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El ambiente estaba callado, Dazai se mostraba calmado, incluso confiado, Paul no cabía en su estupefacción y Chuuya estaba rígido, apretaba los dientes de tal manera que le comenzaba a doler la mandíbula.

Chuuya estaba acabado...

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Los cuatro estaban reunidos en la habitación del pelirrojo, la pareja casada en un sillón mientras que sus contrarios frente a ellos, en medio de todos, tazas de té y algunas galletas.

—Solo para reiterar, ¿dice usted que se enamoró a primera vista de nuestro hijo? –habló el pelinegro–.

—Así es.

El matrimonio se quedó viendo a su hijo y luego al castaño, la vista yendo de un lado a otro sin poder captar por completo lo que estaba sucediendo. Por otro lado, Chuuya solo quería morirse.

—A... primera vista... –dijo esta vez el rubio–.

—Ya he hablado con el joven Nakahara sobre esto, ambos estamos de acuerdo en contraer matrimonio –sonrió–.

Paul siente que casi se desmaya en el lugar al escuchar aquello.

—¿Es eso cierto, Chuuya?

—Bueno, de hecho-... –la mano de Dazai se posa sobre su pierna como un recordatorio de lo que era capaz de hacer–. Antes de... la boda, me gustaría tener una fiesta de compromiso –derrotado suspiró–.

El más alterado por las noticias sin duda alguna había sido el jefe de la casa, antes de que empezara a armar algún drama, su esposo se interpuso hablando primero.

—Me hace feliz ver que por fin sentarás cabeza, hijo, especialmente con alguien a quien amas –sonrió entrecerrando los ojos–.

Chuuya quería decirle que no era cierto, que estaba siendo manipulado para aceptar este matrimonio y que ni loco se enamoraría de aquel desperdicio de vendas, mucho menos después de que lo metiera en lo más profundo de la oscuridad y le abandonara allí.

—Gracias padre...

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—¿Una ceremonia de compromiso en dos días? –habló alterado el albino–. ¡Eso es demasiado pronto!

—Estoy muerto... estoy muerto, estoy muerto, estoy muerto... –repetía una y otra vez por lo bajo–. ¿Qué hago? –se quejó–.

—Señorito... ¿puedo decirle algo como su a-amigo...?

—Por supuesto, ya te he dicho que somos amigos y no tienes que preguntar esas cosas –le sonrió–.

—Bien, entonces, ¿por qué no simplemente se casa? –suspiró y puso sus manos sobre sus caderas–. Honestamente no se porque hace todo esto, el Duque es un gran candidato para esposo, me atrevería a decir que incluso es el mejor.

Chuuya se quedó en silencio, había entrado en un pequeño shock y por su mente cruzaron los mil y un párrafos de la historia original, también pudo apreciar su relación con el Dazai de su mundo y eso... lo había deprimido.

—No es mi lugar, Atsushi... no lo es.

—La persona que se case con él es su pareja, ¿como dice usted que no es su lugar?

—No, no lo entiendes... –murmura entre dientes–.

"Dazai ha desertado de la Mafia"

"Eres una babosa inútil"

"Nadie necesita de ti"

"Te dejó y ni siquiera te dijo algo, no le importas"

"Te abandonó cuál juguete viejo"

"El nunca hizo por ti y tu hasta arriesgas tu vida por él"

"Yo simplemente no quiero pasar por lo mismo de nuevo, no quiero que me deje..." pensó tratando de retener las lágrimas mientras que le pedía a Atsushi que preparase su baño.

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Recién salido de su largo baño de agua tibia y hierbas se sentó frente a su tocador.

—¡Bien! Ahora, hay que idear cómo salir de este problema.

—Pero Chuuya... –lloriqueó el albino ya harto de todo–. No hay nada más que hacer, o se casa o muere.

La sangre del pelinaranja se heló, porque Dazai era muy capaz de matarlo, si, al menos el que él conocía.

—¿No existe ningún final feliz sin la necesidad de casarse? –sonrió forzosamente–.

—No, ademas tarde que temprano tendrá que tener un heredero –hizo pokerface, se había cansado de todo–.

—Bien, entonces no hay más opción que morir.

—¡¿Qué?!

—Atsushi, relájate antes de que te de un ataque, no voy a morir-morir, es algo así como... actuación.

—¿Eh?, pero...

—Le mostraré al Duque que tan "serio" puedo ser con todo este asunto, las preparaciones iniciarán y pondré empeño en ello, pero antes de que se lleve acabo fingiré un accidente y le haré creer que morí en él.

Habló como si fuese la idea más ingeniosa del mundo, al menos era de las únicas opciones que se le venían a la mente bajo tanta presión y tan poco tiempo.

—Si lleva acabo eso, ¿cómo vivirá entonces?, no es fácil vivir como un hombre muerto –y como siempre tenemos a la voz de la razón–.

—Tienes razón, pero ¿qué tal una herida igual de grave?, ¡Imagina!, estoy tan herido que no me puedo mover de casa, mucho menos asistir a cualquier evento, él tendrá que reconsiderar el matrimonio, no puede casarse con nadie que no pueda cumplir sus futuros deberes.

"Será mi última oportunidad, mi último intento. Si fallo, no habrá más opción" pensó algo nervioso y rezando para que su plan funcionase.

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El día final de las preparaciones había llegado más rápido de lo que creía, se encontraba revisando los últimos detalles.

—Atsushi, ¿has puesto la manta ya?

—La he colgado entre los árboles como me indicó, pero ¿está seguro de esto?

—Bien, está todo bien. Primero saltaré por el balcón fingiendo tropezar, caeré en la sábana, rodaré por el piso y fingiré que me he roto el tobillo o algo.

"Si tengo mala suerte solo me lo torceré".

—Usaré sangre falsa y ya –empezó a aplicársela con un paño–. Veamos... ahí está.

—Sigo pensando que esto es una pésima idea –habló mientras que Chuuya se preparaba para lanzarse–. Es muy peligroso y no es tarde para arrepentirse y aceptar el matrimonio.

—Está bien –por su vista cruzó algo que podía asemejarse al agua–. Puedo con esto. Atsushi... –unas imágenes borrosas aparecieron frente a sus ojos, no sabe si era la adrenalina o los nervios–. Cuento contigo.

Sin más se tiró, se le hacía graciosa la sensación de incertidumbre en esos momentos, antes tenía su habilidad por si algo pasaba, ahora no podía más que confiar en una sábana.
"Haré lo que haga falta".
Por suerte, terminó justamente sobre la tela y solo con algunos rasguños en la cara y brazos por las ramas que rasparon su piel.

—Ahora, ¿como bajar de-...?, ¡aaahhhh!

Estaba más alto de lo que imaginaba y al llegar al suelo sintió sin duda alguna que algo le había pasado en el pie, pero el acto debía continuar y Atsushi ya se encontraba gritando desperado por él, era un muy buen actor si lo podía decir.
Todo iba conforme al plan hasta que escuchó la voz preocupada de alguien correr y llamarle.

—¡Chuuya!, ¡Chuuya!

"¿Qué demonios hace Dazai aquí? Se supone que Atsushi y el doctor debían de venir por mi." Empezó a ponerse nervioso, pero no había nada que hacer más que seguir, sintió unos fríos dedos pasar con delicadeza por su rostro y después sintió como le revisaban el pulso.

—¡Alguien llame a un doctor!, ¡Pudo haberle pasado algo muy grave, hay demasiada sangre!

La preocupación en su voz era palpable sin duda, un tono que por alguna razón se le hacía lejanamente familiar, pero que sabía nunca había escuchado de Dazai.

—Chuuya... por favor, Chuuya...

—¡Abran paso ya llegó el doctor! –se escuchó la voz de un sirviente pidiendo a los demás alejarse–.

—Hay que subirlo a la camilla.

Y con esa orden, varias personas lo subieron con cuidado para llevárselo a alguna habitación y tratar sus heridas, sintió como muy a su pesar el castaño soltaba su mano, la cual había tomado desde el principio y se negaba a apartar.

"Realmente acabo de hacer una estupidez, ¿verdad?" Rio con sarcasmo para sí, nunca creyó escuchar al de ojos cafés así de afectado, especialmente por él.

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Wiiiiiii, estoy enferma y con mil cosas encima, pero agradezcan al nuevo manga de mis amores Chuuya y Dazai de quince años por parte de la motivación para este cap jsjsjs.

En fin, lamento mucho tardar en actualizar, pero apenas entro a la vida adulta y es más complicada de lo que parece :(

Anyways, espero que disfruten este cap y el de mi otra historia, Love y'all.

—Sincerely, Darcy.
    SOUKOKU'S WIFE <3