41
Pasó casi un mes desde que Jimin y Haneul se vieron a la horilla del río Han en donde se prometieron amor. Casi un mes desde que decidieron mantener en secreto su relación por miedo a las repercusiones. Casi un mes desde que la ve a escondidas en su departamento y la espera para entregarse el uno al otro sin miedo a lo que pasará. Pero, ni en mil años, pensó que el proponer mantener su relación en secreto traería este tipo de consecuencias.
La castaña se encuentra de perfil a él, parada tirando el peso en una pierna totalmente desconocida. Jimin la escanea de pies a cabeza. Viste unas botas largas hasta arriba de las rodillas de color negro; una minifalda cintura alta de cuero negro que termina justo al borde de su trasero. Arriba, lleva un body con escote hasta tres dedos más arriba del ombligo, con espalda al total descubierto. Tiene el cabello recogido en una coleta alta, los ojos con un pronunciado delineado negro y los labios rojos.
Todos están completamente sorprendidos ante esa faceta de Haneul, y no es que no le agrade, si no que, después de todo, no esperaban verla así
Por otro lado, Yoongi arde de celos al escuchar como los chicos de la mesa continúa se deleitan con la figura de la pelinegra. Esta lleva botas militares negras hasta dos dedos debajo de la rodilla con cordones; medias de red negras; una camisa grande de seda que apenas llega a cubrirle el trasero; tiene todos los botones desabrochados hasta la cintura donde un ancho cinturón la envuelve dejando ver sólo su sostén de encaje negro. El cabello lo tiene en un desordenado y gran moño en forma de tomate, dejando que algún mechón caiga sobre su frente. Lleva el mismo delineado que Haneul, y en los labios un color púrpura de tiro los pinta.
—¿No crees que es demasiado? —dice Haneul tomando de su trago, en realidad no sabe qué demonios es esa bebida azul que mete a su sistema, solo sabe dulce y quema un poco.
—¡Por dios! No. —Hunter se gira al cantinero y sonríe—. Me das tres más.
El tipo asiente y se va directo a preparar más bebidas.
Hunter viste un vestido de seda rojo, con escote y espalda descubierta, igual que sus compañeras, no le cubre lo suficiente pero así está bien. Tiene el cabello liso, los ojos delineados y la boca de un licor vinotinto con gloss.
—Déjame disfrutar, quiero ver un par de chicos lindos. —Yeonsoo escanea la barra en busca de una víctima.
—Pero estás con Yoongi —dice casi horrorizada.
—No voy a follarmelos —escupe—. Solo quiero tragos gratis.
—Traje dinero —dice sonriente abriendo su cartera de mano.
—¡Dios! Tienes mucho que aprender —masculla frunciendo el ceño. Haneul busca ayuda en el rostro de Hunter pero esta solo asiente a favor de Yeonsoo—. Déjame mostrarte cómo se hace.
Yeonsoo da una media sonrisa seductora y se levanta en busca de su víctima. Un chico de casi su misma edad está en la otra punta de la barra, pero al alcance para que todos vean. Yeonsoo se acomoda la camisa y se acerca para sentarse a su lado.
—¿Puedo pedirte algo? —El chico la mira de pies a cabeza escaneandola a detalle.
—Tal vez —dice Yeonsoo coqueta y desinteresada al mismo tiempo.
—Creo que te conozco —dice él depositando su vista en el pecho de la castaña.
—También creo lo mismo. —Yeonsoo se para y se acerca a él colocando una mano en su hombro—. Se me apetece un champagne. —El hombre seductor levanta una mano para llamar al barman y la otra la coloca en la cintura de Yeonsoo.
—Tráeme un vaso de Champagne.
—La botella —susurra Yeonsoo seductora sobre su oído. Puede sentir como se estremece el hombre.
—La botella —corrige seguro. El barman acerca la botella con dos copas y la abre—. ¿Qué tal si salimos de aquí y tomamos esto en algún lugar privado?
—Me encanta la idea. —Yeonsoo se acerca lo suficiente para que un muslo de ella roce su entrepiernas—. Debes pagar esto —señala.
El hombre saca su cartera y coloca los billetes en la mesa, Yeonsoo espera que el barman tome el dinero y luego sonríe satisfecha.
—Ve y te alcanzo, debo avisarles a mis amigas. —Hace un mohín para restarle importancia. Sabe que debe provocarlo un poco más para que caiga—. Esta camisa me está dando calor. —Se pasa los dedos delicadamente por el borde de la camisa y tira su cabeza hacia atrás entreabriendo un poco la boca.
—De acuerdo. —Asiente sin frenesí el hombre y sale, Yeonsoo toma la botella y le hace una rápida señal a Hunter quien corre a ella y la toma. La pelinegra se acerca al guardia de seguridad que conoce hace años—. Ese infeliz me tocó, no lo dejes entrar Jyon —le susurra al guardia. Este asiente y sale detrás del hombre que antes fue víctima de Yeonsoo.
Observa la mirada perpleja de Haneul y ríe ante esta.
—¿Por qué esa cara? —dice Hunter tomando tres copas para servir champagne.
—¡Qué fácil se vió! —chilla sorprendida tomando de un solo sorbo todo el contenido dorado de la copa.
—Es más fácil con lo que ya están bailando. —Yeonsoo escanea la pista de baile—. Ahora te toca a ti.
—¡Joder! Son unas casas fortunas —dice el chico de la mesa de al lado. Desde que los seis amigos han visto a las tres chicas, no han articulado palabra alguna.
—No me importa, le doy todo el dinero que tengo si me toca como a ese tipo. Quiero esos pechos en mi cara —escupe otro de manera morbosa.
—Yoongi... —comienza a hablar Hoseok al ver cómo su amigo intenta levantarse. Está completamente sorprendidos ante la picardía de Yeonsoo con ese tipo.
—Si vuelve a decir otra cosa voy a partirle la cara —suelta Yoongi siendo consumido por los celos.
—Mejor vamos a otro lado —dice Jimin, incapaz de ver cómo Haneul se insinua a un chico solo para sacarle bebidas gratis. No es la Haneul que conoce.
—¡No jodas! Esperamos a que se embriaguen un poco más y estarán listas para nosotros —murmura el mismo chico de la mesa de al lado.
Yoongi se levanta con brusquedad pero Namjoon lo detiene del brazos. Sabe que será una larga noche y no tiene intención alguna de dejar indefensa a Yeonsoo, pero ese en realidad no es su mayor preocupación porque sabe que ella no se doblegara tan fácil ante la bebida o un par de chicos, en realidad, teme que Haneul o Hunter cometan un error y Yeonsoo termine en peligro.
—Mejor nos quedamos —dice negando con la cabeza.
Un par de chicos se instalan al lado de las chicas, tanto que comienzan a tocarles por «accidente».
—¡Oye idiota! —Yeonsoo lo empuja. El tipo gira y sonríe de lado.
—No te vi, lo siento.
—¡Claro que me viste! Aleja tus manos de mí —lo encara, dispuesta a darle un puñetazo en la cara.
—Tranquila, solo quería charlar y tomar algo. —Levanta las manos rindiéndose, sin quitar su expresión divertida y burlona—. Toma. —Le entrega un vaso, Yeonsoo se cruza de brazos y retrocede con el ceño fruncido.
—Es una fiesta, Yeonsoo. —Hunter rueda los ojos y toma el vaso, pero antes de siquiera acercarlo a la boca, una gran mano la detiene.
—Le metieron droga, no bebas —gruñe la gruesa y ronca voz de Namjoon que suena detrás de Hunter, esta gira totalmente sorprendida y lo escanea de pies a cabeza.
La altura y la masa corporal de Nam es todo lo que Hunter necesita para rendirse a sus pies y ser su sumisa. No tenía pensado estar con un chico, pero ahora que lo tiene frente a ella, lo único que quiere es que la tomé con esos grandes brazos y la folle duro.
Yeonsoo frunce el ceño al ver al a su amigo ahí. No le toma ni un segundo saber que no solo está él, sino todo el grupo, incluyendo a Yoongi. Y no es que le desagrade, pero en realidad quería pasar una noche lejos de ellos.
—Lárgate. —La ronca y pastosa voz de Yoongi suena a su espalda, Yeonsoo gira de inmediato y ve la espalda del pelinegro que encara al chico.
—¡Vamos amigo! —El sujeto tira los brazos al aire—. Podríamos haberlas compartido.
Sin previo aviso un puñetazo colapsa contra el pómulo del sujeto, las tres chicas abren los ojos sorprendidas, pero no por el puñetazo en sí, sino porque quién lo ha dado fue Seokjin.
—¡¿Qué demonios?! —El chico se levanta rápido tocándose la zona golpeada. Los tres chicos que lo acompañan se paran listos para comenzar una pelea.
Entonces, como de arte de magia, Hoseok, Jimin y Taehyung aparecen dispuestos a hacerles entender que si quieren iniciar una pelea en definitiva van a perder. De alguna forma las tres chicas que aún siguen sorprendidas quedan detrás de los cuerpos de los seis chicos que están a punto de pelear.
El sujeto, escupe el piso asqueado pero termina por irse del lugar, sabe que va a perder además de que los guardias no van a meterse al conocer a Yoongi.
Yeonsoo bufa al cielo cansada, gira sobre su propio eje y toma de los brazos a las chicas para salir de ahí.
—Es una maldita pelea de testosterona —dice incrédula—. No tenemos nada que ver ahí, vinimos a bailar y beber. Eso haremos.
Ella se introduce en la pista, pasando a la muchedumbre como si fuera un laberinto de personas, hasta quedar fuera del alcance de los seis chicos que las han perdido por completo de vista.
—¿Qué hacen aquí? —pregunta Haneul confundida.
—No tengo ni idea, pero no necesito que nadie me defienda. —Tira su cabello con furia—. No tomes nada que no venga de mí —le dice a Hunter.
—Lo siento —musita apenada asintiendo.
Una canción bastante sensual comienza a sonar, las chicas sienten tantas emociones encontradas que lo único que pueden hacer es bailar, dejándose llevar por el ritmo.
Hunter solo quiere que el chico castaño de labios gruesos la toma por la cintura y la haga suya, está consiente que antes lo ha visto en la calle junto a Jimin, pero en ese momento se veía diferente, más serio y aburrido. Ahora, sin embargo, todo su cuerpo irradia peligro, lujuria y sensualidad. Es inevitable no caer en los encantos de Namjoon cuando está así de seguro.
Por otro lado, Haneul solo quiere irse, sabe que en algún lugar de la discoteca está Jimin. Ella quería al menos bailar con alguien sin sentir alguna clase de presión o engaño, pero ahora que sabe que él está por ahí, lo único en lo que su mente puede pensar, es que al igual que ella ni siquiera le escribió para asistir a la discoteca, él tampoco lo hizo. Y está bien, solo que se siente extraño, más cuando lo de ellos es secreto. Sabe que no engaña, o que sería incapaz de hacerlo, pero algo parece incorrecto ante a idea de ocultar su relación.
Yeonsoo mantiene los ojos cerrados, pasa las manos por todo su cuerpo, pero no de una manera suave, si no, de una más sensual y brusca. Cómo si quisiera golpear a todos los presentes en la cara. Yoongi no debía de estar ahí, se supone que sería noche de chicas, dónde podrían ser libres de hacer lo que quisieran. Sin embargo, ahora no puede dejar de pensar que Yoongi la vigila de algún lado del lugar, como si ella fuera de su completa pertenecía.
—¿Qué haces? —un susurro la sobresalta. Yeonsoo gira y encuentra unos escrutadores ojos miel mirándola con deseo.
—¿A qué te refieres? —Yeonsoo vuelve a bailar de la misma manera, ahora sintiéndose un poco más libre.
—¿Bailas así y esperas que nadie te observe?
—Puedes ver todo lo que quieras. —Yeonsoo se levanta un poco más la camisa a tal punto de que la costura de su ropa interior se ve.
—¿Qué haces? —Otra voz la sobresalta por detrás, esta vez sabe de quién es.
Yeonsoo vuelve a hacer lo mismo, ahora dejando ver un poco más de tela hacía su compañero de baile que ni siquiera le sabe el nombre. Yoongi toma las mano de Yeonsoo y la obliga a girarse.
—¡Suéltame! —chilla furiosa. Yeonsoo se aleja del lugar, pero Yoongi la sigue de cerca—. Deja de seguirme.
—¡¿Qué mierda fue eso?! —Yoongi deja salir todo el enojo acumulado por las acciones de Yeonsoo.
—¡Tu no eres mi dueño! —le grita encarándolo.
—No quiero ser tu dueño. —Yoongi frunce el ceño confundido.
—¿Crees que no puedo defenderme sola? —escupe con la voz enloquecida.
—¿Es por eso? —Yoongi ríe seco y se tira el cabello con fuerza—. Eres capaz de acabar con todos los presentes tú sola.
—¿Entonces? —Yeonsoo levanta una ceja y se cruza de brazos.
—Hunter ya había recibido el vaso, era cuestión de tiempo que tú y Haneul tomarán. —Suspira—. ¡Tenía droga!
—Dame espacio. —Ella da unos pasos hacia atrás.
—No estoy vigilándote. —Yoongi se acerca a ella lo suficiente para tomarla de la cintura y con el dedo meñique la obliga a mirarlo levantando su mentón—. Haz lo que quieras, bebe, baila, pero no me provoques.
—¿Estás celoso? —Arquea una ceja juguetona y divertida al mismo tiempo.
—Joder, estoy ardiendo de celos —admite por primera vez en toda su vida.
—Pues, jódete. —Ella continúa sin dar brazo a torcer.
Yoongi sonríe de lado y asiente.
—De acuerdo.
Se aleja sin quitar la vista de ella, barre la pista de baile y se acerca a su víctima. Una chica con un vestido diminuto baila de la misma forma que antes lo hizo Yeonsoo.
La pelinegra se cruza de brazos, sabe que intenta Yoongi pero no va a lograrlo.
Él le habla sin tocarla, la chica gira y lo escanea de pies a cabeza, Yoongi vuelve a decir algo a lo que la chica responde con una risa. Ha caído. La castaña coloca las manos en el cuello de Yoongi y lo obliga a acercarse más a ella.
El pelinegro deja de mirar de reojo a Yeonsoo para concentrarse solo y únicamente en la chica frente a él, la pelinegra intenta buscar su mirada, algo dentro de ella quiere ir a partirle la cara a la chica si Yoongi no se gira a verla.
Intenta convencerse de alguna manera que solo lo hace a propósito, pero al ver cómo ella comienza a pasar sus manos por todo el cuerpo de él, Yeonsoo decide que es suficiente. Se acerca a pasos agigantados. Toma del brazo a Yoongi y lo separa bruscamente.
—¡Oye! Está conmigo —chilla la chica con el ceño fruncido.
—¡Es mi hombre! Consigue el tuyo, amiga —masculla amenazandola con la mirada. Ella abre los ojos sorprendida y retrocede. Yeonsoo toma de la mano a Yoongi y lo saca de la pista—. Tu ganas.
—¿Tu hombre? —musita burlón.
—¡Cállate! —Se gira para irse directo a la barra, pero una pequeña inseguridad en ella la obliga a girar, toma a Yoongi del brazo de nuevo y lo obliga a ir con ella. Él ríe ante esa acción y la sigue entrelazando los dedos de sus manos.
Haneul y Hunter quedan mirando como Yeonsoo se va seguido de un enojado Yoongi. El chico que antes estaba con ella se pega a Haneul.
—¿Bailamos? —El chico la toma de la cintura a la castaña. Haneul abre los ojos sorprendida y busca ayuda con la mirada a Hunter.
—Diviértete, voy a buscar a... —Hace un mohín.
—¿Namjoon? —Haneul frunce el confundida.
—Hasta su nombre es candente. —Sonríe maliciosa y se va dejando a la castaña a solas con el desconocido de mirada escrutadora.
—¿Cómo te llamas? —El sujeto le susurra al oído, acercándola más a su cuerpo. Haneul se estremece y una gran parte de ella quiere correr a los brazos de Jimin.
—Hane. —Sonríe coqueta, ver a Yeonsoo y Hunter con esa confianza sobre su cuerpo la hace dudar de ella misma. Quiere demostrar que puede ser más que esa chica tierna y dulce que todos creen. Coloca una mano en el hombro de él y lo acerca lo suficiente para que sus respiraciones se choquen—. ¿Y tú?
—Lee —responde coqueto y comienza a pasar una de sus grandes manos por la piel desnuda de su pierna hasta llegar a la falda.
Haneul se remueve incómoda, no es usual en ella que haga ese tipo de cosas con extraños. Quiere demostrar que puede ser mejor que Yeonsoo y Hunter, pero algo dentro de ella no la deja seguir. El sujeto intenta subir solo un poco la falda y es lo que necesita para parar.
—¿Qué haces? —Ella se aleja de su toque.
—Solo me divierto. —Vuelve a tomarla y la acerca a su cuerpo, Haneul no quiere hacer ninguna escena por lo que, a pesar de forcejear, no logra alejarse ni un centímetro del agarre fuerte de Lee.
—¿Está todo bien? —Se acerca aquella voz inconfundible. Haneul lo ve y una pizca de alivio le recorre el cuerpo.
—Sí, vete —escupe el sujeto y frunce el ceño.
—No te pregunte a ti. —Él mira a Haneul quien ruega con la mirada que la aleje de él—. Ven, te estamos esperando en la mesa. —Le tiende la mano a la castaña.
—Pero...
—Lo siento —lo corta Haneul en dirección al sujeto y toma la mano de su salvador—. Gracias por eso, Jin.
—No me agradezcas. —musita y sonríe cálido. La lleva hasta la mesa dónde está Taehyung, Hoseok y Jimin—. Jimin me dijo que no te sentías cómoda con ese sujeto.
—Oh... —Es lo único que puede articular la castaña confundida y agradecida al mismo tiempo. No puede ser como ellas, y aunque quisiera.
Al llegar a la mesa saluda a todos con la mano y se sienta al lado de Hoseok quien no puede dejar de mirarla de pies a cabeza.
—Debes dejar de juntarte con ellas —articula Hoseok tomando todo el contenido de su vaso.
—¿Por qué?
—Mírate, no puedo pelear con todos los imbéciles que te miren, quiero disfrutar también. —Frunce el ceño y vuelve a servirse en el vaso.
—Hay una chica en la barra que no deja de mirarte. —Haneul sabe que su hermano puede ser un mujeriego sin remedio cuando se le apetece. Y ahora quiere mantenerlo lejos de ella.
—¿Cuál? —Mira en dirección a la barra.
—La de vestido azul. —Se muerde el labio nerviosa, si bien la chica mira de reojo para la mesa, no está segura que sea precisamente a Hoseok—. La que está con esa chica.
—De acuerdo, me apunto —dice Jin acomodando el cuello de su camisa. Hoseok ríe por lo bajo y se levanta.
La mesa se vacía un poco más, ahora solo queda Tae, Jimin y ella. Puede sentir la mirada de su novio encima, y no está preparada para enfrentarlo. Al menos no ahora. Por eso decide platicar un poco con el castaño de rulos.
—¿Cómo estás, Taehyung? —Se acerca un poco a él, sin embargo el castaño tiene la mirada perdida en un punto fijo en alguna parte de la pista—. ¿Qué le sucede? —le susurra por lo bajo a Jimin quien solo niega con la cabeza y hace una seña para que vea la pista.
Haneul intenta seguir la línea hasta llegar a Yoongi y Yeonsoo quienes discuten. Hace poco tiempo, cuando comenzaron a ser más íntimos, Jimin le contó que Taehyung estaba muy enamorado de Yeonsoo pero ella de alguna manera siempre le perteneció a Yoongi, algo parecido al triángulo amoroso de ella, Jungkook y Jimin. Ve como Yoongi se aleja de ella y comienza a bailar animadamente con una chica.
—Lo va a golpear —articula Jimin riendo por la estúpida acción de su amigo.
Yeonsoo interrumpe el baile y lo saca de ahí. Haneul no puede evitar mirar de reojo a Taehyung, quien se mantiene serio con el ceño fruncido. Pareciera que quiere atravesar toda la muchedumbre solo para llegar a ella y sacarla de ahí.
Ella se va, pero de inmediato vuelve por él y se lo lleva a la barra.
—No creo que esté suficientemente ebrio para aguantar esto. —Tae intenta levantarse pero Jimin lo detiene.
—Dijiste que estabas de acuerdo con la relación de ellos —masculla.
—Lo estoy, pero no voy a fingir que no siento nada por ella —farfulla entre dientes y sale de la mesa rápido para perderse entre la gente para dirigirse a la segunda barra que está un poco lejos de pista.
Haneul mira entristecida a Taehyung. Decide que no va a pensar demasiado en eso ya que de alguna forma, Jungkook podría estar pasando lo mismo.
Gira a ver a Jimin quien solo se mantiene mirando la animada pista de baile tomando cerveza.
—Gracias, por lo anterior —musita Haneul tomando de la champagne que todavía lleva con ella.
—No deberías estar aquí —escupe Jimin con cierto veneno en sus palabras.
—¿Qué?
—Haneul, tu no eres así, no perteneces a este tipo de lugares, ni te vistes así —menciona señalándola de pie a cabeza de manera rápida.
—¿Perdona? —Haneul abre los ojos sorprendida—. ¿Quién eres para decir dónde pertenezco y dónde no?
—No me estás escuchando. —Deja el vaso de lado y la encara acercándose más a ella—. Estoy seguro que tú vestimenta y el que estés aquí no es tu idea, no me malinterpretes, te ves hermosa y me alegra verte, pero no lo hagas por los demás. Si cambias tu forma de ser y de vestir que sea para comodidad tuya, no para demostrar algo.
—¿Quién dice que no es mi idea? —murmura ofendida.
—Cuando bailaste con ese chico estabas incómoda, se notaba en tu cara —anuncia—. No intentes ser como ellas, porque eres perfecta así.
—Es por eso que me mantienes a escondidas —masculla entre dientes, mirando hacia la pista.
Jimin le mira ofendido por las palabras que salen de su boca y decide acercarse a ella para poder hablarle sin que todos los se a su alrededor se enteren.
—Te dije que era para tu propia seguridad —responde de la misma manera.
—No me jodas, Jimin —murmura furiosa—. Deja de poner excusas. Si no me muestras ante los demás no es por mi seguridad, es porque temes a qué dirán los demás.
—¡Sí! me hierve la sangre que las personas piensen que no soy suficiente, porque es la puta verdad —murmura enojado, a punto de perder la razón—. Odio ser el drogadicto.
—Vete a la mierda, Jimin —chilla ella, con la voz enronquecida—. Te eleji sobre todos y sigues pensando en el qué dirán. Púdrete idiota.
Haneul saca la mirada de los ojos oscuros de Jimin, no puede enfrentarlo cuando tiene alcohol en su sistema. Fue una pésima idea venir vestida así y actuar de aquella manera. No es propio de ella y aunque no está mal que las demás lo hagas, Haneul no se atreve.
Enfurecida, destapa la botella de champagne y comienza a tomar directamente del pico. Sin respirar entre tragos.
—Vas a ahogarte. —Jimin intenta llegar a la botella pero Haneul golpea su mano y la aleja. Está demasiado enojada como para pelear estando sobria.
Yeonsoo termina su tercer trago y deja el vaso con fuerza sobre la madera de la barra. Yoongi pone los ojos en blanco, sabe que ella ya está un poco ebria, y a pesar de que se niega a hablarle porque según ella le arruina la noche, Yoongi ahora no puede alejarse.
Hunter ha desaparecido y Haneul está tomando directamente de una botella mientras Jimin la observa preocupado. No puede dejarla sola, cualquier idiota sería capaz de aprovecharse de ella.
—Hola. —Una chica se acerca a Yoongi quien está sentado en un banquillo a espaldas de la barra con los codos sobre esta. Yeonsoo mira de reojo pero no dice nada—. ¿Bailamos?
—Está conmigo. Vete. —Yeonsoo coloca una mano en el pecho de Yoongi y le dedica una fugaz y amenazadora mirada a la rubia parada frente a ellos.
La chica chasquea la lengua y se va encogiéndose de hombros.
—Si quieres que te deje sola, solo dilo. —Yoongi quiere sonar serio pero la diversión en sus palabras lo delatan. No puede estar más a gusto con los celos enloquecidos de Yeonsoo.
—Si te vas, te juro que voy a cortarte los testículos. —Ella lo mira de reojo vuelve a tomar de su vaso, ahora lleno.
—Creo que me voy. —Aparece Jimin con el ceño fruncido. Yeonsoo gira y lo mira de pies a cabeza.
—Te ves delicioso —musita y se relame los labios.
—Estas hermosa. —Jimin le sonríe y besa su mejilla—. Haneul está completamente ebria, la llevaré a su casa.
—No seas idiota, Jimin. Si sigues jugando a los novios en secreto con ella te dejará y juro que la apoyaré —suelta y deja que el líquido amarillento caiga por su garganta. El castaño asiente sin saber qué decir y mira a Yoongi.
—¿Estarán bien?
—Vinimos con ella. Es nuestro móvil —escupe Yeonsoo—. ¿Quién me llevará a casa?
—¿Es broma? —Yoongi dice obvio. Yeonsoo rueda los ojos—. Yo llevo a las chicas, no te preocupes.
—Gracias —los despide y se va ayudando a Haneul a caminar.
—¿Sabes dónde está Hunter? —Yoongi mira a su alrededor en busca de una melena rubia.
—Probablemente tenga su lengua en la garganta de algún idiota. —Se encoge de hombros ella.
La espalda de Hunter es golpeada con fuerza contra la puerta del departamento, sin piedad devora los carnosos -y ahora hinchados- labios de Namjoon. El castaño lucha con la contraseña de la puerta, el bulto entre sus pantalones palpita con fuerza.
Finalmente la puerta cede y Hunter se trepa en él, rodeando su cintura con sus piernas. Comienza a devorar su cuello sin cuidado dejando una que otra marca mientras Namjoon intenta sacarse toda la prenda de encima.
—Joder, estoy muy caliente —gruñe Hunter contra los labios de Namjoon.
—Voy a ir al infierno. —El castaño cierra los ojos con fuerza—. Eres la ex de Jimin.
—¿Me voy? —musita Hunter intentando regular su respiración. Namjoon la mira dudoso, la rubia mete una de sus manos dentro del pantalón y acaricia la palpitante erección.
—A la mierda.
El castaño se tira a la cama con ella encima. Dispuesto a no parar hasta sesear su sed de placer.
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