25
Yeonsoo se despierta por el insistente sonido de una llamada entrante, las ganas de romper en mil pesados el móvil contra la pared le pican, pero estira la mano para alcanzarlo y atiende. Podría ser alguien importante, como el responsable de terminar con la poca estabilidad que tiene su vida, o el maldito psicópata que organiza peleas clandestinas. De cualquier forma, debe escuchar lo que tiene que decir quien sea que está del otro lado.
—¿Hola? —dice medio dormida volviendo a su posición inicial.
—Quien sea voy a romper su cara —masculla Yoongi ronco y lento, apretando más el agarre contra el cuerpo de Yeonsoo, esta sonríe pero no dice nada.
—¡¿Cómo es que fueron a una pelea y no me avisaron?! —suena embravecido Jimin.
Una vez que verifica que es alguien poco relevante, coloca la llamada en voz alta para lo que sea que tenga que decir escuche Yoongi, y luego no ande de paloma mensajera.
—Es muy temprano para joderme la vida, Jimin. —Yeonsoo se masajea la cien cansada.
—¡Nada de eso! ¡¿Cómo...
—Cierra la puta boca Jimin —farfulla Yoongi quitándole el celular a Yeonsoo—. Te contaré todo pero no vuelvas a llamar a esta hora porque la gente normal duerme.
Un silencio casi inevitable se instala al otro lado de la línea. Yeonsoo se muerde el labio ansiosa, no quiere que el castaño comience con preguntas innecesarias que luego terminarán en romper la poca estabilidad que logró tener con Yoongi.
—¿Están durmiendo juntos? —suena sorprendido Jimin.
—Iré para el desayuno, más vale prepararme algo delicioso —dice Yeonsoo y corta la llamada, presa de la ansiedad.
Gira para poder ver el rostro hinchado y somnoliento de Yoongi. La noche anterior, luego de besarse por un largo rato, decidieron irse a dormir juntos, no iba a pasar nada más allá de dos personas durmiendo. El ambiente seguía tenso entre ellos como para atreverse a dar un paso más. Sin embargo, debajo de la frazadas, ellos siguieron besándose.
—No quiero levantarme —musita Yoongi y la toma por la cintura para acercarla más.
—No dejará de llamarme, además no tengo ganas de cocinar. —Yeonsoo acaricia el rostro de Yoongi con la yema de sus dedos.
—Puedo cocinar. —Arquea una ceja divertido.
—¡Vaya! ¿Cocinas también? —Sonríe.
—Tengo que sobrevivir de algo —bromea superior.
Yeonsoo larga una carcajada y lo besa. Hacía tiempo que no se sentía así de tranquila, siente paz y calidez. Sabe perfectamente que esta sensación no va a durar mucho, que tarde o temprano todo va a terminar, pero hasta que ese momento llegue quiere disfrutarlo. Aunque sea el peor error de su vida.
—Hoy debemos ir a la ginecóloga —menciona Yoongi levantándose. Yeonsoo lo imita estirando los brazos a los lados aguantando un bostezo.
—Realmente no quiero ir. —Yeonsoo niega con la cabeza.
—Yo menos quiero ir —dice él imitándola.
—¿Y tú qué? —Ríe ella por la mueca que hace Yoongi.
—No creas que irás sola. Voy a acompañarte —formula y sale de la habitación directamente al baño.
Yeonsoo arruga la nariz, se levanta de la cama y va directo a su habitación para cambiarse la ropa. Toca dos veces en la puerta del baño y pude escuchar como Yoongi le contesta algo con la boca llena. Esta entra y lo encuentra cepillándose los diente. Pasa directo al inodoro para hacer pis.
—No creo que sea algo grave, ese día me dieron una fuerte paliza. —Ella se encoge de hombros mientras se limpia—. Además, ¿qué le diré si pregunta por la causa? —Tira la cadena y va directo al lavabo para lavarse las manos y comenzar a cepillar sus dientes.
—No lo sé. —Yoongi enjuaga su boca y deja el cepillo en una pequeña taza de vidrio—. Ya inventaremos una historia.
—Crees que el decir, «Hola, tuve un sangrado excesivo que probablemente fue causado por dos hombres que mandó mi ex novio psicópata para terminar la vida de uno de mis amigos», ¿sería muy crudo?
Yoongi la mira en una mezcla de tristeza y horror ante lo que escupe su boca. No está lejos de ser la verdad, pero si fuera otra persona creería que inventa una historia.
—Definitivamente no dirás eso —musita con gracia.
Le da un leve beso en la cabeza y sale del baño dejándola sola.
Yeonsoo termina de asearse, se hace una coleta alta y sale. Yoongi la espera en la entrada con una chamarra gruesa de él. Ella lo queda mirando por unos segundos, la idea de tener esa imagen todos los días por mucho tiempo le encanta pero la lastima al mismo tiempo. Se muerde el labio inferior para alejar todos los pensamiento que la torturan y solo dejarse llevar por el momento.
Camina hasta él y Yoongi le coloca la chamarra. Salen juntos sin tomarse de la mano, a pesar de que han hecho una tregua y ahora han dado un paso más en su extraña relación, las muestras de afecto en público no se siente correcto, y ambos lo piensan.
Al llegar a la casa de Jimin, Yeonsoo entra como de costumbre abriendo la puerta y cerrándola con fuerza.
—¡Llegué amor! —grita ella sonriendo. Jimin aparece por la cocina vistiendo solo ropa interior—. ¡Vaya! Si me vas a recibir así, quiero venir y hasta vivir contigo. —Lo mira de pies a cabeza mordiéndose el labio.
—¿Quién es? —Una dulce y aterciopelada voz suena detrás de Jimin y el rostro divertido de Yeonsoo se descompone. Haneul abre los ojos asombrada de ver a la pelinegra frente a ella—. ¿Qué hace ella aquí? —le dice a Jimin.
Yeonsoo y Yoongi miran como está vestida la castaña. Lleva ropa interior y una camisa grande de Jimin cubriéndola. Yoongi intenta reprimir una sonrisa mientras que Yeonsoo solo quiere arrancarle el cabello de un solo tirón.
—¿Disculpa? —Yeonsoo se saca la chamarra gruesa y la mira arqueando una ceja—. ¿Qué demonio haces tu aquí?
Yoongi traga duro al ver dónde se dirige toda la conversación. No se pondrá en parte de nadie, pues acaba de hacer las pases con Yeonsoo y no puede entender bien porqué Haneul está así cuando todos fueron testigo de ella besando al menor del grupo.
—¡Vete! —Haneul chilla en dirección a Yeonsoo.
—Creí que ustedes se habían visto una sola vez —dice pensativo. Camina hasta su habitación y tan pronto como entra sale vistiendo pantalón y polero—. Comienza a hacer frío. Ve a cambiarte. —Endulza la voz dirigiéndose a Haneul. Ella sin protestar obedece entrando a la habitación.
—¿Qué demonios Jimin? —Yeonsoo lo encara furiosa—. ¿Te olvidas que besó a otro chico?
Este niega con la cabeza sin hablar.
—¿Termino con Jungkook? —pregunta Yoongi dejando su chaqueta a un lado y camina hasta la cocina para comer algo.
—No. —Jimin se muerde el labio ansioso.
—¡¿Qué?! —Yeonsoo parece estar a punto del colapso mental.
—Cálmate, ¿quieres? —Jimin intenta llegar a ella pero Yeonsoo golpea sus mano con fuerza para que no la toque—. Vino a pedirme disculpas. Y las cosas se salieron de control.
—¡¿Estás en broma?! —Ríe fuerte sarcástica ella—. ¡¿Con sexo perdonas?! ¡¿Tan fácil eres?! —La puerta de la habitación se abre y una embravecida Haneul sale de allí.
—¡Tu no eres nadie para decidir por los demás! —dice Haneul fuera de sí enfrentando a Yeonsoo—. ¡Aléjate de Jimin!
El castaño se interpone entre ambas, colocando abrazando a Haneul por la cintura, sin embargo esta se suelta y enfrenta a la pelinegra. Yoongi y Jimin quedan totalmente sorprendidos ante la actitud de Haneul, si ella la conociera un poco más, sabría que nadie se atreve a hablarle así a Yeonsoo a menos que quiera morir. El pelinegro deja de comer el arroz frío que encontró para ponerse totalmente alerta.
—¿Qué? —masculla entre dientes Yeonsoo, la encara hasta quedar centímetros de su cara, pero Haneul no da brazo a torcer.
—Chicas, hablemos más...
—¡Cállate! —gritan las dos mujeres enojadas a Jimin quien no se ha movido de su lugar.
—¿Quién putas te crees para pedirme que me aleje de Jimin?, justo tú que te gusta jugar con dos amigos —escupe Yeonsoo con asco.
—¡Eso no es cierto! Yo no juego con nadie. Quiero a Jimin. —escupe Haneul.
Yoongi se ahoga con la comida que estaba tragando y Jimin se congela en su lugar. Sin embargo, parece que la castaña no sabe qué es lo que acaba de decir.
—¡Vaya manera de quererlo! —Yeonsoo tira los brazos al aire—. ¡Te dije que te alejaras de él!
—¡Espera! ¿Qué? —interrumpe Jimin confundido.
—El día de la cita la encontré. Me dijo que no pertenezco a tu mundo, que jamás te entenderé y que me alejara de ti o metería una bala en mi cabeza. —Haneul dice sin despegar la mirada de Yeonsoo—. Tenía miedo de todo lo que ella dijo, por eso acepte a Jungkook.
—¡No me culpes por tu decisiones! —grita Yeonsoo, Yoongi se levanta de su asiento y camina cerca de las chicas. Esto en definitiva no iba a terminar bien—. Yo no mentí.
—¿Es verdad? —dice Jimin dolido.
—¡Por supuesto que es verdad! —Yeonsoo mira a Jimin—. Ella no pertenece a nuestro mundo, y cuando por fin se de cuenta va a dejarte.
—Tú no tomas decisiones por mí. —Jimin la mira decepcionado—. Deberías hacerte cargo de tu vida que está peor que la de los demás.
Yeonsoo retrocede como si hubiesen clavado una cuchilla en su pecho. No tenía malas intenciones, Haneul es una chica que tiene demasiadas oportunidades, y si se involucra con Jimin solo tendrá una y deberá cuidar su espalda de por vida. Él lo sabía e intentó ayudarlo, pero terminó siendo la mala de la historia una vez más. Yoongi con el entrecejo arrugado se cruza de brazos y mira a Jimin, sin embargo, la pelinegra se arma de valor, y encara al sujeto frente a ella.
—Estás enojado conmigo cuando tu mismo dijiste que no querías a Haneul en tu vida por miedo a lastimarla —escupe Yeonsoo. Jimin mira el suelo sin contestar—. ¡Púdrete, Jimin!, eres igual de hipócrita que esta estúpida.
—¡No me digas así! —dice Haneul al punto del colapso mental.
—Eres una estúpida sin cerebro, porque te di la oportunidad de volver a tu ridícula vida perfecta y ahora estás aquí. —Yeonsoo la desafía.
—¿Y tú qué?, no tienes derecho a mandar sobre la vida de nadie. Eres una demente sin hogar que rebota de un lugar a otro queriendo que todos te teman porque prefieres eso a que te amen. —Haneul la mira con desprecio. En realidad está diciendo cosas sin sentido porque no tiene una puta idea de lo que vivió la chica frente a ella, pero está tan enojada que no se retractará de nada—. Vas a terminar sola, porque nadie quiere relacionarse con alguien tan trastornado como tú.
—Hija de puta —dice Yeonsoo abalanzándose sobre la castaña. Le jala el cabello y comienza a golpearla a puño cerrado sobre el rostro.
Yoongi corre hasta la pelinegra y la toma de la cintura levantándole por los aires. Jimin toma a Haneul por los brazos, sin embargo el agarre de Yeonsoo sobre el cabello de la castaña es tan fuerte que le cuesta separarlas por completo.
—¡Suéltame! —grita Yeonsoo intentando llegar a Haneul—. Voy a matarte.
—¡Pues ven! —la desafía Haneul tocando su pómulo—. ¿Crees que te temo? ¡Eres una ridícula!
—¡Suéltame! —vuelve a gritar enfurecida. Yoongi decide que lo mejor es sacarla del departamento antes de que logre zafarse y comience a golpearla—. ¡¿Qué haces?! —grita cuando Yoongi la baja fuera del departamento.
—Fue suficiente —dice él intentando calmarla.
—Tú no decide eso. Voy a matarla. —Yeonsoo tira con fuerza su cabello despeinado. Su coleta ha quedado hecha un desastre.
Yoongi en un movimiento rápido y prolijo toma los muslos de Yeonsoo y la levanta para estamparle contra la pared, al mismo tiempo que se ubica entre sus piernas. Toma su rostro y lo besa con furia. Yeonsoo se desorienta un momento antes de seguirle el beso, desquitando su furia contra los carnosos labios de Yoongi, dejando mordidas y succionandolos como si fuera lo único que puede hacer. El pelinegro se separa luego de un momento y la mira con una media sonrisa, que convierte en una débil risa.
—¿De que mierda te ríes?
—Tu cabello —dice Yoongi. Yeonsoo se peina pero el pelinegro no ha dejado de reír, es tan así que su furia comienza a disminuir hasta el punto de reír con él—. Voy por los abrigos y nos vamos al doctor.
Baja con cuidado el cuerpo de Yeonsoo una vez que verifica que está más calmada y deposita un suave beso sobre sus labios antes de entrar al departamento por última vez.
⭒❀⭒
Llevan aproximadamente quince minutos desde que la recepcionista les dijo que en un momento la atendería. Yeonsoo no ha dejado de mover sus pies de manera inquieta y ansiosa.
Cuándo ella cumplió los quince años fue la primera y última vez que tuvo que acudir a un hospital, Hyun había abusado de ella, y a pesar de que ambos eran niños ella entendía lo que había pasado. Esa fue la primera vez en tener relaciones, y como había sangrado de sobremanera, temía tanto que fue a una ginecóloga. Claro que los médicos querían abrir un expediente al notar que había sido abusada, pero más tarde ella había escapado y los datos que dio cuando la ingresaron eran falsos.
Desde entonces se ha mantenido informada por medio de internet y de experiencias, es por eso que estar devuelta en un lugar así la pone ansiosa y nerviosa. Los recuerdos de esa noche la abruman pero no puede escapar, porque ahora no está sola como en aquella ocasión.
Yeonsoo mira a Yoongi que tiene la mirada en su celular mientras que su mano libre sostiene la de ella, dando pequeño apretones para poder calmar su temblor. Yoongi conecta mirada con ella bloqueando el móvil; es la primera vez que desea que no se vaya de su lado. Se siente como una pequeña niña en un hospital.
—Si quieres que nos vamos...
—Señorita Goo —la llama una aterciopelada voz.
Yeonsoo respira profundo y se levanta sin soltar la mano de Yoongi.
—Acompáñame —le suplica. Este asiente y la sigue guardando el aparato en el bolsillo de la parte trasera de su pantalón.
—Pasen. —Se hace a un lado la doctora—. Siéntense. Cuéntame, ¿que los trae por aquí? —dice ella.
Yeonsoo intenta hablar pero es tanto el nerviosismo que no puede hablar sin que su voz tiemble. Yoongi la mira confundido y se acerca a ella.
—¿Estás bien? —pregunta preocupado.
—Si. —Respira profundo—. Lamento que esté muy nerviosa, hace mucho que no tengo una cita con una ginecóloga —musita ella forzando una sonrisa.
—De acuerdo —dice ella—. ¿Vienes por una revisión o...
—Tuve un sangrado fuera de mi periodo —menciona Yeonsoo.
—¿Duró una sola noche? —La doctora comienza a hacer unas anotaciones.
—No... —susurra Yeonsoo, Yoongi la mira sorprendido. Hasta donde él sabía a ella solo le había ocurrido una vez—. Sucedió una noche y luego de eso he comenzado a tener sangrado. Y dolores fuertes.
—Bien, voy a revisarte si no te molesta. Tomaré una muestra y la mandaré al laboratorio. —La doctora se para y se coloca unos guantes—. Primero hagamos una ecografía y después veremos. ¿Te parece? —Sonríe amable.
Yeonsoo mira a Yoongi y él le sonríe dándole un pequeño apretón en la mano. Ella asiente y la sigue seguida de Yoongi.
La pelinegra se recuesta en la camilla y se levanta un poco la playera dejando al aire su vientre. Yoongi se ubica a un lado para no ser estorbo para la doctora pero a la vista de Yeonsoo para que sepa que está con ella en todo momento.
—Bien, veamos que sucede aquí. —La doctora coloca un poco de gel en su estómago y Yeonsoo se estremece por lo frío que siente. Mueve el liso aparato sobre el gel para buscar así una mejor visión del problema—. ¡Oh vaya! —menciona la doctora pausando la imagen—. ¿Cuantos meses tenías?
—Perdón, ¿qué? —musita Yeonsoo sin entender. Yoongi arruga el entrecejo y se acerca un poco para ver la pantalla, aunque es en vano ya que no entiende en lo absoluto la imagen en blanco y negro.
—De embarazo, ¿cuántos meses tenías? —La doctora la mira. Yeonsoo palidece por completo mirándola fijamente. La mujer cae en cuenta que en realidad la menuda mujer recostada no tiene idea—. Veo que no estabas enterada. —Asiente y retira el aparato para limpiar los residuos de gel del estómago de ella. Mira a Yoongi que está igual de sorprendido sin moverse un solo centímetro, tiene la mirada fija sobre el vientre de Yeonsoo—. Bueno, estabas embarazada y los sangrados que has tenido fueron a causa de un aborto.
—No es cierto. —Yeonsoo niega con frenesí—. No estoy embarazada y nunca lo estuve. Está equivocada. —Comienza a alterarse. Yoongi reacciona y llega a ella tomándola por los brazos—. No es cierto, Yoongi. —Su voz se quiebra y cierra los ojos con fuerza.
—Tranquila... —Yoongi la abraza por los hombros sin saber qué decir en realidad.
—Lamento esto pero no has abortado por completo al feto. —La doctora tira en un bote de residuo sus guantes—. Debemos ingresarte y hacerte un procedimiento DyL, consiste en raspar y retirar tejido del feto.
—¿Es urgente que se haga ahora? —menciona Yoongi, Yeonsoo está tan afectada que no puede hablar.
—Si. —Asiente ella—. Por el tiempo que ella lleva así seguramente tiene infección. Los dolores no han sido fuertes de lo contrario ya hubieran acudido a un médico antes, pero si no se soluciona ahora en el peor de los casos puede darle peritonitis, si no se trata puede ser mortal —explica la doctora con amabilidad.
—Oh —murmura Yoongi.
La doctora mira a Yeonsoo, porque sin su aprobación no puede hacer nada.
—Sí... —dice ella en un susurro inaudible.
—Bien, déjame tomar un par de muestras para hacer exámenes y en un par de horas te inducirán al quirófano. —La doctora camina hasta un armario y saca una bata.
—¿Tan pronto? —Yeonsoo regula su voz para no sonar tan afectada.
—Podemos esperar hasta mañana pero lo mejor será hacerlo hoy mismo. —La mujer asiente y busca en su tableta—. Voy a tener que mover horarios pero si no se puede hacer hoy mismo será por la mañana a primera hora. ¿De acuerdo? —Sonríe amable y Yeonsoo asiente—. Tranquila que la operación es segura y no dura mucho. —Mira a Yoongi para que se retire.
—Oh claro. —Yoongi suelta a Yeonsoo pero ella lo agarra .
—No te vayas —le suplica. El corazón de Yoongi se retuerce al verla así de vulnerable y asiente. La doctora se retira para que Yeonsoo se cambie y esta lo hace mientras el pelinegro mira hacia otro lado.
La mujer vuelve a entrar y la hace recostarse, Yoongi se ubica a su lado y mira el rostro pálido de la menuda, mientras que hace una que otra mueca gracias a que la doctora toma muestras.
—Quédate con la bata puesta para que te ingresen. Después de la operación seguramente ya tenga los resultados por lo que vamos a poder ver la causa del aborto y de más —menciona—. Podrás irte a casa en dos días.
Yoongi dobla la ropa de Yeonsoo y la sostiene con una mano. Ella se mantiene sentada mirando un punto fijo en el piso, el pelinegro decide abrazarla por el frente y ella sumerge su cara en el pecho de él sintiéndose expuesta y confundida.
No puede sentir tristeza por el bebé que perdió, tal vez es por el hecho de que no sabía, incluso una parte de ella siente alivio de ello. Si hubiera continuado con el embarazo hubiese sido el peor error de su vida. No tiene un hogar, ni trabajo estable, además de ser acosada por un psicópata que tiene poder. Las cosas de alguna manera resultaron bien, pero no puede sentirse así. Toda la vida ha soñado con tener una familia, esa familia que ella nunca conoció.
—Hola linda —musita una enfermera que se abre paso en el consultorio y Yoongi se separa de ella—. Ven, vamos a ingresarte. —Yeonsoo asiente, la enfermera le muestra una silla de rueda y ella niega—. Si no quieres usarla está bien, pero la ofrecemos de igual manera. —La mujer sonríe ampliamente.
—Deberías usarla —le aconseja Yoongi y esta le obedece—. Yo la llevaré —dice haciendo una reverencia, la mujer asiente y los guía por unos pasillo hasta llegar al ascensor. El apremiante sonido de una llamada entrante resuena y el pelinegro saca el celular para contestar—. ¿Diga?
—¿Cómo está Yeonsoo? —suena apenado Jimin—. Estoy tan apenado por lo que pasó, quiero disculparme por lo que dije.
—Está bien ella... —La mira por el espejo del ascensor y ella solo baja la mirada—. Están ingresándola en el hospital.
—¡Dios! ¿Está bien? ¿Qué le sucede? —Se alarma Jimin.
—No lo sabemos bien, pero la doctora dice que estará bien en un par de días. —Yoongi prefiere no decirle lo que pasa, después de todo es algo privado de ella.
Las puertas del ascensor se abren y avanzan.
—Debes quedarte ahí —le dice la enfermera a Yoongi quien abre los ojos—. Vendré por ti luego.
—¿Qué? ¡No! —Yeonsoo se altera—. ¡Ven conmigo! —Intenta tomar de la playera a Yoongi.
—Tranquila, solo será un momento, cuando menos lo pienses estaré a tu lado —murmura para tranquilizarla—. No te dejaré sola, iré por ti. —Sonríe intentando transmitirle paz, acuna su rostro y la besa.
Le asiente hacia la enfermera y esta toma la silla de rueda para meterse por dos puertas desapareciendo con Yeonsoo. Yoongi respira profundo intentando tranquilizar su acelerado corazón. La ganas de correr hacia ella son inmensas, pero las reprime apretado con fuerza el móvil. Vuelve a colocarlo en el oído.
—¿Qué fue eso? —musita Jimin.
—Están ingresando a Yeonsoo... —Respira con fuerza—. Ella está realmente asustada. Nunca la vi así. —Suena más preocupado de lo que le gustaría.
—Tranquilo, mándame la dirección e iré.
—No creo que te dejen pasar. —Yoongi ve el horario pegado a la pared—. Las visitas acaban de terminar y yo puedo entrar porque vengo como acompañante. Pero puedes venir por la tarde.
—Bien, si algo sucede por favor llámame —menciona Jimin.
—¿Jimin? —lo llama antes de que cuelgue—. Por favor no le digas a nadie.
—De acuerdo —formula el castaño y corta.
Se sienta en la sala de espera, pero hay tantas preguntas que no puede quedarse quieto, la idea de verla a ella embarazada lo confunde. Aún más porque su rostro demostraba lo sorprendida que estaba por la noticia. La imagen de Hyun abusando de ella lo enferma, la posibilidad de que él fuera el padre lo asusta. Miles de situaciones que podían haber causado ese embarazo en contra de sus decisiones lo tortura más de lo que puede tolerar. Los minutos se convierten en hora tan rápido que no es capaz de controlar la ansiedad que crece en su interior por saber sobre el paradero de la pelinegra. Ya vio salir a la enfermera que la llevaba pero no fue por él, mucho menos la doctora que entraba y salía por aquellas puertas. Solo estaba ahí, esperando a que le den el número de la habitación para correr a ella y verificar que se encuentra bien.
—¡Oh aquí estás! —dice la doctora mirando a Yoongi. Este se levanta de su asiento y le presta completa atención—. No pude mover horario, mañana por la mañana tendrá que ser la cirugía. Pero antes de la cirugía quiero tener lo resultados algo no me gusta de todo esto.
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