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Ambos estaban de pie, uno frente al otro. Dazai tenía los ojos abiertos y la mejilla le ardía por el golpe, por otro lado, Chuuya estaba furioso y rechinaba los dientes mientras apretaba sus puños tratando de no dejar a sus impulsos descontrolarse una vez más.

—¡¿Como puedes decir esas idioteces cuando ni siquiera le conoces?!, ¿acaso te ha hecho algo?

El castaño no sabía si el color rojizo en su cara se debía al alcohol o al coraje, probablemente una mezcla de ambas, pero aún así resaltaba el azul de sus ojos.

—Él tuvo una infancia infeliz debido a cosas que no podía controlar.

Era algo infantil por que incluso con sus reclamos le acompañó un puchero, pero las palabras sonaban tan sinceras que no sabía cómo reaccionar.
"No hemos hablado hasta ahora, ni siquiera me reconoce y aún así.. ¿aún así se pone de mi lado?".

—Si lo tuvieses de frente, dime pequeño petirrojo, ¿qué le dirías?

—¿Por qué quieres saber? –se cruzó de brazos aún molesto–. Espera, ¿como mierda me llamaste?

—Probablemente conozca a ese duque del que tanto hablas y podría pasarle tus palabras –habló ignorando por completo lo demás–.

—En ese caso le diría... –habló sin dejarse tiempo para pensar–. ...no fue tu culpa, no hiciste nada mal. Osamu... no merecías nada de eso.

Se quedó de piedra, son palabras que al menos alguna vez había escuchado de parte de Oda o de Ango, pero ellos eran cercanos a él desde el principio, no tenían el mismo peso que las palabras del chico frente a él.

—Joven Nakahara, ¿cómo sabe usted tanto del Duque? –intentó distraerse–.

—Ah bueno, es que yo lo le-... hip.

Chuuya se tambaleó y chocó de frente con el pecho del castaño.

—Gra- hip gracias, no eres tan malo como creí...

—Parece que has tomado demasiado aquí por esta noche.

—¿Eh?, ¿"aquí..."?

—¿No te gustaría ir a conocer al Duque?

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Dazai se había puesto de pie, caminó rodeando la pequeña mesa y posó su mano derecha en la mejilla del contrario, una acción totalmente inocente e íntima.

—Dijiste... que no había sido mi culpa, que no había hecho nada mal, que no merecía aquello... fuiste la única persona que me hizo creer aquellas palabras por primera vez, además... me cautivaste desde el primer instante –sonrió de la manera más sincera–.

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Acostado sobre su cama a la mañana siguiente, no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido en la tarde anterior.

—Es que no esta bien... se supone que es el personaje principal y yo un don nadie. Por una mierda, ¡es Dazai!, ¡¿cómo podría gustarme ese idiota?!

Un joven albino entró corriendo a la habitación después de escuchar un grito solo para encontrar a su amo con una almohada cubriéndole la cara.

—¿Joven amo?

—Dime Atsushi, ¿quién debo de ser para no casarme? –se quejó–.

Un poco descolocado, el menor respondió sin pensar mucho en ello.

—Pues, las monjas no pueden casarse...

—¡Eso es! –le interrumpió descubriendo su rostro y sentándose en el colchón–. Me volveré una monja.

—Pe-pero Chuuya, usted no es creyente, prefiere creer en las ciencias y la astrología, además no es una dama, no puede ser una monja.

—No soy... cierto, joder.

Volvió a tirarse de espaldas y cubrir su cara, esta vez con su antebrazo.

—¿Puedo preguntar por qué mencionar algo así? –habló con timidez–.

—Verás Atsushi –suspiró–. Creo... creo que pasé la noche con el Duque, no solo quedarme a dormir si no... eso, no estoy seguro, no recuerdo nada y él no da explicaciones claras ¡maldición!, ahora dice que debemos de casarnos.

—¿Y eso no es bueno? –el pelirrojo lo miró molesto–. Qui-quiero decir, ustedes dos serán los únicos duques del reino.

—Yo no quiero ser un duque, ya tendré mi propio título, no veo la necesidad –se quejó–. ¿Qué se hace cuando uno quiere dejar de gustarle a alguien?

—Bueno, no estoy seguro... por lo general las personas quieren hacer lo contrario.

La habitación se sumió en un silencio momentáneo hasta que emocionado una vez más, Chuuya se enderezó y encaró a Atsushi.

—¡Tienes razón!, ¡simplemente haré lo contrario!, dime, ¿que debo hacer?

—¿Eh? Este... pues, uno trata de parecer la persona más amable.

—Ya traté de actuar como villano, eso no funcionó, siguiente.

"¿Así que por eso actuaba de esa manera? Algo esperado supongo" analizó.

—Se trata de verse lo más presentables posible.

—Bien, entonces debo de verme mal.

—Mostrarse capaces e independientes... –divagó–.

—Entonces está decidido, a partir de mañana seré una persona fea, perezosa y estúpida.

La manera tan orgullosa en la que lo dijo preocupó mucho al heterocromático, suspiró de pensar en lo que seguiría a continuación, debía prepararse mentalmente.

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Todo estaba listo, había mandado a llamar a Dazai mediante una carta primera cosa por la mañana invitándolo a tomar el té en su casa, lo que significaba que no tardaría en llegar puesto que estaba cerca de ser medio día.

"Listo, estoy lleno de tierra, solo debo de ser sucio, perezoso y estúpido, con eso dejaré de gustarle." Sentía que algo iba mal en esa frase, pero ya no había tiempo de analizarlo, pocos segundos después se anunció la llegada del Duque.

—Chuu-Chuu, espero que tengas una buena excusa para citarme con urgencia tan temprano, ¿ya tienes todo preparado para la boda? –apenas puso pie frente al mayor, paró su andar y su rostro se tornó inexpresivo–.

—¡Querido Duque, que bueno que ha llegado! –expresó con alegría, pero al no ver reacción continuó–. ¿Sucede algo?

Dos segundos después, pareciese que el castaño se recompuso, continuó con la plática.

—No sucede nada, adelante, continúa.

Ambos toman asiento en los sillones que se encuentran dentro de la habitación del pelinaranja, las sirvientas no tardan en ir a traer el té para ellos.

—Dígame, ¿tiene algún número favorito? Podríamos programar la boda para esa fecha –mencionó mientras que le mostraba un calendario–.

La mirada de Dazai se dirigió rápidamente hacia las manos del contrario, podía verse claramente suciedad y tierra bajo sus uñas.

—Tus... uñas...

—Hmmm, parece que están negras por dentro –sonrió lo más estúpido que pudo haberlo hecho–.

Estaba seguro que cancelaría el matrimonio, le debía de producir un asco tremendo, él mismo se lo daba, no podía esperar para ir a darse tres baños diarios por una semana y lavarse el cabello y los dientes como mínimo cinco veces al día.

—El hijo de un conde... –¿alguien algún día le enseñaría a Chuuya que no podría sobrepasar a Dazai en ningún futuro cercano?–. ...ensuciándose las manos con trabajo. Tienes las manos llenas de tierra, símbolo de tu arduo trabajo y esfuerzo, sin duda alguna una señal del grandioso esposo que serás.

—¡Yo no estuve trabajando! –gritó casi en desespero–.

—Oh, ¿entonces jugaste con tierra?

Al ser la única salida que encontró, no tardó en reafirmar aquello.

—Que lindo, sigues siendo dulce e inocente como un infante, es decir, es mucho mejor que andar entre el cotilleo en los banquetes.

Antes de que el de ojos azules dijese algo más que sinceramente le hubiese dado pena ajena a cualquiera, por las puertas de la habitación entra alguien con el mismo color de ojos.

—Duque Dazai, que honor el que nos visite, ¿hay alguna razón en específico? –habló acercándose al hombre para saludar–.

Chuuya estaba que no lo podía creer, no recuerda nunca el que Paul o Arthur entrasen a su habitación, menos aún sin ser anunciados antes.

—Conde Nakahara –saludó de vuelta–.

—¡Pau-... papá! –gritó alterado, casi llamándolo por su nombre–.

—Seré directo con usted, Conde –el de baja estatura sentía como todos los colores se iban de su piel, estaba perdido y no podía reaccionar–. Quiero casarme con su hijo.

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Las buenas noticias es que no estoy castigada, las malas es que tengo mil cosas que hacer y casi todo me está yendo mal en la vida.

Dios, incluso teniendo una guía para esta historia no encontraba la inspiración para seguir, empecé otros cinco borradores de historias Soukoku, pero simplemente no podía con esta, ¿quien diría que solo necesitaba tomarme una monster y que todos en la casa estuvieran dormidos para escribir? Jsjsjs
En fin, los amo, gracias por tenerme paciencia <3

—Sincerely, Darcy.
SOUKOKU'S WIFE <3