𝚇𝚇𝚇𝚅𝙸
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LOS COPOS de nieve chocaban de forma constante con la piel de Mika, quien ni se inmutaba ante el frío que estos le proporcionaban. Estaba lo suficientemente abrigada, y a pesar de la insistencia de todos los chicos por usar una sombrilla o un abrigo más grande — que de seguro le pertenecería a uno de ellos —, la fémina dejó en claro que nada de eso era necesario. Ya era 24 de diciembre, por lo que necesitaba concentrarse en el plan del día siguiente. Realmente odiaba tener que ir en contra de Takemichi de esa manera, en especial considerando los métodos que tendría que usar, pero él era quien se seguía negando a escucharla. Exhaló una nube de vaho antes de mirar al cielo con la expresión vacía.
No era fanática del invierno para nada.
Aún de pie, su paciencia comenzó a agotarse. Llevaban esperando ya un rato por Takemichi y aún no había llegado.
— ¡Maldición, qué frío! — Hanma se quejó en voz alta, acomodando su ropa en busca de sentir más calor. — ¡Y está nevando! Oye, Chifuyu. ¿Dónde diablos está Takemichi?
— Dijo que surgió algo. — explicó con brevedad.
— ¿Está bien? Nuestro plan es mañana. — continuó Kisaki, a lo que Mika asintió.
— Pero, ¿sabes? Takemichi tiene la mala costumbre de llegar tarde a todos lados. Me voy a congelar aquí afuera antes de que llegue...
— ¿Por qué no cenamos ahí? — el de ojos verdes sugirió, apuntando a un edificio no muy lejos de donde estaban esperando. — Odiaría que Mika pase frío... puedes comer y entrar en calor.
— ¿Segura que no quieres mi abrigo?
— ¡Ya te dijo que no quiere tu abrigo, Kisaki! Mika, ¿por qué no usas el mío?
— Ella también rechazó tu abrigo antes; deja de hablarme como si fuera basura.
— ¡Tú abrigo no le serviría de nada de todos modos! El mío es mucho más cómodo.
— ¿Sí? Si fuera cierto, ella no lo habría rechazado. — Tamashi rodó los ojos. Era increíble que se estuvieran peleando en un momento como ese... ya estaba un poco cansada del mismo cuento. Comenzó a caminar por su cuenta hacia el establecimiento que antes habían sugerido.
— Me dan igual sus abrigos; todo lo que necesito ahora es entrar en calor con algo.
— ¡M-Mika, espera!
— ¡No te alejes así como si nada!
— Jaja, los regañaron. — el bicolor se burló, siguiéndole el paso a la muchacha. — ¿Y si usas mi abrigo?
— No empieces tú también.
— Yo sé que en el fondo me amas.
Al final no pudo evitarlo. Ninguno de ellos estaba contento con ella sin usar ningún abrigo, pero también se enojaban si trataba de elegir uno. Tuvo que ponerse todos encima de sus hombros como si fueran una gran manta.
Ya que Takemichi estaba llegando tarde, se tomaron su tiempo en ordenar su comida. Aunque estuviera enojada con él por el momento, tener a su amigo ahí le facilitaba las cosas en el sentido de que los chicos se controlaban un poco más. En ese momento, ya que no estaba, tenía que escucharlos pelearse y buscar su atención.
Trató de mantener con ellos una charla corta mientras esperaban, y cuando sus órdenes llegaron, sintió alivio al primer bocado de la comida caliente. Como odiaba el frío.
— Te ves linda hasta comiendo... — Matsuno mencionó, admirándola desde su asiento.
— Mika. — Kisaki se acercó un poco más a ella, pero fue para decirle algo importante. — Sé cuál es tu mentalidad al respecto, pero creo que tenemos que hablar seriamente... de todo esto.
— No sé a qué te refieres.
— Sí que lo sabes; hablo de tus sentimientos hacia mí... y hacia todos. Admito que me he apegado a ti, pero no creas que no me he dado cuenta. Necesito que seas clara y me digas en serio lo que sientes por mí.
— No es el lugar adecuado; te hablaré cuando acabemos con esto.
— Kisaki, ¿qué estás susurrando ahí con Mika? — Hanma lo interrumpió, haciéndolo retroceder.
— Nada importante.
— Takemichi ya llegó. — anunció ella, llamando la atención de todos. Miraron hacia la puerta y, no más de 5 segundos después, vieron entrar al mencionado con la cara notablemente inflamada y llena de golpes.
— ¡Mika, increíble! ¿Cómo hiciste para saber?
— Perdón por llegar tarde. — el muchacho se disculpó.
— Oye, ¿qué sucede contigo? — lo regañó el bicolor. — ¡Mañana es el gran día! No lo tomas en serio.
— Cielos, Takemicchi... ¿qué te pasó en la cara?
— ¡Hasta te ves más feo así! — Hanma soltó una carcajada después de la pregunta de Chifuyu, lo cual Hanagaki no contestó. Sólo procedió a sentarse con los demás para empezar a hablar del plan.
— Esto sucederá en la iglesia del Cristo de Udagawa en Shibuya. — Kisaki comenzó a repasar. — Afortunadamente, irá a rezar en la noche, cuando no haya nadie.
— ¿Una iglesia no estaría llena de gente en navidad? — se preguntó Matsuno.
— Eso sería hoy, en Nochebuena. — le contestó Tamashi. — Mañana a esta hora, estará vacía.
— Si Hakkai va a atacar a Taiju, debe ser en ese momento. — continuó el de lentes. — Esperaremos a Taiju fuera de la capilla principal. Hakkai ya debe estar adentro esperándolo.
— Takemichi, tienes que convencerlo. — añadió Mika. — Ya que son amigos, eres la mejor persona para detener a Hakkai, ¿no?
— Y antes de que Hakkai se enfrente a Taiju, nosotros cuatro afuera derrotaremos a Taiju. — Kisaki finalizó, levantándose de su asiento.
Una vez llegó su hora de irse, Takemichi trató de evitar a Mika pensando que quizás querría hablar con él. Estaba en lo cierto, y no logró ser lo suficientemente sigiloso.
— Alto ahí. — lo tomó del cuello de su camisa, alejándolo de los demás.
— ¿Me vas a golpear?
— ¿Para qué? ¿Crees que te golpearía porque sí?
— N-No...
— ¿Entonces? — una vez libre, Hanagaki expresó su confusión en el rostro. — ¿Por qué estabas llorando?
— Ah... sí. — ¿sería bueno decirle? Bueno, su razón principal para estar enojada era porque seguía con Hinata y se dedicaba a salvarla. Fuera de eso, la Mika del pasado parecía preocuparse de verdad por él. Era consciente de que no podía confiar demasiado, pero ella también era capaz de percibir sus mentiras. Quizás estaría más tranquila si le decía la verdad. — Es que... terminé con Hina.
— Hm, ya veo.
— ¿"Ya veo"? ¿Sólo eso vas a decir?
— Bueno, ya sabes cómo me siento al respecto. Hinata es buena persona y me agrada, pero es su destino morir en doce años. Incluso si terminas con ella ahora, no se salvará.
— Pero... ¿cómo puedes decir eso tan a la ligera?
— Es la verdad. — eso no lo estaba convenciendo para nada. Más bien, se arrepentía un poco de haberle contado. — Escucha... de cierta manera, me alegra que hayan terminado; así te acostumbrarás a estar sin ella y no te dolerá cuando muera. Sé que ahora te debo parecer una desalmada, pero es que no quiero que salgas herido también por culpa del amor que sientes. Sabes cómo fue, ¿verdad? Toda mi vida tuve que verlo. Cuando tenía dos años de edad, mi mamá entró llorando a la habitación porque mi padre había muerto; apenas mantenía el equilibrio. Nunca la vi en un estado tan débil, y murió también tan sólo tres años después. Luego, a mis doce años, fue mi hermano con su novio. Recuerdo verlo tan devastado que no quería ni levantarse de su cama. No comía, no dormía y apenas estaba vivo. Por eso es que soy tan insistente en esto. Sé que amas a Hinata, Takemichi, de verdad que lo sé; pero es porque lo sé que sé lo viene después. No deberías pasar por eso también. ¿Cómo te lo digo de manera que entiendas? No eres mi único amigo, pero sí fuiste el primero. Y no quiero que un amigo cercano pase por tanto dolor.
— Mika... — entonces era por eso. Pero eso no quitaba el hecho de en el futuro hacía todas esas cosas horribles y que no se iba a detener hasta cumplir su objetivo de asegurarse de que Hina muriera en el futuro. — Deberías pensar así de todo el mundo; no sólo de mí. No trates a los chicos como si fueran objetos.
— No hago eso; son ellos los que se enamoraran sin razón.
— ¡Y tú usas eso a tu favor! Oye, una cosa es que le gustes a mucha gente, pero lo que haces es pasarse de la raya. Honestamente, no me importa quién sea, pero elige a uno a ninguno para amar y ya está. Deja de jugar con sus sentimientos... ¿Sabes lo mal que me pone ver a Chifuyu obsesionado contigo cuando sé que a ti te da igual que viva o muera? Y aún así actúas como si lo quisieras también a veces. Sólo cuando te conviene.
— No entiendo a qué quieres llegar con esto.
— ¡Que no seas tan fría y te dejes amar por alguien, maldición! ¡¿A quién le importa si la otra persona muere antes que tú?! ¡La razón por la que sufres tanto es porque todavía los amas! Así funciona, Mika. ¡El amor dura también después de la muerte! Incluso si esa persona no está, ¿no es la oportunidad de haberlos amado suficiente? Tú eres inteligente; deberías saber que el dolor es temporal también. Quizás pienses que no es así porque tienes el corazón congelado, pero el amor es diferente. Ese sentimiento dura más que cualquier otro porque nunca se acaba.
—...No tengo el corazón congelado-
— ¡Entonces demuéstralo! ¡No puedes, ¿verdad?! ¡Porque sigues y sigues insistiendo en que no quieres salir herida! ¡Demonios! De todas las personas, nunca pensé que tú tendrías tanto miedo a que te hagan daño. ¡No tiene ni siquiera sentido que te diga todo esto porque al final sólo vas a decir "No lo entiendes, Takemichi, mi vida tiene dificultades que no puedes comprender"! ¡Con un demonio! ¿Qué hay de todo lo que yo pasé para salvar a Hina? ¡Todo eso ya me está doliendo, pero he seguido adelante como cualquier otra persona lo haría! ¡Tú eres la única que prefiere quedarse estancada! ¡Pero así es la vida, Mika, la vida apesta! ¡Es un asco! ¡Duele muchísimo! ¡Pero se sigue adelante! ¡Tienes problemas, ¿lo sabías?! Maldición... olvídalo. ¡Cuando vuelvas a tener corazón y te des cuenta de quién amas de todos esos pretendientes que tienes, me avisas! Antes, no te puedo considerar una amiga.
Trató de articular varias palabras, pero sólo acabó por tartamudear. Takemichi salió hecho una furia y no la dejó ni siquiera pensar en una manera de defenderse. Sabía que estaba enojado, pero no pensó que llegaría a este punto. Decirle que no la considera su amiga... ¿y a qué se refería con que debía darse cuenta de a quién amaba? ¿Creía que, de todos ellos, había empezado a sentir algo de verdad por alguien?
Pero ella... no se lo podía permitir; no podía.
De pronto, empezó a ser muy consciente del ruido del reloj de pared que había en la tienda. Ese molesto sonido... como odiaba esos relojes con manecillas. La hacían sentir náuseas; le perforaban los oídos. Una y otra vez, el mismo "tic, tac" sin parar; ese... maldito "tic, tac".
Tic, tac.
Tic, tac.
Tic, tac.
Tic, tac.
— ¿Mika? — sus ojos volvieron a abrirse de golpe al escuchar su voz. Su pulso acelerado no se calmaba.
—...Ah, eres tú. — colocó su mano en su pecho, tratando de calmar a su corazón. — Lo siento, Kisaki.
— Ya... ¿qué fue lo que pasó?
— Takemichi sigue enojado conmigo; seguro te da igual.
— No me da igual; hace un minuto parecías bastante afectada. — ella no respondió más. Para Kisaki, lo único molesto de Mika era como siempre se negaba a hablar de sus sentimientos, incluso cuando lo necesitaba. Le molestaba un poco que no confiara lo suficiente en él como para no hablarle de lo que le molestaba, y a pesar de saber que sus sentimientos hacia ella no eran recíprocos, era inevitable la necesidad que tenía por ayudarla. — Te llevo afuera; todavía tenemos una conversación pendiente. Hanma ya se fue.
Mika asintió, siguiendo los pasos de Kisaki. Caminaron unos cuantos metros fuera del edificio, hasta encontrar un lugar donde pudieran detenerse y hablar con tranquilidad. Ella ya sabía lo que él quería saber, por lo que esperó a que la fémina iniciara la conversación. Sin embargo, todo lo que hizo durante los primeros minutos fue mirar hacia la nada en silencio, ignorando a las personas y objetos a su alrededor.
Mil preguntas rondaban su cabeza, por primera vez en mucho tiempo. Lo que dijo su amigo era, quizás, en parte verdad. Quizás su corazón de verdad estaba congelado; hace años que no podía recordar sentir algo positivo porque toda la felicidad que mostraba se sentía falsa. No era feliz; eso no era novedad. ¿Por qué recién le estaba comenzando a afectar? ¿Era por ser la primera vez que alguien se lo decía a la cara? Era consciente de su propia miseria, pero se apenaba si alguien más llegaba a notarlo porque destruiría la imagen de la Mika perfecta que tanto le había costado construir. Se estaba desmoronando... la Mika a la que no le importa nada, la que siempre consigue lo que quiere, la elegante y refinada, la que siempre tiene éxito en todo lo que hace... últimamente, había estado muy vulnerable, y era una sensación que odiaba con cada centímetro de su ser.
Pero al mismo tiempo, tenía un poco de curiosidad... por todas esas sensaciones que odiaba y a las que le tenía miedo en secreto. ¿Estaría bien para ella ser vulnerable? ¿Mostrar su lado suave? ¿Estar... enamorada?
— Kisaki... perdón, creo que estoy pasando por algo.
— Sí, se te nota. ¿Te afectó pelearte con tu amigo?
— Bueno, es que hemos sido amigos desde siempre. Dijo cosas muy feas, pero... creo que en fondo tiene razón.
— ¿Sobre qué?
— ¿Crees que tengo el corazón congelado? — no obtuvo respuesta, pero su silencio se lo decía todo. — Lo sabía... supongo que es verdad.
— No es que crea que eres una desalmada, Mika. Ya sabes que tú y yo somos muy parecidos, pero... creo que la diferencia entre tú y yo es que mis ambiciones fueron impulsadas por mis emociones. Tú lo haces porque es lo que crees que debes hacer. Por eso... es importante para mí saber lo que sientes por mí.
— Oye... tú eres el único que sabe acerca de la maldición de mis ojos, así que siento que eres el único al que le puedo hablar de esto. Quiero ser sincera contigo, por primera vez. — su pulso se aceleró, expectante a las palabras que saldrían de su boca a continuación.
— ¿Sí...?
— No hay nada que desee en este mundo más que amar, pero mi corazón ha estado cerrado prácticamente desde que nací, y no sé cómo abrirlo. ¿Qué debería hacer?
Kisaki pensó en una respuesta adecuada. Se acercó un poco más a ella y buscó su mirada, misma que ella dirigió hacia él pocos segundos después. Siempre fue una mirada fascinante, pero... en ese momento, con la luz de la luna reflejándose en ella, y con una nueva curiosidad que Tamashi estaba dispuesta a explorar con el fin de encontrar una solución a las incógnitas que la atormentaban, era todavía más hermosa.
— Sé que nuestra relación nunca fue formal porque no me amas; es mejor que no haya una relación en lo absoluto. Quizás deberías... intentar y salir con más personas, no lo sé. Trata de explorar lo que te gusta, y ese algo no soy yo, está bien. Creo que esta vez... estoy bien con eso. El plan lo sigo más por ti que por mí ahora, porque si no te habías dado cuenta, me enamoré de ti, pero también quiero estar seguro de que me quieres antes de hacer cualquier cosa. Lo que quiero decir es... si tanto quieres amar, hazlo, pero si decides seguir enterrando tus emociones, supongo que es tu decisión. ¿Qué es lo que quieres hacer?
— No lo sé... — confesó. — Siempre digo que hago lo quiero, pero justo ahora no sé qué quiero. No puedo... por mucho que quiera permitirme amar, es imposible. No puedo permitirme hacer lo que quiero ahora; no puedo amar a nadie. No mientras esté maldita.
— Pero... las maldiones normalmente deberían tener una forma de romperse... o una causa. ¿Por qué si tu antepasado estaba suplicando por su pareja para que viviera terminó siendo maldecida? No tiene sentido. Debe haber una razón... algo que debiera hacer para romperla...
— No lo creo; ya lo habríamos descubierto. Pero gracias por pensar así. Hey, lamento no poder decir que te amo de vuelta, Kisaki.
— Está bien. ¿Qué harás de forma inmediata?
— Aún no estoy segura de qué hacer con respecto a todo esto de mis emociones, pero sigo sin cambiar de opinión con respecto al plan en general. Asegurarse de que la gente muera es mi trabajo, después de todo, y no puedo escapar de él. Mañana... después de la misión, hay que reunirnos con alguien.
— ¿Con quién?
— Un amigo mío de hace mucho. Siento que estaremos ocupados a partir de mañana, pero valdrá la pena. Te lo explicaré todo entonces.
— Bien... ¿te sientes mejor?
— Quién sabe; me siento igual que siempre.
🌙 Ya le mentaron su madre a Mika, pero no ha sido suficiente como para que detenga su plan. Sigue centrada en detener a Takemichi a pesar de sentirse herida por su enojo hacia ella 😔
Pero hey, que comenzara a ser un poquitito más consciente de sus emociones es algo. Desarrollo 👍
Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.
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