7
La música se siente desde unos metros lejos de la entrada, es evidente que el ambiente ha cambiado dramáticamente. El almacén no parece el viejo almacén de siempre, todo sucio y triste, ahora parece un lugar más animado; si bien la suciedad y todo lo demás están en el mismo lugar, la alegría que estos chicos trasmiten cambia todo por completo.
Yeonsoo arruga la frente divertida al ver al grupo de amigos bailando con cervezas en la mano y el particular cigarrillo de Yoongi en una mano. Una imagen que jamás pensó ver.
—Están haciendo una fiesta sin mí. ¡Bravo! —dice la pelinegra tomando una cerveza de la mesa.
—Ven a festejar. —SeokJin toma su mano y tira de ella.
La toma de la cintura y comienza a balancearse de forma ridícula y brusca. Yeonsoo no se queda atrás, coloca su mano libre en el hombro de Jin y comienza a seguirle el juego riendo. Olvidando que ella fue la culpable de las peleas, olvidando que acaba de arruinarles la vida a todos los presentes.
Lo cierto es que la pelea que tuvo Taehyung hoy, hace no más de una hora, fue victoria para el grupo, el primer tiempo fue una verdadera tortura para el castaño. Se contenía hasta más no poder, siempre intentando mantener su lado oculto escondido. Claro que cuando el oponente lo tiró al piso, él y Yeonsoo conectaron miradas, ella asintiendo y dándole permiso para que se descontrolara, a lo que Tae no dudó; solo se dejó ir, y de dos puñetazos el rubio lleno de tatuajes cayó de un golpe seco al suelo, dándole así, la victoria a Taehyung.
Jin y Hoseok, por otro lado, fueron los únicos que apostaron por Tae, por lo que sus ganancias fueron realmente buenas. Gracias a eso compraron refrigerios y comida chatarra para festejar la primera pelea que acaban de ganar dentro de ese mundo asqueroso.
Yoongi para de bailar y riendo se coloca al lado de Taehyung que se encuentra mirando al par de amigos bailar de manera alocada.
—Felicidades. —Choca su botella con la de Taehyung y este asiente sonriente—. Por un segundo creí que te perdía.
—Yo también —asiente Tae entendiendo a la perfección de lo que habla Yoongi, y no se refiere a la pelea en sí, si no a su momento de ceguera y furia—. Hasta que la vi. —Señala a Yeonsoo unos segundos.
—Es una lástima que Jimin y Jungkook no puedan estar aquí. —Namjoon se une a la conversación.
—Le retiran los yesos a Jimin mañana, después de eso, querrá acompañarnos a todos lados. —Yoongi ríe por lo bajo—. Hoy me dijo que se sentía excluido. Idiota.
—Jungkook no puede enterarse de todo esto. —Taehyung mira hacia el suelo por unos segundos y pasa la mirada al par de amigos—. De todos nosotros es el único que lleva una vida normal.
—¿Quién es ese tal Jungkook? —Yeonsoo aparece con la respiración agitada—. Los escucho nombrarlo siempre, pero aún no lo conozco. Hasta siento celos —bromea.
—Y nunca lo conocerás. —Yoongi la mira serio. A pesar que todos han bajado la guardia con ella, Yoongi se sigue sintiendo amenazado con ella cerca—. Te mantendrás lejos de él.
—¡Por favor, Isilo! No soy tan mala. —Sonríe de forma sarcástica.
—Eres el peor ser humano que conozco —escupe Yoongi.
La sonrisa de Yeonsoo se esfuma y por unos segundos se puede ver que las palabras de Yoongi la lastiman, sin embargo, es tan rápido que no es muy seguro.
—Como quiera, tengo demasiados nenes aquí para perder el tiempo con alguien ordinario como él. —Hace un mohín con la mano y gira sobre sus talones, pero antes de irse mira a Yoongi sobre su hombro—. O tan perturbado como tú —dice y se va del lugar balanceando sus caderas.
Yeonsoo sale del almacén tan rápido que su garganta se seca. Tiene las terribles ganas de gritar, golpear, de llorar incluso.
Yoongi no sabe quién es ella realmente, ni siquiera sabe sus verdaderas intenciones, solo conoce lo que ha escuchado en las calles o lo que Hyun decía cuando estaban juntos. Ella golpea un tarro de basura con todas sus fuerzas haciéndolo volar por el aire. Sabe que no es el único en crear una imagen errónea de ella. Las habladurías han pasado de boca en boca por tanto tiempo, que la información original se ha distorsionado demasiado, ni siquiera ha hecho la mitad de las cosas que se dicen pero nadie le creería. Es preferible creerle a un grupo de personas que juran haberle visto hacer esas cosas que ella negando todo. Pero no quita el hecho de que le moleste de sobremanera. Aunque ahora puede tomar aquellos rumores y apropiárselos, para así darles vida y que todos le teman más que burlarse.
—¿Estás bien? —la gruesa voz de Tae suena a su espalda.
Ella toca su húmedo rostro y borra cualquier rastro de lágrimas o tristeza.
—Por supuesto, cariño. —Se gira y coloca todo su peso en una cadera—. Había una asquerosa rata dentro de ese basurero. —Hace una seña de asco y le pasa a Tae por un lado para así poder irse.
—No importa lo que diga Yoongi, yo no creo que seas tan mala como él dice. —Taehyung se afirma en la pared y cruza los brazos.
Yeonsoo para en seco y su corazón da un vuelco. El chico tiene un corazón lindo o solo quiere coger. De cualquier forma, no bajara la guardia por nadie.
—Deberías escucharlo más, él no miente. —Yeonsoo se coloca de costado para poder tener una mejor imagen del castaño con los nudillos rotos.
—No me la creo, ni creo tu teatro de chica mala —dice y la mira fijamente a los ojo. La mirada de Tae se ha oscurecido unos tonos.
—¿Sabes, Taehyung? —Yeonsoo se acerca de manera amenazante a él, coloca una mano en el hombro de él y sube su pierna con suma delicadeza por la pierna de Taehyung—. Él me conoce de años, tú crees que me conoces. —Lo mira a los ojos y toca sus labios con la punta de sus dedos—. Los chicos de buen corazón como tú me aburren. —Sonríe contra sus labios y se aleja dispuesta a irse. Pero Taehyung es más rápido, toma su brazo y la tira contra él, de un solo movimiento la acorrala contra la pared colocando los brazos al costado de ella para que no pueda huir y se acerca a sus labios.
Yeonsoo jadea ante la cercanía de Taehyung, pero no se deja llevar, aún no.
—No me intimidas —suelta Tae y acaricia con la punta de sus dedos los labios de Yeonsoo—. Gracias. —Yeonsoo queda pasmada ante la palabra de Tae y por primera vez se confunde con toda la situación—. Gracias por haberme traído de vuelta.
Taehyung se aleja y se va a la entrada del almacén para volver con sus amigos.
»No importa que tan mala seas, o hayas sido. Hoy me salvaste y te lo agradezco.
Y así, Taehyung se va dejando a Yeonsoo con un nudo en la garganta. La idea de que cualquier ser humano en esta vida esté agradecido con ella le encoje el corazón a más no poder. Es increíble como una simple palabra puede ocasionar que el mundo de una simple persona se desmorone casi por completo.
⭒❀⭒
El médico comienza a quitarle los yesos a Jimin, quien se mantiene sosteniendo la mano de Haneul. Ella le prometió que no sería para nada doloroso, lo que es verdad, pero el problema es que la maquina hace un ruido infernal, tanto, que ha puesto de punta los vellos de Jimin.
Desde que despertó, la chillona voz de Haneul se ha hecho presente por todos lados, desde el aseo que Jungkook lo ayudó a hacerse, hasta el desayuno, donde a pesar de tener comida en la boca no dejaba de parlotear. Lo extraño, no fue ver a Haneul hablando, fue ver a Jungkook tan distraído.
Jimin le preguntó un par de veces si se sentía bien, pero recibía la misma respuesta una y otra vez:
—Estoy bien, deja de preocuparte por idioteces.
Claro que el castaño no se quedó atrás y siguió inspeccionando al pelinegro de ojos grandes.
Una marca violeta sobresalía de su chamarra sobre su muñeca, y Jimin sin pedirle permiso tomó su muñeca de forma violenta haciendo chillar a Jungkook de dolor. Este retiró la mano y miró amenazante a Jimin, solo en ese momento Haneul paró su parloteo y miró la escena.
Jungkook argumentó, de una manera muy convincente, que en realidad eso le sucedió ayer por la tarde en un turno para la empresa en la que es pasante. Se le había caído una caja llena de expedientes sobre su brazo, donde quedó la marca. Pero que no era nada grave. Claro que Jimin aceptó esa historia solo por no querer pensar que Jungkook está metido en cosas malas, no después de todo lo que él y los demás chicos han hecho por mantenerlo a salvo.
—Me estás lastimando —se queja Haneul intentando apaciguar el agarre de Jimin sobre el de ella.
Jimin sale de su ensimismamiento y la mira por unos segundos antes de soltar su agarre. En realidad, no le duele nada, solo el ruido le causa impresión, tal vez por eso nunca pudo hacerse un tatuaje, claro que las agujas en definitiva no le dan miedo, pero cuando la maquina comienza a sonar, dispara más rápido que una bala.
—Lo siento —se disculpa, justo a tiempo cuando el médico retira la máquina y el yeso de su pierna cae de un golpe seco al suelo.
—Listo, Jimin, de ahora en más por favor cuídate de las pandillas —dice el doctor mirando sobre sus gafas—. Ahora Haneul te ayudará a hacer un par de ejercicios para que vuelva la movilidad, y en cuanto terminen puedes irte.
—Gracias, Doc. —Jimin extiende su mano y el médico la estrecha para luego salir de la habitación.
—De acuerdo, grandulón —dice Haneul colocándose frente a Jimin—. Comenzamos con tu pierna, y si en algún momento se te ocurre golpearme te prometo que te quebraré la otra —bromea ella tomando la pierna de Jimin, este solo ríe.
Haneul comienza a hacer movimientos circulares con la pierna, Jimin comienza a quejarse, pero solo hace muecas graciosas y se toma de la silla con fuerza. Hane ríe ante la cobardía del chico y sigue. Masajea su pantorrilla para que la sangre circule con más fluidez.
—¿Cómo se siente? —dice ella una vez que deja la pierna de Jimin con cuidado en el suelo.
—Bien, la verdad creo que está mejor que antes del accidente —Jimin hace una mueca y Haneul ríe.
—Bien, ahora el brazo. —Toma con brusquedad el brazo haciendo chillar a Jimin—. Deja de quejarte, estoy siendo suave —miente.
—No quiero imaginar si fueras brusca —dice sarcástico Jimin.
Haneul comienza a hacer los mismos movimientos que hizo, pero es mucho más delicada y de alguna manera ella está tocando más allá de donde realmente debería. Pero Jimin no dice nada, solo se mantiene en silencio mirando fijamente el rostro de Haneul, quien tiene la mirada totalmente concentrada en el brazo de Jimin. Hoy se ve realmente bonita, no es de extrañar que los vestidos de flores y colores pasteles le queden bien y le den un aspecto de pureza. Pero ahora se ve diferente, o tal vez Jimin quiere verla diferente. No ha podido sacar de su cabeza la conversación que tuvo con ella hace unas noches.
Describió a la perfección sus sentimientos y pensamientos hacia ella, y sabe que tal vez Haneul sepa que es ella, como también sabe que tal vez no tiene ni idea de que es ella. De cualquier forma, nada cambia. Ella está en una relación, y él no es alguien que esté a su altura.
Pero, cuando ella sobrepasa los límites, como ahora al estar acariciando sus brazos de una manera extraña, lo confunde. Lo hace pensar qué tanto conoce a esta chica, en realidad ella es alguien fiel a su pareja. Porque, no es la primera vez que ambos se ven comprometidos en una situación como esta, y no precisamente fue por culpa de él. Entonces, quién es realmente Haneul, qué siente, qué piensa. O solo busca excusas para permitirse sentir, para sentirse correspondido por alguien que no ha hecho nada más que su trabajo.
La puerta se abre con rapidez por lo que Haneul le cuesta separarse un par de segundos de Jimin. Jungkook observa la escena por unos minutos y luego camina hasta Jimin tomando sus cosas.
—¿Ya está listo para que me lo lleve? —le dice a Haneul.
—Puedo llevarlo yo después —dice ella.
—No, yo prometí traerlo y llevarlo. —En sus palabras se filtra la brusquedad con la que habla.
—Sí, está listo —Haneul asiente—. Fue un placer, espero verte pronto —dice y se va de la habitación dejando a Jimin totalmente confundido. Toda la situación de hecho. Le hubiese gustado despedirse de ella apropiadamente, ni siquiera le dejó despedirse; solo salió huyendo de él, como si le costaran las despedidas, pero él no quiere despedirse.
—Vamos —dice Jungkook tomando el bolso de Jimin y su chaqueta.
El camino al departamento es extrañamente silencioso, nunca han estado tanto tiempo sin hablarse, y a pesar de que Jimin no ha hecho nada malo, siente culpa por sus sentimientos hacia Haneul. Tal vez, Jungkook se ha dado cuenta y la idea de eso lo ha vuelto loco, porque, aunque no quiera admitirlo siente algo por Haneul.
Jimin camina a paso lento por su departamento sintiendo los pasos pesados de Jungkook justo detrás de él, pasa por su lado y tira sus cosas en la cama de él para luego volver a salir. Pero antes de irse se gira y mira a Jimin por unos segundos.
—Aléjate de Haneul —escupe.
—No sé a qué te refieres. —Jimin sigue dándole la espalda.
—Sabes perfectamente a que me refiero. No te enamores de ella.
—No estoy enamorado de ella.
—¡Perfecto! —Tira los brazos arriba en forma de victoria—. No lo hagas.
—No sabía que tú eras su dueño. —Hace énfasis en la última palabra.
—Nada de eso, pero prometí cuidarla de gente como tú. —Esas palabras lo golpean con tanta brutalidad que aprieta los puños con fuerza y se gira para encararlo.
—Pues haces una mierda de trabajo —se ríe irónico—. En vez de preocuparte por mí, deberías preocuparte por el imbécil de su novio.
Jungkook palidece por unos segundos y mira el suelo confundido.
—¡Demonios! Le advertí a ese idiota que no se le acercara de nuevo.
—Buen trabajo. Campeón —aplaude Jimin.
—De todas formas, no te le acerques. —Jungkook cambia su tono a uno más suave, casi de súplica.
—¿Crees que soy una competencia para ti? —dice burlón, lleno de orgullo.
Jungkook silencia un momento, entonces Jimin entiende que hay mucho mas que fraternidad en la relación de ellos. Jungkook está enamorado de Haneul y no quiere que nadie se interponga en su camino.
—Tú sabes que ella no debería relacionarse con personas como tú. Tú lo sabes. —dice el pelinegro en un murmuro. Jimin lo mira, pero asiente. Después de todo Jungkook no dice nada que él no supiera.
Él asiente y luego se va, dejando a Jimin con un nudo en la garganta. Después de todo, de permanecer casi un año sobrio, de ser buena persona y hacer lo correcto, su pasado lo seguirá. No importa qué haga, o diga, su pasado siempre formará parte de él, y aunque actúe como si no existiera, es quien es, gracias a él; y eso lo sabe a la perfección.
—¡Jimin! —grita Hoseok y corre a abrazarlo.
Jimin camina lento hacia la fogata en medio del almacén, donde siempre suelen juntarse con los chicos. No se había dado cuenta de lo mucho que extrañaba el lugar hasta que entró y vio los familiares rostros de los chicos tomando cerveza alrededor de la fogata que seguramente hizo Yoongi. Todos lo abrazan y lo saludan.
El corazón de Jimin se encoge ante tanta alegría, estos cinco chicos han sido su familia entera, y si bien se unieron por una desgracia, es lo mejor que le ha pasado en toda su vida.
—Extrañaba este asqueroso lugar —dice sentándose en el polvoriento sofá.
—Es bueno verte caminar de nuevo —dice Taehyung tendiéndole una cerveza—. Es bueno verte aquí, hermano.
—¡Ay! Hasta me dan ganas de sentir cariño. —La voz de la pequeña mujer se hace presente desde la entrada del almacén, pero nadie gira, a excepción de Jimin quien se sorprende por completo—. Así que a ti es a quien tengo que agradecer.
—¿Quién eres? —dice Jimin mirando a la pequeña mujer.
La famosa Yeonsoo se para frente a él por lo que Jimin la examina sin filtro. Después de todo, esta es una de las mujeres más temidas. Y no precisamente por ella, sino más bien por quien era su novio. Aunque este tiempo en reposo que tuvo que tomar, se dio el lujo de pagarle a Watson por información sobre la menuda mujer, y todo lo que dijo le hizo estremecer hasta el hueso. Un nombre ya no se une al de Hyun, más bien hace resplandor a más no poder con solo su inicial.
—Si no fuera por tu deuda, Hyun nunca se hubiese enterado que eras amigo de Yoongi, por lo que nunca te hubiese dado una golpiza, sumando que sin esos tres acontecimientos hoy no estaría aquí peleando en Albutula con tres peleadores espectaculares —dice ella enumerando con sus dedos.
—¿Qué? —Jimin gira hacia el par de amigos—. Me dijeron que solo pelearía Yoongi.
—Cambio de planes, muñeco —le guiña un ojo y se sienta a su lado.
—¿Podrías mantenerte lejos de nosotros solo por cinco minutos? —escupe Yoongi fastidiado.
—Sí, pero me aburro sola —dice juguetona insinuándose a Jimin.
—Sabes que nadie aquí te desea, ¿verdad? —dice Yoongi dándole una calada a su cigarrillo.
El ego de Yeonsoo es golpeado con brusquedad, pero sonríe con malicia.
—No estés tan seguro —dice recorriendo con la vista a Taehyung que la mira fijamente a los ojos sin decir nada.
Yoongi delinea la línea en busca del objetivo de Yeonsoo, y cuando llega de golpe a Taehyung su estomago re remueve, y por unos segundos siente una pizca de celos, pero no está tan seguro, de hecho, se niega a esa posibilidad.
—¿Quién pelea con Yoongi? —interrumpe Jimin.
—Taehyung y yo —Namjoon se encoge de hombros tomando un trago de cerveza.
—Tranquilo, muñeco. —Yeonsoo se levanta de su asiento y le quita la cerveza de la mano a Yoongi—. Gracias cielo… —le susurra cerca de su boca y vuelve a Jimin—. Tus amigos son unas bestias para pelear, yo temería más por el otro que ellos.
Toma un trago largo de cerveza y se gira para salir nuevamente del almacén.
»Mañana peleas, Yoongi —dice y tira la botella al suelo. Esta cae de un golpe seco estallando en mil pedazos y esparciendo lo poco de cerveza que quedaba dentro. Todos la ven irse entre la penumbra de la luna.
—¿Siempre es así de intensa? —pregunta Jimin mirando aún por donde desapareció Yeonsoo.
—Sí —dicen al unísono Yoongi y Taehyung.
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