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—Oh, Duque Dazai.

Atsushi reverenció mientras que Chuuya inmediatamente se tiró para atrás a fingir que seguía dormido.

—¿Ya ha venido el doctor?

—Hoy... no.

—¿Como se puede ser tan irresponsable? Esto es inaceptable, traeré inmediatamente al doctor familiar y-... –fue interrumpido por el nervioso sirviente–.

—¡No hay necesidad! Ya viene en camino –trató de mentir sobre la marcha–. Solo que anoche se decidió que dormiría en su propio hogar para estar relajado y más concentrado en la salud del joven amo.

Pero por supuesto, aunque la mentira pudo llegar a ser convincente, la actitud nerviosa y comportamiento del menor lo delataron.

—Hmmm, ya veo. Esta bien, yo me quedaré un rato velando su sueño, tú ya te puedes retirar.

—S-si... con permiso –dio una última reverencia saliendo del lugar–.

Dazai suspiró cansado y tomó asiento en la silla al lado de la cama de Chuuya, sujetó con delicadeza una de sus manos.

—Quiero que te mejores pronto –empieza a murmurar con suave voz–. Serás el novio más hermoso que exista y que mis ojos alguna vez verán.

"El novio más... ¿quién diría? Si pienso en la situación... por fin es posible."

—Por favor, despierta pronto.

—¿Por... qué?, ¿porqué quieres- quieres casarte conmigo? –dijo abriendo lentamente los ojos–.

—Fuiste mi primero –habló con sonrisita burlesca, pero con suavidad–.

—No soy como piensas, ni la mitad de inocente y amable siquiera –apartó la mirada y alejó su mano–.

"Al final y al cabo, tú eres detective y yo un ejecutivo mafioso."

—¿Qué es lo peor que has podido hacer?, ¿golpear a alguien? Seguro se lo tenían merecido, no creo que le harías daño a nadie que no fuese culpable de algo.

Chuuya empezó a pensar en todas las personas que mató cuando era parte de la mafia e incluso antes de eso... empezó a sentir un sabor agrio en la boca.

—Y si hablamos de ello, yo tampoco seré santo, incluso puedo llamarme peor, he matado a muchos.

Bueno, con eso Chuuya no podía discutir, Dazai en sus años de la mafia no por nada era llamado el Demonio Prodigio, pero no se imaginaba qué pudo haber hecho este Dazai para pensar así.

—De verdad, hay veces en las que no te entiendo –suspiró al final, cansado–.

"Es aquí... por fin te has aburrido de mi, de nuevo. Me vas a abandonar." Pensó el pelirrojo haciendo una mueca y frunciendo el ceño.

—No tienes porque castigarte por ello.

¿Qué?

—En las historias, el héroe mata al villano y aún así sigue siendo héroe, sigue siendo bueno, una persona idolatrada aunque acabase de quitar una vida.

"No es lo mismo."

—Yo he matado y planificado para matar a varias personas a lo largo de mi vida y he me aquí, incluso el otro día lo mencionaste tú, que yo era "el héroe de la historia."

"Si, por alguna razón tú eres el héroe, caballa." Chuuya seguía respondiendo en su mente, escuchando con atención lo que Osamu tenía para decir, era de esas raras veces en que está seguro le trataba de consolar.

—Y si soy el héroe, te elijo a ti como mi compañero. Como el verdadero héroe... mi héroe –le sonrió–.

"¿Porqué Osamu nunca fue así conmigo antes...?" Pensó mientras trataba de no llorar, vaya que ese mundo lo estaba convirtiendo en alguien muy sentimental.

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—¡Oh por los Cielos, Chuuya!

Por las puertas de la habitación entró una rubia haciendo un gran escándalo.

—¿Pero qué te pasó?

—Es una historia muy graciosa –empezó nervioso–.

—Oh por amor a-... voy a llevar a cabo una investigación y si alguien hizo esto a propósito, ¡pagará con su propia sangre!

Por lo general nada afecta demasiado a Chuuya, pero el aura que emitía la chica le daba algo de escalofríos.

—Lo importante es que ya estoy mejorando –trató de distraerla–.

—¡Cierto! Traje esto para ti.

Entre sus manos traía una pequeña caja, adentro había un ungüento.

—Es una receta familiar, sirve para casi todo, si tienes tos, si algo te duele, también ayuda a respirar mejor.

—Oh Ember, no tenías por que traerme algo, gracias –sonrió de verdad conmovido–.

—Eso no es todo –se apresuró a decir y enseguida dio dos aplausos–. Que bueno que tu habitación es espaciosa, no sabría dónde dejar todo lo demás.

—¿Demás...?

Por la puerta cruzaron varios sirvientes cargando cajas y más cosas de distintos tamaños, dejando todo en el suelo y sobre los muebles.

—Hubiese traído más, pero no cupo todo en el carruaje, lo que significa... ¿crees que te pueda venir a visitar mañana también?

Y en ella también lo notó, ese destello leve de preocupación. Recuerda haber leído que ella no gastaba el dinero del Barón en ella misma, sentía que no lo merecía y aún así, aún así compró para él varias cosas en un pestañeo.

Soltó una risa ligera.

—¿Por qué no?

—Bien, por que tenía planeado traerte algunas de tus golosinas favoritas, hoy solo traje los postres de aquella panadería a la que fuimos.

Sonrió, vaya que tenía una sonrisa muy bonita, por supuesto parecía protagonista.
Porque eso era, la protagonista que se queda con el Duque... persona que él le estaba quitando. Y ella no merecía eso.

—Lo siento... –murmura–.

—¿Eh?

—Lo siento... el Duque- yo-... yo creo que me estoy enamorando del Duque –dice escondiéndose entre sus brazos cruzados y rodillas alzadas–.

—¿No entiendo porqué deberías disculparte por eso?

—Porque originalmente él es tuyo, originalmente ustedes dos quedan juntos...

"Así es como va la historia."

—¿Originalmente? Eso es absurdo, ni siquiera nos hemos dirigido la palabra mutuamente por más que mera cortesía. Además, ¿mi personalidad y la de él? Nunca en la vida, sería un desastre –suspira–. Pero si quieres que hablemos de lo "original"... empecemos con el hecho de que originalmente yo no debí de haber nacido.

Oh.

—Mi madre me tuvo a los dieciséis años sin siquiera saber quien era mi padre. Ella era muy joven como para cuidar de mi, así que me llevó a un orfanato –relató más como una historia lejana que como un recuerdo–. Así que supuestamente todavía debería de seguir allí, aunque por coincidencias terminé ayudando al barón que ahora agradecidamente es mi padre. Además...

Le sonrió y le aventó un pequeño pedazo de papel con el que estaba jugando mientras hablaba.

—Originalmente no debería de estar aquí, sino en mi hogar llenando papelería, tal vez cenando sola. Pero justo estoy aquí contigo Chuuya, verás... no existe nada como el "originalmente debería..." solo existe el presente, el ahora.

Eso es algo que Chuuya debería aprender.

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Otro capítulo porque... ¿porqué no? :D
En serio estoy impresionado de la cantidad de gente que se leyó el capítulo anterior aunque llevaba MUCHO tiempo sin publicar, pero aún así gracias por su apoyo <3

Espero que les guste esta sorpresa jijiji y bueno, Chuuya ya por fin va aceptando sus sentimientos ahhhhh.

—Asher.