OO2 | Pistas a revelar
El eco de la pelea aún resonaba en los oídos de Seonghwa mientras él descansaba en la habitación de Hongjoong, sin embargo, no lograba conseguir dormir a pesar de lo agotado que estaba, tanto física como mentalmente, pero no podía dejar de sentirse impresionado por la experiencia que acababa de vivir.
—Veo que no puedes dormir ¿Te apetece algo de beber? —preguntó Hongjoong sorpresivamente, mientras iba ingresando a la habitación y sacaba dos vasos y una botella de un licor local de un estante.
Seonghwa asintió y se sentó en la cama, aún un poco abrumado por la adrenalina de la pelea y la intensidad de la ciudad. A través de las enormes ventanas, podía ver el horizonte de Zheagend, las luces de la ciudad parpadeando como estrellas artificiales en la distancia.
—Zheagend es impresionante... y aterradora al mismo tiempo —murmuró Seonghwa mientras aceptaba el vaso que Hongjoong le ofrecía.
—Es un lugar de contrastes —dijo Hongjoong, sentándose a su lado—. Puede ser un paraíso o un infierno, dependiendo de dónde te encuentres y con quién estés.
Seonghwa tomó un sorbo del licor, dejando que el ardor bajara por su garganta.
—Esa pelea... fue algo que nunca había visto. San es increíble.
Hongjoong sonrió, asintiendo.
—San es uno de los mejores, y con Wooyoung a su lado, no hay muchos que puedan vencerlo. Crecí con ellos, nos hemos metido en muchas peleas juntos, algunas tan clandestinas como esta, otras un poco más organizadas. Zheagend nos ha enseñado a luchar por lo que queremos.
Seonghwa lo observó por un momento, notando el tono nostálgico en su voz—. Parece que tienes un vínculo muy fuerte con ellos.
Hongjoong asintió.
—Sí, somos como hermanos. Zheagend puede ser despiadada, pero también puede unir a la gente de formas que no te imaginas. Wooyoung y San son mi familia, igual que Yunho y Mingi, después los conocerás a ellos.
La mención de Yunho y Mingi hizo que Seonghwa recordara las apuestas que habían ganado esa noche, una sensación de triunfo que aún le producía una pequeña sonrisa—. ¿Cuánto ganamos, por cierto?
Hongjoong rió suavemente.
—Suficiente para cubrir algunos gastos y quizás permitirnos un pequeño lujo. Las peleas clandestinas no son solo por la emoción, sino también por la oportunidad de ganar algo de dinero rápido. Pero siempre hay riesgos. Como cuando la policía apareció. Tuvimos suerte de salir ilesos.
Seonghwa sintió un escalofrío al recordar el momento en que escucharon las sirenas en la distancia, lo que los obligó a huir rápidamente por los callejones oscuros.
—Fue... intenso, por decir lo menos.
—Bienvenido a Zheagend —bromeó Hongjoong, chocando su vaso contra el de Seonghwa—, pero es importante recordar que, aunque la ciudad puede ser emocionante, también es peligrosa. No confíes en nadie más que en tu círculo más cercano.
Seonghwa asintió, apreciando el consejo. Había algo en la forma en que Hongjoong hablaba que le transmitía una mezcla de confianza y precaución, cualidades esenciales para sobrevivir en un lugar como Zheagend. Mientras contemplaba el horizonte de la ciudad desde el departamento, una pregunta le vino a la mente.
—Hongjoong, ¿cómo lograste crecer como inventor aquí? Digo, en Zheagend.
Hongjoong suspiró, su mirada se desvió hacia la ventana, como si buscara en el pasado una respuesta.
—Zheagend es un imán para las personas como yo, aquí encontré a Yunho, y poco después a los demás. Empezamos como simples matones de calle, tratando de sobrevivir, pero pronto me di cuenta de que tenía una habilidad para inventar, para crear cosas que la gente necesitaba. Cosas que podían venderse en el mercado negro, por supuesto. Y ahi fue cuando empecé a experimentar con tecnología antigua y nuevas ideas. Creé dispositivos que podían hackear sistemas, armas improvisadas, e incluso mejoras para el cuerpo. En Zheagend, la tecnología es tan avanzada como corrupta. Si puedes imaginarlo, alguien aquí ya lo ha hecho realidad... o está en proceso de hacerlo. Así es como me gané el respeto de los demás. Además, como te comenté antes, mi padre era inventor y eso en parte me ayudó a darme cuenta que aquello era lo mío también, la vida después de la muerte de mi padre no fue la misma, por eso me prometí seguir su legado.
Seonghwa lo miró con admiración—. Eso explica el brazo biónico de San. ¿Lo diseñaste tú?
Hongjoong asintió—. Así es. San perdió su brazo en una pelea hace años, pero no podía permitir que eso lo detuviera. Lo que ves ahora es una mezcla de ingeniería avanzada y un poco de... creatividad. En Zheagend, si no te adaptas, te quedas atrás.
Seonghwa reflexionó sobre las palabras de Hongjoong. En un lugar tan caótico como Zheagend, parecía que la adaptabilidad era la clave para sobrevivir. Y sin embargo, en medio de todo ese caos, había una sensación de comunidad, de familia, que era más fuerte que el peligro constante.
—Gracias por traerme aquí esta noche —dijo Seonghwa finalmente—. Me has mostrado un lado de la vida que nunca había visto, y creo que he aprendido mucho en tan poco tiempo.
—Me alegra escuchar eso —respondió Hongjoong, levantándose del sofá y estirándose—. Es tarde, y ambos necesitamos descansar. Mañana será otro día en Zheagend, y quién sabe qué más nos espera.
Justo cuando Seonghwa se disponía a acostarse de vuelta a la cama que Hongjoong le había asignado, este último lo detuvo con una mirada inquisitiva.
—Seonghwa... —dijo con seriedad—, hemos pasado toda la noche explorando mi mundo. Pero aún no sé nada sobre ti. ¿De dónde vienes? ¿Qué te trajo a Zheagend?
La pregunta hizo que el corazón de Seonghwa diera un vuelco. No había querido abordar este tema tan pronto, y ciertamente no esperaba que Hongjoong lo preguntara directamente. Sabía que estaba en una situación delicada. Podía mentir, como lo había hecho muchas veces antes para protegerse, o podía confiar en Hongjoong y decirle la verdad. Pero, ¿podía permitirse ese lujo?
El silencio se extendió entre ellos mientras Seonghwa luchaba con su decisión. Finalmente, decidió que no podía mentirle a alguien que le había mostrado tanto en tan poco tiempo.
—Vengo del otro lado del gran muro —comenzó Seonghwa, su voz temblando ligeramente—. Del lado que la mayoría de la gente en Zheagend solo conoce por los rumores. Un lugar donde las luces son más brillantes, pero las sombras son más profundas.
Hongjoong frunció el ceño, interesado—. ¿El muro que divide la ciudad? Pensé que solo los ricos y privilegiados vivían allí. ¿Qué hacías tú en un lugar como ese?
—Yo era uno de ellos —confesó Seonghwa, su mirada fija en el vaso que sostenía—. Formaba parte de la élite, aquellos que tienen acceso a lo mejor que la tecnología puede ofrecer. Pero no siempre fue así. Crecí en Zheagend, o al menos en una parte de ella. Fui adoptado por un hombre poderoso, un innovador en el campo de la robótica. Creé una empresa con ayuda de él, una compañía llamada SpaceX Mars. Nos especializábamos en crear e innovar piezas robóticas, desde prótesis hasta sistemas avanzados de inteligencia artificial.
—¿Eras parte de SpaceX Mars? —preguntó Hongjoong, sorprendido—. Esa compañía es legendaria. Innovaciones que ni siquiera podríamos soñar con ver aquí en Zheagend.
Seonghwa asintió con amargura.
—Sí, pero mi éxito fue mi caída. Fui traicionado por alguien en quien confiaba, alguien a quien consideraba mi mejor amigo. Seo Junghee. Me lo arrebató todo: la compañía, mi reputación, mi vida.
—¿Y ahora? —Hongjoong preguntó suavemente.
—Ahora... ahora estoy aquí, buscando una forma de sobrevivir, como un fugitivo. Necesito recuperar algo que perdí, algo que me fue arrebatado en ese mismo momento, pero que logre recuperar antes de huir. No puedo confiar en nadie, ni siquiera en mí mismo, pero no tengo más opción.
Hongjoong observó a Seonghwa en silencio, asimilando la revelación. Finalmente, asintió, aceptando la historia que le había sido contada.
—Todos tenemos un pasado, Seonghwa. Y parece que el tuyo te ha llevado hasta aquí por una razón. Lo que sea que necesites recuperar, no estás solo. Te ayudaremos.
Seonghwa sintió un nudo en la garganta, emocionado por la muestra de solidaridad de Hongjoong—. Gracias, Hongjoong. No sé cómo lo haré, pero encontraré una manera. Y si hay algo que pueda hacer para ayudarte, lo haré.
Hongjoong sonrió, su mirada suave pero decidida.
—Bienvenido a la familia, Seonghwa. Aquí, nos cuidamos entre nosotros. Y en Zheagend, eso es lo más valioso que puedes tener.
Al siguiente día, por la mañana, Seonghwa se había levantado un poco desconcertado, olvidando por un momento todo lo vivido el día anterior, pero no fue hasta que analizó a su alrededor y los recuerdos pudieron venir con rapidez a su mente. Se levantó lentamente, quedando sentado sobre el colchón, su vista estaba puesta en los enormes ventanales que daban a la ciudad bajo aquel despejado cielo azul y un resplandeciente sol matutino, el pelinegro de inmediato se puso a cuestionar que era lo que iba a suceder con él después de haber huido ¿estaba en peligro? Si era así, lo que menos deseaba era poner en peligro también a otras personas, personas como Hongjoong que les brindaron apoyo y un techo donde refugiarse. Tenía que contarle la verdad detrás de la razón de su huida, por lo que se levantó lentamente y caminó fuera de la habitación en busca del más bajo, siguiendo el sonido de las herramientas chocar, llevándolo a la cocina.
Hongjoong estaba inclinado sobre la mesa de la cocina, desmontando y modificando un dispositivo electrónico con una precisión que solo alguien con su habilidad podría lograr. La destreza con la que manejaba las herramientas era asombrosa; cada pieza encajaba perfectamente en su lugar. Había una razón por la que lo llamaban "El Artesano de la Tecnogénesis" en los bajos fondos de Zheagend. Sus inventos y habilidades para manipular la tecnología eran conocidos por todos aquellos que necesitaban algo especial, algo que los libros de ingeniería no enseñaban.
—Hongjoong —la voz de Seonghwa rompió el silencio, cargada de una mezcla de indecisión y necesidad de confiar en alguien y el mitad albino volteó rápidamente hacia él mientras le regalaba una sincera sonrisa.
—Buenos días Seonghwa, veo que al fin despertaste —dijo riendo mientras volvía su vista a la mesa.
—Escucha, hay algo que necesitas saber... algo que podría ponernos en más peligro del que ya estamos.
Hongjoong levantó la vista de su trabajo, con la frente ligeramente fruncida por la preocupación, mientras tomaba un trapo y se limpiaba las manos con éste.
—Dime, Hwa. Estamos en esto juntos, lo que sea, podemos manejarlo.
Seonghwa respiró hondo, preparándose para soltar la verdad.
—No solo huí de la compañía SpaceX Mars después de la traición de Junghee... Me llevé algo muy valioso conmigo.
Hongjoong no dijo nada, pero sus ojos se afilaron, esperando la explicación.
—Robé el chip Nova —continuó Seonghwa, observando de reojo la reacción de su nuevo aliado—. El Nova es un microchip experimental, diseñado para realizar transferencias neuronales completas. Permite mover la conciencia de una persona a un cuerpo robótico, con una precisión que nunca antes se había logrado. Junghee y yo lo desarrollamos juntos... hasta que él decidió que quería más poder del que podía manejar.
El nombre de Junghee provocó una reacción instintiva en Seonghwa. Apretó los puños, recordando cómo su antiguo amigo lo había traicionado en un intento de reclamar todo el crédito y el control de la compañía que ambos habían fundado. Junghee no solo lo había traicionado, sino que había intentado matarlo, y Seonghwa había tenido que huir con lo único que podría evitar que su ex amigo completara su plan: el chip Nova.
Hongjoong escuchaba atentamente, dejando que cada palabra se asentara en su mente— ¿Y ese chip... lo posees contigo ahora?"
Seonghwa negó con la cabeza, con una mirada de dolor y frustración—. No... cuando escapé, lo escondí en mi chaqueta, pero durante mi escape, al caer inconsciente en ese callejón lo perdí. Ahora me doy cuenta de que ese chip podría estar en cualquier parte... y si Junghee se entera de que está aquí, hará lo que sea para recuperarlo. Sin el chip, ningún traspaso neuronal puede completarse, y toda su maldita operación se detiene.
Hongjoong se reclinó en la silla, comprendiendo la gravedad de la situación—. Así que lo que estás diciendo es que no solo tienes a un traidor poderoso tras de ti, sino que ese chip también está en algún lugar por aquí, y si alguien más lo encuentra...
—Exactamente —interrumpió Seonghwa, su voz temblando ligeramente—. Podría ser un desastre si cae en las manos equivocadas, incluso cobraría la vida de inocentes. Tenemos que recuperarlo antes de que lo haga él, o alguien peor.
Justo cuando Hongjoong estaba a punto de hablar el comunicador personal de Hongjoong emitió un pitido agudo. Hongjoong frunció el ceño, sacando el dispositivo de su bolsillo y mirando la pantalla. Era un mensaje cifrado, algo que no veía desde hacía semanas.
—Es extraño... no esperaba ninguna comunicación hoy —murmuró mientras descifraba el mensaje.
Seonghwa lo observó con curiosidad.
—¿Algo importante?
Hongjoong terminó de leer el mensaje y su expresión se endureció. —Es de un contacto que tengo en la ciudad. Parece que alguien está buscando a un fugitivo en Zheagend... y no de una manera amistosa.
Seonghwa sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal—. ¿Crees que me están buscando?
Hongjoong guardó el comunicador y asintió lentamente—. Es posible. No es común que haya fugitivos en la ciudad y menos pidiendo tu cabeza a cambio de una enorme cantidad de dinero, y mucho menos en una ciudad como esta. Si alguien está buscándote, no puede ser por nada bueno.
—¿Qué hacemos entonces? —preguntó Seonghwa, su voz llena de preocupación.
—Primero, necesitamos más información. Tengo algunos contactos que podrían saber más sobre esto, o más bien un contacto en específico. Pero hasta entonces, necesitamos ser más cautelosos. No podemos arriesgarnos a que te encuentren.
Seonghwa asintió, su mente llenándose de preguntas y temores. Había llegado a Zheagend buscando respuestas, pero parecía que el pasado no estaba dispuesto a dejarlo en paz tan fácilmente.
Después de un desayuno inquieto, Hongjoong y Seonghwa se encontraron en el pequeño taller del apartamento. Hongjoong estaba revisando un mapa holográfico de Zheagend, marcando varios puntos de interés mientras Seonghwa lo observaba desde la mesa.
—Hay un lugar donde podemos empezar —dijo Hongjoong, señalando una zona en el mapa—. Es un mercado subterráneo, donde se comercian todo tipo de bienes e información. Conozco a alguien allí que podría tener pistas sobre quién te está buscando.
—¿Es seguro ir? —preguntó Seonghwa, aunque sabía que la respuesta probablemente sería negativa.
—No hay garantías —admitió Hongjoong—. Pero es nuestro mejor recurso por ahora. Debemos ser cuidadosos, pero no podemos quedarnos quietos y esperar a que vengan por nosotros.
—No Hongjoong, antes muerto a permitir que hagan algo contra ustedes, a final de cuentas a quien buscan es a mi —mencionó Seonghwa mientras veía el mapa.
Hongjoong colocó su mano en el hombro de Seonghwa mientras le regalaba una confortante mirada.
—Ahora estamos juntos en esto, así que no creas que te dejaré llevarte toda la responsabilidad —dijo Hongjoong—, somos una familia ahora, recuérdalo.
Seonghwa asintió, agradecido. Sabía que era arriesgado, pero también sabía que quedarse en la oscuridad era aún más peligroso—. Entonces, vamos.
El mercado subterráneo de Zheagend era un lugar oscuro y laberíntico, escondido en las profundidades de la ciudad, bajo capas de concreto y metal. Era un lugar donde se podía encontrar de todo, desde tecnología de punta hasta reliquias antiguas, pasando por información que no debía salir a la luz.
Hongjoong y Seonghwa llegaron al mercado a través de un ascensor escondido en un callejón. Cuando las puertas se abrieron, fueron recibidos por el bullicio de cientos de comerciantes y compradores que se movían entre puestos improvisados. Las luces eran tenues, y el aire estaba cargado de humo y olores de especias y metales.
—Quédate cerca —advirtió Hongjoong mientras avanzaban por los estrechos pasillos—. Este lugar no es para los débiles de corazón, y nunca sabes quién podría estar observando."
Seonghwa asintió, manteniendo la vista fija en Hongjoong mientras caminaban. Aunque se sentía fuera de lugar, también sentía una extraña curiosidad por el mercado. Había algo en la mezcla de antigüedad y tecnología que le resultaba fascinante.
Finalmente, llegaron a un pequeño puesto cubierto por telas oscuras. Un hombre mayor, de cabello gris y barba descuidada, estaba detrás del mostrador, manipulando una serie de dispositivos que parecían ser relojes antiguos.
—Zayden —dijo Hongjoong en voz baja, llamando la atención del hombre.
El hombre levantó la vista, sus ojos entrecerrados mientras examinaba a Hongjoong y luego a Seonghwa.
—Ah, el Artesano de la Tecnogénesis, —dijo con una voz rasposa—. Hace tiempo que no te veo por aquí. ¿Qué te trae de vuelta?"
—Busco información confidencial y conoces quien es el único que tiene acceso a todo lo relacionado —explicó Hongjoong mientras se recargaba en el mostrador.
—Está donde siempre, sabes cómo ingresar —indicó con la mirada a una puerta de fierro oxidada que se encontraba en un rincón del lugar, Hongjoong asintió e indicó a Seonghwa que lo siguiera.
Ambos ingresaron a un pasadizo oscuro que los llevó hasta una habitación oscura, siendo iluminada por distintos monitores a su alrededor, en medio de dicha habitación estaban diversos computadores y un joven sentado frente a estas, dándoles la espalda a ambos jóvenes que iban ingresando.
—¿Qué te trae de vuelta nuevamente aquí, Kim Hongjoong? —habló una voz profunda, Seonghwa suponía que provenía de aquel joven.
—Necesito información —respondió Hongjoong directamente—. He escuchado que alguien está buscando a un fugitivo en la ciudad. Quiero saber quién y por qué.
El joven rió de una manera particular, como un sonido áspero que parecía un carraspeo.
—Los rumores vuelan rápido en Zheagend, pero esa información no es fácil de obtener, ni barata —dijo aún dándoles la espalda.
Hongjoong esta vez fue quien comenzó a reír de manera sarcástica.
—Sabía que Kang Yeosang no hace trabajos gratis, así que venía preparado —Hongjoong sacó una pequeña bolsa de su abrigo, dejándola caer sobre el suelo.
El sonido de las monedas dentro hizo que Yeosang volteara finalmente la silla, revelando a un joven de quizás dos años más joven que ellos, tez pálida, cabello color menta, vestimenta oscura, portaba unos auriculares con micrófono incluidos y lo que le parecía un tanto extraño a Seonghwa era que él joven abrazaba distintos peluches sobre sus piernas. El joven tomó la bolsa entre sus manos y sonrió ampliamente
—Empieza a hablar —dijo Hongjoong.
Yeosang tomó la bolsa, pesándola en su mano antes de abrirla y verificar el contenido. Luego, asintió lentamente.
—Parece que has hecho bien tus deberes, Artesano. Te diré lo que sé —Yeosang volteó su silla y comenzó a teclear con rapidez en el teclado del computador, ambos jóvenes se colocaron detrás de él—. Hay una facción que ha estado moviéndose en las sombras últimamente —comenzó Yeosang mientras miraba de reojo a Seonghwa con una mezcla de cautela y curiosidad.
>No son como los usuales cazadores de recompensas o mercenarios. Están mejor equipados, más organizados. Se hacen llamar "La Orden de la Nueva Aurora", y han estado buscando algo o a alguien muy específico.
Hongjoong frunció el ceño—. ¿La Orden de la Nueva Aurora? Nunca he oído hablar de ellos.
—No es sorprendente —respondió Yeosang mientras mostraba imágenes de dicha organización, eran unos tipos vestidos completamente de blanco, portaban armas con tecnología muy avanzada—. Son nuevos, al menos en esta parte de la ciudad. Pero se rumorea que están vinculados a las altas esferas, posiblemente con el gobierno o incluso con SpaceX Mars.
Seonghwa sintió un nudo en el estómago al escuchar el nombre de la compañía—. ¿Qué quieren con el fugitivo?
—Eso es lo que no está claro —dijo Yeosang volteando la silla hacia ellos, bajando la voz—. Algunos dicen que buscan un espécimen único, algo que pueda cambiar el curso de sus experimentos. Otros creen que están detrás de un artefacto que dicho fugitivo se llevó consigo. Pero todos los rumores coinciden en una cosa: quienquiera que encuentren, no saldrá de esta ciudad con vida.
Hongjoong intercambió una mirada con Seonghwa, ambos comprendiendo la gravedad de la situación.
—Tenemos que movernos rápido —dijo Hongjoong finalmente hacia Seonghwa—. Antes de que ellos lo hagan, no sabemos lo capaces que son por conseguir lo que buscan.
Yeosang asintió, inclinándose hacia adelante—. Algo me dice que todo esto tiene que ver contigo —dijo señalando sorpresivamente a Seonghwa—, pero si necesitan más información, saben dónde encontrarme. Pero ten cuidado, Artesano. Estás jugando con fuego, y no todos sobreviven al calor.
Mientras se alejaban del puesto de Yeosang, Hongjoong se giró hacia Seonghwa con una expresión decidida.
—Vamos a encontrar ese chip Nova y a averiguar qué está pasando aquí. Pero, mientras tanto, tenemos que mantenernos fuera del radar.
Seonghwa asintió, sintiendo una renovada determinación. Sabía que el camino que tenían por delante estaba lleno de peligros, pero también sabía que con Hongjoong a su lado, había una posibilidad de sobrevivir y descubrir la verdad.
El primer paso sería encontrar el chip perdido, pero en su mente, Seonghwa no podía dejar de pensar en La Orden de la Nueva Aurora. ¿Qué querían hacer con él y como afectaría su futuro? Las respuestas, lo sabía, no serían fáciles de encontrar, pero estaba decidido a enfrentarlas... junto a su nuevo amigo y quizás aliado: Hongjoong.
Gente, a veces no se como continuar con la historia, cada vez tengo más ideas pero tengo miedo de quedarme estancada, solo espero que les vaya gustando como va todo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top