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Chuuya había ido a una habitación a retocarse el cabello y el delicado maquillaje, por que sí, él usaba maquillaje y se preocupaba por lucir bien, era algo sutil por supuesto, solamente polvo para que su rostro no brillara tanto y algo de humectante en los labios.
Estando atento a su reflejo y dando la espalda a la puerta, no notó cuando una invitada inesperada (e indeseada) se acercó, hasta que ésta anunció su presencia aclarando su garganta.
—Oh, así que sí estaba invitada –aquel comentario no iba con malicia, no quería que la villana le odiase más–.
En verdad que le había sorprendido verla allí, por un momento pensó que todas aquellas compras habían sido solo para "hacerle quedar mal" y que malgastó el dinero, no le importaba en lo más mínimo lo que hacía con él o si se quedaba en la bancarrota, pero no podía evitar sentirse mal por las antiguas generaciones que seguramente trabajaron para obtenerlo y ella sólo gastándolo por un capricho.
—¡¿Creíste que mentía?!
—Por supuesto que no, señorita Christie. ¿Cómo ha estado?
—¿Le parezco bien justo ahora?
Esto ya era demasiado, tuvo que aguantar a Dazai y a varios otros nobles por mucho tiempo, su paciencia se estaba por terminar y estaba seguro que ella era quién lo haría explotar tarde que temprano.
—Pero que gato más escurridizo es usted... es más, ni siquiera así podría llamarle, sus acciones lo respaldan.
—¿De qué está hablando?
—No se haga el desentendido, ¡estaba coqueteando con el duque en el balcón y tratando de seducirlo!
—¡¿Eh?!, ¡yo nunca haría algo-...! Espera... ¡¿qué tanto viste y desde dónde?! –gritó alterado–.
Si ella los vio, quién sabe quién más pudo haberlo hecho, y eso no ayudaba en nada a su plan inicial de mantenerse alejado de los problemas.
—¿De verdad eso es lo que importa?
"Por supuesto que es lo que importa" quiso contestar, pero se mordió la lengua.
Las villanas de las historias podían llegar a ser desesperantes y por lo regular nadie les quiere, una vez sus actos son desenmascarados frente al héroe, éste les empieza a odiar.
—Sabes que nadie te querrá, ¿cierto? En especial Dazai.
—¡¿Cómo te atreves a decir algo así y llamar por su nombre al duque?!
—Enfréntalo, nadie querrá a una mujer obsesionada, acosadora y repulsiva –sonrió, si no la podía golpear físicamente, lo haría con palabras–.
—Tú solo estás diciendo todas esas mentiras para quedar como el bueno, pero de seguro haces lo imposible para meterte entre los pantalones del duque.
—¿No será que te estás reflejando en mí y la única que quiere hacer eso aquí, eres tú?, espera, ¿dónde quedó el papel de dama de alta sociedad al decir tal vulgaridad?
Y Chuuya pudo haber seguido si no fuese por una cachetada que le interrumpió. Su cabeza giró un poco por el impacto del golpe, su mejilla dolía y se encontraba roja.
—Heh –sonrió mientras apoyaba su palma en su mejilla irritada–. Tiene suerte de ser una mujer...
Se puso de pie para caminar hacia la puerta, deteniéndose antes al lado de la rubia.
—El que reacciones de esa manera simplemente porque las cosas que quieres no van como tu planeas y culpes a los demás por ello, es asqueroso. Deberías de verte al espejo, tienes una cara terrible justo ahora.
Siguió su camino hasta salir de la habitación y cerrar la puerta tras de sí, poco después escuchó un grito de rabia provenir desde dentro.
Suspiró, cada vez se le hacia más complicado el seguir su plan de no meterse en problemas, las cosas no salían como quería y no por eso le miraban culpando a los demás o golpeándoles.
—Debería irme antes de que todo empeore...
Antes de que siguiese su caminata por el pasillo, fue detenido por alguien tomándole del brazo.
—¿A dónde pensabas ir, chibi?
—¿Dazai–? Digo, Duque –se corrigió–.
—Me agrada que por fin me llames por mi nombre, pero no has respondido a mi pregunta, ¿a dónde pensabas ir con tanta prisa?
—A ningún lado, no ha pasado nada –habló un poco brusco–.
—Yo nunca dije que algo hubiese pasado.
El pelirrojo notó su error y rápidamente bajó la mirada esperando que parte de sus cabellos cubriesen el golpe, pero el castaño igual de perspicaz que siempre, le tomó con suavidad de la barbilla y levantó su rostro, moviendo con su mano libre los mechones del lado izquierdo detrás de su oreja, descubriendo así su mejilla y por ende, el golpe.
—Alguien te golpeó –fue más un hecho que una pregunta–.
—La verdad, no...
—Chuuya, la forma de la mano se nota claramente en tu mejilla.
Interrumpiendo su conversación, aparece Agatha detrás del pelirrojo con una sonrisa, como si nada pasase e ignorando por completo al chico petit.
—Oh cielos, duque Dazai ha pasado un tiempo, ¿Cómo se encuentra?
Su voz era tan tranquila y su sonrisa muy dulce, sería difícil reconocer la malicia debajo de aquella fachada, pero de nuevo, todos sabemos lo perspicaz que es el castaño, que el pelirrojo agachase la cabeza solo confirmaba su teoría.
—Señorita Christie, por supuesto que ha sido un tiempo –sonrió de vuelta por educación–. Dígame, ¿no ha salido usted de aquella puerta?
—Oh vaya, pareciese que el duque me observa, de hecho sí, acabo de salir de la habitación.
—Lamento informarle que usted no tiene mi atención, la situación aquí se debe a que escuché que esa habitación le había sido asignada al joven Nakahara.
—Oh, ¿en verdad? –trato de disimular el nerviosismo en su voz–. No tenía ni idea, pensé que era la mía, mi error.
La mirada castaña se empezó a teñir de borgoña mientras no apartaba la vista de los ojos azules, éstos últimos tratando de no flaquear.
—El rostro de Nakahara estaba bien cuando le vi hace apenas unos momentos, pero ahora se encuentra enrojecido e hinchado y dado que ha salido de la misma habitación que él, me imagino que sabe que le ocurrió, ¿cierto?
—No estoy segura, ¿probablemente se tropezó? Pudo haber tomado demasiado y como todos sabemos de la última vez, suele ser algo descuidado en ese asunto.
Chuuya solo quería voltear y encararla, esa desgraciada se atrevía a mentir con tanta naturalidad y de paso burlarse de él, pero aún tenía algo de autocontrol y no quería más problemas, le convenía quedarse callado en esos momentos.
—Yo creo que alguien debió de haberle golpeado.
—Oh Dios, ¿quién podría atreverse a realizar semejante acción en contra del hijo del Conde?
Eso era suficiente, si antes creía que el único que podía acabar con su paciencia era Dazai, ahora se había encontrado con alguien aún peor.
Se giró de golpe apuntando hacia la fémina.
—Ella, fue ella quien me golpeó.
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....Hola(?
Lamento mucho no traerles capítulo por varios días, acabo de empezar de nuevo la uni y me estoy reacostumbrando a ello, además de que mis clases son algo pesadas y lo que tengo que hacer para mis clases son cosas infinitas.
Por el momento, no podré seguir el horario que tenia planeado desde un inicio así que cada que pueda subiré cap, una vez me acostumbre, volveré a publicar con regularidad.
—Sincerely, Darcy.
SOUKOKU'S WIFE ♡
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