10
El apremiante sonido de una llamada entrante resuena por toda la habitación sobresaltando a SeokJin, quien se encuentra plácidamente durmiendo. Entreabre un ojo buscando el aparato de mala muerte, pero decide que lo mejor sería voltearse e ignorarlo. Vuelve a acomodarse acurrucándose aún más cuando el aparato vuelve a sonar, mira al responsable de interrumpir su sueño y el nombre de «Min Yoongi» se ilumina sobre la pantalla. Con la frente arrugada mira el reloj, es casi media noche. Si lo llama a esa hora debe de ser algo muy importante.
—¿Qué pasó? —Jin se sienta en su cama, espabilándose.
—Ven al almacén. Pasó algo con Yeonsoo —Yoongi habla tranquilo pero firme.
—¡No jodas! ¿Otra vez ella? —Jin se tira nuevamente a la cama exasperado.
—¿Qué quieres decir con otra vez ella?
—Si es porque duerme en refugios, no gracias. Paso. —Jin gira sobre su cama intentado acomodarse para dormir.
—¿Lo sabías y no dijiste nada? —Yoongi parece más exasperado esta vez.
—No voy a levantarme por ella.
—No jodas, Jin. Trae tu puto trasero aquí o lo traeré a putazos —dice Yoongi y cuelga.
«Pues ven por mí, Min Yoongi, porque no pienso levantarme», piensa Jin y se acomoda nuevamente en la cama para seguir durmiendo.
El tráfico a esta hora en Seúl es completamente tranquilo sin decir que las calles están desiertas. Mientras SeokJin conduce, crea un extenso y argumentado discurso de cómo deberían mandar al demonio a Yeonsoo que lo único que ha hecho es poner su mundo de cabezas. Claro que su discurso en contra de la chica entra en conflicto cuando recuerda aquella escena donde la vio comprometida con Hyun. Nunca se había sentido de esa manera por alguien, tan desesperado y angustiado. A pesar de que la chica se había encargado de dejar en claro que le volaría la cabeza a cualquiera que se le acercase, en ese momento era una persona completamente diferente. Sus lágrimas, la sangre de su entrepierna; todo en ella se veía lamentable y triste. Sacude su cabeza borrando los recuerdos de aquella tortuosa noche y decide que sería mejor si solo argumenta porqué la chica no necesita la ayuda de ellos y ya. Sin nombrar lo sucedido.
SeokJin entra al almacén y puede ver a los cinco chicos que ya conoce a la perfección rodeando un sofá, donde Jin supone que está Yeonsoo.
—¡Hasta que llegas! —Tira los brazos al aire Jimin.
—Hubiesen empezado sin mí —Jin se acera adormilado.
El frío comienza a recorrer la fina tela del pijama y se lamenta terriblemente el haber escogido ir de pijamas en vez de cambiarse.
—¿Sabías que duerme en un refugio y no dijiste nada? —masculla Namjoon.
Jin mira la cara frustrada de los cinco chicos y barre el cuerpo de Yeonsoo. Esta se encuentra con el rostro divertido ante toda la situación, fumando un cigarrillo.
—Dijimos que... —Jin se sienta al lado de Yeonsoo y señala a cada uno de los chicos—, únicamente la vigilaríamos para que Hyun no se le volviese a acercar. Nada más.
—¡¿Estas de broma?!—chilla Hoseok.
—¡Ustedes están de broma! —Jin se altera un poco, pero la brisa congelada lo calma y vuelve a acurrucase en el sofá—. Solo mírense. Están todos en pijamas, totalmente cansados y adormilados. ¿Qué demonios hacemos aquí?
—Esto se hubiese ahorrado si tan solo hubieras abierto la boca diciendo la verdad. —Taehyung lo mira con los brazos cruzados sobre su pecho.
—No me culpes a mí. —Jin mira a Yeonsoo que se mantiene con una sonrisa burlona en el rostro—. ¿Acaso no se dan cuenta que ella no quiere que la ayudemos?
—No quiero decir esto, pero estoy de acuerdo con Jin—habla la pequeña mujer, divertida.
—¡Tú no hables! —dicen al unísono los cinco chicos parados frente a ellos.
Ella tira lo brazos al aire, rendida, y ríe.
—¡Esto es una jodida broma! —Jin se levanta dispuesto a irse—. Cariño, no te ofendas... —le dice SeokJin a Yeonsoo, quien niega con la cabeza—. Pero ella no quiere nuestra protección, ni nuestra ayuda. No es una damisela en apuros y nosotros no somos ninguna clase de príncipes. —Niega con la cabeza incrédulo—. ¿Acaso no se dan cuenta de que nos quiere lejos? ¿Por qué estamos dándole más de lo que se merece?
—No se trata de eso... —Yoongi comienza a hablar, pero Jin lo corta.
—¿Por qué? ¿Por lo que ese hijo de puta casi le hace? Sí, fue muy malo, y lo siento por ella. Nos hemos ofrecido de mil maneras a cuidarla, incluso comenzamos a seguirla para mantenerla a salvo. ¡Por el amor de Dios! —Jin mueve su cabeza en círculos relajando los músculos de su cuello—. Pero no quiere, hasta nos amenazó. ¿Qué mierda hacemos a media noche frente a alguien que lo único que ha hecho es reírse de nosotros? —Jin la señala sin verla.
»Estoy cansado, tengo un trabajo y una vida que mantener fuera de todo esto. Si Yeonsoo quiere mi ayuda sabe que siempre estaré, pero no le tenderé la mano a alguien que lo único que ha hecho es rechazarla. —Jin barre el rostro de todos los presente, y puede notar que en realidad ellos están comprendiendo su punto—. Si esta es la forma de conquistarla estás muy mal, Taehyung. —Tae lo mira sorprendido—. Todos lo sabemos, ¡supéralo! —Lanza los brazos al aire.
»Y ustedes —señala a Jimin, Hoseok y Namjoon—, si creen que protegiéndola de alguna manera recompensan lo que hicimos con Chan, ¿adivinen qué? ¡Chan está muerto!, y nada de lo que hagan podrá recompensar la culpa que nos pudre por dentro. —Jimin baja la mirada al suelo—. Y tú... —señala por último a Yoongi—, si esta es tu manera de demostrar que puedes salvar a alguien más de ese asqueroso mundo en el que te metiste, estás mal, ella no quiere tu ayuda. ¡Basta! —Jin suspira y vuelve a mirarlos—. Yo me largo, si ustedes quieren seguir peleando y discutiendo con ella, perfecto. Pero yo no tengo nada que ver aquí, solo estoy por ustedes.
Dice y se va dejando a todo el mundo tenso. Yeonsoo se remueve incómoda ante las duras palabras de Jin, y no es que no agradezca lo que están haciendo por ella, pero en definitiva no es alguien que va a correr a los brazos de ninguno. Su orgullo es demasiado grande.
—Jin tiene razón —dice Taehyung mirando al suelo—. Estamos perdiendo el tiempo con ella. Tengo trabajo muy temprano. —Hace una reverencia y se va, sin antes echarle una última mirada a Yeonsoo con la esperanza de que lo detenga y le pida ayuda. Pero ella solo saca el rostro y mira a los cuatro chicos en frente de ella. Tae asiente y se va.
—¿Qué quieres? —Hoseok se inclina hacia Yeonsoo. —¿Dónde vas a dormir ahora?
—Te quiero a ti. —Ella ríe. Hoseok niega con la cabeza—. Y no puedo a ir a un refugio, a estas horas todos están cerrados. Es su culpa por traerme a rastras.
—Me voy, lo siento, chicos, estoy fuera. —Hace una reverencia y se va.
—De verdad eres una cabeza hueca. —Jimin sonríe triste ante la coraza indestructible de Yeonsoo y se va. Puede entender que tenga su orgullo y demás, pero no permitir que eso la empuje hasta el punto de dormir en la calle cuando todos le ofrecen una mano.
—Tú también estás bueno —responde ella gritando al aire.
Namjoon y Yoongi se miran por unos segundos, toda la situación se ha salido de sus manos. Yoongi tenía la esperanza de que todos lo ayudaran a hacerle ver a Yeonsoo que realmente no está sola, pero fue todo lo contrario; ellos le hicieron ver a él que en realidad no puede obligarla. Después de todo es ella quien está en peligro, no ellos.
—Jin tiene razón. No sé qué hago aquí perdiendo el tiempo. —Yoongi la mira de pies a cabeza con los ojos oscurecidos—. No puedo creer que estaba a punto de golpear a Jin por ti.
Yeonsoo abre los ojos sorprendida. Tal vez una parte de ella no le importe que los demás le odien, pero de alguna forma se vuelve muy personal cuando se trata de Yoongi; y pensar eso le enferma de sobremanera.
—Me largo. —Yoongi tira los brazos al aire y se va dejando a Nam y Yeonsoo solos.
—¿De verdad no darás tu brazo a torcer? —dice él ladeando la cabeza.
—No.
—Si me sigues puedes dormir en mi departamento esta noche, y si quieres puedes irte por la mañana a un refugio. O puedes quedarte aquí con las ratas y morir de frío. —Namjoon se encoge de hombros y se dirige directo a su bocho.
Yeonsoo examina la escenografía. Hay una fogata, hay mantas y en definitiva el sofá es cómodo, podría quedarse tranquilamente en el lugar sin que nadie la moleste ni ella molestar a alguien. Pero el fuego en algún momento se va a pagar y va a quedar por completo a oscuras, en un lugar donde cualquiera podría hacer lo que quiera con ella y aunque grite nadie va a poder escucharla. Hay insectos y ratas. En definitiva, la invitación de Namjoon es muy tentadora.
Yeonsoo se para rápido del sofá y toma su bolso para alcanzar a Nam.
—Amo que busques una excusa para que ambos estemos juntos y a solas —dice ella coqueta.
El departamento de Namjoon es completamente diferente al de Taehyung, este, es el cuarto del tamaño del de Tae. Es un mono ambiente pequeño, pero ideal para una persona. En una esquina cerca de la ventana se encuentra la cama de una plaza, a un costado hay un perchero con ropa colgada, a su derecha hay una pequeña mesa con dos sillas, una mini nevera, y al lado la puerta del baño. Yeonsoo recorre la estancia con la vista, a pesar de tener muchas cosas está en completo orden y todo aseado.
—No es como la de Taehyung —dice Namjoon acomodando un par de mantas gruesas sobre el suelo al lado de su cama—. Por si es lo que esperabas.
—No soy quién para juzgar. —Yeonsoo se encoge de hombros y deja su bolso a un lado de la puerta mirando sin vergüenza el lugar. En definitiva, los detalles hacen a la ocasión, por lo que quiere estar completamente segura de las cosas que la rodean, por si acaso.
—Puedes dormir en la cama. —Namjoon mueve su cabeza en círculos relajando los tensos músculos de su cuello.
—¿Y tú? —Namjoon señala la pila de mantas—. Yo puedo dormir en el piso.
—Duerme donde quieras, si así lo prefieres. Puedes dormir en el baño, pero no voy a pelear contigo. —Namjoon se quita su abrigo y lo cuelga—. De cualquier forma, voy a dormir en el suelo.
—Gracias —dice ella haciendo una reverencia con la voz ligeramente tierna.
—Quien te viera así ahora —dice riendo mientras se acomoda para dormir.
—Y será la última. —Es inevitable su tono ególatra. Después de todo, ni siquiera por un gesto así puede dejar de ser quien realmente es. Se acomoda en la cama mirando al techo.
—Estoy cansado, debo trabajar por la mañana muy temprano —dice Namjoon dándole la espalda.
Yeonsoo se queda mirando fijamente un punto en la habitación, ha pasado tanto tiempo desde que no duerme en un lugar que no fuera un refugio. Es increíble el sentimiento de paz y armonía que la acoge. No puede negar que estos chicos son lo mejor que le ha pasado en años, incluso desde que tiene memoria; le hubiese gustado mucho conocerlos antes de Hyun, incluso antes de todo. Cuando aún era una niña que no entendía nada, que no sabía quién era. Si en ese entonces hubiese conocido a alguien como Namjoon y Hoseok, incluso Yoongi o Taehyung, en definitiva, sería otra persona, llena de bondad y caritativa. Pero no lo es.
Tal vez algún día llegue a ser esa persona que pondría en peligro su vida por otro, pero ahora no es la ocasión. No puede ponerse en peligro, incluso si se trata de ellos.
Sus pensamientos empiezan a volar por todos lados dejándola abrumada, de pronto se encuentra pensando en las duras, pero realistas palabras de Jin, en cómo todos se quedaron pasmados y hasta descompuestos ante la mención de Chan. ¿Quién es Chan? ¿Por qué todos parecen asqueados? ¿Qué le pasó? Yeonsoo comienza a pensar que en realidad el grupo de chicos es bastante extraño, todos pertenecen a diferentes tipos sociales y económicos, sus historias son diferentes. Y a pesar de que nunca se las han contado, ella sabe perfectamente porque sus cuerpos hablan por sí solos. Entonces, ¿qué lo unió? ¿O quién?
—¿Estás despierto? —Yeonsoo se coloca de costado, apoyando el codo sobre la almohada y sosteniendo su cabeza con la mano.
—Sí, no puedo dormir. —Namjoon gira a verla.
—¿Puedo hacerte una pregunta muy personal?
—Sí, pero solo si tú respondes igual después. —Nam frunce los labios ante la condición que le pone.
Yeonsoo se plantea si realmente es necesario saber más de lo que sabe a costa de sus secretos.
—¿Quién es Chan? —pregunta perdiendo la pelea mental.
—Era una buena persona —dice Nam mirando el techo, se escucha triste.
—¿Era? ¿Murió? —suelta sin filtro Yeonsoo.
—Dijiste una sola pregunta —dice él mirándola divertido.
—¡No jodas! —Yeonsoo ríe—. Sé que me harás más de una pregunta. Ahora cuéntame, ¿por qué parece que todos se descomponen cuando lo nombran?, ¿por él están juntos?
—No puedo contarte la historia de los demás, eso no me pertenece. —Nam parece comenzar a perderse en sus palabras—. Pero puedo contarte mi historia. Chan era un compañero del trabajo, una hermosa persona, créeme que el solo tenerlo cerca trasmitía paz y seguridad. —Sonríe perdido en un punto fijo en el techo—. Era de esas personas que la vida los ha tratado como la mierda misma, pero de alguna forma logran mantener su alma intacta y pura. Él trabajaba doble turno y cuidaba a su hermano pequeño. En su tiempo libre hacía servicio comunitario. —Ríe negando—. Un día fue a una fiesta en la que yo estaba. Después de varios intentos logré ligar con una chica que me traía loco hacía semanas...
—Sexo, amo estas historias —dice Yeonsoo intentando apaciguar el ambiente triste.
—Estaba en mi auto cuando sucedió la pelea —él niega—. Taehyung fue a avisarme que necesitaba mi ayuda, pero yo le dije que se largara, solo para tener sexo. Esos hijos de puta lo mataron a golpes y yo no hice nada.
—Pero no es tu culpa.
—Lo sé, solo que no puedo evitar pensar en qué hubiese pasado si yo acudía a él; si lo hubiera ayudado estaría acá.
—O no —dice Yeonsoo al ver las lágrimas que han comenzado a brotar por los ojos de Nam—. Tal vez ahora no estarías acá, y ambos hubieran muerto.
—Sí, tal vez. De cualquier forma, él ya no está, y me lamento todos los días el no haber salido ese día del carro —asiente Nam secándose las lágrimas rápido—. Es tu turno.
—De acuerdo —dice juguetona y se tira boca arriba en la cama para que Nam solo tenga la visión de su perfil.
—¿Por qué?
—Por qué ¿qué?
—¿Por qué quieres que te teman? —dice Nam en la misma posición que ella.
La pregunta le sorprende de sobremanera, esperaba algo más personas, desde porqué duerme en los refugios hasta la historia de sus cicatrices, pero nada de eso ocurrió. Un sabor amargo se instala en su boca al darse cuenta que Nam, no es ni de cerca lo que pensaba; él busca respuesta a preguntas profundas, a la historia detrás de la verdadera historia.
Yeonsoo respira profundo y sonríe triste.
—No quiero que me teman, quiero que me respeten. Que vean a una persona y no un objeto —suspira ella—. Toda mi vida me han usado a su antojo, y yo lo he permitido por miedo a quedarme sola, dejé que abusaran de mí en todas las formas que existen, y yo creí que era normal. —Se pierde en un punto en el techo—. Nací en ese mundo, así que el abuso es algo que ya está incorporado en mi sistema. Pero en realidad no es así, y para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, la gente ya no me veía como una persona. Tuve que armarme de valor y de una reputación para que la gente pudiera verme como una persona, la persona que merezco ser. ¿Por qué quiero que la gente me tema? Porque quiero que cuando piensen siquiera en hacerme algo lo piensen dos veces.
—Eres un conejito con armas —dice Nam.
Yeonsoo ríe ante la comparación extraña.
—¡Vaya! Quién te viera ahora, Namjoon. —Ríe ella mirando el rostro del chico en el suelo—. Hace unas semanas te cagabas ante mi presencia y ahora te atreves a llamarme conejito.
—¡Por Dios, sí! —Ríe Nam—. Tu presencia me ponía incómodo y juro que siempre estaba listo para salir corriendo. —Ríe fuerte contagiando a Yeonsoo—. Haces un buen trabajo, porque de verdad espantas a las personas.
Yeonsoo sonríe triste, en realidad se siente orgullosa de aquello, pero no es algo que debería hacer. Nadie debería sacrificar demasiado para que no le hagan daño.
»¿Te gusta Taehyung? —dice Namjoon cambiando el tema.
—¡Vaya! Sin filtros, ¿eh? —Ríe irónica ella—. No, no lo sé, no lo conozco.
—Lo traes mal, deberías decirle que no te atrae o simplemente intentarlo. —Nam se encoge de hombros.
—¿Qué dices? —Ríe ella—. No soy del tipo que cree en cuentos de hadas y amor eterno. Esas cosas no existen en mi mundo.
—De acuerdo —dice Nam y se gira—. Voy a dormirme. Buenas noches.
Yeonsoo se queda en silencio procesando toda la información nueva que acaba de recibir. ¿Realmente está dispuesta a comenzar una relación? Sin evitarlo pasa sus dedos por las gruesas cicatrices de su cuello, perdiéndose en sus pensamientos. No puede negar que le gustaría tener a alguien que la toque, la bese, que la haga sentir especial. Pero no está segura de que los sentimientos y una relación amorosa sean lo suyo. Nunca ha querido a alguien más allá para poder llamarlo verdadero amor.
Tal vez la idea de intentar algo con Taehyung no es tan descabellada como cree, puede ser una relación sin compromiso, sin sentimientos de por medio; después de todo, son dos adultos con necesidades. El pensar en Taehyung besándola comienza a ponerla incómoda, y no porque no le atraiga el chico, sino porque su rostro se trasforma en otro. De pronto, la imagen de Yoongi besándola la emociona. Cierra los ojos dejándose llevar por las imágenes desgarradoras de Yoongi tocándola, besando su cuello y haciendo un recorrido hasta su intimidad.
«¡Demonios!», piensa Yeonsoo incómoda.
Yoongi ha logrado excitarla más de lo que pensó, el chico que más la odia y la quiere fuera de sus vidas, es quien más la excita. Vaya masoquista.
—¿Estás bien? —dice Nam levantándose—. No has dejado de moverte.
—Estoy excitada. Tengamos sexo. —Sonríe hacia Nam.
—¿Qué? —Namjoon se aleja sorprendido—. Demonios, estás de broma. —Relaja sus músculos y ríe—. Por un segundo casi te creo. Ya duérmete —dice y vuelve a recostarse.
Yeonsoo hace un puchero mientras arruga la frente. En definitiva, el chico de ojos felinos, con mirada dura y piel blanca no la va a abandonar esta noche.
Para cuando Yeonsoo se levantó, Namjoon ya se había ido al trabajo. Dejo una nota breve en la mesa diciendo que volvería al medio día y esperaba tener la comida lista porque ella no era una invitada. Yeonsoo no puede evitar reír ante el mensaje oculto detrás de aquella nota, la hace un bollo y la bota lejos. La noche anterior no pudo pegar un solo ojo por los abrumadores pensamientos. Después de pensarlo mucho, decidió que lo mejor sería intentar algo con Tae, después de todo él siente algo por ella, y tal vez ella logre sentir algo por él. Sin embargo, esa idea suena errónea, porque el pelinegro de ojos felinos atraviesa su mente.
Acomoda las mantas de forma ordenada de donde Namjoon las sacó la noche anterior y limpia un poco el desorden que ella hizo. Una vez que tuvo tiempo disponible, se dio una ducha caliente y luego fue a comprar comida lista. No movería un solo dedo por hacer comida que otras personas ya se han encargado de hacer.
Comienza a husmear en las cajas apiladas de Namjoon en busca de cualquier cosa que pueda entretenerla. Mira un par de fotos de él con su club de fútbol, y un par de trofeos pequeños y medallas. Sonríe al ver la cara de adolescente de Nam y deja la foto de lado para seguir husmeando.
De pronto, una foto llama su atención y la toma con cuidado. En ella se encuentra Namjoon con un particular corte de cabello que hace reír a Yeonsoo, pero al lado de él hay un chico alto, incluso un poco más alto que Nam. Ella ceñuda lo mira ladeando la cabeza, intentando recordar dónde lo ha visto. El chico tiene ojos grandes, cabello negro ondulado y una sonrisa de ángel. En el reverso de la foto está escrito a mano, "Nam y Chan". Ella asiente, entendiendo que tal vez se ha confundido, es imposible que lo haya visto en algún momento.
Comienza a examinarlo a detalle, definitivamente es alguien que queda en la memoria de cualquier chica. Es hermoso por donde sea que se lo mire.
—¿Qué haces? —Namjoon la asusta por su espalda.
—Tengo sexo con esta foto —dice ella sarcástica.
—No deberías estar husmeando. —Namjoon se saca a chaqueta y la cuelga.
—No deberías dejarme sola. —Ella se encoge de hombros y vuelve a guardar la foto de donde la sacó—. Chan era muy lindo. Igual que tú.
—Gracias —dice sarcástico.
—Lo digo en serio. En ese momento me hubiese enamorado de ti. —Ella vuelve a encogerse de hombros y lo mira sentándose—. Ahora quiero follarte, pero en definitiva, antes me hubiese enamorado —confiesa sacando la comida de las bolsas.
Namjoon se sienta frente a ella y saca unos palillos para empezar a comer. Este mueve sus hombros intentando apaciguar la tensión.
—¿Mala noche? —pregunta ella con comida en la boca.
—Intenta dormir tú en el suelo. —Señala donde antes estaba la pila de mantas.
—No te preocupes. Iré a lo de Taehyung —dice ella comiendo nuevamente—. Voy a hacerte caso e intentaré algo con él. Pero sin sentimientos, por ahora.
—De acuerdo —dice Nam, se arrepiente mentalmente de haber dado la idea en un principio.
En definitiva, esto va a salir mal; muy mal.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top