【 𝙄𝙣𝙛𝙖𝙩𝙪𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣 】

༻༺

AÚN DESPUÉS de haberle contado de su pasado, a Mika le pareció que su hermano le estaba ocultando algo. La forma en que le dijo que él y el tal Shinichiro eran mejores amigos le pareció un tanto sospechosa.

Quiso preguntarle apenas llegó a su casa, pero él se negaba rotundamente a estar guardando un secreto.

Nada que una insistencia muy persistente no pudiera solucionar.

— Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por-

— Está bien. — ya conocía a su hermana lo suficiente como para saber que podría seguir con eso el resto de la noche. — Lo admito, sí, dije una pequeña mentira acerca de mi relación con Shinichiro.

— ¿No eran mejores amigos?

— Creo que el mejor amigo de Shinichiro era Takeomi; lo conocía de bastante tiempo. La relación que tenía yo con 'Chiro era un poco más complicada.

— ¿Complicada cómo?

— Éramos más que mejores amigos. — ella parpadeó un par de veces. — Mika, éramos novios.

— WOAH, ESPERA- NO ESTABA ESPERANDO ESO.

— No tienes que gritar.

— ¿Por qué no me habías dicho que no te gustan las chicas?

— Porque sí me gustan las chicas; sólo que también me gustan los chicos.

— Bueno, ¿por qué no me dijiste que le tirabas a ambos bandos?

— Me daba vergüenza, ¿sí? No te dije la verdad de inmediato cuando sucedió porque eras pequeña y pensé que quizás no entenderías, o podías llegar a decirle a mamá por accidente; decidí que era mejor esperar al momento adecuado y... nunca llegó.

— ¿Cómo fue que no me di cuenta? ¿Cómo fue que siquiera sucedió? Ustedes se conocieron como por... 12 años.

— Sí, nos conocimos cuando los dos teníamos como alrededor de 13; fuimos pareja un poco después de eso.

— Necesito escuchar la historia.

— ¿La historia de qué? ¿Del día en que nos hicimos pareja? Eso es un poco vergonzoso; ese día fue bastante intenso.

— Por favor.

— Mika-

— Por favor, por favor, por favorrrr.

— Tú ganas; te lo diré... Sólo como advertencia, fui yo el que se declaró y de la peor forma posible.

Y ahí están, un adolescente completamente emocionado y otro... no tanto. Si pudiera escapar de aquella situación, lo haría sin pensarlo, pero Shinichiro no iba a dejarlo irse tan fácilmente.

— Vamos, será divertido.

— Estoy yendo porque no dejabas de molestarme con eso, pero no es como que me importe lo que quieres.

— Siempre dices eso. — sacó algo de su bolsillo. — Ten, una paleta.

— ¿Qué soy, un niño de 4 años que acaba de ir a su consulta médica?

— No hay necesidad de molestarse por eso; no tienes que tomarla si no quieres.

— Bien, la tomaré, pero no tienes que seguir insistiendo. — le quitó el dulce de la mano para poder quitarle la envoltura rápidamente y comerlo. — Me vas a deber un favor grande después de esto. ¿Por qué siquiera tienes dulces contigo?

— Porque tengo hermanos pequeños y les gustan los dulces.

— Lo que sea. ¿Vamos a ir o me hiciste venir hasta aquí para nada?

— Nos podemos ir ahora.

— Pues ya venía siendo hora.

De verdad tenía un problema para expresar sus sentimientos; siempre se le salía lo agresivo. Tenía suerte de que Shinichiro fuera muy paciente con él.

Además, era muy obvio que sí le importaba algo puesto a que era considerablemente más amable que cuando recién lo conoció. Fue hasta allí con él aunque no quería.

— Así que este es el día en que mis amigos se hacen amigos... es hermoso. — Shinichiro se habló a sí mismo. — Takeomi, este es Shikei; él es el que estaba asustando a toda esa gente con lo de sus muertes. 'Kei, este es Takeomi; nos conocemos desde que éramos niños. — le dio un golpecito ligero a Shikei, dándole a entender que tenía que decirle algo a Takeomi para romper el hielo.

Antes de hablar, Shikei terminó de comer la paleta que tenía en la boca de una mordida.

— Sé cómo vas a morir.

— Vamos directamente a eso, ¿eh?

— 'Kei... — Shinichiro le hizo señas con los ojos, tratando de decirle que intentara con otra cosa.

— También sé cuándo vas a morir.

— Ay, no...

— ¿Y sólo vas a decirme eso o me vas a contar cómo y cuándo voy a morir?

— ¿Por qué arruinar la sorpresa?

— No soy experto, pero creo que no le agrado. — Takeomi le susurró a Shinichiro.

— No, no, no, no es así; él siempre actúa de esta forma con los desconocidos. Sólo dale un poco de tiempo para que pueda convivir contigo y eventualmente le vas a caer bien; funcionó para mí.

— Dudo mucho que eso vaya a funcionar.

— Por favor, trata de ser amable con él. — el contrario suspiró con pesadez.

— Así que, Shikei... — trató de buscar algo que decirle, que fuera imposible que él desprecie. — Tus ojos... son de un color gris particularmente claro. ¿Es herencia o...?

— Son así por la carga de todas las almas que vi perecer.

— Me rindo.

— Shikei. — Shinichiro lo regañó. Al verlo molesto, no tuvo otra opción más que comportarse.

— Son herencia materna; mi hermanita también los tiene de este color.

Finalmente, algo que tenían en común.

— Yo tengo una hermana menor también.

— Sí, sí, ¿ves? Ustedes no son distintos; pueden ser amigos ahora. — ahí fue cuando Shinichiro vio un rayito de esperanza.

— Quizás un buen comienzo sería que nuestras hermanas fueran amigas.

— No voy a dejar que mi hermana conviva con la tuya, sin ofender.

— ¿Por qué no?

— No la conozco, no sé qué edad tiene, no sé qué tipo de personalidad tiene, no sé si tiene alguna mala influencia, y simplemente porque no quiero.

— ¡No te enojes! Él es muy protector con su hermana menor. — Shinichiro explicó con rapidez. — No me ha dejado verla ni a mí.

— Shinichiro, entiendo que tu intención era buena queriendo que fuéramos amigos, pero por más que lo intento, él no parece querer colaborar. No hace falta que sigas poniendo excusas; no vamos a ser amigos y eso está bien.

— Espera un segundo, voy a hablar con este chico. — jaló a Shikei del brazo hasta alejarlo a un lugar donde no los vieran y pudieran hablar con tranquilidad. — ¡¿Qué es lo que sucede contigo hoy?!

— No tienes que gritar.

— 'Kei, tú sabías lo importante que era para mí que todo saliera bien hoy; parece que ni siquiera te importa lo que yo siento. — él abrió la boca, pero la volvió a cerrar de inmediato. — Estoy bastante decepcionado.

— No digas eso.

Aún sintiéndose algo triste por escuchar eso, su atención estaba centrada en que no había visto jamás a su amigo enojado; era bastante extraño y, a la vez, fascinante.

— ¿Cómo quieres que me sienta? Pasé mucha vergüenza tratando de justificar tu mal comportamiento; no tenías que ser así de grosero. Es decir, ¿tanto te costaba ser amable? Sé que lo tuyo básicamente es ser frío y cool, pero literalmente tenías un sólo trabajo y ni eso pudiste hacer; fuiste malo y muy rudo con Takeomi, cuando él hizo el esfuerzo por llevarse bien contigo, y te tuvo mucha paciencia. ¡Lo que hiciste fue muy, muy infantil! ¡No tengo palabras para describir todo lo que siento acerca de tu actitud de hoy! ¡Yo-

— Te quiero besar.

Eso lo hizo callarse de inmediato.

— Lo siento, creo que escuché mal. ¿Dijiste que me quieres...?

— Quiero besarte justo ahora, como, mucho.

— Um... — sonrojado, trató de encontrar una explicación para su confesión tan repentina. — No lo estás diciendo para librarte del regaño, ¿o sí? ¿No es una broma ni nada?

— ¿Me veo como si estuviera bromeando?

No, no se veía como si estuviera bromeando, pero eso no lo hacía exactamente mejor.

— Así que, es en serio...

— Sí.

— ¿Yo te gusto?

— Creí que había quedado claro cuando te dije que te quería besar.

— Déjame ver si estoy entendiendo bien. Yo te gusto, y no me lo habías dicho hasta justo ahora.

— Ajá.

— Hace un momento, cuando estábamos con Takeomi; tu actitud... ¿estabas celoso?

— ¿Yo, celoso? ¿Por qué? ¿Porque él te conoce de casi toda la vida y yo prácticamente acabo de llegar a tu vida? ¿Porque él tu amigo desde la infancia y yo soy el que te golpeó como por dos semanas hasta aceptar que sí me agradabas? ¿Por qué estaría celoso, Shinichiro? Por supuesto que no estoy celoso; estoy bien.

— Estás celoso. — se dio cuenta de lo obvio que era. — No es que Takeomi no te agrade; es que te sentías celoso porque él me conoce de más tiempo.

— Sólo olvídalo, tienes razón, me dejé llevar por mis sentimientos y eso es... raro en mí, pero fui demasiado lejos; me disculparé o haré lo que sea que querías que hiciera para compensarlo.

Él lo pensó un momento, luego volvió a hablar.

— Bueno, si tanto lo querías...

— ¿De qué hablas ahora?

— Adelante, bésame.

— ¿Qué demonios pasa contigo? — ahora el que estaba sonrojado era él. — ¿A ti no te gustaban las chicas?

— Pero tú eres buena persona, y... bueno, después de 20 rechazos, comienzas a considerar cualquier otra opción... sería mentira decir que no he pensado en nosotros como algo más que amigos.

— Estás mintiendo; lo dices para hacerme sentir mejor.

— ¿Quieres comprobar?

— ¡Deja de decir cosas como esa! Me haces... ahg, ni siquiera es de día como para poder decir que el sol me está quemando la cara.

— Te sonrojaste; eso de hecho es bastante tierno viniendo de ti.

— Soy de todo menos tierno; deja de decir eso. — el contrario tomó su rostro entre sus manos.

— Lo entiendo ahora, sólo eres muy tímido como para expresar bien tus sentimientos y por eso te haces el rudo, pero realmente eres una bolita de algodón por dentro.

— Eso no es cierto.

— Voy a llamarte así desde ahora, bolita de algodón.

— No, basta.

A pesar de pedirle que se detuviera, no opuso resistencia cuando él lo acercó más para poder besarse por fin. Realmente aprovechó la oportunidad todo lo que pudo; quizás los dos se dejaron llevar demasiado y habían olvidado a lo que habían ido en primer lugar.

— ¿Estás de mejor humor ahora? — no le hacía falta escuchar su respuesta, sólo con verlo asentir avergonzado le bastaba para saberlo todo. — Bien, porque Takeomi probablemente se está preguntando por qué nos tardamos tanto; tendremos que darle una explicación.

— Lo que sea.

— Sólo recuerda que esto es importante para mí, y aunque a mí me gusta que seas así como eres, quizás no todo el mundo te tolere tanto como yo. ¿Puedes hacer un esfuerzo para llevarte bien con él?

— Sí, sí, ya entendí.

— Lo único que necesitabas era un besito para calmarte; ahora estás todo dócil. — se burló un poco.

— No soy dócil, estoy eligiendo hacer lo que tú quieres esta vez.

— Lo que digas, bolita de algodón.

— ¿Y esto nos hace pareja o qué?

— Sí, supongo que la 21 es la vencida.

— Pero si fui yo el que se declaró.

🌙 Qué acabo de escribir-

No es la primera vez que escribo contenido amoroso sobre dos personas del mismo género, pero esta vez se sintió como más... ¿serio? No lo sé, me inventé todo esto de la nada y cuando me di cuenta lo escribí. No me maten si no les gustó, porfa.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top