Culpabilidad
Lovely bears era un lindo preescolar con demasiada vainilla. En el plantel solo dominaban los colores pasteles y bellos dibujos careturezcos decoraban las coloridas paredes y hacian llamar la atención de los pequeños niños.
Para nadie era sorpresa que el adorable profesor Kim Seungmin era el favorito de los pequeños infantes y de los padres también. Su sola presencia te cautivaba y te hacía querer cumplir cada uno de sus deseos.
Sin olvidar la belleza etérea del profesor, que sin duda alguna te robaba el corazón.
—Eres tan lindo— murmuró el apuesto pelirosa que apretaba dulcemente las mejillas de Seungmin.
Para nadie era sorpresa que el profesor Yang Jeongin estaba profundamente enamorado de Seungmin, un profundo amor que tristemente no le era correspondido.
Sin olvidar que el profesor ciega e inocentemente era ignorante ante los sentimientos de su amigo y compañero de trabajo.
—Ya, Jeongin deja a Seungmin— Felix le dirigió una mirada de advertencia a Jeongin al notar las segundas intenciones del mayor al acercar demás su rostro con el del rubio —Ya nos vamos Seungminnie, Jinnie vendrá por nosotros, ¿Quieres que te llevemos a casa?
—Está bien Lixxie, Chan Hyung prometió venir por mi— respondió Seungmin con una brillante sonrisa, a lo que Felix asintió y Jeongin bufo.
—Está bien Seungminnie, se que su segundo aniversario es hoy ¡Pasenlo bonito!
—Gracias Lixxie— agradeció —¡Por favor avisenme cuando lleguen a casa!
—Lo haremos, Minnie— respondió Jeongin con una pequeña sonrisa, intentado no abrir su boca ante los verdaderos sentimientos que sentía por la pareja de Seungmin, ante lo horriblemente mal que le caía Chan.
Después de despedirse por última vez, los amigos de Seungmin se marcharon.
Hoy era su tercer aniversario con Chan, el lindo profesor no podía expresar la inmensa felicidad que le causaba cumplir otro añito más al lado de la persona que más amaba en el mundo. Le había preparado una sorpresa a su pareja y aprovechó a decorar su departamento por la mañana antes de venir al preescolar y al ver a Chan marcharse al trabajo.
Era algo que había estado planificando desde hace meses, tal vez lo que había preparado era sumamente sencillo y cliché, pero de verdad había preparado la cena y el almuerzo con mucho amor y esmero.
Se había vestido bonito, se sentía bonito y creía fielmente que aquello se debía por ser una fecha tan especial e importante para él.
Pasaron veinte y luego treinta minutos e incluso ya una hora y Chan no daba señal de vida.
Seungmin preocupado marcaba una y otra vez al teléfono de Chan pero este parecía estar apagado.
Iba a marcar nuevamente con sus ojitos llorosos, pero un mensaje le hizo suspirar de alivio y desilusión. Chan le había dicho que no podía ir por el debido a que le salió un imprevisto de trabajo, pero le prometía llegar para la cena.
Con un tierno pucherito Seungmin respondió el mensaje de su amado y con un hueco en su corazón marcó a un taxi. Finalmente... Chan estaría para la cena.
Su corazoncito dolía, Chan tampoco le había felicitado por su aniversario por mensaje. Por la mañana tampoco lo había hecho y aquello solo le hacía doler su corazón. Sabía que su pareja se encontraba muy ocupada y tenía mil cosas en la cabeza, en estos últimos seis meses Seungmin había notado algunos cambios en su novio, se comportaba distante, llegaba tarde a casa, casi no tenían tiempo de pareja y sin contar que el mayor muchas veces le dejaba plantado por el trabajo.
Y Seungmin le comprendía, sabía lo importante que era para el mayor ser un buen jefe y trabajador.
Siempre tan ingenuo.
Cuando llegó a casa lo primero que hizo fue ducharse nuevamente y ponerse una camiseta gigante que era perteneciente a su novio y que tenía impregnado el aroma del mismo, en conjunto con unos shorts negros cortos.
Se limitó a mantenerse positivo y se dedicó a revisar que la decoración que había preparado estuviera tal cual lo deseaba. Colocó un poco de música para subir sus ánimos y comenzó a tararear mientras bailaba al ritmo de la misma. Pero el ruido de la puerta le corto rápidamente la inspiración que había tomado no hace mucho.
Al abrir se encontró con la figura de lo que aparentemente era un repartidor con un hermoso ramo de flores en sus manos.
—¿Kim Seungmin?— preguntó aquel hombre.
—Si, soy yo— respondió Seungmin afirmativamente.
—Bien, estas flores son para usted— le entregó el ramo —Solo firme aquí para avalar que he cumplido con mi trabajo, por favor.
Seungmin con su característica sonrisa amigable asintió y firmó donde el repartidor le indicó.
El hombre se despidió y Seungmin le agradeció. Completamente maravillado Seungmin observaba con ojitos brillantes el hermoso ramo de rosas amarillas, observó una nota y la tomó aún más emocionado.
“Feliz aniversario, te ama Chan”
La nota era tan simple y corta, pero aquello logró acelerar el corazón del rubio de una manera tan enamoradisa. El estado del hermoso hombre rubiecito mejoró después de recibir aquellas flores, daba saltitos por todo el departamento y ahora más decidido en sorprender a su pareja decidió ir a la cocina y prepararle otro platillo favorito de Chan.
—¿Tienes que irte?— preguntó la femenina, quien se encontraba tendida en la cama cubriendo su desnudez con una fina sábana de seda.
—Es media noche, ¿De verdad esperas que me quede contigo y te de el besito de buenas noches?— respondió Chan, haciendo caso omiso ante el quejido en reproche de su amante.
El pelinegro rápidamente comenzó a vestirse bajó la atenta mirada de la chica, para después besar toscamente los labios de esta en forma de despedida.
—¡Feliz segundo aniversario Chan! —dijo la femenina en forma de burla antes de ver desaparecer la figura de Chan por el umbral, quien ignoró el comentario de esta dando un fuerte azote con la puerta como respuesta.
Bufando Chan se dirigió a su auto, no sin antes prender su celular y observar los mensajes y llamadas perdidas que era provienentes de Seungmin. Y es ahí donde ese sabor amargo llegó nuevamente a él, ese sentimiento llamado...
Culpabilidad. Aquel sentimiento tan desagradable que lo ha estado atormentando desde hace seis meses. Era un culpable, un traidor egoísta y lo admitía. La culpabilidad, la vergüenza y el miedo son los móviles inmediatos del engaño. La culpabilidad que le carcomia por dentro al saber que había cancelado su cita con Seungmin por irse a revolcar con su amante.
Un jodido idiota que compensaba sus errores con flores.
Y al llegar a su departamento el sentimiento de culpabilidad solo aumentó. Observó con una sonrisa amarga la linda decoración que había en el departamento, adornos de corazón, con fotografías de Seungmin y él que era lo que más destacaba.
Pronto una punzada le llegó al corazón al ver a su lindo angelito dormir en el sofa, seguramente le había esperado para cenar, tal cual el se lo había prometido...
Ignorando todo los sentimientos amargos, se dirigió al hermoso hombre que yacía dormido tranquilamente en el sillón, y con delicadeza y cuidado de no despertarlo lo cargó para llevarlo a su habitación.
Lo recostó en la amplia cama y al cubrirlo con las mantas se dedicó a simplemente admirarlo. Seungmin simplemente era una verdadera belleza, tan etéreo, tan hermoso e inocente. Chan lo amaba, pero finalmente era un total idiota que sabía muy bien que no era digno del amor de Seungmin.
—Perdóname... Perdóname por ser tan egoísta y no poder dejarte ir.
Si, era un idiota egoísta. Un egoísta quien no quería perder a su mayor tesoro.
Porque aunque no lo merecía...
Porque aunque no pudiera pedirle perdón frente a frente.
El no quería perder a Seungmin.
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