𝙿𝚛𝚘́𝚕𝚘𝚐𝚘
𝙱𝙴𝙷𝙸𝙽𝙳 𝙰 𝙼𝙰𝚂𝙺-
Dicen que las personas tienen un mínimo de tres secretos que jamás contarían a nadie. Secretos que se llevarán con ellos hasta el día de su muerte.
Janet solo tiene uno, pero con ese único secreto basta para tener su mundo al revés, con los años aprendió a lidiar con las situaciones que se le presentaban y que sus propios sentimientos provocaban.
No podía negar que al principio fue difícil y desafiante, sin poder dejar de lado las emociones que se acumulaban en su pecho, la mayor parte de su vida la vivió confundida, pues nunca pensó que llegaría a algo así.
Pero ya estaba en ese lugar mucho antes de darse cuenta, surgiendo de forma inocente, siendo emociones que un niño pequeño jamás entendería o que siquiera tenía el concepto claro.
Siendo adolescente aún le tenía confundida lo que sentía, después de todo era raro, pero no jamás pudo evitar enamorarse de ella, aquella chica radiante y sonriente, siempre tan optimista sin importar los obstáculos que se le presentarán.
De alguna forma siempre admiro esa actitud de ella, fuera de esos pequeños detalles que le encantaban, había algo más.
La atención que aquella encantadora chica le prestaba, le encantaba, se sentía halagada y feliz por la forma única en la que era con ella.
Siempre tan atenta, detallada, empalagosa y optimista. Janet no podía evitar derretirse por esos pequeños gestos que la volvían loca.
Si bien es cierto que tenía pretendientes y demasiados, no había ninguno como la chica de ojos azules. Había algo en ella que no podía dejar de ver. No tenía ojos para nadie más, era perfecta.
Pero nada de eso estaba bien, ningún pensamiento en ella estaba bien, no era normal. No por el hecho de que ambas fuesen mujeres, eso no importaba, el problema era más serio de lo que cualquiera pensaría.
Janet sabía que no estaba bien, siempre se lo repetía diariamente, al punto de volverse irritante para ella, pues nunca lograba dejar de verla de esa forma, su sentir terminaba traicionandola, no podía competir contra eso.
Después de todo estaba enamorada de su hermana biológica, eso era terrible, era algo inmoral y asqueroso a palabra de la sociedad. Pesé a ello, no tomaba importancia a la aprobación de terceros.
Pero le importaba lo que fuese a pensar Bonnie.
Su mismo miedo le haría verse obligada a buscar alternativas para jamás sacar la verdad a la luz.
Ocultandose detrás de la máscara de la hermana que siempre debió ser. Pesé a su cansancio mental, siempre intentaría estar para Bonnie, como una hermana.
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