vez que intento hacerlo, se vuelve más y más difícil. -Yoongi mira a sus amigos, entonces se da cuenta que en realidad, no fue el único afectado-. Pero esa chica no es Yeonsoo, no es la chica que conocíamos. Yeonsoo, murió hace un año.

-¿Cómo lo sabes?

-Lo sentí. Esta mujer estaba seria, fría y vacía. Si hubiese besado a la antigua Yeonsoo, estoy seguro que me hubiese golpeado con fuerza una y otra vez, luego diría algún comentario sexista -dice con una pequeña sonrisa en su rostro-. En cambio, esta chica, solo se separó de mi y se fue, como si estuviera en modo automático.

-Tal vez la verdadera chica está dentro, esperado a que la saques nuevamente.

-Tal vez, pero no estoy dispuesto a hacerlo -escupe.

-¿Qué? -dicen al mismo tiempo, completamente sorprendidos.

-Ella mismo lo dijo, ya no es la misma persona y sinceramente estoy cansado de ir detrás de alguien que perdí. -Deja escapar un suspiro pesado-. Yeonsoo está bien, y ahora lo sé, es lo único que necesito para poder avanzar con mi vida.

-Actúas cómo si ella no hubiese reencarnado de la muerte -murmura Namjoon, sin poder creer que su amigo sea capaz de soltar a la chica que amó por tanto tiempo, en un par de horas.

-Aun creo que ella esté viva -responde sin aliento.






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