42


La incandescente luz que entra por la ventana le molesta en los ojos. Fastidiada abre los ojos con mucha pesadez. Tiene demasiado sueño como para ser consciente de sus acciones ahora mismo.

Abre un ojo y mira la ventana, está demasiado lejos para que pueda cerrarla con la mano sin levantarse, frunce el ceño al recordar que en realidad su ventana está mucho más lejos que esa. Se sienta asustada y mira alrededor. Un pequeño departamento monoambiente se muestra frente a ella. Con el ceño fruncido gira a ver el dueño del brazo que la envuelve.

El dormido y sereno rostro de Namjoon se encuentra a su lado; tiene el cabello despeinado y son visibles las marcas violetas en su cuello y pecho. Hunter se muerde el labio, en definitiva es alguien que es imposible de olvidar. La manera en que sus manos se movían, sin olvidar su juguetona lengua.

Suspira pesada y se levanta, se coloca el vestido sin ropa interior y sus zapatos. Le hecha una última vista a Namjoon, no quiere olvidarse de ese hermoso espécimen, y aunque quisiera, no puede volver a acostarse con él. Su lema es: una vez y luego no te vuelvo a ver.

Saca su celular de su bolso de mano al mismo tiempo que una llamada entrante suena.

—¿Hola? —susurra Hunter mientras sale a hurtadillas.

—¿Dónde estás? —una preocupada y alterada Haneul suena del otro lado.

—Estoy en... —Mira la puerta cerrada del departamento—. mi casa, ¿porqué?

—¡Dios! No recuerdo nada de anoche. —Su voz se calma consideradamente—. Llame a Yeonsoo, dijo que no la molestara y colgó.

Hunter sonríe y pone los ojos en blanco.

—¿Nos vemos hoy para estudiar?

—¿En serio quieres estudiar con esta resaca? —musita incrédula Hane.

—Por supuesto. —Hunter ha salido del departamento, busca un taxi que pueda llevarla a su casa ahora—. Se la receta de un buen desintoxicante. Estoy ahí en dos horas.

—De acuerdo, pero trae a Yeonsoo —dice y cuelga.

Hunter toma el primer taxi que aparece a su vista y le da la dirección de su departamento, debe darse una larga ducha y tomar algo para su fresca resaca que palpita en su cabeza.

Al llegar, se despoja del vestido y se da una rápida ducha, se coloca un pantalón de mezclilla azul claro, zapatillas blancas y una blusa de manga tres cuarto el triple de ancho que su talla. Coloca en su cabeza un gorro negro y quita cualquier exceso de maquillaje de su rostro.

Mientras toma un café toma su móvil y marca a Yeonsoo.

—¿Ahora tú? —masculla molesta y ronca, parece aún dormida.

—Si, ahora yo —dice divertida—. Vístete que iré por tí.

—No me jodas, estoy muriéndome.

—No me importa, te llevo un desintoxicante.

—¡Púdrete!

—Si no te cambias para cuando llegue voy a sacarte a rastras —advierte divertida y cuelga.

⭒❀⭒

Yeonsoo tira el móvil con violencia sobre la cama y vuelve a recostarse, su cuerpo está sumergido en un dolor sordo y su cabeza duele a gritos.

Yoongi aparece por el marco de la puerta sonriendo de oreja a oreja, mientras prepara café.

—¿Está todo bien, amor? —La burla de filtra en su tono de voz.

—Vete a la mierda. —Yeonsoo se tapa el rostro con la almohada ahogando un grito.

—Si tan solo hubieses admitido que estabas celosa...

—¡No estaba celosa! —Tira su cabello hacia atrás con furia.

—De acuerdo —dice Yoongi divertido y burlón—. Hice café para ambos.

—Dije que te pudras. —Yeonsoo lo mira amenazante, él ríe por lo bajo y se va negando con la cabeza.

Yeonsoo sabe por qué Hunter va a venir a buscarla, y a pesar de que le gustaría partirle la cara a todo el mundo, sabe que debe ir. Aún hay mucho por estudiar y la fecha del examen se acerca. Aunque es en vano, al final ni siquiera podrá entrar a la universidad aunque lo intente. Pero debe asegurarse, que antes de que toda su vida se vaya al demonio, que es capaz de entrar a una de las mejores universidades. Aun si no asistirá.

Se levanta y camina arrastrando los pies hasta el cuarto de baño, se despoja de la ropa y se mete a la ducha, dejando que el agua caliente estremezca su frío cuerpo.

Al salir, toma su usual pantalón de mezclilla negro apretado, una polera de manga corta ancha con cortaduras en los costados y se hace una desalineada coleta alta. Se aplica un poco de maquillaje negro sobre sus ojos y coloca colonia.

Yoongi está totalmente cómodo viendo una película con café en mano.

—¿A dónde vas? —pregunta desde el sillón. Ella gira pesada y lo mira escrutadora.

—No te importa. —Le saca el dedo del medio.

—De acuerdo, cuídate. Me llamas cualquier cosa. —Yoongi sonríe y vuelve a su película.

La pelinegra pone los ojos en blanco y toma la mochila que está tirada a un lado de la puerta de entrada para colgarla en su hombro. Al salir se asegura de dar un fuerte portazo.

Da un par de pasos y se detiene, se maldice a sí misma y vuelve; tira la mochila en el mismo lugar y se sube ahorcadas sobre el regazo de Yoongi.

—Lo siento —dice besándolo. Muerde el labio inferior de él con suavidad y lo estira un poco—. Jamás voy a admitir que estaba celosa.

—Lo sé. —Yoongi la toma de la cintura y la acerca más. Vuelve a besarla sintiendo que hace años no probaba sus labios, saboreando la menta en su boca.

Yeonsoo mete sus largos dedos en el sedoso cabello de Yoongi para profundizar más el beso, mientras él se aferra a sus caderas con fuerza. Ella se menea un poco, provocando cuanto pueda de su acompañante, y lo hubiese logrado de no ser por el insistente e irritante tono de una llamada entrante. Yoongi sin despegar los labios de Yeonsoo toma el móvil y lo coloca en voz alta.

—¿Hola? —dice entre besos con los ojos cerrados.

—Isilo, hay una pelea hoy. —La voz de Hyun estremece a Yeonsoo quien se separa de inmediato de Yoongi, hacía tiempo que no hablaba con él.

—Bien —masculla y cuelga, sabe que suele mandarle la dirección por mensaje por lo que no se gasta mucho en hablar con él—. ¿Estás bien?

El pelinegro acuna el rostro de Yeonsoo y la mira a los ojos, ella asiente y vuelve a besarlo.

Otra llamada entrante resuena.

—¿Quién? —dice Yoongi totalmente fastidiado. Vuelve a colocarlo en voz alta y besa a Yeonsoo.

—Es la antepenúltima pelea, antes de la final —murmura Hyun, el veneno en su voz se nota a leguas.

Yoongi se separa de Yeonsoo y traga duro, sabía que el momento llegaría, pero no esperaba que fuera tan pronto. Por fin, puede ser libre del trato de Hyun, por fin Yeonsoo dejará de huir y podrá hacer una vida normal al lado de Yoongi.

—¿Cuál es el problema? —masculla Yoongi serio y seguro de sí.

—Son cuatro peleas.

—Bien. Mándame la dirección.

—Por supuesto, Isilo. —Ríe—. Estoy ansioso por que te enfrentes con mi peleador, ya extraño a Yeonsoo.

Ella se estremece pero no dice nada, ahora está todo en juego. Decide que sería bueno para subirle un poco el humor molestar y provocar a Hyun, para hacerle saber que sus tontas palabras no provocan nada en ellos, aunque no se cierto. Yeonsoo comienza a dar pequeños saltos sobre el bulto de Yoongi quien frunce el ceño confundido por lo que pasa.

—Ah... Isilo... ah —gime con fuerza—. Ahh... más... dame más... ah.

Yoongi no puede dejar de verle con diversión mientras ella cierra los ojos y pasa sus manos por todo su cuerpo, fingiendo tener sexo con él. No entiende el porqué de su acto, pero debe admitir que aquellos movimientos y jadeos comienzan a excitarlo un poco. 

—Púdrete, Yeonsoo —masculla entre dientes Hyun del otro lado de la línea. 

Yeonsoo ríe por lo bajo y se detiene.

—Si es todo, debo irme. Estamos ocupados —ronronea Yoongi, mirando a su acompáñate con los ojos oscurecidos.

—Adiós, Yeonie. Te veo pronto —dice Hyun, cambiando su tosco tono a uno más coqueto. 

Yoongi no da demasiada importancia y cuelga. Yeonsoo enseria por completo, como si toda la broma anterior nunca hubiese pasado.

—Debo ir a ésta pelea. —Yeonsoo lo mira seria—. No voy a dejarte quedando tan poco.

—No hay necesidad de...

—No te pregunté —lo interrumpe—. Voy a ir, ahora le cancelo a Haneul y nos vamos a entrenar.

—¡Para nada! —Yoongi la toma por los brazos—. Tú irás a estudiar con Haneul y yo entrenaré con los chicos. Si quieres te llevaré a la pelea.

—Pero...

—No hay peros. —Él acuna el rostro de Yeonsoo y la atrae más—. No voy a dejar que esto arruine nuestras vidas, nunca estuve más en paz desde que llegaste a mi vida. Peleare todas las peleas que sean necesarias para que nuestras vidas permanezcan así como están.

Las ganas de decirle que lo ama le pican, pero tiene miedo a ser rechazada por lo que lo único que puede hacer es besarlo.

—Ahora ve, estudia mucho y haz enojar a Haneul. —Yeonsoo ríe y se despide justo a tiempo cuando la puerta es tocada.

—Mándame la dirección de dónde va a ser la pelea —señala y abre la puerta encontrándose con el rostro demacrado de Hunter—. Vaya, te ves del asco.

—Tu igual. —Le tiende un café helado—. Odio estudiar, y odio la resaca.

—Yo las odio a ustedes y acá estoy. —Frunce los labios, Hunter ríe fuerte y niega con la cabeza—. Vamos a reventar a Haneul.

⭒❀⭒

Hunter y Yeonsoo decidieron que mejor estudiaban sin Haneul. La castaña les llamó diciendo que debía salir con su madre pero que en cuanto llegara podían ir a su casa.

De alguna forma, estudiar sin Haneul es mejor, y no porque la castaña fuera mala ayudando, si no, porque Yeonsoo se concentra en molestarla en vez de estudiar. Ahora, sin embargo, ante la ausencia de Hane, Yeonsoo y Hunter pueden concentrarse verdaderamente.

Prefieren estudiar en una cafetería, de preferencia en la que Hunter trabaja, para así no recibir mala miradas por el largo tiempo que llevan. Eligen la mesa del fondo con vista al callejón donde depositan la basura.

Yeonsoo se concentra al cien por ciento, para así no pensar demasiado en lo que realmente está pasando con Yoongi y Hyun. Una pizca de nerviosismo la invade, sabe que el que las peleas lleguen a su fin significa dos cosas; su libertad y que por fin aquel secreto que ha ocultado desde que conoció a los chicos, saldrá a la luz.

Sinceramente, la segunda la tiene estresada, sabe que si eso sale a la luz su vida junto a Yoongi y los demás chicos terminará.

—Debo irme. —Yeonsoo cierra con fuerza el libro asustando a Hunter.

—Pero recién empezamos esta unidad. —Hunter la mira confundida.

—Lo sé, voy a volver. —Se cuelga la mochila en el hombro y sale sin dejar que la rubia replique. Saca su móvil del bolsillo y marca su número—. Necesito que nos vemos.

—¿Para qué? —masculla irritado.

—Te veo ahí —dice y cuelga.

Los nervios le crecen en el interior, sabe que si lo sigue pensando cambiará de opinión y será el peor error de su vida.

Toma el primer taxi que ve y se monta, no tarda demasiado llegar a aquella vieja casa.

Al entrar se encuentra con el sujeto que le ha hecho la vida imposible los últimos meses.

—¿Ahora qué? —Se levanta fastidiado.

—No voy hacerlo, no puedo dártelo —musita Yeonsoo con la voz enroquecida.

—¿Qué? —ríe por lo bajo incrédulo.

—Ya me escuchaste, no voy hacerlo. —Levanta el mentón, segura de sí misma.

—¿Acaso crees que ahora importa? Ya está hecho, en la última pelea me quedo con Isilo y toda su banda. Ese fue el trato por tu libertad. —Se sienta en el polvoriento sofá.

—No quiero mi libertad; yo por ellos. —Traga duro, sabe que de cualquier forma, su vida al lado de Yoongi termina cuando la última pelea empiece.

—Ni de broma. —Ríe y le pasa al lado—. ¿Qué te hace creer que me quedaré con basura en vez de el pez gordo? No me hagas reír.

—Entonces todo se termina ahora, y no volverás a saber de mí y no los tocarás a ellos. —La voz de Yeonsoo se quiebra ligeramente.

—Ya no puedes salir. —Se acerca a ella, tanto que sus respiraciones se mezclan—. Estas hasta el cuello, y la única forma de zafarte es saliendo en una bolsa de la morgue. —Ríe malicioso—. No me molestes.

Dice y se va, dejando a Yeonsoo un manojo de nervios, sabe que debe hacer algo. Antes de que sea demasiado tarde.

Sale corriendo y toma un taxi, la única que persona que puede salvar a los chicos en estos momentos no suele gustarle hablar con ella, de hecho si por él fuese, ella ya estaría bajo tierra.

⭒❀⭒

Yeonsoo sale con el rostro empapado, las cosas están claras y no hay otra forma, ella sabía que esto terminaría mal y aunque le hubiese gustado seguir adelante con el plan inicial ahora no puede.

Ya es de noche. Probablemente Yoongi está a punto de escribirle para que asista a la pelea, ella sorbe la nariz y pestañea con rapidez para ahuyentar las lágrimas.

Le marca a Hunter para saber dónde está, y ella le responde que aún sigue en la cafetería esperándola. A pesar de que le gustaría no ir, decide que sí; si las cosas van a ser de aquella manera al menos le gustaría continuarla de la forma más normal que le permitan.

Al llegar a la cafetería ve a Hunter rodeada de libros, con el cabello hecho un desastre, delatando las veces que ha pasado sus manos por él; y la mirada perdida en una hoja con colores fluorescentes.

—¿Por qué sigues estudiando? —Yeonsoo tira su cuerpo cansado sobre la silla frente a ella, cerrando los ojos.

—Te ves como la mierda, ¿estás bien?

—Mejor que nunca.

—No se tú, pero yo realmente quiero entrar a la universidad —dice retomando la lectura.

—¿Por dónde vas? —Yeonsoo comienza a sacar los papeles, al mismo tiempo que el sonido de una llamada entrante suena. Ella saca el celular y sonríe de manera involuntaria al ver el nombre de Yoongi.

—Hola, amor —musita sereno y en paz. Un nudo se forma en la garganta de Yeonsoo pero se obliga a tragarlo.

—Hola, amor —responde cerrando los ojos—. ¿Qué sucede?

—La pelea empezará en una hora, te mandaré la dirección por mensaje.

—De acuerdo, ¿cómo crees que están?

—Nada mal, de hecho creo que podremos pelear sin salir con ni un rasguño.

—Yoongi, no te confíes —dice Yeonsoo mostrando lo preocupada que realmente está.

—Lo sé, pero soy positivo. Además ya te dije que no arruinare nuestro futuro juntos.

El corazón de Yeonsoo se oprime y se obliga a morderse el labio para no soltar el sollozo que amenaza con salir.

—De acuerdo, adiós. —Sin poder evitar más, corta y deja escapar un par de lágrimas.

—¿Estás bien? —Hunter deja a un lado los papeles y la mira preocupada, desde que conoce a Yeonsoo nunca la ha visto triste, mucho menos llorar.

—Nada está bien, nunca nada estará bien. —Ella tira su cabeza hacia atrás frunciendo el ceño. Respira profundo y limpia sus lágrimas—. Estoy bien, sigamos.

—Vaya que eres fuerte. —Hunter sonríe melancólica y toma los papeles—. Es Haneul —murmura Hunter levantando su móvil que vibra. Contesta y lo coloca en voz alta—. ¿Si?

—¡Hunter! ¿Estás con Yeonsoo? —chilla Haneul consumida por la desesperación.

—¿Qué pasó? —Yeonsoo habla bajo pero seguro.

—¡Lo siento! —solloza contra el micrófono—. ¡Lo siento tanto! ¡No sabía qué más hacer!

—¡Demonios, Haneul! Cálmate y dime qué diablos sucede.

—Es Hyun. —Larga un fuerte sollozo. Yeonsoo abre los ojos sorprendida y su alerta se despierta—. Dijo que tenía a Jimin, le marqué y no respondía.

—¡Joder! ¡Eres una imbécil. —Yeonsoo se altera y guarda sus cosas al mismo tiempo que se levanta. Hunter sin entender absolutamente nada imita a Yeonsoo y la sigue hasta afuera del local—. ¿Dónde estás?

—No lo sé, estoy cerca de unas bodegas —llora contra el micrófono, está horrorizada.

—¿Hyun está contigo?

—No, intenté llegar a él pero mataron a alguien y me escondí.

—Sé dónde estás. No te muevas de ahí, ni dejes que nadie te vea. —Yeonsoo mira hacia la calle en busca de un taxi—. Voy por ti.

—Por favor, apresúrate —solloza y cuelga.

—¿Qué sucede? —murmura Hunter intentando buscar la mirada de Yeonsoo.

—Nada, vete a casa.

—No voy a irme, dime ahora mismo qué demonios sucede. —Hunter la toma del brazo y la obliga a girar. Yeonsoo la empuja lejos de ella—. No soy Haneul, se defenderme.

—No voy a poner más gente en peligro. —Yeonsoo niega con la cabeza y gira en busca de un taxi.

—Voy a seguirte toda la puta noche si es necesario. —Hunter se coloca al lado de ella y con dos dedos en su boca da un fuerte silbido. Un taxi se detiene frente a ellas.

Yeonsoo la mira sorprendida, en realidad no tiene ni una pizca de miedo.

—Van a matarte, de verdad.

—No voy a dejarte ir sola —dice cruzándose de brazos.

Yeonsoo entra dejando que Hunter suba con ella. No hay tiempo que perder y si Hunter quiere saber ella le dirá, después de todo no puede obligarla a no involucrarse. Ya lo intentó con Haneul y todo salió peor de lo que creía.

Le da la dirección de Yoongi, debe ir por su arma que ha guardado hace meses. Comienza a contarle a Hunter sobre la historia desde el principio, de quién es Hyun, de lo enfermo y retorcido que puede llegar a ser. De las peleas, de absolutamente todo.

Hunter lo único que hace es abrir los ojos cada vez más, quedando sorprendida de que todas esas cosas sucedan en la vida de ellos. Parecían tener una vida tan corriente y aburrida como la suya que con cada palabra que sale de la boca de Yeonsoo lo único que se le ocurre es salir corriendo.

Llegan a la pequeña casa y le piden al taxista que aguarde un momento, entra corriendo a su habitación y rebusca en los cajones un arma.

—¿Qué haces? —dice Hunter detrás de ella.

—¿Te dije todo y aún sigues aquí? —Yeonsoo abre los ojos fastidiada. Creía que contándole la verdad se iría.

—Los he visto, ustedes son una familia. —Hunter se amarra el cabello en un coleta alta—. Se cuidan el uno al otro, y quiero pertenecer a ésta familia. Por favor, déjame.

—Van a matarte. —Yeonsoo niega con la cabeza y corre hasta la habitación de Yoongi, sabe que él también tiene un arma. Verifica que tenga todas la balas y la tiende—. ¿Sabes manejar una?

—Mi padre era cazador, aprendí ciertas cosas. —Hunter sonríe de lado. No hay miedo en su mirada.

—De acuerdo, vamos. —Hunter y Yeonsoo dejan las mochilas, y salen.

—¿Por qué no llaman a la policía? —cuestiona Hunter al subir al taxi.

—Porque si Hyun cae, Yoongi, Jimin y todos caemos con él. No olvides que la droga es ilegal. Cualquiera que la consuma y venda tiene una sentencia penal.

—Oh... —Es lo único que puede decir la rubia.

El taxista las deja a una distancia razonable de las bodegas dónde Hyun suele tener su pequeña fábrica de drogas. Yeonsoo se baja seguida de Hunter.

—Es mala idea que estés aquí. —Yeonsoo niega con la cabeza.

—Estoy segura que hay más de diez personas ahí dentro. —Hunter carraspea—. ¿Dime qué harás sola? ¿Dispararles a todos? Ni siquiera tienes balas suficientes. Déjate de tonterías y vamos por la imbécil de Haneul.

Yeonsoo sonríe de lado y asiente, busca su móvil en el bolsillo trasero del pantalón pero no lo encuentra, seguramente se cayó en la casa cuando estaba buscando las armas.

Hunter saca el suyo y marca el número de Haneul.

—¿Dónde estás? —susurra Hunter mientras sigue de manera sigilosa a Yeonsoo.

—No lo sé, está oscuro y se escuchan máquinas.

—¿Hueles algo? —pregunta Yeonsoo.

—Si, un horrible olor a químicos. Estoy respirando por una pequeña ventana, de lo contrario estaría desmayada.

—Demonios. —Yeonsoo gruñe por lo bajo—. Sé dónde estás, voy por ti.

Hunter guarda el móvil en el bolsillo delantero de su pantalón.

Comienzan a caminar entre las grandes bodegas del lugar. No puede sentirse más incómoda al sentir la familiaridad del lugar, es como si todo su ser correspondiera a los olores y texturas.

Un par de chicos pasan cerca de ellas, pero Hunter es más rápida y logra advertirle a Yeonsoo, para que así se escondan en la oscuridad del lugar.

Verifican que en realidad no hay nadie más y continúan. Haneul está escondida en una de las pequeñas fábricas del lugar. Seguramente hay gente custodiando el lugar, sin embargo, al haber una pelea es probable que no esté tan resguardada como por lo general estaría.

Llegan a la entrada de una de las fábricas, pueden ver a dos hombres fumando y platicando animadamente. Yeonsoo los reconoce y sabe que esos sujetos son capaz de matarlas.

—Ahí está. —Hunter señala una ventana en lo alto del lugar. Se puede ver cómo Haneul saca su cabeza por la pequeña ventana para respirar.

Yeonsoo mira con determinación el lugar, Haneul no pudo llegar hasta ahí sin que la vean. Una escalera oxidada se muestra a un costado que llega hasta la terraza del lugar. La pelinegra le hace una señal a Hunter para que la siga en silencio y de manera sigilosa; ambas suben hasta la ventana donde Haneul ahoga un grito pero de inmediato se tapa la boca.

—¡Cállate! —Yeonsoo la golpea suave. Haneul hace un puchero involuntario y vuelve a llorar, ahora abrazando a Yeonsoo.

—Lo siento —se disculpa.

—Basta, hay que irnos. —Yeonsoo la ayuda a salir de su escondite.

—¿Porque vino? —Haneul regaña a Yeonsoo—. ¿Por qué la involucras? Sabes que es peligroso.

—¡¿Es broma?! —Yeonsoo grita en un susurro incrédula—. Te quise sacar de esto y no me escuchaste, al menos ella sabe disparar.

—Y no lloro por todo. —Hunter sonríe burlona.

Haneul abraza también a la rubia, las tres chicas bajan sigilosas. A pesar de que no hay demasiadas personas y que es probable que Hyun no esté ahí, son demasiados para ellas tres.

Hunter se tropieza al final de las escaleras cayendo en un montón de chatarra.

—¡Corre! —grita Yeonsoo al ver que los dos sujetos de la entrada las ve.

Comienzan a correr de manera desesperada fuera del lugar, con la esperanza de encontrar cualquier auto que pueda llevarlas a un lugar seguro.

El aire frío quema contra el pecho de las tres, sus extremidades tiemblan de miedo y pánico. En algún punto de la noche creyó que sería buena idea avisarle a Yoongi sobre lo ocurrido, pero claro que no podía. Si tan solo él se atreviera a ausentarse de la pelea todo se iría a la mierda, sin mencionar que no le dejaría ir sola. 

Un disparo que hace eco entre las bodegas las detiene por completo.

—¿A dónde crees que vas?












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